—¡No, esto no puede suceder! —Brent se separó de los labios de Carlota y la hizo bajarse de sus piernas con arrogancia. —Lárgate de mi vista y no vuelvas a hacer algo como esto. —Carlota gritó dentro del auto, histérica y golpeando como loca, todo lo que tenía a su alcance.—¡Eres un completo idiota, ella no te ama, Brent, no como te amo yo a ti! —parecía una niña malcriada.—Fuera de mi auto ahora, Carlota, la próxima no te lo voy a pedir, te voy a bajar yo mismo y no será de buena manera. Y algo más que te voy a sugerir, no intentes nada en contra de Sally, porque te juro que abriré la boca así tenga que pagar por mis actos. No te interpongas en nuestra relación, o de lo contrario seré yo quien te quite del medio. —la amenazó, ella se asombró ante la reacción de Brent hacia ella.—Eres un tonto si crees que por amenazarme todo quedará solucionado. Prometiste amarme el resto de nuestras vidas, prometiste siempre estar a mi lado, en las buenas y en las malas, y ahora mira donde quedar
—¿Qué hacía ella aquí, Bruce? —inquirió Sally con voz molesta. No fue de mucho agrado encontrarse a su hermana coqueteando él.—Vino a proponerme un trato, pretendía que yo te insistiera en hacerte olvidar de tu venganza y te llevara lejos conmigo para ella quedarse con Brent, como me negué a esa propuesta estúpida, quiso amedrentarme, y luego como no pudo ni siquiera con eso, usó su técnica de coqueteo, por suerte mis ojos solo se pueden posar en una sola mujer. —respondió con total naturalidad, igual no tenía nada que ocultarle a Sally.—Carlota ya no sabe ni que hacer para molestarme. Es capaz de todo con tal de verme, así como yo la quiero ver a ella, destruirla y sufriendo.—Insisto en la misma pregunta… ¿Qué esperas para denunciarlos a los dos? Ella planea volver en algún instante atentar en tu contra, Sally. Eso me lo dejó muy claro. Esa mujer no está dispuesta a renunciar a ese hombre, mi curiosidad es… ¿Qué tiene Brent de interesante si es un patán?—No pienso decir nada aún
Brent se despidió del doctor que se ocupó de atender a Sally, se llevó unas muestras para mandarlas a analizar y así saber qué es lo que está causándole fiebre y mareos.Por suerte, desde que la chequeó y le suministró un medicamento mejoró, ya no tiene más fiebre y se mantiene más animada.Brent volvió a la habitación para estar con ella, quien sigue recostada de cama viendo televisor muy cómodo, él se acostó a su lado y comenzó con hacerle suaves caricias en su cabello.Sally no podía negar que le gustó ese afecto por parte de él, no esperó que Brent le mostrara tanta atención en un momento de debilidad.—¿Cuándo estarán los resultados listos? —preguntó ella sin dejar de mirar el televisor.—En un par de horas él volverá con ellos para leerlos y recetarnos un medicamento en específico. —aclaró su duda.—Está bien. Gracias por haberlo traído a la casa, definitivamente que el medicamento que me suministró me ayudó mucho, ya no me siento tan mal. —dijo al momento de sonreír.—No lo men
—¿En serio disfrutaste del escándalo que tu hermana armó ayer?. Debe en este momento estar muriéndose de la vergüenza. —Brent, si estaba preocupado por Carlota, su actitud de anoche reflejó que en realidad la estaba pasando mal—. Estás volviéndola loca, dijiste que no ibas a tomar venganza en contra de nosotros y mira lo que sucedió anoche. —Sally se giró para encarar a Brent.—¿Y es mi culpa que ella armara un escándalo anoche?. No recuerdo haberla provocado, ni mucho menos incitado a hacer el ridículo en frente de mi familia. Es problema con Carlota, es que siempre encuentra la manera equivocada de llamar la atención. —él no dejó de sentirse mal.—No me siento bien sabiendo que ella debe estar muriendo de vergüenza. —Sally rodó la mirada, aun así para ya olvidar el tema de su hermana se desnudó en frente de él, algo que obtuvo un buen resultado de inmediato.—¿Hablaremos de ella o nos centraremos en algo con más interés? —Brent recorrió con su mirada el cuerpo de Sally—. Ya deja de
