Luna
—Hija, a partir de hoy vivirás con el señor Forbiden, él cuidará de ti y te dará una mejor vida —dice mi padre con su voz temblorosa.
Veo a mamá llorando muy preocupada junto a dos hombres vestidos de negro con gafas oscuras y el señor Forbiden se acerca a mi padre, es un hombre muy alto y bastante robusto, va vestido igual que los hombres que están con mamá, pero de color blanco. Retira sus gafas y mano de dedos gordos toca mi rostro, él sonríe, pero me da miedo su sonrisa.
—No quiero ir papá, quiero quedarme con ustedes —pedí un poco asustada alejándome de ese señor.
—No hija, no, debes ir con él, mamá y yo tenemos que hacernos cargo de algunos trabajos y no podremos jugar contigo.
—Así es preciosa —el hombre de blanco presiona el hombro de papá, se nota que lo hace fuerte porque él se queja un poco, aunque me hace creer que no es así y se aparta. —Ya verás que en mi casa nos divertiremos mucho los dos y haré un cuarto de juegos solo para ti.
Daba miedo, ese hombre da mucho miedo.
Salí corriendo hacia donde estaba mamá, los hombres de traje oscuro se mueven un poco sacando algo de sus abrigos y abrazo a mamá con todas mis fuerzas.
—No dejes que me lleven mamá, no quiero ir con ellos, quiero estar contigo.
—Hijita, mi lucecilla, ¿confías en mamá? —asentí derramando unas lágrimas. —entonces créeme cuando te digo que todo estará bien, él te tratará bien, ahora tienes miedo porque no lo conoces, pero estoy segura que serán buenos amigos.
El señor de blanco vuelve a mí estirándome su regordeta mano, veo a mamá otra vez y ella me sonríe con mucha confianza, asiente para que tome la mano del señor y lo hago, confío en mamá. Camino hacia la entrada con él mirando una vez más a mis padres a quienes les entregan dos maletines, ellos se arrodillan en el suelo abriéndolos y veo muchos billetes, recuerdo que ellos discutían mucho en los últimos meses porque necesitaban bastantes de esos según dijo papá, pero no entiendo por qué les dieron tantos.
—Vamos lucecilla, es hora de brillar —dijo el señor Forbiden con una voz tenebrosa.
Una fuerte luz me ciega por completo obligándome a cerrar los ojos, escucho unos aplausos y los abro nuevamente acostumbrándome a la intensidad logrando ver muchas personas frente a mí, estoy en una tarima, todo mi cuerpo me duele, tengo algunos moretones y dos hombres vienen por detrás sujetando mis brazos con fuerza mientras otro hombre coloca unas cadenas en mis tobillos.
Intento liberarme del agarre, pero mi cuerpo duele y entonces soy arrastrada por el suelo hasta que mi cuerpo es levantado quedando colgada de los pies, tengo mucho mareo y todos me ven ansiosos.
—Es hora de brillar —escuchó su voz detrás de mí, esa m*****a voz que ha sido mi tormento por muchos años.
La máquina comienza a sonar, mi corazón se agita con fuerza y la cadena se suelta dejándome caer una vez más a un horrible abismo oscuro, siento muchos golpes en mi cuerpo, vuelven a subirme unos segundos y se repite el proceso, grito pidiendo que alguien me saque de ahí, que se detengan, pero nadie lo hace.
—¡¡YA BASTA!!
—¡Despierta!
Abro mis ojos sentándome rápidamente con el corazón a mil y mi respiración errática, los brazos de mi hermano me reciben conteniendo el resultado producido en mi cuerpo por la horrible pesadilla que tuve.
—Tranquila, aquí estoy contigo —susurra con cariño acariciando mi espalda. —¿De nuevo los recuerdos? —asentí silenciosa. —Preciosa, no puedo irme si estos regresan. ¿Pasó algo que no has querido decirme? Porque no es normal que después de tantos años regresen las pesadillas.
—No te preocupes, pasa de vez en cuando.
—¿Cuándo fue la última vez?
—Hace unos meses —levanté mi rostro después de tomar un profundo respiro viendo los angustiados ojos de mi hermano. —En verdad estoy bien, puedes irte tranquilo.
Aun cuando le decía la verdad, él no queda convencido de mis palabras, lo que no me extraña considerando lo sobreprotector que es conmigo.
—¿Cómo esperas que me vaya y te deje así?
—Drak no soy una niña, sé que al comienzo todo fue difícil, pero eso fue hace muchos años y ambos sabíamos que las secuelas quedarían, mejor deja me arreglo y te acompaño al aeropuerto.
