Brent no había logrado pegar un ojo en toda la noche tras recordar la presencia de Sally, no se explicaba cómo era posible que ella estuviera viva luego de aquel terrible accidente, aunque de cierta forma su cuerpo nunca estuvo presente, buscaron por tres años con las esperanzas de encontrarla viva, pero un día se agotaron las esperanzas y la dieron por muerta.
Él no quiso mencionarle a Carlota la aparición de su hermana para evitar un escándalo y que ella en medio de su histeria volviera a atentar en contra de Sally, ahora que estaba de vuelta pretendía buscarla para hablarle y pedirle perdón por las decisiones del pasado que tomó sin antes pensar. Recordó en ese instante las palabras que Sally le dijo aquel día antes de dejarla, y era que él iba a buscarla arrepentido y ella lo iba a rechazar, pero eso no iba a impedirle a Brent querer intentar recuperarla.
Muy tarde él se dio cuenta de su amor por ella, de que en realidad Sally era la mujer que lo sabía valorar y representar.
Brent entró en su oficina donde se encontró con Goldon atacado porque la reunión se llevaría en media hora y Brent estaba perdiendo aliados, si la mayoría votaba en contra de él, perdería su cargo en la compañía, un cargo que perduró en su familia por muchas décadas.
—Esto se está saliendo de control, ¡Sally está viva! —Expresó Goldon—. Y lo peor no es eso, Brent, la mayoría al parecer la quiere apoyar a ella para tomar tu cargo. Debes hacer algo o lo perderás todo. —Brent dejó su portafolio sobre el escritorio y ajustó su traje para luego coger unos documentos y llevarlo consigo a la reunión—. Brent, estoy hablando contigo.
—No tengo cabeza en este momento, Goldon. Su aparición me tiene… con la piel erizada, estoy aterrado porque siento que vi anoche un fantasma.
—Pues ella no era un fantasma, era Sally, tu esposa, o exesposa o difunta esposa, que sé yo. Ya no sé ni que son ahora. —Goldon dio vueltas en círculos.
—Me pones nervioso con tus actitudes, te necesito concentrado en este momento. Mi cargo como presidente de la compañía corre grandes riesgos y no puedo dejar que el regreso de Sally me desconcentre, tengo que pelear por mi puesto y no dejar que ella me lo quité. Ha vuelto para vengarse de mí y quitarme todo.
—¿Cómo que para vengarse de ti? No le has hecho nada. ¿O lo dices porque estás casado con Carlota, su hermana? —no entendió por qué Brent aseguró que ella regresó por venganza.
—Olvídalo, vayamos a la reunión. Necesito que todos entiendan que yo soy el único capaz de dirigir la compañía. —espetó con seguridad y salió seguido por Goldon a la sala donde se llevaría a cabo la reunión.
Todos guardaron silencio al momento de que Brent entro en la sala, allí su mirada se centró en Sally quien mantuvo en todo instante su ceja enarcada y una sonrisa triunfante, era como si daba por hecho su cargo en las industrias Loughty.
—Señores, Buenos días. —dijo él al sentarse en su comida silla.
—Creo que no será necesario decir el tema de esta reunión cuando todos los sabemos. —Roger comenzó la charla.
—No sé por qué de un momento a otro a ti te dio por causar revuelo en mi compañía y tomarte el derecho de considerar que merece a otro director, cuando de cierta forma no lo necesita. He dirigido la compañía por muchos años y el trabajo que he hecho y mi esfuerzo en este lugar ha sido constante y satisfactorio para todos. Me siento traicionado por la gente que consideré de confianza. —se defendió sin dejar de mirar a Sally.
—Hace mucho que la compañía no venía resultados tan espléndidos como hoy en día, y eso se lo debemos a Sally. —otro accionista dio su opinión.
—¿A Sally? Les recuerdo que ella jamás estuvo presente.
—Pero mi sucesor si, y las ideas que él aportaba provenían de mí. —ella respondió.
—Sally sería la candidata perfecta para tomar el cargo. —Roger insistió.
—¿Perfecta? No puede ser perfecta cuando apenas lleva pocos minutos sentada allí junto a nosotros. No sé por qué razón ella está aquí presente cuando debería de ser Bruce. No pueden apoyar a una recién llegada, alguien que no conocemos. —Brent estaba molesto.
—Muchos la conocemos, Brent. —guardó silencio.
