Fue en ese instante que nuestra conexión se acabó. Él dio otro paso atrás y yo continúe con la cabeza agachada, incapaz de pronunciar ninguna palabra.No hicimos ningún intento por comunicarnos, solo salí corriendo del kiosco, sintiendo cómo las lágrimas empezaban a acumularse en mis ojos.Busqué a mi hermano, a Scott, a Monserrat y a Angelina, quienes habían salido en busca mía. Los encontré reunidos en un rincón del salón, preocupados por mi repentino escape.—¿Qué sucede? —pregunté, intentando controlar el sollozo que amenazaba con escaparse de mis labios.—El vals está por comenzar, madre quiere que vayas a tomar tu lugar —respondió Dylan, con una expresión de confusión y curiosidad en su rostro.—Sí, ya voy —respondí con voz entrecortada, secando una lágrima rebelde que se deslizó por mi mejilla.—Max no sabía que ya habías llegado —intervino Angelina, acercándose a Max con una expresióncalida.Sentí un nudo en mi pecho al ver cómo se acercaba a él, pero Max solo asintió con la ca
★ Max —La fiesta fue increíble, me gustó mucho. Ni siquiera me despedí de Hanna. —Pronunció Angelina con una sonrisa en el rostro —Gracias por acompañarme a mi casa, Max. Todos creíamos que no ibas a aparecer en la fiesta.—Sí —respondí, sintiéndome un poco incómodo por su comentario.—¿Crees que Hanna y Scott pronto sean novios? Se ve que hay mucha química entre ellos —preguntó Angelina con curiosidad.—No lo creo. Lo que creo es que Hanna es... —no pude terminar la frase ya que Angelina empezó a reír —¿Qué te resulta tan gracioso?—Max, es la frase más larga que te he escuchado decir en toda la noche —dijo entre risas, mientras yo la observaba en silencio por un instante.—Lo sé, es solo que he estado un poco distraído —respondí, tratando de ocultar mi verdadero pensamiento.—Oye, quería preguntarte, ¿qué te pasó en el labio? ¿Te peleaste? —Angelina estaba a punto de tocar mi labio con su pulgar, pero detuve su mano suavemente.—No importa, ya estamos por llegar a tu casa —traté de
Al entrar a casa nuevamente, los gritos de mis padres llenaron el ambiente, como una constante tormenta que debía soportar una y otra vez.—¿Dónde demonios estabas? ¿Sabías que Hanna se fue con Scott? —mi padre se acercó a mí, intentando intimidarme con su mirada penetrante.Respiré hondo, preparándome para enfrentarlo.—Llevé a Angelina a su casa, además, no veo por qué debería importarme quién lleva a Hanna a su casa.Mi padre frunció el ceño, con una mezcla de frustración y preocupación en su rostro.—Te dije que debes conquistar a Hanna Hans, y ahora alguien más está ganando terreno.Negué con la cabeza, sin dejarme afectar por sus palabras.—No me interesa, papá. Hanna no me interesa de esa manera, así que déjala y deja de involucrarla en tus ambiciones desmedidas. Estoy cansado de escuchar siempre lo mismo.Mi hermana Monserrat, quien había estado escondida en un rincón durante la discusión, finalmente se dejó ver.—Papá, ¿por qué le pides a Monserrat que se involucre con Dylan?
—¿Aún no se te quita el mal humor? —Scott me preguntó con curiosidad.—No tengo mal humor, solo no me siento cómodo —expliqué, tratando de encontrar las palabras adecuadas.—Max, ¿te gusta Hanna? —La pregunta de Scott me tomó por sorpresa, dejándome sin palabras por un momento.—No, solo es una amiga. —Contesté, negando rápidamente cualquier sentimiento adicional.—Ah, es que... —Scott intentó continuar, intrigado.—¿Qué? ¿A ti te gusta ella? —Repliqué, intentando desviar la conversación.—No, bueno, sí. Max, Hanna me gusta, es increíble. Pero como tú y ella son muy unidos, por eso preguntaba si a ti también te gustaba. —Scott confesó tímidamente su interés.—No, ella no me gusta —respondí rápidamente, intentando ocultar cualquier rastro de celos que pudiera surgir.—Entonces, no te molestará si la invito a salir —Scott propuso, y en ese momento sentí una chispa de irritación.—No, haz lo que quieras —contesté secamente, dando unos pasos para alejarme, mientras él corría detrás de mí.
