Brent y Sally volvieron en la madrugada para descansar un poco. Él ha estado indiferente con ella desde que Sally le contó la verdad. —¿Aún sigues molesto?—Sí. No… concibo con lo que hiciste, ni menos el que estuvieras en esa habitación abrazada a Bruce olvidando que estaba afuera. Eso… ¡No me gustó! —Le dije que fui la responsable, y la diferencia entre tú y él fue muy notoria. Bruce no me juzgó, ni sé molestó, solo habló conmigo y me sugirió resolver mi problema de una forma diferente. En cambio, tú me acusaste y me hiciste sentir peor de lo que estaba. ¿Cómo no abrazarlo cuando Bruce me hace sentir protegida entre sus brazos? —Las manos de Brent temblaron.—Claro, cierto que es un hombre comprensible, dulce y atento. —Me voy a duchar.—Tu hermana está devastada, no… será fácil para Carlota despertar todas las mañanas y verse en un espejo. —Sally se detuvo de espaldas a él, miró por sobre su hombro y negó con una sonrisa de decepción.—Veo que toda tu preocupación es por
Hace dos meses que Bruce y Carlota había vuelto a sus hogares y estaban ya recuperados, Sally fue a visitarlo y a llevarle un obsequio por su recuperación. Su relación con Emilia aún no ha sido muy buena en esas semanas que han pasado, ella ha buscado la forma de conversar con ella para arreglar su relación amistosa, pero Emi se niega a escucharla.—¡Hola! —saludó al momento de ingresar en la habitación de Bruce.—No esperaba verte hoy. —dijo sorprendido de su visita, Sally se colgó de su cuello y le dio un beso en la mejilla.—No pensaba venir, pero… ahora resulta que no puedo dormir sabiendo que tu hermana me odia. Quería escuchar un consejo de tu parte y como hacer para arreglar mi diferencia con ella. —Bruce permitió que Sally terminara de ajustar su corbata.—Estuve hablando con ella sobre ese tema, solo hay que darle tiempo, está enojada porque en pocas palabras mandaste a su hermano a la clínica, por suerte estoy mejor y mi pierna mejorando.—No sé que sería de mi vida si algo
—¿Entonces irás a cenar? —preguntó Brent al ver cómo Sally se vistió tan elegante.—Sí, Emi me dijo que la única forma de perdonarme es si la llevó a cenar. —respondió sin dejar de maquillarse. —Lo que no entiendo es porque tan hermosa para una cena con una amiga. —ella sonrió frente al espejo de su comentario.—Me has descubierto, tendré una cita con un galán. —Brent gruñó.—Entonces tendré que ir en secreto y espiar con quien cenas. —Bueno, siempre y cuando no intentes luchar con él, todo estará bien. Golpea muy fuerte, es musculoso y bastante alto. —él abrazó a Sally por la espalda.—No me importa, al menos un rasguño se llevará de mi parte. —le guiñó el ojo. —Apuesto a qué ganarás. —él le dio un beso en el hombro y volvió a la cama.—Bueno, yo veré una película mientras mi esposa cena con otro hombre más grande que yo y el triple de fuerte. No vayas a regresar tan tarde, procuraré mantenerme despierto por ti. —Descuida, cualquier cosa, si nos desviamos del camino te aviso. —P
Cerró la puerta de la casa con sigilo de no ser escuchada por nadie, Sally prefirió tomar la decisión de volver a su casa en vez de aceptar la propuesta de Bruce, aunque estuvo tentada a irse toda la noche con él a apaciguar aquel fuego que él ocasionó con sus juegos.Ella se encontró muy sorprendida por las actitudes de Bruce, nunca, desde que lo conoce, actuó con ese juego de coqueteo, por lo general solía ser ella quien tomaba la iniciativa y lo incentivaba a jugar, pero ahora él parece que ya ha cambiado y busca la forma de llevarla con él.Bruce no le ayudó mucho con lo de esta noche, ocasionó que Sally volviera ahora a tener su corazón revuelto, e incluso se sintió mal por considerar que le faltó el respeto a Brent de una forma muy descarada, no tenía justificación, ni excusa para defenderse en tal caso de que alguien los reconocieran y le contaran A Brent sobre aquel beso y coqueteo mutuo durante la cena. Ella se sentó en uno de los escalones y mordió su labio para luego so
