Emilia, quien se encontraba cerca de la puerta principal, la abrió para recibir a la persona que estaba allí de visita, ella enarcó su ceja al darse cuenta de que se trataba de Carlota quien pisaba su territorio.—¿Está tu hermano? —preguntó por Bruce.—¿Para qué lo buscas?, no debe ser para nada bueno. —Carlota miró detrás de Emilia, Bruce se encontraba de pies en el último escalón con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, y con ese mirar de intrigas por la visita de ella.—Emi, déjanos solos, por favor. —su hermana abrió los ojos, pero no se opuso a la decisión de hermano.—No cometas la misma estupidez que comenten todos los hombres cuando tienen en frente a Carlota. —susurró cuando pasó por el lado de Bruce.—Lamento si mi visita no es la más
Sally culminó de bajar del último escalón para salir de la cabaña y seguir aquel aroma a pescado a la parrilla, desde su lejanía observó como Brent, vestido con un short playero y un delantal, se encontraba cocinando mientras bailaba y hacía gestos como un roquero, su fascinación por el rock heavy metal lo estaba demostrando allí. Ella se recostó de un árbol a contemplarlo, sonrió de verlo actuar emocionado, Brent pareció estar disfrutando mucho de este viaje con ella y de ser él mismo quien tomara iniciativas en esta oportunidad. Desde que llegaron él no ha dejado de atenderla y consentirla, la intensión de su viaje era demostrarle a ella que si podía ser el indicado. —¡Oye! —le gritó Sally. Brent volteó a verla y bajó el volumen para escucharla mejor. —¡Hola, dormilona!, me tenías al borde de la preocupación, entraba a cada instante a ver si continuabas respirando. —se rio con fuerza ella. —Bebí mucho anoche, aparte de eso nos acostamos tarde y… bueno, el cansancio de la semana
La rutina diaria de Sally y Brent había vuelto de nuevo al ellos regresar de su maravilloso viaje. Él se encontraba en su oficina al igual que ella, retomando así su trabajo y poniéndose al día con todos los pendientes que tuvo por su ausencia. El viaje tuvo existo para Brent, en ella hubo un cambio y ahora aquel cambio la estaba torturando, temía que pasará aquello que tanto Bruce le predijo días antes de ella volver a presentarse ante todos, y era el hecho de que tomara en cuenta de manera real la oportunidad de vivir su sueño junto con Brent. Ese cambio en él, ese carisma que nunca conoció, y ese lado tierno que siempre tuvo y que ahora lo ha mejorado, la hicieron pensar en esa simple posibilidad, aunque no podía obviar el hecho de que Bruce estaba de por medio, no estaba a gusto de saber que se encontraba entre la espada y la pared.Había pensado en su venganza, en sí tirar todo a la borda y entregarse al amor, o dejar en el olvido aquel amor y hacer pagar a los que la dañaron
—Desde que llegamos a casa has estado muy triste, y sé a qué pueda deberse, pero como no quiero arruinar lo que hemos logrado tú y yo, no insistiré en que lo conversemos. Baje a la cocina para ir por algo que pueda despertar tus ánimos de nuevo, así que estuve buscando en congelador y encontré helado de yogur con fresa, tu favorito. —ella levantó su vista en dirección a Brent.—Gracias. —lo aceptó sin ningún problema, no tenía intenciones de discutir con él ni con nadie.—¿Vemos una película antes de irnos a dormir? —Sally mantenía su mente ocupada en la posibilidad de que Carlota y Bruce tuvieran más encuentros, aquello la perturbaba—. Sally. —Brent le volvió a hablar.—Sí, está bien. —aceptó al momento de abrir el pote de helado y comenzar a comerlo, Brent la miró comer sin energías, su mirada se mantuvo vacía, perdida en la oscuridad, eso lo preocupó al punto de llevarlo a considerar que no estaba haciendo lo suficiente para hacerla olvidar a Bruce.Él sabía de aquella visita d
