—Supongo que tu expresión de molestia se debe porque tu hermana ha venido hoy, lo que no entiendo es porque razón la dejaste entrar en la compañía cuando no la querías ver por acá. Eso fue bastante raro. —Brent comentó al momento de sentarse en frente de ella y de dejar sobre su escritorio una carpeta.—Quería saber lo que iba a decirme. ¿Fue a verte?—Sí, y a decirme que ya no estará detrás de mí, porque ahora resulta que… se le metió en la cabeza la loca idea de enamorar a Bruce. ¿Qué tiene de especial ese hombre? —inquirió con recelo.—Que es todo un caballero en frente de otros hombres. Mi hermana está tan desesperada en ser amada que ya no piensa.—Nunca ha pensado.—No hables mal de ella cuando en su momento estuviste enredado en sus encantos. No es de hombres hablar mal de una mujer después de lo que vivió a su lado y todo lo que hizo para tenerla.—Lo siento, no era mi intención hablar mal de Carlota. ¿Y ahora desde cuando te preocupa que se hable mal de ella?—No me molesta n
—¡Brent, detente, no lo hagas! —le impidió subir al auto.—¿Por qué no hacerlo?, es lo que quieres, incluso hasta yo mismo. Ya estoy cansado Sally, de esperar a que esto vuelva a funcionar o a que tú decidas cuando sorprendernos con tu último golpe. Te amo demasiado, pero quiero ser yo mismo quien ponga un punto y final, hacer lo que no pude hacer por falta de pelotas en su momento. Fui un cobarde egoísta que pensó en sí mismo, que no pensó en ti y que prefirió callar y casarse con una mujer sin valor. Fue mi error, yo la dejé entrar en nuestras vidas.—Conversemos en otro lado.—Ese es el problema, ya estoy cansado de conversar lo mismo, quiero vivir libre de ese tema que ya de por sí me vive perturbando. No quiero sentarme a tu lado y escuchar lo mismo desde que has regresado. ¡Ya estoy harto del pasado, Sally, harto!. No puedo cambiar nada, nadie puede hacerlo —ella contuvo las ganas de llorar y se le abalanzó encima a Brent para abrazarlo. Él la recibió y el único sonido que se
Se estaba llevando una celebración importante en uno de los hoteles más lujos de la ciudad, allí se encontrarían varios empresarios importantes y también unos cuantos políticos. Brent y Sally no podían faltar, pero tampoco Bruce, al ser uno de los hombres más prestigiosos del país por sus maravillosos negocios dentro y fuera. Carlota también había asistido con la excusa de acompañar a sus padres al evento. Bruce se mantuvo al margen de Sally para evitar conversar con ella, incluso Sally misma sabía que no era una idea prudente tener que hablar con Bruce allí donde las miradas de todos no la abandonaban, ni por un segundo. Brent estaba a su lado sujetando la mano de ella y mostrándose un hombre afectuoso y cariño con su esposa, como todo hombre debería comportarse con una mujer, la cual es su compañera de vida. Las críticas de algunos no podía obviarse, pues Brent y Carlota también se dieron a conocer cuando estaban juntos, y ese tema era el cual comentaban con reproche y burla.S
—Ahora tendremos una reunión con los administrativos de la compañía. Espero estés preparado—le recordó Goldon a Brent.—Sí, lo tengo muy presente. Sally me comentó anoche antes de irnos a dormir. Está muy emocionada por como todo ha ido marchando en la compañía.—Y tú al parecer también estás emocionado. Desististe de la idea de revocarla de su cargo que antes, por cierto, solía ser tuyo. Eso es de admirar. —Es mi esposa, Goldon, no puedo ir en contra de ella o de sus decisiones, he cometido errores en mi vida y no quiero volver a cometerlos. —Me da gusto que todo esté marchando de maravilla entre ustedes dos, amigo mío. Verte sonreír no es algo a lo que estábamos acostumbrados meses atrás cuando estabas con Carlota.—Sally lo es todo en mi vida. —Hemos Sido amigos por años y aún desconozco lo que le hiciste a esa mujer para que regresara con ganas de vengarse de ti. —Brent suspiró y relajó sus hombros, creyó que era el momento de liberar ese secreto con alguien de gran confi