Movió Sally su copa mientras se quedaba observando el cielo y pensando en todo lo que ha estado sucediendo desde que regresó, había instantes donde el arrepentimiento de haber vuelto la consumía, pero luego estaba esa parte que le gritaba que fue una buena elección regresar y arruinar la vida de aquellos que la lastimaron en el pasado.Sentada en la cómoda silla del jardín, pensó en Bruce, en lo mucho que lo extrañaba, y también pensó en Brent, en como de nuevo él estaba reviviendo esos viejos sentimientos que consideraba extintos. No quería tener que ser la típica mujer que estaba envuelta en dos amores, ni mucho menos esa que terminaría perdonando los errores de un hombre que no la apreció en muchos años de relación.Cogió su móvil y buscó en sus contactos el número de Bruce, marcó y esperó a que él en algún momento respondiera a su llamada, ansiaba escuchar esa voz pacífica que a ella le trasmitía paz y la sumergía en una burbuja de felicidad.—Sally, es gratificante responder a tu
Brent tocó un par de veces el timbre de la mansión que una vez fue suya, había pasado toda la noche pensando en lo que quería y estaba muy convencido de que Sally era la mujer que él añoraba para siempre. Aceptaba sus errores, tanto que estaba más que dispuesto a cumplir su condena en prisión con tal de demostrarle que la amaba y que deseaba volver a su lado.—¿Qué haces aquí? —inquirió ella al verlo entrar.—Quería verte. No he podido dormir en días gracias a que te extraño. Duré siete años sin verte, sin sentirte, y ahora que estás de vuelta no quiero seguir alejado de tu lado. Fue muy estúpido de mi parte haberme ido aquella noche, pero me molestó tanto tu chantaje, que sin pensar me fui con Carlota, y para nada, porque por esa mujer no hay ningún tipo de sentimientos. Quiero remediar mi vida. —ella enarcó su ceja.—Me parece bien que quieras remediar tu vida, pero, ¿qué tengo yo que ver en eso?—Sally, sabes que quiero volver a tu lado.—Sabes lo que tienes que hacer.—Y lo haré,
Sally pasó la gran parte de su mañana encerrada y centrada en el trabajo e ignorando las llamadas de Brent y de todo aquel, no tenía cabeza para tratar ningún tema que no fuera sobre la compañía, estaba tan centrada que no se había percatado de los seguidos toques en la puerta de su oficina, hasta que inoportunamente la abrieron sin esperar respuesta.—Buenas. —ella, al ver que se trataba de Bruce, salió corriendo a sus brazos, hundió su rostro en su cuello y aspiró el aroma de él para asegurarse que no fuera una ilusión.—Bruce. —pronunció su nombre al mismo instante que lágrimas brotaron de sus ojos—. No vuelvas a irte así. —reclamó entre llanto.—Sally, ¿qué ha pasado? —preguntó muy preocupado por ella.—Nada grave, es… supongo que algo emocional.—No estás bien, Sally, tienes que dejar todo esto de la venganza y volver con nosotros, a tu hogar. —se limpió el rostro y negó.—No, aún no. Odio el que Brent, después de todo lo que me hizo pretenda querer en realidad una oportunidad, m
Bruce salió con Sally del baño y la alzó para pegarla a una pared, devoró sus labios con ansias y motivado por saber que aún ella seguía sintiendo los mismos deseos de cuando estuvieron por primera vez.La llevó a la cama y la soltó allí para bajar y dejar caminos de besos, cuando pretendía subir su vestido, la inoportuna de su hermana irrumpió en la habitación.—¡Ay, señor! ¡¿Pero qué pecados comenten ustedes?! —expresó, Bruce se distanció de Sally y ella avergonzada cubrió su rostro con una almohada—. ¡Bruce, cúbrete esa cosa, por dios! —él colocó su mano en su erección intentando cubrirla.—¡Emilia, sal de mi habitación ahora! —le gritó, y su hermana muerta de risa se marchó.—Yo me voy. —Sally se baj&oa