★Matthew Hans. —Señor Hans, aquí está el balance que me pidió —dijo mi secretaria mientras se acercaba a mí con una carpeta en la mano.Últimamente, he notado algunas anomalías en la compañía. Mi preocupación se intensificó al revisar el documento y darme cuenta de que muchas cosas no concordaban. —¿Quién firmó el informe? —pregunté frunciendo el ceño. —Su socio Marco —respondió ella con tono preocupado. —Maldita sea, estos son muchos gastos. Iré a hablar con él inmediatamente. Me puse en pie rápidamente y me acomodé el saco, dirigiéndome hacia la puerta de la oficina. Al salir de la empresa, me encaminé hacia la casa de Marco y toqué el timbre. En pocos segundos, la puerta se abrió y se encontraba Maximiliano frente a mí. —¿Está tu padre? —pregunté, impaciente. Él se hizo a un lado, permitiéndome el acceso. —En su despacho —respondió brevemente. Comencé a caminar, pasando junto a Maximiliano, quien abrió la puerta del despacho sin necesidad de tocarla. Al entrar, me encont
★Max. —¿Crees que se pondrá bien la madre de Scott? —Su condición es crítica, es posible que no se recupere. —¿No puedes hablar con un tono más dulce? Scott dijo que ella despertó esta tarde y se sentía bien. —Lina, la mayoría de las personas antes de morir tienen mejorías, para luego recibir una gran recaída, ella no se mejorará. —Qué cruel eres al hablar, Máx. —Así soy yo —mencioné con voz fría y distante, dejando claro mi falta de empatía. —Máx, me gusta Dylan —sus palabras resonaron en el aire, deteniendo mis pasos en seco. —A mí me gustas tú —expresé, sintiendo cómo el peso de la situación recaía sobre mí. Sabía que había algo entre nosotros, pero no esperaba que Lina confesara sus sentimientos en ese preciso momento. —Lo sé, Dylan me lo dijo cuando me confesó que yo le gustaba, Max No lo planeé y, en verdad, lo siento, pero no quiero que te sientas mal si acepto ser su novia —su tono era apesadumbrado, como si el peso de la culpa se hiciera presente en cada
—Vaya mierda, mientras Hanna espera a que la llames, estás aquí cogiéndote a mi hermana. —Mi voz sonó cargada de furia y Scott se sentó de un tirón en la cama, tratando de cubrirse con las sábanas.—Hermano...—Tú cállate, esto no es contigo —le espeté a Mons.Monserrat miró hacia abajo, avergonzada.—Hanna no está, ¿verdad? —preguntó Scott con sarcasmo.—Sí, pero hasta donde sé, aún no han terminado, ya que Hanna me contó que siguen saliendo. Le pediste mantener una relación a distancia mientras te acostabas con mi hermana. Vaya gran novio eres, Scott. Ahora lárgate de mi casa.—No, Scott y yo nos amamos —pronunció Monserrat, haciendo que una risa irónica escapara de mis labios.—Creo que deberías decirle a Hanna que amas a mi hermana y terminar con ella de una vez —dije con desdén.—No, lo de tu hermana fue un desliz, yo amo a Hanna —insistió Scott.—Trata de decir eso cuando tu maldito miembro deje de estar dentro de mi hermana. Me dan tanto asco los dos, pero los dejaré para que c
—Lo siento, Max. No quise mencionarlo. Debe ser doloroso para ti —dijo con una expresión de disculpa en su rostro.—Angelina, Hannah. Termina la frase. Dylan y Angelina están muy enamorados. —exclamé con amargura.—Max, lo siento. Sé que ella te gustaba mucho —me dijo Hanna con pesar.—No es la primera vez que pierdo a alguien que me gusta. Lo superaré. Angelina es agradable, aunque sí me duele. Estaba empezando a enamorarme de ella —respondí, con tristeza en mi voz.—Lo siento. ¿No es la primera? ¿Quién fue la primera? —preguntó Hanna curiosamente.—No importa —contesté con un dejo de dolor en mi voz.—Claro que importa, nunca te conocí ninguna novia, siempre estabas solo.—Nunca he tenido novia —confesé resignado.—Oye, eso es verdad, nunca te he visto con mujeres. ¿Acaso eres hombre? ¿No eres gay? —dijo riendo nerviosamente.Empecé a reír también. —Cuando me enamoro, soy muy fiel, Hanna. Jamás traicionaría mis sentimientos.—Pues lo dudo. No has tenido ninguna novia y tu mejor ami