Brent entró en su casa y caminó en dirección al bar que posee en su sala de estar, abrió una botella y se sentó a beberla mientras miraba una foto de él y Sally del día en que se casaron. Pasó sus dedos por la foto y suspiró de forma triste y enojado. Vio tanta felicidad en esa foto, tanto amor sincero que no pudo explicarse él mismo el hecho de haber acabado con esa dulce mirada. —Hola. —Saludo Sally al entrar.—Ven aquí. —palmeó sobre sus mismas piernas y ella se sentó en su rezago.—¿Estás bien?. No lo luces.—Estoy en un instante dónde me repito lo malo e idiota que he Sido contigo. Miro esta hermosa foto y me doy cuenta de que éramos muy felices, teníamos todo, y yo, solo yo acabé con esto. —Dijimos que no volveríamos a caer en este tema. Ha sido mi decisión, brindarte una oportunidad.—¿Y si no te merezco?. Soy un egoísta que después de haberte hecho daño quiero tener tu perdón y estar a tu lado.—No sé qué decirte.—Nada, porque nadie tendría respuestas para mis preguntas, o
—Estás muy guapo. —halagó Sally a Brent, él dejó que ella alistará su traje y lo devorará con la mirada.—Y tu muy hermosa, tengo buenos gustos.—Así es, me encantó mi vestido, y más esta hermosa cadena. —ella se vio en frente del espejo, detrás de ella, estaba Brent sonriente.—Sally… no te lo había dicho porque… no sabía si era correcto, pero hoy me encontré con Carlota en la joyería, estaba… muy mal, no por su aspecto físico, sino en el sentido emocional. Me hizo una pregunta que no supe responder, ella… me preguntó si yo creía que en algún momento tú la perdonarás por su error. —Sally parpadeó con suavidad, mordió su labio inferior y luego cogió un labial para terminar de retocar su maquillaje. Ignoró por completo todo aquello que Brent dijo. «¿Cómo puede ella preguntar eso?» —se preguntó a sí misma en la mente. —Supongo que no. —dijo él.—Intentó matarme, no la perdonaré.—Yo también, Sally, y aquí estamos.—¿Quieres que vayas y le digas, oh hermanita, te perdono por
—Ey, al fin despierta, ¿Cómo sigues? —Sally no respondió a la pregunta de Brent—. ¿Qué pasó allá afuera?. —ella volteó a ver a Brent sentado a su lado muy preocupado por ella.—Yo… dios, es mi culpa todo esto. —volvió a llorar.—Claro que no, mi amor. Los frenos de Carlota fallaron, ya revisaron y fue eso lo que hizo que tuvieran el accidente. Nadie ha sido culpable de nada, mi vida. Cálmate. —no podía con ese secreto. La estaba ahogando.—Brent… yo ocasioné ese accidente. —él no la entendió, así que negó y sonrió.—No, mi amor, por supuesto que no, Sally.—Yo mandé a qué sabotearan los frenos de Carlota para darle un susto, pero nunca esperé que él estuviera con ella, ni mucho menos que fuera tan grave. —Brent se levantó de su silla y la miró horrorizado.—¿Qué hiciste qué?, no, lo creo.—Si fui yo, mi ira, mi odio por ella me llevó a lastimar a Bruce, y eso no me lo perdonaré nunca, Brent. Lo herí.—¿Te preocupa es eso?, pudiste matarlos a los dos, a Carlota también, Sally. Tu herma
Brent y Sally volvieron en la madrugada para descansar un poco. Él ha estado indiferente con ella desde que Sally le contó la verdad. —¿Aún sigues molesto?—Sí. No… concibo con lo que hiciste, ni menos el que estuvieras en esa habitación abrazada a Bruce olvidando que estaba afuera. Eso… ¡No me gustó! —Le dije que fui la responsable, y la diferencia entre tú y él fue muy notoria. Bruce no me juzgó, ni sé molestó, solo habló conmigo y me sugirió resolver mi problema de una forma diferente. En cambio, tú me acusaste y me hiciste sentir peor de lo que estaba. ¿Cómo no abrazarlo cuando Bruce me hace sentir protegida entre sus brazos? —Las manos de Brent temblaron.—Claro, cierto que es un hombre comprensible, dulce y atento. —Me voy a duchar.—Tu hermana está devastada, no… será fácil para Carlota despertar todas las mañanas y verse en un espejo. —Sally se detuvo de espaldas a él, miró por sobre su hombro y negó con una sonrisa de decepción.—Veo que toda tu preocupación es por