Entre mis hijos y el CEO
Entre mis hijos y el CEO
Por: Dazeescritora
La sorpresa

 

Era una tarde de verano como cualquier otra, el calor que hacía era insoportable. Por fortuna, a Ross Wolff de Pons, no le afectaba mucho, puesto que en su oficina había aire acondicionado, en la empresa Modas - Jobs C.A.; sin embargo, al salir de la oficina siente el calor sofocante, es el propio infierno, por el hecho de que el calor que hacía era insoportable. Ese día recibe un llamado del colegio de Robert, su hijo menor.

— Aló, buenas tardes, señora Pons, la estamos llamando del colegio, su hijo Robert, está presentando fiebre y dolor en la garganta, usted puede venir por él —dice la chica al otro lado de la línea.

— En estos momentos estoy un poco ocupada, pero deme unos minutos para resolver la situación. Usted no se preocupe, que en un momento mandó a buscar a mi hijo.

— Muchas gracias, esperamos que llegue a la brevedad, en estos momentos su hijo la necesita.

«Rayos, ahora que voy a hacer, tengo una junta importante por la tarde y no puedo faltar, el jefe viene y es muy estricto», piensa mientras le marca a su esposo para que le preste ayuda. Después de varios intentos, no logra localizarlo, por lo que ve la hora. «Es la una y diez minutos, será que me da chance de ir por Robert, llevarlo para la casa y regresar a tiempo a la reunión», se dice mientras intenta llamar nuevamente a Alex.

Por mucho que marcó al número de su esposo, este no respondió. Por lo que decide avisarle a su superior, esa es la única solución que le encontró al problema. En ese instante, se dirige a la oficina de su jefe, él se caracteriza por ser una persona de mal carácter y poco comprensivo.

— Buenas tardes, señor Bass, necesito hablar con usted.

— Ya lo está haciendo o me equivoco — dijo en un tono seco y arrogante.

— Sí, señor, tiene razón — dijo Ross con la voz temblorosa, ya que se encuentra nerviosa por la condición de su hijo— lo que pasa es que tengo un problema, necesito ausentarme un rato, mi hijo está enfermo y necesito ir por él al colegio, le estaba marcando a mi esposo y no responde.

— Señora Pons, usted sabe que tenemos una reunión de importancia el día de hoy y todo el personal debe estar presente, de eso depende su estadía en esta empresa, usted lo sabe, ¿verdad?.

— Sí, lo sé señor, la reunión es a las tres, y estaré presente, pero necesito ir por mi hijo, en realidad me urge. Si no fuese tan importante, no lo hubiera molestado.

— Espero que cumpla su palabra y llegue a las tres, de lo contrario, vaya haciendo su curriculum. Si eso era todo, se puede retirar — expresó Antoni y volteó a ver unos documentos que tenía en sus manos, ignorando por completo a Ross.

La mujer salió casi corriendo de la oficina, de esa manera ahorrar tiempo y poder regresar a la reunión. Mientras se dirigía a la puerta, intentaba llamar a su esposo, sin tener una respuesta, «¿dónde te metiste, Alex?, precisamente hoy que tanto te necesito» se dice de forma insaciable, ya que si lo encuentra no corre riesgo de llegar tarde.

Al salir de la empresa Modas-Jobs C.A., se dirige al colegio a buscar a su hijo y de allí va hacia su casa. En el camino, llama a la niñera para que se encargue del pequeño y de esa forma, ella poder regrese al trabajo. 

— Hola, necesito que me cuides ami hijo, él tiene fiebre y no lo podía dejar en el colegio, ¿será que puedes?

— Sí, señora Ross, pero sería en mi casa, puesto que debo de hacer unas actividades aquí, ¿usted está de acuerdo?

— Estoy de acuerdo, ¿lo llevo para tu casa entonces?

— Yo lo paso buscando, estoy cerca, espérenme unos quince minutos y me encuentro con ustedes.

— Perfecto, de todas formas no he llegado. Gracias, sabía que podía contar contigo.

«Ya solucioné el cuidado de mi hijo, solo espero me dé tiempo», pensó Ross, camino a casa. Todavía se encuentra preocupada, puesto que no sabe si le va a dar tiempo de llegar al trabajo, en eso ve la hora y se percata que faltan quince para las dos, «todavía hay tiempo, espero que no demore mucho en pasar por mi hijo».

Una vez en la casa, dejó al pequeño en el sofá de la sala y se dirigió hacia el cuarto a buscarle ropa. Cuando andaba en la parte de arriba, escucho sonidos que venían de su habitación, por lo que se asustó mucho y fue con cautela a ver que estaba pasando, llevaba el teléfono a la mano, por si tenía que llamar a la policía.

«¿Será que se metieron a robar?, ¿Quién estará haciendo ese ruido?, en la casa no hay nadie» pensó mientras caminaba con mucho cuidado, en ese instante se encontraba con los nervios de punta. Al llegar frente a la puerta del cuarto, ella la abrió muy despacio, para que no se dieran cuenta de que se encontraba allí. 

Al observar en el interior de la habitación, pudo notar que su esposo estaba teniendo intimidad con una mujer en su cuarto. Ella no salía de su asombro, los ojos se le humedecieron y en ese momento, no sabía que hacer, por lo que tomo el celular para hacer un video, eso lo hizo por algunos minutos, porque se encontraba apurada. 