—Todos sabemos que desde el momento en que Bruce formó parte de la compañía nos ha ido mejor, y siempre nos informó que sus ideas provenían de su mujer, él le cedió sus acciones a Sally y ahora pienso que no podemos dejar pasar la oportunidad de entregar la dirección a ella. Sus ideas nos han ayudado mucho, su proyecto fue todo un éxito, y desde que sus ideas llegaron a nosotros hemos tenido maravillosos resultados, los cuales no podemos pasar por debajo de la mesa. Allí tienen una carpeta con los planes que tiene para compañía y hacerla crecer, en mi caso digo que es magnífico y no podemos desaprovechar tan semejante inteligencia y eficiencia. Sally es la candidata indicada para tomar el puesto de Brent, y muchos de ustedes son consiente de que tengo toda la razón. —Brent tensó su mandíbula y miró con desprecio a Roger por causar este desastre, su cargo estaba en juego y no quería perderlo, pero tampoco sabía cómo actuar ante este problema.
—¿No tienes nada que decir, Brent? —inquirió otro socio.
—Sí, y debo decir que es una completa locura lo que pretenden hacer. No pueden confiarse solo porque ofrece buenas ideas. Admito que desde la llegada de Bruce hemos tenido grandes resultados, y que los números se han elevado, pero eso no garantiza el futuro de la compañía. No es solo implantar ideas, es saber cómo ejecutarlas, como tener control de una inmensa compañía que cuenta con cientos y cientos de empleados, de tomar decisiones que no pongan en riesgo el trabajo y la dedicación de cada uno, de saber liderar, gobernar y mantener el orden. Eso ella quizás no lo tenga presente, nunca en su vida ha tenido tanto control de algo tan grande como lo es esto, y en mi opinión y defensa debo decir que es absurdo el siquiera pensar que alguien puede suplantarme. —contempló a Sally quien se colocó de pies.
—Es cierto lo que dice, pero solo una parte. Si me dan la oportunidad no los voy a decepcionar, les puedo asegurar que conmigo la compañía nunca tendrá fallas, siempre les ofreceré buenos resultados. No discutiré por un cambio de directivo, no le exigiré ni me molestaré en convencerlos. Ustedes son los que tienen la decisión y los que han visto y vivido en esta compañía bajo el mando de Brent Loughty. El futuro de esta maravillosa Industria, queda en sus manos. —volvió a tomar asiento. Goldon negó porque era un hecho, Roger estaba ganando.
—Bien señores, es momento de decidir, los que estén a favor de Sally, levantar sus manos. —Brent trago grueso al mirar que la gran mayoría voto a favor de ella, tanto fue su impotencia que se levantó de su asiento y golpeó sobre la mesa.
—¡No, no pueden tomar esa decisión así! —se negó a perder.
—Es momento de hacer cambios, Brent, lo sentimos, pero ya no te queremos cómo director, confiamos en Sally. —no podía hacer nada si todos decidían por ella. Bajó la mirada, derrotado y perdido.
Sally había ganado, había ganado el cargo de la presidencia y Brent no pudo evitarlo.
Así daba ella inicio a su venganza, apenas estaba comenzando con sus planes, y el tener la directiva de la compañía era un amplio logro, el cual saboreaba y disfrutaba.
Mañana se haría oficial la noticia en toda la compañía, eso iba a ser humillante para Brent, venir a trabajar y tomar otro puesto de menor rango al que no está acostumbrado. No toleraba la idea de ser gobernado, de ser dirigido por otra persona cuya mujer había sido su esposa.
Los accionistas se retiraron dejándolos solos, Brent se sentó desanimado y con la moral por el suelo, ella caminó en su dirección y se sentó sobre la mesa a un lado de él con su pierna cruzada y la sonrisa en su rostro.
—Nunca debiste hacerme daño, Brent. Te amaba, te admiraba y te valoraba, pero tú caíste en los encantos de mi hermana y la convertiste en tu amante, y ahora los dos van a saber lo que es sufrir en realidad, y lo que se siente que te quiten todo. —él elevó su vista.
—Lo siento mucho, Sally, te juro que vivo arrepentido. —ella acarició la mejilla de Brent.
—Me da gusto que vivas arrepentido, y que sufras de tu error. Esto apenas inicia, querido, voy a robarles todo, así como ustedes me robaron todo a mí aquel día. Intentaron hacerme pasar por loca, dejaste que un hombre me tomará sin mi consentimiento, y lo peor… Me intentaron asesinar.
—No moriste.
