—¡Quiero que te largues de mi casa, insolente! — Sally cubrió su cuerpo desnudo con una sábana mientras su esposo le gritaba histérico y fuera de lugar.
—Brent, escúchame, déjame explicarte…—¡Cállate, traidora!, ¿cómo has podido serme infiel cuando te lo he dado todo? Y tú, maldito bastardo, ¡Lárgate antes de que te muela a golpes y acabe con tu miserable vida! —Brent había perdido el control.—Por favor, déjame explicarte qué sucedió.—¿Qué vas a decirme?—Yo… —Sally guardó silencio al no saber qué decir, de cierta forma no había nada que pudiera expresar.—Vístete y lárgate de mi casa. Eres una cualquiera, me avergüenzas. Al menos te hubieras ido a un hotel en vez de coger con ese tipo en nuestra cama. ¡Perra! —Sally bajó la mirada al suelo. No tenía nada que decir, ni siquiera recordaba cómo fue que llegó a estar en los brazos de ese hombre que ni ella misma conocía. El último recuerdo fue haber tomado un jugo con su hermana, y luego de eso ya no hay más en su memoria, hasta esa mañana que escuchó el grito de Brent tras encontrarla en la habitación envuelta en las sábanas con un desconocido.Sally se alistó tan rápido como pudo, y sin opciones preparó su maleta para irse de la casa, no tenía forma de convencerlo de lo contrario, de demostrarle que no había sido su culpa.Con cuidado bajo las escaleras hasta la sala de estar, lloraba a moco suelto por el dolor de saber que su relación había fracasado sin causa justa, Brent estaba en la puerta esperando a que ella se marchara de una vez de su casa, pero Sally no quería hacerlo, lo amaba, lo amaba con locura y no quería dejarlo.—Por favor, no me dejes, te juro por mi vida que nunca te sería infiel, algo sucedió anoche, y no fue consensuado lo que ocurrió entre ese sujeto y yo. Brent, te amo, mi amor, jamás podría mirar a otro hombre que no fuera a ti. —No mentía, Brent era su gran amor de toda la vida, lo conoció desde la universidad, y desde entonces han estado juntos, pero algo sucedió anoche, algo malvado le ocurrió a Sally.—¿Amarme? No finjas amarme cuando te revolcaste con otro hombre en mi casa, mi cama. Yo si te amo, pero has roto con mi ilusión, Sally. Te creí una mujer sensata, respetable, y mírate, terminaste siendo una cualquiera. —sus ofensas le dolían.—¡Nunca te sería infiel, por Dios, créeme!—No puedo creerte cuando me has roto el corazón. Sally te vi, te vi desnuda y envuelta entre los brazos de ese hombre. ¿Cómo creerte? ¡Mi mujer estaba durmiendo con otro hombre, m*****a sea! —Brent gritó de nuevo al momento de quebrar contra el suelo un jarrón—. ¡Te quiero fuera de mi casa, de mi vida!—¿Nos vamos a divorciar? — preguntó con la voz cortada.—Sí, no pienso seguir casado contigo. No me mereces. —ella cubrió su boca tratando de ahogar el llanto, su corazón se había quebrado en miles de pedazos. Había soñado un mundo hermoso al lado de él, y ahora todo se volvió negro y vacío.—Brent, piénsalo bien. Deberías de creerme y ayudarme a saber cómo ese hombre llegó a mi lado. ¡Pudo haber abusado de mí y tú solo supones que yo me revolqué con él, soy una mujer con clase, con criterios y principios, fui criada con valores y jamás en mi vida le faltaría el respeto al hombre que es mi esposo, pero tú no me crees y me juzga por lo que viste!—¡No vas a convencerme de lo contrario, Sally, no seré el idiota cornudo, te largas de mi casa y jamás vuelvas, no quiero verte, y la próxima vez que te vea será para que firmemos el divorcio. Mi peor error fue confiar en ti!—Tu peor error es este, juzgarme y no creerme. —Brent se acercó a ella.—Vete, y para que te quede claro, no te voy a dar ni un centavo de mi dinero, perra. —lo abofeteó sin importar el que su mano ardiera de dolor.—Vas a vivir arrepentido toda tu vida, Brent, porque esto no fue más que una trampa de alguien que desea verme separada de ti. Me rompes el corazón, el alma, pero eso lo llevaré grabado en mi mente para así cuando me busques, tener presente este momento y mandarte a volar. He estado contigo en todo instante de tu vida, eso debe ser suficiente para darte cuenta de que nunca te lastimaría. —dijo cerca de su rostro.—Conmovedor, pero no lo suficiente para seguir engañándome. Deja las llaves sobre la mesa y vete. —pasó por su lado para dirigirse a su despacho, ella limpió sus lágrimas y dejó las llaves en donde le pidió, antes de irse, se devolvió, y justo cuando pretendía tocar la puerta de su despacho para decirle cuánto lo amaba y que estaba embarazada, escuchó una risilla femenina familiar, seguido de un comentario que le destrozó la vida.—¿Ya se fue? Quiero tenerte para mí solito. —preguntó la mujer.—Sí, ahora soy todo tuyo, el plan funcionó, llegó drogada anoche y el sujeto que contraté hizo su labor con ella. Nada nos podrá impedir amarnos, mi vida. —Sally colocó su mano en vientre y cerró sus ojos al escuchar a Brent confesar que todo había sido planeado.