Dejé un beso en la comisura de sus labios y fui a bañarme rápidamente, sé que es muy estricto con la puntualidad y tampoco quería que perdiera el vuelo. Me arreglé, comí lo que había preparado de desayunar y salimos en mi auto directo al hangar que me había indicado, él seguía insistiendo con el tema de mis pesadillas, pero yo en cambio de estaba de buen humor a pesar de eso ya que no me afecta como antes. Por suerte pude convencerlo de que tomase el avión con la promesa de llamarlo diariamente para decirle cómo estaba, aunque él sabía que eventualmente le haría trampa.
Después de eso fui a la oficina y recibo mi Martini especial a base de Jägermeister mientras reviso la contabilidad del mes pasado, sé que son las nueve de la mañana, pero como dicen algunos amigos: “en otra parte del mundo es de noche”. Todavía recuerdo cuando hace un par de años llegué a Ámsterdam por solicitud de Ragnar, ella me pidió que me hiciera cargo de las sucursales de Alemania, Dinamarca, Países Bajos y Suiza, un trabajo bastante amplio para una sola persona, pero al ver que hice un excelente trabajo en Estados Unidos, Inglaterra y Portugal junto a mi hermano Drak, optó por darme una mayor responsabilidad de la misma forma en que hizo con él.
Al comienzo fue difícil porque, aun cuando me tomase un par de meses hacer el recorrido y entregar los informes, siempre regresaba a Washington con mi hermano para divertirnos juntos, tener su compañía, molestarlo hasta el cansancio y cuando al fin desfogaba su furia por todas las locuras que yo cometía, me hacía la sufrida logrando que después me abrazara y consintiera, casi se puede decir que era un ritual, lo que hoy día extraño demasiado hacer, especialmente en las mañanas cuando él me levantaba con sus besos y provocaciones, algo que podría ser mal visto por todos, pero no para nosotros.
—Señorita Oslin, tiene una llamada de la señora Wintar en la línea dos —informa mi asistente.
—Gracias, no me pases más llamadas hasta que no termine con ella y confirma el almuerzo con los clientes en el restaurante de siempre a las doce.
Es extraño que llame a principio de mes cuando generalmente lo hace en la segunda o tercera semana, quizás algo de último minuto se habrá presentado.
—¿Debo preocuparme por esta llamada? —pregunto en cuanto conecto la línea.
—No exactamente, pero dime primero cómo va todo.
—Tenemos excelentes números en todas las sucursales y estamos preparándonos para el gran evento de otoño y verano. ¿Contaremos con tu presencia y la de tu corte imperial?
—¿Quieres a toda mi corte imperial contigo o alguien en especial? —pregunta capciosa al saber cuánto me encanta la visita de ellos.
—Sabes que todos aquí quedan fascinados cuando vienes con la corte imperial, siempre es un deleite tenerlos juntos y las ventas van por lo alto.
—Eso no lo niego, pero no te aseguro nada todavía, quizás para el otoño o el invierno hagamos una aparición, aunque el otro año tengo pensado llevarme a las gemelas a La Chambre d’Antoinette.
—¿Y qué celebraremos con las doncellas del palacio?
—Su cumpleaños dieciséis, quiero que sea algo muy especial para ambas y es algo que quiero hacer solo con las mujeres de la familia, espero que nos acompañes.
—Lo tomaría como una ofensa si no estuviera con ustedes y más si se trata de ir a Francia.
Sus hijas siempre han sido su adoración, además que son dos chicas increíbles con personalidades diferentes que se complementan a la perfección.
—Excelente, entonces eso lo veremos después ya que tengo varias cosas en mente para ellas, pero no es el motivo por el cual te llamo hoy.
—Eso es bastante claro, pero adelante, soy toda oídos.
—Hay alguien muy especial que llegará a Ámsterdam dentro de poco y quiero que te encargues personalmente de él, quiero una bienvenida muy… especial —ese tono no es cualquier cosa.
Definitivamente esta persona es cercana y si quiere que sea yo quien lo atienda es porque posee algo diferente, llamativo.
—Cuenta con ello, envíame los datos y haré los preparativos.
—Dentro de poco te enviaré todo, también le entregaré un pase platinum y lo más seguro es que visite el lugar con Oz.
—¿Oz? Creí que era alguien cercano a ti.
—De ambos, pero más de Oz, son colegas de años y su familia tiene conexiones con algunas empresas nuestras, así que necesito tu total atención en él.
—Interesante, suena prometedor tu visitante.
—En realidad será residente.
—Solo espero que no sea un fanfarrón o lo sacaré por la puerta grande —escucho un chasquido de su lengua, lo que quiere decir que no lo es.
—Él es alguien muy especial, con un aura única y una oscuridad que estoy segura te traerá buenos recuerdos…
—¿Qué tipo de recuerdos? —pregunté sumamente intrigada ante el tono provocador de su descripción.