—No, pero mi hijo, nuestro hijo, Brent, no corrió con la misma suerte. Tú y Carlota mataron a ese bebé que estaba creciendo dentro de mí, mataste a tu propio hijo. —Brent abrió sus ojos ante aquella noticia.
Sally bajó de la mesa para tomar su bolso y salir de allí con el alma desgarrada por recordar la pérdida de su bebé, aun así, no derramó ni una lágrima, no cuando su corazón estaba envuelto por la ira y la sed de venganza.
—¡No, no acepto que ella esté viva! —Carlota tiró al suelo todo lo que había en su camino, estaba histérica por la noticia de que su hermana estuvo viva durante estos años y había vuelto.—Es la nueva presidenta en la compañía. —mencionó Brent cabizbajo, ella volteó a verlo con sus ojos abiertos y petrificada.—¿Qué? —ya la noticia había sido oficial, como lo habían predicho el día de ayer en la reunión. Brent había quedado fuera y no tuvo más opciones que aceptar un nuevo cargo de bajo rango, y por si fuera poco, tendría que ajustarle cuentas a ella de todo.—Como escuchaste, Sally volvió para vengarse de nosotros, y todo por tu maldita culpa, por haberle ocasionado ese accidente. ¡Ella estaba embarazada de mí, Carlota, y perdió al bebé en ese accidente que tú ocasionaste! —le gritó en la cara enfadada. Ella enarcó su ceja y lo empujó con molestia.—No me culpes a mí solamente, te recuerdo que tú estuviste de acuerdo conmigo, eres tan culpable como yo, y los dos estamos metidos en es
—Quiero que tiren esto, esto y eso de allá a la basura y lo quemen todo. Suban a la habitación donde dormía mi hermana con mi esposo y saquen de allí todo lo que es de ella y también lo quemen, todo lo que ustedes sepan que pertenece a Carlota préndanle fuego sin miedo, y… suban mis maletas, limpien con rapidez la habitación y acondiciónenla para mí. —el personal de la Mansión Loughty se miraron entre sí confundidos, la mayoría al ser nuevos no la conocían, pero los que ya habían compartido con ella era evidente que si la recordaban muy bien, tanto que su regreso los animaba.—Señor…—Como señora única de la mansión, tienen que obedecerme, sé que muchos no saben quién soy yo, ni que sucedió con Carlota, solo diré que ella no volverá a este hogar jamás porque la única señora de aquí ha vuelto, y esa soy yo, la única esposa que tiene Brent Loughty soy yo. Así que les sugiero que hagan todo lo que les pido, saquen de mi hogar todas las cosas de esa arpía, dense gusto quemándolas, que sé
—¿Te acostaste con ella, verdad? —Carlota se mostró desesperada por saber qué había sucedido anoche entre los dos—. ¡Respóndeme!—¡No, no me acosté con ella, Carlota, no lo hice si eso es lo que tanto te preocupa! —espetó.—Dios, esto es una tortura para mí. —lo abrazó aferrándose a él, Carlota, por más ruda que se viera o les hiciera creer a todo, tenía sus sentimientos, y el único hombre que logró despertar eso en ella, había sido Brent, su gran problema, era que por más amor que tuviera hacia él, su ambición y su carácter la llevaban a cometer errores, tantos que no le importaba tener que manipularlo con llantos y palabras lindas para salirse con la suya.—No deberías venir más a la compañía, si Sally se entera te impedirá la entrada y eso será más humillante para ti. —le sugirió Brent, ese que estaba enredado entre dos mujeres, una que despertaba sus pasiones y deseos carnales más profundos, y otra que hacía que su corazón latiera desenfrenadamente y a cada instante.—No me pidas
Los padres de Sally y toda la familia festejaban el que ella estuviera viva, estaban todos, tíos, primos, abuelos e incluso, Carlota también estaba presente, odiando que su regreso llamara la atención de todos volviendo así ella a quedar en el olvido, siempre Sally había sido el centro de atención en la familia, por ser una joven dulce e inteligente, con el mejor nivel académico y por sus logros en tan corta edad, ser la primera de familia en contraer matrimonio, en tener la vida perfecta, incluso, en ser la primera en embarazarte, aquella, para su hermana mayor era una desgracia, un estorbo del cual debía deshacerse y hacer su vida miserable.Brent de igual forma había asistido, por supuesto la familia no decía nada referente al tema de ellos, o de que iba a suceder con Carlota, estaban centrados únicamente en Sally y en que estaba bien y que había pasado en esos años que la creyeron muerta.Los padres de Sally si no podían obviar el tema, pues sus dos hijas estaban enamorados del mi
