Sally pasó la gran parte de su mañana encerrada y centrada en el trabajo e ignorando las llamadas de Brent y de todo aquel, no tenía cabeza para tratar ningún tema que no fuera sobre la compañía, estaba tan centrada que no se había percatado de los seguidos toques en la puerta de su oficina, hasta que inoportunamente la abrieron sin esperar respuesta.—Buenas. —ella, al ver que se trataba de Bruce, salió corriendo a sus brazos, hundió su rostro en su cuello y aspiró el aroma de él para asegurarse que no fuera una ilusión.—Bruce. —pronunció su nombre al mismo instante que lágrimas brotaron de sus ojos—. No vuelvas a irte así. —reclamó entre llanto.—Sally, ¿qué ha pasado? —preguntó muy preocupado por ella.—Nada grave, es… supongo que algo emocional.—No estás bien, Sally, tienes que dejar todo esto de la venganza y volver con nosotros, a tu hogar. —se limpió el rostro y negó.—No, aún no. Odio el que Brent, después de todo lo que me hizo pretenda querer en realidad una oportunidad, m
Bruce salió con Sally del baño y la alzó para pegarla a una pared, devoró sus labios con ansias y motivado por saber que aún ella seguía sintiendo los mismos deseos de cuando estuvieron por primera vez.La llevó a la cama y la soltó allí para bajar y dejar caminos de besos, cuando pretendía subir su vestido, la inoportuna de su hermana irrumpió en la habitación.—¡Ay, señor! ¡¿Pero qué pecados comenten ustedes?! —expresó, Bruce se distanció de Sally y ella avergonzada cubrió su rostro con una almohada—. ¡Bruce, cúbrete esa cosa, por dios! —él colocó su mano en su erección intentando cubrirla.—¡Emilia, sal de mi habitación ahora! —le gritó, y su hermana muerta de risa se marchó.—Yo me voy. —Sally se baj&oa
Sally se mantuvo recostada de la cama mirando el techo y sin energías de querer levantarse para ir a trabajar, Brent, acababa de salir de la ducha notando que ella continuaba envuelta aún en las cobijas, pensó que estaba de nuevo enferma, o que algo en ella definitivamente no andaba bien.Subió a la cama y con sutileza hizo que ella girase su rostro en dirección a él, Sally se perdió en su mirada como la primera vez que a los ojos lo vio, buscaba un poco del viejo Brent, pero no había nada, nada de ese hombre que conoció.Se preguntó cómo era posible que alguien pudiera cambiar tanto, y de que si en algún momento ella terminaría igual que él, sin nada de la Sally que un día fue.—No me da para nada gusto, verte así.—Estoy bien, reflexionando en algunas cosas.—¿Puedo saber?—No, iré a ducharme. —se levantó de la cama y entró en el cuarto de baño.Una vez que se alistó y desayunó, salió de la mansión en compañía de Brent, los dos subieron al vehículo que los transportarían a la compañ
Emilia, quien se encontraba cerca de la puerta principal, la abrió para recibir a la persona que estaba allí de visita, ella enarcó su ceja al darse cuenta de que se trataba de Carlota quien pisaba su territorio.—¿Está tu hermano? —preguntó por Bruce.—¿Para qué lo buscas?, no debe ser para nada bueno. —Carlota miró detrás de Emilia, Bruce se encontraba de pies en el último escalón con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, y con ese mirar de intrigas por la visita de ella.—Emi, déjanos solos, por favor. —su hermana abrió los ojos, pero no se opuso a la decisión de hermano.—No cometas la misma estupidez que comenten todos los hombres cuando tienen en frente a Carlota. —susurró cuando pasó por el lado de Bruce.—Lamento si mi visita no es la más