Posterior a eso, fue a la habitación del infante por la ropa y bajó de inmediato, Se encontraba muy desconcertada y por eso no quería confrontar a su esposo. Al bajar, salió a esperar a la niñera, no quería que el infiel de Alex se diera cuenta de que ella lo vio o siquiera estuvo allí ese día.

No pasó mucho tiempo y llegó la niñera, se montaron en el carro y la llevó hasta donde ella vive, allí le entregó las cosas del menor y se apresuró a regresar a la empresa.

— Ya tiene la fiebre controlada, si le vuelve a subir no dudes en llamarme, por favor, pasa por mi hija al colegio y la traes para acá, luego me dices cuanto te debo, es que estoy super apurada.

— Tranquila, señora Ross, usted sabe que puede contar conmigo para lo que sea, no dude de eso.

Una vez que le dio las instrucciones comenzó a manejar, debía llegar a tiempo a la reunión, «si me da chance, por lo menos voy a cumplir en mi trabajo» pensó. Después de un rato, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, «no puedo creer lo que vi, Alex con otra mujer… ya deja la tontería, debes enfocarte en el trabajo», se dijo a sí misma y continuó conduciendo.

Estando en la empresa, subió hasta el salón de junta, todavía era temprano, así que respiró profundamente y entró. En ese momento se da cuenta de que ya la reunión había comenzado, por lo que Antoni se le acerca, la quiere humillar por llegar tarde.

— Señora Pons, por un momento pensé que no iba a llegar… usted me aseguró que estaría presente y a tiempo —dijo en forma de amenaza y un tono algo fuerte.

— Me va a disculpar, pero le aseguré que llegaría antes de las tres y son las dos y cuarenta y nueve, es decir, que cumplí —expreso de una forma muy serena, luego respiró profundo para continuar— no entiendo, ¿por qué la reunión ya empezó, si estaba pautada para las tres?

— Seno…—iba a hablar el jefe cuando fue interrumpido por Elon Jobs, el CEO de la empresa y quien se encontraba dirigiendo la reunión.

— Usted tiene toda la razón, señora Pons, la reunión iba a ser a las tres —musito viéndola a los ojos y luego se volteó a ver al hombre—, y por eso le pregunté señor, si se encontraba todo el personal y usted me dijo que si, ahora ¿no sé qué pasó?, ¿usted me lo puede explicar?

— Se... señor Jobs, es que ella debía estar en la empresa, es su horario.

— La señora Pons, ¿gestionó algún permiso?, o ¿se fue sin avisar? —pregunto curioso Jobs.

— La verdad es que si, ella solicitó un permiso para buscar a su hijo en el colegio bajo la excusa que está enfermo y mírenla, se encuentra aquí, si hubiera sido importante, no regresa.

— Eso quiere decir que ella es una persona responsable y usted la acaba de menospreciar delante de todo el equipo de trabajo, eso no se debe hacer, o ¿le gusta que se lo hagan a usted?

— Comprendo su punto, no volverá a suceder, señor Jobs, se lo aseguro —expreso mientras miraba de una forma despectiva a Ross, quien se veía pálida.

— Me alegro de que diga eso y me disculpo, esto no lo suelo hacer — musito mientras le da una palmada en el hombro— en cuanto a usted, señora Pons, debe estar pendiente de su hijo, si está enfermo, pida el permiso y se va a cuidarlo. En cuanto a la información de la reunión, se entera después, su jefe inmediato se la da —dijo mientras se volteaba a verla y continuó dirigiéndose a los presentes—. Por lo sucedido, se suspende esta reunión, debemos encontrarnos relajados y frescos para que se den todas las actividades, esto que acaba de ocurrir, afecta las decisiones que vayamos a tomar, les estaré avisando para cuando haya un nuevo encuentro —expresó y salió del salón de juntas.

Después de lo ocurrido, el personal de la empresa, quedó en una tensión extrema, puesto que su jefe, es una persona orgullosa y vengativa; y esa humillación que recibió, se la va a cobrar con los que allí trabajan, en especial con Ross Wolff de Pons.

Ross se encuentra sumergida en sus pensamientos, por lo que no le da importancia a lo que acaba de suceder. La sorpresa que recibió en su casa la tiene pensativa y necesita tomar una decisión antes de llegar a la misma. «Un excelente día que debo hacer con mi esposo?», es la pregunta que ronda por la cabeza de aquella mujer.

Cuando se dirige a su oficina, le dio un mareo y casi cae al suelo, pero Elon, se encontraba cerca y la sostuvo, la llevo hasta un sofá que se encontraba cerca y pidió que le llevaran un vaso con agua.

— ¿Se encuentra Bien, señora Pons?, por poco cae al piso.

— Si me encuentro bien, debe ser el calor y todas las cosas que he hecho en poco tiempo —dijo mientras respira profundo, puesto que siente que le falta el aire— este calor es asfixiante y con las carreras que ando me dio un mareo, pero ya me encuentro bien, gracias por su apoyo.

— Siempre a su orden —musito Elon Jobs, quien fue el hombre que la ayudo.

Después de ese hecho, Ross, regresa a su oficina a terminar de arreglar unos asuntos pendientes. Solo quiere que ese dia termine y poder solucionar sus problemas personales.

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