Sally saltó sobre los brazos de Bruce al verlo entrar en su oficina, llevaba días sin saber de él porque estaba de viaje, y en su regreso le volvió la felicidad al cuerpo.—¡Te extrañé! —expresó ella.—Yo igual, preciosa. ¿Cómo te va aquí en esta empresa? ¿Y cómo vas con esos planes? —lo invitó a tomar un asiento mientras le sirvió un trago.—Muy bien, mi hermana está que revienta de odio, y Brent, lo tengo comiendo de mi mano, lo he seducido como me ensañaste, hago que sus pelotas le duelan por horas.—Me da gusto, pero debes tener cuidado, cuidar tus sentimientos y estar pendiente de Carlota.—Lo estoy, no te preocupes por eso. Aprendí muchas cosas de ti, Bruce, te debo tanto, te debo mi vida. —se sentó sobre su rezago.—Ese día que te saqué el auto casi muerta, y escuché tu voz suplicándome asustada que te salvará de ellos, me prometí cuidarte, velar por tu bienestar y mantenerte a salvo de todo el mundo, y luego cuando te recuperaste y me dijiste que querías venganza y volver, lo
—Has estado muy callado, ¿la noticia te afectó? No estés triste. —bebió un trago Brent. —No estoy triste, estoy molesto, tú y tu hermana no hacen más que enredarme y jugar conmigo a su conveniencia. —ella se sentó sobre su rezago y acarició su cabello liso, ese acto hizo que Brent se laxara y suspirara.—Ella es la que siempre ha jugado con tus sentimientos y pensamientos. Conmigo lo tuviste todo, pero decidiste renunciar por unas noches de pasión más intensas. —susurró con una voz tenue.—Estoy confundido, ella, tú, mis sentimientos por las dos. He pasado estos años extrañándote, ansiando que volvieras, pero no la quiero perder a ella. Es muy posible que suene egoísta, o mejor dicho, sínico, pero quiero tenerla a las dos. —Sally soltó una risilla, él esperó que su reacción fuera algo más molesta, y no fue así.—¿Tenernos a las dos? Oh, Brent, no vueles muy alto, porque el golpe al caer puede ser muy fuerte. Deja a Carlota, hazla a un lado y te ofrezco todo, amor, comprensión, atenció
—¡Esa mujer está loca, te pudo haber hecho daño en frente de todos! —expresó Emilia con escándalo—. Eso debe saberlo Bruce. —No, si Bruce se entera querrá que yo me aleje de todos, aparte no creo que debamos preocuparlo. —Emilia negó en total desacuerdo. Adoraban tanto a Sally que ni ella y su hermano la dejarían correr tanto peligro. —Estás como loca, él tiene que saber que Carlota te apuntó con un arma, además, ya debe saber la noticia, y si no llego a mencionarle nada me mandará de vuelta a Dubai por no haberle dicho. Ya conoces a Bruce. —Por supuesto que me conoce —ambas voltearon a verlo. Sally se mantuvo inquieta ante la expresión del hombre—. Te quiero retirada de todo esto, Carlota está perdiendo el control y no pienso seguir dejando que te expongas al peligro. —No, Bruce no puedes alejarme, está enojada porque Brent…—No me interesa, Sally, no te estuve protegiendo por estos años para que vuelvas de nuevo al lado de esos infelices y termines en esta oportunidad muert
La brisa fría balanceaba el cabello de Sally mientras ella bebía una copa de vino blanco, Brent, recostado del marco de la puerta, la contemplaba con admiración y deseo al mismo tiempo pensando en como pudo haber sido tan tonto en perderla. Ella era única, una mujer alegre, sonriente y espontánea, amante de los niños y de vivir la vida en libertad y con soltura. Brent odió saber que desperdició siete años de su vida con una mujer que no le dio felicidad, y que lo único bueno que obtuvo fueron noches de placer, entendiendo que eso no era lo suficiente por más que le encantaba. Necesitaba amor, atención, cariño y ser consentido por su única esposa, necesitó de esas caricias suaves que lo hacían entrar en un trance de relajación por horas, ella lo tenía todo y él lo perdió.Volvió dentro de la casa y cogió el ramo de flores que le compró, se regresó al jardín y caminó con pasos sigilosos hacia ella para mostrarle y ofrecerle el hermoso ramo de flores, Sally, sonrió con dulzura, recibi