—Deberías agradecerme a mí, hacerla tomarse todo el jugo me costó mucho, pero la convencí. Pobre de mi hermanita, debe estar llorando porque la has dejado. No sé cómo te pudiste casarte con ella cuando siempre han sido una tonta —Sally quería desaparecer, su propia hermana y su esposo, la habían traicionado—. Ahora solo queda que se divorcien, y así tú y yo nos podremos casar y tener esa vida que tanto hemos añorado. Soy la mujer que mereces, mi amor. Soy aquella que debe estar a tu lado para representarte en todos los sentidos.—Los trámites están en proceso, pronto seré un hombre libre para ti. Me encantas demasiado, tu cuerpo, tus besos y tu forma de hacerme el amor y sentir hombre, eres maravillosa, incomparable. Cómo no me fijé en ti antes.—No me sirve un divorcio, Brent, la quiero fuera de mi camino —Brent frunció el ceño—, la quiero muerta. —Sally, al no poder escuchar más, retrocedió, volvió a la sala de estar y cogió la maleta para salir huyendo, subió al auto y se desplomó a llorar. Sintió tanto dolor y repudio en la vida, la decepción la estaba quemando viva, y más por la idea de saber que estaba esperando un hijo de aquel hombre que amaba y a su vez odiaba por haberla traicionado junto con su hermana.Ella encendió el auto y salió de la mansión, sin esperar, y suponer que un destino peor le esperaba.Condujo a toda velocidad, y cuando intento en varias oportunidades de hacer frenar el auto, chocó contra un camión del cual sería imposible sobrevivir.—Cada día te soporto menos y te odio más. —comentó Brent con los dientes apretados. —Eso no era lo que decías cuando me querías tener como tú esposa. —respondió Carlota. —Y no sabes cuánto me arrepiento de aquella decisión, me siento el hombre más embarcado de la vida. Consideré que eras la ideal para mí, pero solo fingiste para hacerme caer en tus encantos, bruja. —Carlota rodó la mirada y subió sobre su rezago. —Deja de odiarme tanto, igual te hago sentir hombre y eso te encanta. — susurró encendiendo su cuerpo. —No te equivocas, has sabido cómo tenerme enredado en tus redes a pesar de que solo estás conmigo por mi dinero y un capricho de envidia hacia tu hermana. —Difunta hermana, de seguro debe estar en el infierno revolcándose de ira tras ver qué su amado hombre ahora es mío y solo mío. — se desnudaron con rapidez, él la subió al escritorio y allí comenzó a poseerla. La relación entre Carlota y él se había convertido en algo más sexual que sentimental, con el tiempo Brent se
Brent no había logrado pegar un ojo en toda la noche tras recordar la presencia de Sally, no se explicaba cómo era posible que ella estuviera viva luego de aquel terrible accidente, aunque de cierta forma su cuerpo nunca estuvo presente, buscaron por tres años con las esperanzas de encontrarla viva, pero un día se agotaron las esperanzas y la dieron por muerta.Él no quiso mencionarle a Carlota la aparición de su hermana para evitar un escándalo y que ella en medio de su histeria volviera a atentar en contra de Sally, ahora que estaba de vuelta pretendía buscarla para hablarle y pedirle perdón por las decisiones del pasado que tomó sin antes pensar. Recordó en ese instante las palabras que Sally le dijo aquel día antes de dejarla, y era que él iba a buscarla arrepentido y ella lo iba a rechazar, pero eso no iba a impedirle a Brent querer intentar recuperarla.Muy tarde él se dio cuenta de su amor por ella, de que en realidad Sally era la mujer que lo sabía valorar y representar.Brent
—¡No, no acepto que ella esté viva! —Carlota tiró al suelo todo lo que había en su camino, estaba histérica por la noticia de que su hermana estuvo viva durante estos años y había vuelto.—Es la nueva presidenta en la compañía. —mencionó Brent cabizbajo, ella volteó a verlo con sus ojos abiertos y petrificada.—¿Qué? —ya la noticia había sido oficial, como lo habían predicho el día de ayer en la reunión. Brent había quedado fuera y no tuvo más opciones que aceptar un nuevo cargo de bajo rango, y por si fuera poco, tendría que ajustarle cuentas a ella de todo.—Como escuchaste, Sally volvió para vengarse de nosotros, y todo por tu maldita culpa, por haberle ocasionado ese accidente. ¡Ella estaba embarazada de mí, Carlota, y perdió al bebé en ese accidente que tú ocasionaste! —le gritó en la cara enfadada. Ella enarcó su ceja y lo empujó con molestia.—No me culpes a mí solamente, te recuerdo que tú estuviste de acuerdo conmigo, eres tan culpable como yo, y los dos estamos metidos en es
