—¿Entonces mi hermano llegó a casa de Carlota justo cuando tú estabas allá?. Mmm, eso es muy raro, Bruce no tendría razones para ir allá.—Bueno, al parecer si tenía razones. Él tiene que entender que ella solo quiere enredarlo. Carlota me confesó que está dispuesta a conquistarlo, ahora resulta que Bruce es el hombre correcto para ella, ¿puedes creerlo?. Está loca. Él… jamás podría fijarse en mi hermana. —su mirada desbordaba celos. —Bueno, está tan decepcionado y tan falta de cariño que lo creo capaz de caer en los juegos de Carlota. Ella se ha mostrado con él, amigable. —Sally empuñó sus manos.—Es que ya puedo imaginar sus planes. Intenta llevarlo a la cama. —se levantó desesperada de su asiento. —Sally, ¿qué es lo que te molesta? ¿Qué ella y mi hermano lleguen a algo? ¿O que en realidad Carlota lo quiera lastimar? —tartamudeó. Consideró que ambas cosas le afectaba y le preocupaba.—No quiero que él me falle de la misma manera que Brent lo hizo. —respondió cabizbaja.—No te va a
Sally dejó su vaso sobre la encimera para servir otro trago más de whisky, volvió a beberlo todo sin arrugar su rostro por el fuerte sabor, limpió sus lágrimas repetidas veces porque se negaban a dejar de salir, gritó y golpeó las paredes con intensidad liberando toda su inquietud y molestia. Bruce al parecer iba muy en serio con su decisión de dejarla para siempre. Sintió que arruinó su vida de la forma más estúpida que pudiera existir, y que todo lo que había tenido planeado lo dejó atrás por compasión hacia un hombre que no lo tuvo con ella. —Me destroza mucho, verte así. —no se inmutó a voltear.—Entonces evita verme así. —se sirvió otro trago, algo inusual en ella porque nunca le gustó el alcohol. Sally podía usar cualquier otra cosa para ahogar sus penas, pero jamás sumergirse en el alcohol.—No seas arrogante, que no eres así —Brent le quitó la botella para guardarla en otra parte y alejarla de su alcance—. No puedo dejar que tú después de haber estado tranquila caigas en
Gracias por permitirme la entrada en la compañía. —Agradeció Carlota a su hermana, había asistido a la compañía para conversar con ella de manera pacífica y sin crear escándalo.—¿Qué es lo que quieres?. Dudo que vinieras aquí para tener una conservación como dos hermanas que se adoran y solo platicaran de cosas tontas. —Entrelazó sus dedos y se recostó con más comodidad del espaldar de su silla sin apartar su mirada de la de Carlota. —No, la verdad no he venido a eso. La hipocresía preferí dejarla atrás el día en que te traicioné.—Esto de admitir tus errores si se está volviendo algo práctico y cotidiano para ti, pero para mí, es… otra parte de tus mentiras más. No eres mujer de arrepentirte o de simplemente admitirlo. Eso sería perder y tú, no estás acostumbrada a perder. —Las personas cambian, yo estoy cambiando.—¿Cambiando, Carlota?, no puedes cambiar tu naturaleza. —Tú cambiaste, y lo hiciste para mal, yo puedo hacerlo para bien. —se removió Sally, en su asiento porque
—Supongo que tu expresión de molestia se debe porque tu hermana ha venido hoy, lo que no entiendo es porque razón la dejaste entrar en la compañía cuando no la querías ver por acá. Eso fue bastante raro. —Brent comentó al momento de sentarse en frente de ella y de dejar sobre su escritorio una carpeta.—Quería saber lo que iba a decirme. ¿Fue a verte?—Sí, y a decirme que ya no estará detrás de mí, porque ahora resulta que… se le metió en la cabeza la loca idea de enamorar a Bruce. ¿Qué tiene de especial ese hombre? —inquirió con recelo.—Que es todo un caballero en frente de otros hombres. Mi hermana está tan desesperada en ser amada que ya no piensa.—Nunca ha pensado.—No hables mal de ella cuando en su momento estuviste enredado en sus encantos. No es de hombres hablar mal de una mujer después de lo que vivió a su lado y todo lo que hizo para tenerla.—Lo siento, no era mi intención hablar mal de Carlota. ¿Y ahora desde cuando te preocupa que se hable mal de ella?—No me molesta n