Sally culminó de bajar del último escalón para salir de la cabaña y seguir aquel aroma a pescado a la parrilla, desde su lejanía observó como Brent, vestido con un short playero y un delantal, se encontraba cocinando mientras bailaba y hacía gestos como un roquero, su fascinación por el rock heavy metal lo estaba demostrando allí. Ella se recostó de un árbol a contemplarlo, sonrió de verlo actuar emocionado, Brent pareció estar disfrutando mucho de este viaje con ella y de ser él mismo quien tomara iniciativas en esta oportunidad. Desde que llegaron él no ha dejado de atenderla y consentirla, la intensión de su viaje era demostrarle a ella que si podía ser el indicado. —¡Oye! —le gritó Sally. Brent volteó a verla y bajó el volumen para escucharla mejor. —¡Hola, dormilona!, me tenías al borde de la preocupación, entraba a cada instante a ver si continuabas respirando. —se rio con fuerza ella. —Bebí mucho anoche, aparte de eso nos acostamos tarde y… bueno, el cansancio de la semana
La rutina diaria de Sally y Brent había vuelto de nuevo al ellos regresar de su maravilloso viaje. Él se encontraba en su oficina al igual que ella, retomando así su trabajo y poniéndose al día con todos los pendientes que tuvo por su ausencia. El viaje tuvo existo para Brent, en ella hubo un cambio y ahora aquel cambio la estaba torturando, temía que pasará aquello que tanto Bruce le predijo días antes de ella volver a presentarse ante todos, y era el hecho de que tomara en cuenta de manera real la oportunidad de vivir su sueño junto con Brent. Ese cambio en él, ese carisma que nunca conoció, y ese lado tierno que siempre tuvo y que ahora lo ha mejorado, la hicieron pensar en esa simple posibilidad, aunque no podía obviar el hecho de que Bruce estaba de por medio, no estaba a gusto de saber que se encontraba entre la espada y la pared.Había pensado en su venganza, en sí tirar todo a la borda y entregarse al amor, o dejar en el olvido aquel amor y hacer pagar a los que la dañaron
—Desde que llegamos a casa has estado muy triste, y sé a qué pueda deberse, pero como no quiero arruinar lo que hemos logrado tú y yo, no insistiré en que lo conversemos. Baje a la cocina para ir por algo que pueda despertar tus ánimos de nuevo, así que estuve buscando en congelador y encontré helado de yogur con fresa, tu favorito. —ella levantó su vista en dirección a Brent.—Gracias. —lo aceptó sin ningún problema, no tenía intenciones de discutir con él ni con nadie.—¿Vemos una película antes de irnos a dormir? —Sally mantenía su mente ocupada en la posibilidad de que Carlota y Bruce tuvieran más encuentros, aquello la perturbaba—. Sally. —Brent le volvió a hablar.—Sí, está bien. —aceptó al momento de abrir el pote de helado y comenzar a comerlo, Brent la miró comer sin energías, su mirada se mantuvo vacía, perdida en la oscuridad, eso lo preocupó al punto de llevarlo a considerar que no estaba haciendo lo suficiente para hacerla olvidar a Bruce.Él sabía de aquella visita d
Por la mañana Sally, despertó antes que Brent y salió sin esperarlo, iría a visitar a su hermana para afrontarla cara a cara y pedirle por las buenas no acercarse a Bruce. Comprendió que estaba actuando, egoísta, pero no iba a dejar que ella enredara al único hombre que le ha sido fiel en todos los sentidos.Tocó el timbre de la puerta de la casa de su hermana y ella le abrió sorprendiéndose de verla allí con esa expresión molesta.—Voy a ir directo al grano, aléjate de Bruce. —Carlota enarcó su ceja.—Me alejaré cuando él mismo me lo pida. No sé por qué quieres siempre tener todo para ti. Brent, Bruce, todos los hombres los quieres para ti sola. Ya estás con Brent, porque mejor no dejas tú a Bruce tranquilo y qué él decida qué hacer conmigo. No lo amas, no te importa, estás con él porque es el único que te escucha y te protegerá a toda costa de cualquiera, pero no porque en ti exista amor hacia él. Mírate, hermanita, eres tan idéntica ahora a nosotros, volviste para vengarte porqu