Entre lagrimas y emociones a flor de piel llegó el gran día de Edgar y Clarisa; envueltos entre emociones de alegría y miedo, al fin su sueño se haría realidad pero no podían evitar temer porque algo saliera mal en un di tan importante.— Estás preciosa mamá — aseguro Mónic sonriendo feliz; Clarisa parecía toda una princesa en su vestido de novia, de falda larga tipo princesa, mangas largas cubiertas de encaje; en la espalda tenia muchos botines; era un vestido digno de una princesa y no era para menos, en poco tiempo Clarisa Medina se convertiría en la flamante esposa de uno de los diseñadores y empresarios más importantes del mundo entero.— Tu también te ves espectacular — madre e hija se abrazaron al borde de las lágrimas — es increíble que finalmente este día hubiera llegado. Después de tantos años de lucha, de altos de bajos por fin estaba cerca de obtener su final final — oh por Dios — Clarisa hizo un gran esfuerzo por no llorar, abanicando sus ojos con sus manos.— Vamos mamá.
Decir que la velada era espectacular era quedarse corto; el matrimonio de Edgar Malvorich y Clarisa Medina estaría sonando en las noticias durante mucho tiempo; sus selectos invitados, la exquisitez de su banquete, la absoluta perfección...O eso parecía a simple vista, porque en el fondo del asunto una mirada enojada no dejaba de posarse sobre la pareja de recién casados y sobre todo en cierta muchacha de ojos claros. ¿Cómo era posible que después de tantos cuentos al final del cuento Edgar aún estuviera junto a Clarisa?, Armando Malvorich sentía el profundo deseo de golpear algo. ¡Durante años todo había sido perfecto!, pero había llegado esa maldita mocosa a arruinarlo todo; desde el momento en que llegó al mundo supo que ella sería un terrible dolor de cabeza.— ¿Duele no?... ver qué tus planes se frustran y que al final del cuento lograron ser felices — la voz de Mónic perturba a su abuelo, quien apretó los puños, ella se inclino ligeramente hacia el hombre mayor — ¿Que se siente
Auron observó las bolsitas de joyería, dentro había una gran variedad de hermosos diamantes que no habían sido marcados.— ¿Y bien? — preguntó Mónic con una gran sonrisa en su rostro mientras Auron detallaba los diamantes que le había entregado.— Eres la primera persona que logra traer un encargo tan grande, en tan poco tiempo y de forma segura — felicito Auron, estar en el negocio de tráfico de diamantes era complicado; moverlo entre países era riesgoso y Mónic Malvorich lo había logrado con facilidad.— Los beneficios de tener una joyería reconocida.— Así que por eso insististe tanto en que tus padres se fueran de luna de miel inmediatamente. Usaste el nombre de la línea de joyas de tu padre.— Exactamente mi estimado — Mónic recibió el maletín con dinero que Auron le entregaba.— Sobre lo demás... — Auron dejo caer el tema.— Despreocúpate... para hoy mismo tendremos el dinero circulando en la compañía Carbajal, me encargaré de Dominick — respondió causando que el hombre sonriera
La música a todo volumen, las luces cambiantes, los cuerpos moviendose frenéticos al ritmo de la música. Dominick respiro profundo mientras se movía siguiendo los pasos Mónic, a su lado Thiago Visantino. Ninguno de los dos podía apartar los ojos de sobre ella, con ese conjunto que llevaba, shors negros cortos, camisa brillante de tirantes, con escote de cascada que obviamente llevaba sin brasier, estaba mostrando demasiada piel, se veía hermosa si pero ¡por Dios!, esa mujer iba vestida para provocar. La actitud jovial, alegre y altamente sensual provocaba que todos la mirarán; era atrayente, demasiado. Llegaron a una zona reservada de la discoteca. Un hombre alto detuvo el camino de Mónic. — Alto — dijo antes de poner sus manos sobre la cintura de la mujer, de inmediato tanto Dominick cómo Thiago sujetaron una de las muñecas del sujeto. — Si sigues tocando tendrás que pagar, cariño — esa voz seductora y la forma en que guiño el ojo al desconocido era capaz de hacer sonrojar a cualqu