—¡Brent, detente, no lo hagas! —le impidió subir al auto.—¿Por qué no hacerlo?, es lo que quieres, incluso hasta yo mismo. Ya estoy cansado Sally, de esperar a que esto vuelva a funcionar o a que tú decidas cuando sorprendernos con tu último golpe. Te amo demasiado, pero quiero ser yo mismo quien ponga un punto y final, hacer lo que no pude hacer por falta de pelotas en su momento. Fui un cobarde egoísta que pensó en sí mismo, que no pensó en ti y que prefirió callar y casarse con una mujer sin valor. Fue mi error, yo la dejé entrar en nuestras vidas.—Conversemos en otro lado.—Ese es el problema, ya estoy cansado de conversar lo mismo, quiero vivir libre de ese tema que ya de por sí me vive perturbando. No quiero sentarme a tu lado y escuchar lo mismo desde que has regresado. ¡Ya estoy harto del pasado, Sally, harto!. No puedo cambiar nada, nadie puede hacerlo —ella contuvo las ganas de llorar y se le abalanzó encima a Brent para abrazarlo. Él la recibió y el único sonido que se
Se estaba llevando una celebración importante en uno de los hoteles más lujos de la ciudad, allí se encontrarían varios empresarios importantes y también unos cuantos políticos. Brent y Sally no podían faltar, pero tampoco Bruce, al ser uno de los hombres más prestigiosos del país por sus maravillosos negocios dentro y fuera. Carlota también había asistido con la excusa de acompañar a sus padres al evento. Bruce se mantuvo al margen de Sally para evitar conversar con ella, incluso Sally misma sabía que no era una idea prudente tener que hablar con Bruce allí donde las miradas de todos no la abandonaban, ni por un segundo. Brent estaba a su lado sujetando la mano de ella y mostrándose un hombre afectuoso y cariño con su esposa, como todo hombre debería comportarse con una mujer, la cual es su compañera de vida. Las críticas de algunos no podía obviarse, pues Brent y Carlota también se dieron a conocer cuando estaban juntos, y ese tema era el cual comentaban con reproche y burla.S
—Ahora tendremos una reunión con los administrativos de la compañía. Espero estés preparado—le recordó Goldon a Brent.—Sí, lo tengo muy presente. Sally me comentó anoche antes de irnos a dormir. Está muy emocionada por como todo ha ido marchando en la compañía.—Y tú al parecer también estás emocionado. Desististe de la idea de revocarla de su cargo que antes, por cierto, solía ser tuyo. Eso es de admirar. —Es mi esposa, Goldon, no puedo ir en contra de ella o de sus decisiones, he cometido errores en mi vida y no quiero volver a cometerlos. —Me da gusto que todo esté marchando de maravilla entre ustedes dos, amigo mío. Verte sonreír no es algo a lo que estábamos acostumbrados meses atrás cuando estabas con Carlota.—Sally lo es todo en mi vida. —Hemos Sido amigos por años y aún desconozco lo que le hiciste a esa mujer para que regresara con ganas de vengarse de ti. —Brent suspiró y relajó sus hombros, creyó que era el momento de liberar ese secreto con alguien de gran confi
Brent entró en su casa y caminó en dirección al bar que posee en su sala de estar, abrió una botella y se sentó a beberla mientras miraba una foto de él y Sally del día en que se casaron. Pasó sus dedos por la foto y suspiró de forma triste y enojado. Vio tanta felicidad en esa foto, tanto amor sincero que no pudo explicarse él mismo el hecho de haber acabado con esa dulce mirada. —Hola. —Saludo Sally al entrar.—Ven aquí. —palmeó sobre sus mismas piernas y ella se sentó en su rezago.—¿Estás bien?. No lo luces.—Estoy en un instante dónde me repito lo malo e idiota que he Sido contigo. Miro esta hermosa foto y me doy cuenta de que éramos muy felices, teníamos todo, y yo, solo yo acabé con esto. —Dijimos que no volveríamos a caer en este tema. Ha sido mi decisión, brindarte una oportunidad.—¿Y si no te merezco?. Soy un egoísta que después de haberte hecho daño quiero tener tu perdón y estar a tu lado.—No sé qué decirte.—Nada, porque nadie tendría respuestas para mis preguntas, o