Sally saltó sobre los brazos de Bruce al verlo entrar en su oficina, llevaba días sin saber de él porque estaba de viaje, y en su regreso le volvió la felicidad al cuerpo.—¡Te extrañé! —expresó ella.—Yo igual, preciosa. ¿Cómo te va aquí en esta empresa? ¿Y cómo vas con esos planes? —lo invitó a tomar un asiento mientras le sirvió un trago.—Muy bien, mi hermana está que revienta de odio, y Brent, lo tengo comiendo de mi mano, lo he seducido como me ensañaste, hago que sus pelotas le duelan por horas.—Me da gusto, pero debes tener cuidado, cuidar tus sentimientos y estar pendiente de Carlota.—Lo estoy, no te preocupes por eso. Aprendí muchas cosas de ti, Bruce, te debo tanto, te debo mi vida. —se sentó sobre su rezago.—Ese día que te saqué el auto casi muerta, y escuché tu voz suplicándome asustada que te salvará de ellos, me prometí cuidarte, velar por tu bienestar y mantenerte a salvo de todo el mundo, y luego cuando te recuperaste y me dijiste que querías venganza y volver, lo
—Has estado muy callado, ¿la noticia te afectó? No estés triste. —bebió un trago Brent. —No estoy triste, estoy molesto, tú y tu hermana no hacen más que enredarme y jugar conmigo a su conveniencia. —ella se sentó sobre su rezago y acarició su cabello liso, ese acto hizo que Brent se laxara y suspirara.—Ella es la que siempre ha jugado con tus sentimientos y pensamientos. Conmigo lo tuviste todo, pero decidiste renunciar por unas noches de pasión más intensas. —susurró con una voz tenue.—Estoy confundido, ella, tú, mis sentimientos por las dos. He pasado estos años extrañándote, ansiando que volvieras, pero no la quiero perder a ella. Es muy posible que suene egoísta, o mejor dicho, sínico, pero quiero tenerla a las dos. —Sally soltó una risilla, él esperó que su reacción fuera algo más molesta, y no fue así.—¿Tenernos a las dos? Oh, Brent, no vueles muy alto, porque el golpe al caer puede ser muy fuerte. Deja a Carlota, hazla a un lado y te ofrezco todo, amor, comprensión, atenció
—¡Esa mujer está loca, te pudo haber hecho daño en frente de todos! —expresó Emilia con escándalo—. Eso debe saberlo Bruce. —No, si Bruce se entera querrá que yo me aleje de todos, aparte no creo que debamos preocuparlo. —Emilia negó en total desacuerdo. Adoraban tanto a Sally que ni ella y su hermano la dejarían correr tanto peligro. —Estás como loca, él tiene que saber que Carlota te apuntó con un arma, además, ya debe saber la noticia, y si no llego a mencionarle nada me mandará de vuelta a Dubai por no haberle dicho. Ya conoces a Bruce. —Por supuesto que me conoce —ambas voltearon a verlo. Sally se mantuvo inquieta ante la expresión del hombre—. Te quiero retirada de todo esto, Carlota está perdiendo el control y no pienso seguir dejando que te expongas al peligro. —No, Bruce no puedes alejarme, está enojada porque Brent…—No me interesa, Sally, no te estuve protegiendo por estos años para que vuelvas de nuevo al lado de esos infelices y termines en esta oportunidad muert
La brisa fría balanceaba el cabello de Sally mientras ella bebía una copa de vino blanco, Brent, recostado del marco de la puerta, la contemplaba con admiración y deseo al mismo tiempo pensando en como pudo haber sido tan tonto en perderla. Ella era única, una mujer alegre, sonriente y espontánea, amante de los niños y de vivir la vida en libertad y con soltura. Brent odió saber que desperdició siete años de su vida con una mujer que no le dio felicidad, y que lo único bueno que obtuvo fueron noches de placer, entendiendo que eso no era lo suficiente por más que le encantaba. Necesitaba amor, atención, cariño y ser consentido por su única esposa, necesitó de esas caricias suaves que lo hacían entrar en un trance de relajación por horas, ella lo tenía todo y él lo perdió.Volvió dentro de la casa y cogió el ramo de flores que le compró, se regresó al jardín y caminó con pasos sigilosos hacia ella para mostrarle y ofrecerle el hermoso ramo de flores, Sally, sonrió con dulzura, recibi