Por la mañana Sally, despertó antes que Brent y salió sin esperarlo, iría a visitar a su hermana para afrontarla cara a cara y pedirle por las buenas no acercarse a Bruce. Comprendió que estaba actuando, egoísta, pero no iba a dejar que ella enredara al único hombre que le ha sido fiel en todos los sentidos.Tocó el timbre de la puerta de la casa de su hermana y ella le abrió sorprendiéndose de verla allí con esa expresión molesta.—Voy a ir directo al grano, aléjate de Bruce. —Carlota enarcó su ceja.—Me alejaré cuando él mismo me lo pida. No sé por qué quieres siempre tener todo para ti. Brent, Bruce, todos los hombres los quieres para ti sola. Ya estás con Brent, porque mejor no dejas tú a Bruce tranquilo y qué él decida qué hacer conmigo. No lo amas, no te importa, estás con él porque es el único que te escucha y te protegerá a toda costa de cualquiera, pero no porque en ti exista amor hacia él. Mírate, hermanita, eres tan idéntica ahora a nosotros, volviste para vengarte porqu
Sally sé desapareció por dos días y sin querer escuchar la versión de cada uno de los dos, estuvo pensando en los cambios de su vida y en qué cada día todo en ella empeoraba mucho más. Pensó en las palabras que se dijo con su hermana y algunas de las que Carlota soltó eran muy ciertas, como por ejemplo eso de que no podía tenerlos a los dos, solo uno podía estar al su lado y ese hombre, debía ser el indicado que la acompañe para toda la vida.La decisión era fácil, pero ella lo complicaba por tonta, insistía en seguir reviviendo recuerdos con Brent en vez de enfocarse en su plan inicial de hacerlo pagar. Haberlo visto visitando a Carlota la hizo imaginar que los dos se continuaban viendo, y que para su desgracia, Bruce también le hacía visitas, no borró de su cabeza la imagen de esos dos hombres detrás de Carlota, odiaba la idea de que su hermana siempre captara la atención de quien ella se proponía tener en su cama.Sally con quién decidió hablar primero fue con Brent, volvió
—¿Entonces mi hermano llegó a casa de Carlota justo cuando tú estabas allá?. Mmm, eso es muy raro, Bruce no tendría razones para ir allá.—Bueno, al parecer si tenía razones. Él tiene que entender que ella solo quiere enredarlo. Carlota me confesó que está dispuesta a conquistarlo, ahora resulta que Bruce es el hombre correcto para ella, ¿puedes creerlo?. Está loca. Él… jamás podría fijarse en mi hermana. —su mirada desbordaba celos. —Bueno, está tan decepcionado y tan falta de cariño que lo creo capaz de caer en los juegos de Carlota. Ella se ha mostrado con él, amigable. —Sally empuñó sus manos.—Es que ya puedo imaginar sus planes. Intenta llevarlo a la cama. —se levantó desesperada de su asiento. —Sally, ¿qué es lo que te molesta? ¿Qué ella y mi hermano lleguen a algo? ¿O que en realidad Carlota lo quiera lastimar? —tartamudeó. Consideró que ambas cosas le afectaba y le preocupaba.—No quiero que él me falle de la misma manera que Brent lo hizo. —respondió cabizbaja.—No te va a
Sally dejó su vaso sobre la encimera para servir otro trago más de whisky, volvió a beberlo todo sin arrugar su rostro por el fuerte sabor, limpió sus lágrimas repetidas veces porque se negaban a dejar de salir, gritó y golpeó las paredes con intensidad liberando toda su inquietud y molestia. Bruce al parecer iba muy en serio con su decisión de dejarla para siempre. Sintió que arruinó su vida de la forma más estúpida que pudiera existir, y que todo lo que había tenido planeado lo dejó atrás por compasión hacia un hombre que no lo tuvo con ella. —Me destroza mucho, verte así. —no se inmutó a voltear.—Entonces evita verme así. —se sirvió otro trago, algo inusual en ella porque nunca le gustó el alcohol. Sally podía usar cualquier otra cosa para ahogar sus penas, pero jamás sumergirse en el alcohol.—No seas arrogante, que no eres así —Brent le quitó la botella para guardarla en otra parte y alejarla de su alcance—. No puedo dejar que tú después de haber estado tranquila caigas en