—Quiero que tiren esto, esto y eso de allá a la basura y lo quemen todo. Suban a la habitación donde dormía mi hermana con mi esposo y saquen de allí todo lo que es de ella y también lo quemen, todo lo que ustedes sepan que pertenece a Carlota préndanle fuego sin miedo, y… suban mis maletas, limpien con rapidez la habitación y acondiciónenla para mí. —el personal de la Mansión Loughty se miraron entre sí confundidos, la mayoría al ser nuevos no la conocían, pero los que ya habían compartido con ella era evidente que si la recordaban muy bien, tanto que su regreso los animaba.—Señor…—Como señora única de la mansión, tienen que obedecerme, sé que muchos no saben quién soy yo, ni que sucedió con Carlota, solo diré que ella no volverá a este hogar jamás porque la única señora de aquí ha vuelto, y esa soy yo, la única esposa que tiene Brent Loughty soy yo. Así que les sugiero que hagan todo lo que les pido, saquen de mi hogar todas las cosas de esa arpía, dense gusto quemándolas, que sé
—¿Te acostaste con ella, verdad? —Carlota se mostró desesperada por saber qué había sucedido anoche entre los dos—. ¡Respóndeme!—¡No, no me acosté con ella, Carlota, no lo hice si eso es lo que tanto te preocupa! —espetó.—Dios, esto es una tortura para mí. —lo abrazó aferrándose a él, Carlota, por más ruda que se viera o les hiciera creer a todo, tenía sus sentimientos, y el único hombre que logró despertar eso en ella, había sido Brent, su gran problema, era que por más amor que tuviera hacia él, su ambición y su carácter la llevaban a cometer errores, tantos que no le importaba tener que manipularlo con llantos y palabras lindas para salirse con la suya.—No deberías venir más a la compañía, si Sally se entera te impedirá la entrada y eso será más humillante para ti. —le sugirió Brent, ese que estaba enredado entre dos mujeres, una que despertaba sus pasiones y deseos carnales más profundos, y otra que hacía que su corazón latiera desenfrenadamente y a cada instante.—No me pidas
Los padres de Sally y toda la familia festejaban el que ella estuviera viva, estaban todos, tíos, primos, abuelos e incluso, Carlota también estaba presente, odiando que su regreso llamara la atención de todos volviendo así ella a quedar en el olvido, siempre Sally había sido el centro de atención en la familia, por ser una joven dulce e inteligente, con el mejor nivel académico y por sus logros en tan corta edad, ser la primera de familia en contraer matrimonio, en tener la vida perfecta, incluso, en ser la primera en embarazarte, aquella, para su hermana mayor era una desgracia, un estorbo del cual debía deshacerse y hacer su vida miserable.Brent de igual forma había asistido, por supuesto la familia no decía nada referente al tema de ellos, o de que iba a suceder con Carlota, estaban centrados únicamente en Sally y en que estaba bien y que había pasado en esos años que la creyeron muerta.Los padres de Sally si no podían obviar el tema, pues sus dos hijas estaban enamorados del mi
Sally saltó sobre los brazos de Bruce al verlo entrar en su oficina, llevaba días sin saber de él porque estaba de viaje, y en su regreso le volvió la felicidad al cuerpo.—¡Te extrañé! —expresó ella.—Yo igual, preciosa. ¿Cómo te va aquí en esta empresa? ¿Y cómo vas con esos planes? —lo invitó a tomar un asiento mientras le sirvió un trago.—Muy bien, mi hermana está que revienta de odio, y Brent, lo tengo comiendo de mi mano, lo he seducido como me ensañaste, hago que sus pelotas le duelan por horas.—Me da gusto, pero debes tener cuidado, cuidar tus sentimientos y estar pendiente de Carlota.—Lo estoy, no te preocupes por eso. Aprendí muchas cosas de ti, Bruce, te debo tanto, te debo mi vida. —se sentó sobre su rezago.—Ese día que te saqué el auto casi muerta, y escuché tu voz suplicándome asustada que te salvará de ellos, me prometí cuidarte, velar por tu bienestar y mantenerte a salvo de todo el mundo, y luego cuando te recuperaste y me dijiste que querías venganza y volver, lo
—Has estado muy callado, ¿la noticia te afectó? No estés triste. —bebió un trago Brent. —No estoy triste, estoy molesto, tú y tu hermana no hacen más que enredarme y jugar conmigo a su conveniencia. —ella se sentó sobre su rezago y acarició su cabello liso, ese acto hizo que Brent se laxara y suspirara.—Ella es la que siempre ha jugado con tus sentimientos y pensamientos. Conmigo lo tuviste todo, pero decidiste renunciar por unas noches de pasión más intensas. —susurró con una voz tenue.—Estoy confundido, ella, tú, mis sentimientos por las dos. He pasado estos años extrañándote, ansiando que volvieras, pero no la quiero perder a ella. Es muy posible que suene egoísta, o mejor dicho, sínico, pero quiero tenerla a las dos. —Sally soltó una risilla, él esperó que su reacción fuera algo más molesta, y no fue así.—¿Tenernos a las dos? Oh, Brent, no vueles muy alto, porque el golpe al caer puede ser muy fuerte. Deja a Carlota, hazla a un lado y te ofrezco todo, amor, comprensión, atenció