Brent entró en su casa y caminó en dirección al bar que posee en su sala de estar, abrió una botella y se sentó a beberla mientras miraba una foto de él y Sally del día en que se casaron. Pasó sus dedos por la foto y suspiró de forma triste y enojado. Vio tanta felicidad en esa foto, tanto amor sincero que no pudo explicarse él mismo el hecho de haber acabado con esa dulce mirada. —Hola. —Saludo Sally al entrar.—Ven aquí. —palmeó sobre sus mismas piernas y ella se sentó en su rezago.—¿Estás bien?. No lo luces.—Estoy en un instante dónde me repito lo malo e idiota que he Sido contigo. Miro esta hermosa foto y me doy cuenta de que éramos muy felices, teníamos todo, y yo, solo yo acabé con esto. —Dijimos que no volveríamos a caer en este tema. Ha sido mi decisión, brindarte una oportunidad.—¿Y si no te merezco?. Soy un egoísta que después de haberte hecho daño quiero tener tu perdón y estar a tu lado.—No sé qué decirte.—Nada, porque nadie tendría respuestas para mis preguntas, o
—Estás muy guapo. —halagó Sally a Brent, él dejó que ella alistará su traje y lo devorará con la mirada.—Y tu muy hermosa, tengo buenos gustos.—Así es, me encantó mi vestido, y más esta hermosa cadena. —ella se vio en frente del espejo, detrás de ella, estaba Brent sonriente.—Sally… no te lo había dicho porque… no sabía si era correcto, pero hoy me encontré con Carlota en la joyería, estaba… muy mal, no por su aspecto físico, sino en el sentido emocional. Me hizo una pregunta que no supe responder, ella… me preguntó si yo creía que en algún momento tú la perdonarás por su error. —Sally parpadeó con suavidad, mordió su labio inferior y luego cogió un labial para terminar de retocar su maquillaje. Ignoró por completo todo aquello que Brent dijo. «¿Cómo puede ella preguntar eso?» —se preguntó a sí misma en la mente. —Supongo que no. —dijo él.—Intentó matarme, no la perdonaré.—Yo también, Sally, y aquí estamos.—¿Quieres que vayas y le digas, oh hermanita, te perdono por
—Ey, al fin despierta, ¿Cómo sigues? —Sally no respondió a la pregunta de Brent—. ¿Qué pasó allá afuera?. —ella volteó a ver a Brent sentado a su lado muy preocupado por ella.—Yo… dios, es mi culpa todo esto. —volvió a llorar.—Claro que no, mi amor. Los frenos de Carlota fallaron, ya revisaron y fue eso lo que hizo que tuvieran el accidente. Nadie ha sido culpable de nada, mi vida. Cálmate. —no podía con ese secreto. La estaba ahogando.—Brent… yo ocasioné ese accidente. —él no la entendió, así que negó y sonrió.—No, mi amor, por supuesto que no, Sally.—Yo mandé a qué sabotearan los frenos de Carlota para darle un susto, pero nunca esperé que él estuviera con ella, ni mucho menos que fuera tan grave. —Brent se levantó de su silla y la miró horrorizado.—¿Qué hiciste qué?, no, lo creo.—Si fui yo, mi ira, mi odio por ella me llevó a lastimar a Bruce, y eso no me lo perdonaré nunca, Brent. Lo herí.—¿Te preocupa es eso?, pudiste matarlos a los dos, a Carlota también, Sally. Tu herma
Brent y Sally volvieron en la madrugada para descansar un poco. Él ha estado indiferente con ella desde que Sally le contó la verdad. —¿Aún sigues molesto?—Sí. No… concibo con lo que hiciste, ni menos el que estuvieras en esa habitación abrazada a Bruce olvidando que estaba afuera. Eso… ¡No me gustó! —Le dije que fui la responsable, y la diferencia entre tú y él fue muy notoria. Bruce no me juzgó, ni sé molestó, solo habló conmigo y me sugirió resolver mi problema de una forma diferente. En cambio, tú me acusaste y me hiciste sentir peor de lo que estaba. ¿Cómo no abrazarlo cuando Bruce me hace sentir protegida entre sus brazos? —Las manos de Brent temblaron.—Claro, cierto que es un hombre comprensible, dulce y atento. —Me voy a duchar.—Tu hermana está devastada, no… será fácil para Carlota despertar todas las mañanas y verse en un espejo. —Sally se detuvo de espaldas a él, miró por sobre su hombro y negó con una sonrisa de decepción.—Veo que toda tu preocupación es por