—Quizás conozcas a otro demonio —ladeé una perversa sonrisa solo de recordar a mi diablo y todas las experiencias que vivimos tiempo atrás.
—Entonces cuenta con todo mi apoyo, le daré justo lo que necesita y si logra deleitarme, quizás tenga un extra —ella ríe un poco.
—Creo que se llevarán de maravilla, cualquier cosa no dudes en contactarte con Oz quien estará el otro mes en Ámsterdam para recibirlo.
—Perfecto, coordinaré después con él.
No siempre tenemos invitados especiales, pero la manera en que describió a este hombre ha despertado mi curiosidad y si es alguien cercano a Oz y con una oscuridad particular, seguramente es un hombre que no debe ser tomado a la ligera, quizás con encanto, misterio y definitivamente ha de ser atractivo. Ragnar Wintar no escoge a hombres al azar, siempre busca una chispa especial en las personas y eso se puede ver en su corte imperial, un grupo de hombres y mujeres que estamos en su círculo más íntimo.
Noah–Vaya, no sabía que eras de aquellos a los que el jetlag les afectaba tanto –Veo a Oz bajar las escaleras de la gran casa en la que me encuentro con su típica sonrisa sardónica que parece no abandonar nunca–… Aunque en realidad no hay ninguna diferencia horaria entre Ámsterdam y Zúrich –comenta con sarcasmo.Llevo semanas sin dormir propiamente dicho, las horas se me pasan entre ver mi teléfono que no da más información y el paisaje caluroso de la ciudad. Sé que duermo, sí, pero solo lo hago cuando el cuerpo al final es el que me vence y mi cerebro se apaga porque si no, estaría totalmente loco al día de hoy.–Parece que hoy nadie va darnos muchos detalles –continúa hablando–, bueno me alegra mucho que ya estés dispuesto a un nuevo día, no creas que estarás viviendo a mis costillas mientras estés aquí.–Sé que vine a trabajar, además te recuerdo que amo lo que hago, aunque…–¿No lo parezca? –me interrumpe riendo en bajo tono, aunque desee refutar lo que acaba de decir, las pocas
Noah El Golden Room Camino tras los pasos de Oz, pero sin perder de vista a la mujer que toma un cóctel de alguna manera a pesar de la máscara que usa, el gran salón en donde estábamos poco a poco se va quedando sin personas ya que, al parecer, este no es más que una antesala para el verdadero entretenimiento del lugar. Sigo con paso sigiloso y sosegado a la persona que me trajo a este sitio y la razón por lo cual lo hago no la voy negar, no, ya que se ha encendido en mí nuevamente una llama que creí perdida: La curiosidad; no estoy muy seguro de lo que me encontraré, aunque tengo una leve idea de ello. Por eso me puede más el bicho incesante de querer descubrir cada detalle o morir en el intento. Un imponente salón se abre ante nosotros con una luz amarillenta, la nave está equipada de una enorme vitrina con diferentes juguetes sexuales: Esposas, cuerdas, comida, condones y lubricantes... nada fuera de lo común, pero me sorprende ver la cantidad de cosas que no había visto jamás
NoahEl Red Room Nuevamente una cantidad obscena de puertas me rodean, pero esta vez no hay forma de seguir subiendo, la luz roja es la protagonista esta vez predominando en el ambiente cuya lascivia se cuela por los poros de cualquiera que puse este lugar.Recuerdo la llave asignada y espero a que de alguna forma ésta me muestre cuál puerta debo abrir, debo parecer un loco ya deseando que un objeto inanimado me hable y me guíe.Camino lentamente frente a cada puerta esperando esa sensación de que ahí debe ser cuando una risa, una burlona pero al mismo tiempo tenebrosa, percibo. Me dejó guiar esta vez por el sonido y cuando lo escucho cada vez más claro paso la llave por la hendidura que me da acceso a un nuevo salón: un salón rojo, cubierto de espejos y con muchos más elementos que el primer piso.Mi primera visión es una mujer de talla grande, lleva su cuerpo enfundado en un delicioso corsé de cuero negro que reflecta la luz roja del lugar, la vestimenta resalta cada gran curva que
NoahPero ¿por qué habré aceptado esta locura? debo parar de dejarme llevar por lo que considero retos, siempre termino en camisa de once varas por la misma situación, igual que ahora, en medio de algo que para ser sincero poco conozco excepto por la literatura y el cine barato del que estoy seguro desdibuja mucho la realidad de estas prácticas.–¿Nervioso Xavier? –escucho a Sole entre las sombras, aparentemente en la sala solo estamos Yoyce y yo, pero al mirar más detenidamente las paredes entiendo que el espectáculo puede ser visto por más de uno.–Depende de lo que quieras ver Sole –respondo altivo concentrándome en mi acompañante, se le ve igual de insegura que yo. Si bien la curiosidad me llevó a este momento tengo que reconocer que ahora estoy completamente bloqueado.–Retroceder también es de valientes –vuelve a decir ella y el reto se hace más personal para mí en este punto.No le respondo, busco como moderar mi lenguaje corporal para hacer sentir cómoda a mi primera sumisa, y