En el momento en que estuvo frente a la puerta de su departamento se arrepintió de no haberse ido con Thiago a su casa, todo el sueño y el cansancio desapareció en el instante en que encontró aquel sobre en su puerta, dando paso a un deje de preocupación apenas lo abrió encontrandose con fotos de ella misma en diferentes situaciones; en la constructoras, en reuniones o simplemente realizando cualquier actividad; su corazón comenzó a latir apresurado al leer la nota: "Detente o morirás. ¿Renunciar o perder la vida?" Era una clara amenaza hacía su persona; cerró los ojos y respiro profundo por un instante, no podía dejar que el pánico se apoderara de ella, tomo su teléfono para marcar el número de Thiago este lo enviaba directamente a buzón. Marco la clave de su departamento abriendo la puerta para contemplar la perpetua oscuridad de su sala. Trago grueso pero entro a paso lento, asustada. Enseguida se arrepintió de ello, encontrando fotos en el suelo de su casa, regadas y rotas. ¿Que
Estar en el ojo del huracán podía ser realmente incómodo pero también podía llegar a ser realmente significativo, sobre todo cuando eres una persona que necesita estar en el ojo público, había pasado una semana desde que Mónic recibió la amenaza en su departamento; una semana en la que se había mantenido voluntariamente en el ojo de la prensa. Primero haciendo donaciones a diversas organizaciones importantes, cortando el listo de inauguración de un nuevo hospital, visitando ancianatos, casas hogar y un sin fin de cosas más. Era una buena forma de protegerse; ¿quien en su sano juicio intentaría matarla estando rodeada de periodistas las 24 horas del día?. ¡Nadie!. Y ella había sabido aprovecharse de eso. Pero esa noche era diferente, esa noche necesitaba un verdadero escándalo que la mantuviera en la cima por un buen tiempo, que hiciera que la curiosidad de los periodistas estuviera a flor de piel y que la siguieran cómo si fueran su sombra. Esa noche había planeado algo grande... se
Tener a Mónic a su lado, desayunar con ella, escuchar su risa era para él simplemente increíble, era la sensación más cálida y maravillosa que había experimentado en un buen tiempo; ¡Dios!, la extrañaba tanto que dolía y por ese efímero momento era como si aún estuvieran juntos, cómo si se perteneciera el uno al otro. — ¡Estabas loca!, enserio — decía entre risas Dominick. — Oye no es así... solo son cosas que uno hace de niños — se defendió Mónic, siempre era agradable compartir vivencias de infancia — mi vida fue una completa locura. — Lo se — Dominick dejo escapar un suspiro — pero apuesto a que eras una niña totalmente adorable. — ¡Era una diablilla!, me rompí el brazo al trepar un árbol... — dejo escapar una risita un tanto infantil — no cambiaría mi vida por nada del mundo... es decir, tuve malos momentos no lo niego pero al menos pude reír... — se cruzó de brazos pensativa — muchas veces extrañe a mamá y deseaba conocer a papá pero las cosas pasan por algo... sino hubiera vi
La brisa fresca azotando su cabello, el bonito día soleado pero sin llegar a ser irritante; las olas del mar golpeando en la orilla y la maravillosa compañía. Bastaba con mirar de perfil para notar las hermosas facciones que poseía Thiago Visantino, ojos azules y expresivos; cómo el azul de un cielo despejado durante el verano; su nariz perfilada y labios marcados sin dejar de ser masculinos pero lo más hermoso de él, era esa sonrisa sincera que parecía tener permanentemente plasmada sobre sus labios. Si tuviera que describir a Thiago Visantino diría que era como una bocanada de aire fresco, ese suspiro que te trae paz. — ¿Mónic? — la llamo al darse cuenta que ella realmente no le estaba prestando atención. — Perdón me desconecte — de disculpo avergonzada, Thiago solo dejo escapar una carcajada. — Deja de fantasear con Carbajal. Se que lo amas y todo eso pero hoy eres solo mía. — ¡No estoy fantaseando con él! — dijo rápidamente, antes de agachar la mirada avergonzada — estaba pens