—¡¿Explícame que significa esto?! —entró con escándalo Brent en la oficina de Sally mostrando la foto de ella y Bruce. —Una foto mía y de Bruce abrazados. —respondió ella con naturalidad.—¡Déjate de juegos conmigo, Sally, no me gusta tu cercanía ante ese hombre y menos que se estén abrazados en público! —estaba histérico.—Supongo que la foto te la envío Carlota, ¿también te dijo, me apuntó con un arma en pleno centro comercial?, no, no creo que te lo haya dicho.—¿Cómo?—Así mismo como lo estás escuchando, la razón por la cual Bruce estuvo allí es porque se enteró de lo que Carlota hizo, me apuntó con un arma y con intenciones de herirme, y la única razón por la que no lo hizo fue porque estábamos en público. —Brent bajó la mirada y se sentó.—Carlota está loca.—Por supuesto que lo está. Mi hermana en serio necesita con urgencia de un médico que la atienda. —Sally volvió su vista a la laptop para seguir laborando en presencia de Brent.—¿Por qué Bruce se enteró y yo no?—
Era medio día y Brent, salió del ascensor para caminar por un largo pasillo y dar una visita inesperada. Anunció a la secretaria su llegada y ella se ocupó de informar que ya él se encontraba presente en la compañía, la mujer le cedió el permiso y lo acompañó hasta la oficina, al abrir la puerta, Bruce con sus brazos detrás de él, se volteó a verlo, tener en su compañía a Brent no era algo que sucedía siempre.—¿Le ofrezco algo de tomar? —preguntó cordialmente, Bruce era un hombre respetuoso, elegante y con una educación intachable, un hombre encantador y codiciado por sus afectos venerados hacia las mujeres, cuyas añoraban con ansias conquistar el corazón del CEO millonario.—No, mi visita aquí es porque quiero que te alejes de Sally, mi esposa y yo pretendemos formar una familia y no lo podremos lograr si tú sigues de por medio. —Bruce frunció su ceño sin comprenderlo, aun así decidió responder.—No sé por qué, dice que por mí no podrán lograr formar su familia si yo no me estoy
El fuerte sonido de la puerta ser cerrada, hizo que Sally sé centrarse en esa dirección, era Brent quien la había cerrado de ese modo para hacer notar su desconcierto con ella, por lo que sucedió en la oficina de Bruce. Ella, sabiendo su malhumor, optó por seguir centrada en desmaquillar su rostro e irse luego a dar una ducha para dormir y descansar.—Aun cuando me ignores, eso no cambiará el hecho de la humillación de hoy en frente de ese desgraciado —Ella se mantuvo de espalda a él sin responder a su comentario—. No fue justo lo de hoy, Sally. —liberó Sally un aire de fastidio.—Ya basta, te complicas la vida porque te da la gana. Olvídate de Bruce y lo de hoy, porque en serio créeme que para él, no eres más que un idiota sin importancia. No puedes pretender tener control sobre mi vida y lo que yo deba hacer y a quien ver, mis decisiones las tomo yo, Brent, y si digo que no quiero algo tú debes respetarlo, si digo que iré a alguna parte sin ti, tú debes respetarlo. Deja de seguir
Sally sentada frente a Brent, no dejó de verlo dormir profundamente luego de ayudarlo, anoche a subir a la habitación a dormir después de haber llorado frente a ella por un largo rato. Ver a Brent en ese estado la hizo sentirse mal, no era mujer de causar tanto daño en una persona, pero por más que le dolía verlo así no se iba a detener hasta acabar con ellos. En lo único que pensaba para seguir firme, era qué, lo que él está sufriendo no ha sido ni la cuarta parte de lo que ella sufrió. Brent al despertar, se sentó en la cama y se quedó centrado en Sally y ella en él, por unos segundos ella revivió viejos sentimientos por su esposo, incluso viajó en su mente al pasado cuando la relación de ambos era como sacado de un cuento de hadas. Sally no tenía explicación alguna de que había sucedido con él y porque razón permitió que Carlota lo envolviera a tal punto de llevarlo a planear tanta maldad en su contra, cuando conoció a Brent era un buen hombre, dulce y tierno con ella, tenía su lad