Hace dos meses que Bruce y Carlota había vuelto a sus hogares y estaban ya recuperados, Sally fue a visitarlo y a llevarle un obsequio por su recuperación. Su relación con Emilia aún no ha sido muy buena en esas semanas que han pasado, ella ha buscado la forma de conversar con ella para arreglar su relación amistosa, pero Emi se niega a escucharla.—¡Hola! —saludó al momento de ingresar en la habitación de Bruce.—No esperaba verte hoy. —dijo sorprendido de su visita, Sally se colgó de su cuello y le dio un beso en la mejilla.—No pensaba venir, pero… ahora resulta que no puedo dormir sabiendo que tu hermana me odia. Quería escuchar un consejo de tu parte y como hacer para arreglar mi diferencia con ella. —Bruce permitió que Sally terminara de ajustar su corbata.—Estuve hablando con ella sobre ese tema, solo hay que darle tiempo, está enojada porque en pocas palabras mandaste a su hermano a la clínica, por suerte estoy mejor y mi pierna mejorando.—No sé que sería de mi vida si algo
—¿Entonces irás a cenar? —preguntó Brent al ver cómo Sally se vistió tan elegante.—Sí, Emi me dijo que la única forma de perdonarme es si la llevó a cenar. —respondió sin dejar de maquillarse. —Lo que no entiendo es porque tan hermosa para una cena con una amiga. —ella sonrió frente al espejo de su comentario.—Me has descubierto, tendré una cita con un galán. —Brent gruñó.—Entonces tendré que ir en secreto y espiar con quien cenas. —Bueno, siempre y cuando no intentes luchar con él, todo estará bien. Golpea muy fuerte, es musculoso y bastante alto. —él abrazó a Sally por la espalda.—No me importa, al menos un rasguño se llevará de mi parte. —le guiñó el ojo. —Apuesto a qué ganarás. —él le dio un beso en el hombro y volvió a la cama.—Bueno, yo veré una película mientras mi esposa cena con otro hombre más grande que yo y el triple de fuerte. No vayas a regresar tan tarde, procuraré mantenerme despierto por ti. —Descuida, cualquier cosa, si nos desviamos del camino te aviso. —P
Cerró la puerta de la casa con sigilo de no ser escuchada por nadie, Sally prefirió tomar la decisión de volver a su casa en vez de aceptar la propuesta de Bruce, aunque estuvo tentada a irse toda la noche con él a apaciguar aquel fuego que él ocasionó con sus juegos.Ella se encontró muy sorprendida por las actitudes de Bruce, nunca, desde que lo conoce, actuó con ese juego de coqueteo, por lo general solía ser ella quien tomaba la iniciativa y lo incentivaba a jugar, pero ahora él parece que ya ha cambiado y busca la forma de llevarla con él.Bruce no le ayudó mucho con lo de esta noche, ocasionó que Sally volviera ahora a tener su corazón revuelto, e incluso se sintió mal por considerar que le faltó el respeto a Brent de una forma muy descarada, no tenía justificación, ni excusa para defenderse en tal caso de que alguien los reconocieran y le contaran A Brent sobre aquel beso y coqueteo mutuo durante la cena. Ella se sentó en uno de los escalones y mordió su labio para luego so
—Sally, ¿estás ahí? —Brent tocó en la puerta de su oficina, ella y Bruce se distanciaron ante la sorpresiva presencia de él afuera, esperando respuesta de su esposa.—¡Mierda! —expresó Sally en voz baja—. Es Brent. —Bruce bajó a Sally del escritorio y ella rápidamente acomodó su falda. Él recogió del suelo su saco y la tanga desgarrada de Sally para guardarla en su bolsillo, ajustó su vestimenta y tomó asiento como si nada hubiera sucedido entre ellos. Ella por su lado estaba nerviosa, cuando se repuso, se ocupó de abrir la puerta.—Hola, pasa. —tenía que dejarlo entrar para no levantar sospechas.—Bruce. —Brent ya sabía que él estaba allí.—Brent. —Bruce respondió a su saludo.—Yo me retiro, Sally, me dio gusto verte y conversar contigo. Gracias por la invitación que le hiciste a mi hermana anoche, la verdad necesitaba salir de casa y hablar contigo de todo lo que está viviendo. —Sally aplanó sus labios por esa mentira de Bruce, él le dio un beso en la mejilla y se fue.—¿Por qué tar