—Sally, ¿estás ahí? —Brent tocó en la puerta de su oficina, ella y Bruce se distanciaron ante la sorpresiva presencia de él afuera, esperando respuesta de su esposa.—¡Mierda! —expresó Sally en voz baja—. Es Brent. —Bruce bajó a Sally del escritorio y ella rápidamente acomodó su falda. Él recogió del suelo su saco y la tanga desgarrada de Sally para guardarla en su bolsillo, ajustó su vestimenta y tomó asiento como si nada hubiera sucedido entre ellos. Ella por su lado estaba nerviosa, cuando se repuso, se ocupó de abrir la puerta.—Hola, pasa. —tenía que dejarlo entrar para no levantar sospechas.—Bruce. —Brent ya sabía que él estaba allí.—Brent. —Bruce respondió a su saludo.—Yo me retiro, Sally, me dio gusto verte y conversar contigo. Gracias por la invitación que le hiciste a mi hermana anoche, la verdad necesitaba salir de casa y hablar contigo de todo lo que está viviendo. —Sally aplanó sus labios por esa mentira de Bruce, él le dio un beso en la mejilla y se fue.—¿Por qué tar
Bruce no se sorprende de mirar a Brent en su casa, ni tampoco se pregunta el motivo de su visita porque ya tiene una leve imaginación del porqué ha ido a verlo, su expresión endurecida también le deja conocer la inconformidad y la molestia de que no le parece agradable que esté rondando a su esposa como un zamuro hambriento, aunque Bruce se propuso a luchar por la mujer que amaba y dejar a un lado su cordialidad.Brent, por su parte, tampoco estaba dispuesto a perder a Sally, la amaba con locura y lo que deseaba era tener una familia con ella y dejar enterrado el pasado que una vez los separó. Cada día iba a vivir arrepentido del daño que le causó, pero eso no iba a impedirle dejar de luchar por ella y una familia. Por supuesto, no iba a tolerar que Bruce la confundiera, ni mucho menos que ella se revolcara con él en secreto.Brent, al borde de su desesperación y miedo por considerar que podía perder a Sally, apuntó con un arma a Bruce, quitó el seguro de su pistola y la sostuvo fuert
—Sally… lo siento. —Brent se disculpó con ella al instante de que despertó, había estado inconsciente por dos horas luego del golpe que recibió.Sally se sentó en la cama y miraba a Brent con miedo después de todo lo que él intentó hacerle, lo que quería en ese instante era irse de esa casa y no volver más allí.Temía por su vida, él había tomado una mala reacción ante sus celos y eso podría dejar grandes marcas en la vida de ella o de él mismo incluso.—Me voy, Brent, y no quiero que te interpongas en mi camino. —le dijo con voz temblorosa.—No quiero que te vayas, sé que perdí el control y que eso te asustó mucho, pero en serio no quiero volver a perderte, Sally. No sabes cómo estoy de destruido por lo que casi te hice hoy, estuvo muy mal, y te juro que no volverá a pasar de nuevo. —Brent lloraba como un niño en frente de Sally, ella por su lado sentía culpa de verlo tan mal y perdido, se reclamaba así misma de que volver fue un completo error, y de que su venganza solo fue un a
Sus labios se posaron en la curva de su cintura y con sutileza dejaba besos cálidos que hacían sonreír a Sally de amor, Bruce era delicado al momento de acariciar su piel y de ofrecerle esa lujuria que la derretía y la hacía sentir única y especial en el mundo. Él subió sobre ella y se adueñó de sus labios como fresas jugosas que no quería dejar de devorar nunca jamás, con su mano derecha llevó la de Sally arriba de su cabeza y entrelazó sus dedos a los de ella con suavidad y pasión, Sally por su parte, con su mano libre dibujaba figuras pequeñas en la espalda de Bruce y ocasionando que toda su piel se mantuviera erizada y caliente. Sé acomodó entre sus piernas, y de manera lento y suave penetró aquel túnel que lo enloquecía y lo derretía como gelatina en medio del calor. Bruce no pudo evitar liberar un gemido ante el simple hecho de sentir el jugo caliente de Sally empapar su miembro y lo estrecho de su túnel, apretarlo, aquello volteaba su mundo de cabeza y le complicaba contro