Noah–Estabas seguro de no frecuentar más el lugar. –Es el saludo de Oz cuando nos volvemos a encontrar en el primer piso del lugar a quien sabe qué horas–No creo que deba preguntarte si viste lo que hice, porque estoy seguro de que así fue –Le respondo mientras nos encaminamos a la salida. Hay una serie de murmullos a mi alrededor e incluso puedo ver a Eris, una de las mujeres que me asaltó al principio de esta velada haciéndome una señal de “llámame”. Ni siquiera logro entender por qué lo hace si se supone que tiene dueña y tampoco tengo su número; eso hasta que uno de los meseros me entrega una servilleta.–Por lo que veo cualquiera puede ver una sesión –comento con algo de enojo, quería que Sole lo viera no media madriguera.–Tan inteligente y perspicaz como siempre. –me dice entrando al Corvette C3 negro, un clásico y para mí un despropósito de vehículo, pero el gusto culposo de él – Y la respuesta es no, nadie puede verlo a menos que el amo y el sumiso estén de acuerdo, en este
Mi oscuridad me consumió, ya no había más el dulce y gentil Noah… ya no. Ahora el ser que siempre he estado reprimiendo salió a flote con toda su potencia. Primero tomé su boca en un beso suave, pero cuando su lengua tocó mis labios le di paso a su sabor demoniaco y examiné el terreno al mismo tiempo que un calor hirviente se apoderaba de mí, entretanto, me aprisionaba más y más a ella con su pierna. Mis manos tomaron sus propias decisiones, la que estaba en su muslo presionaba más hacia arriba y la de su espalda seguía aprendiendo el camino a la perdición a través de sus cicatrices. Nuestros cuerpos se acompasaron en un rítmico baile infernal entre caricias posesivas. La orden era no separarnos al mismo tiempo que se necesitaba cada vez más. Cuando su cadera se onduló contra mi entrepierna y su canto jadeante apareció, la dureza de mi ser hizo contacto con su mojado centro, quería que sintiera lo que había provocado y se hiciera responsable por llevarme a este camino desconocido ha
OzMe encontraba haciendo algunas diligencias, bastante aburridas he de recalcar. Sé que debo hacer de niñero un tiempo más en lo que Noah se amolda a su nueva vida, pero me aburre no tener algo con que… entretenerme…Detuve mis pasos al ver una tienda muy especial a la cual decidí ingresar, ya qué, si mi instinto me arroja a un lugar, es por algo. Mis voces admiran el entorno buscando esa llama... ese... algo especial, es entonces cuando uno de los vendedores se queja vociferando algunas maldiciones a una vitrina en particular y mi felicidad se ensancha a más no poder…–Creo que encontré lo que buscaba… –dije al idiota en lo que él me mira como si hubiera perdido la cabeza, pero esa la perdí desde el día en que nací y ahora me daría un exquisito banquete con mi nueva adquisición…(…)NoahDe alguna manera, llegó a mí el contacto con mi sumisa. Yoyce es una mujer encantadora y que hace todo lo que yo le pida sin pataletas y si así son todas las sumisas estoy ansioso por tener siquiera
Noah Todos me miraron extraño cuando llegamos al hospital. Ordené la atención inmediata pidiendo además interconsulta con neurología para una valoración más profunda, temiendo que ese episodio haya comprometido algo más. Cuando caigo en cuenta, me veo empapado con una camiseta sin mangas, unos joggers y mis tenis, obvio todos estaban sorprendidos por mi aspecto, sin embargo, como excusa tengo que hacía demasiado calor por el movimiento de todo lo ocurrido. Con vergüenza me dirigí a mi oficina donde tengo un cambio de ropa formal (siguiendo un consejo de mi hermano Andrew), me bañé y vestí para volver a urgencias. –La paciente despertó, Doctor Meier –recitó una de las enfermeras de esa área quien llegó a mi oficina y que no disimuló en repasar su mirada en mí–, está consciente y pide ser dada de alta.–¿Ya la valoró neurología? –No señor, el doctor de turno se encuentra en su ronda de citas, apenas se desocupe pasará a verla.–Entiendo, no le den de alta hasta entonces.–Como ordene