Noah –¡Hermano! Días sin dormir, andar por media Madrid sin descanso y un par de botellas de vino que lograron que al fin mi cerebro se desconectara por completo. Lo último que recuerdo era a Henry regañandome por el espectáculo de encontrarme riendo a carcajadas con su interés amoroso actual y acusándome de cosas absurdas mientras me arrastraba a la segunda planta a lo que tengo asignado como habitación. Es casi mediodía y no recuerdo cuándo fue que dormí tanto, ha pasado tiempo. Escucho en el primer piso voces que se me hacen muy conocidas, así que bajo los escalones no muy bien presentado, sigue haciendo calor a pesar del aire acondicionado ¿quién les dijo que 20 grados era una buena temperatura? –¡Rose! –Exclamo al llevarme la sorpresa de que entre las personas que llegaron está Amelie y obviamente mi hermano Andrew –¡Jack! – Me responde con emoción y corremos a encontrarnos cual película cliché romántica para fundirnos en un fuerte abrazo Entre miradas saludo también a An
LunaHabía una música de fondo, no comprendía qué pasaba, pero mi pecho seguía ardiendo y alguien gritaba mi nombre a lo lejos, entonces aparecí de nuevo en el edificio de la universidad, pero Ares se encontraba afuera. De pronto dos fuertes explosiones a mi alrededor me ensordecieron, volví a sentir algo clavarse en mi pierna y una segunda presión se hizo presente, solo que esta era en mis tobillos, estaban atados.–Luna, mi Luna… pronto… falta poco… para siempre estar juntos… mía…Esa voz horrible. Intenté desesperadamente quitarme la cuerda que me sujetaba, pero antes de poder siquiera tocarla, algo tiró de mí arrojándome por la ventana donde cientos de personas me veían vitoreando enardecidas por mi aparición, Ares no se inmutaba para nada y yo menos lo hice al sentir el vértigo por la caída vislumbrando la sustancia amarilla verdosa que burbujeaba en un enorme tanque, mi muerte sería inevitable, esta vez no me ahogaría y algo me decía que moriría en cuanto el líquido tocase mi pi
Noah Una semana y no tengo noticias. Una semana que no he podido usar para seguir buscando e indagando ¡UNA MALDITA SEMANA ENTERA SIN SABER DE ELLA!No percibo nada más en mi vida que no gire en torno a Oslin. Tengo problemas para concentrarme en cosas que sean diferentes al hecho de encontrarla, sin poder pensar nada más. Mi conducta está centrada en aliviar mi ansiedad. Si, me estoy convirtiendo en un objeto de estudio para el campo psiquiátrico, pero debo ocultar como sea todo esto porque Amelie y mis hermanos no se me despegan para nada, la primera, porque según ella nunca había visitado Madrid por algo que no fueran cosas laborales, y los segundos, únicamente por hacerme perder la paciencia. Hoy descanso de esa rubia pesada por su “tarde de chicas”, pero me dejó de regalo a su “maravilloso esposo” (nótese el sarcasmo) quien ha decidido que saliéramos a tomar algo, aunque esta salida de tragos ha sido más tiempo mirar a lo lejos, que realmente conversar o pasar un buen rato, y
Noah.En poco tiempo estamos en un bar exclusivo de Madrid, un sitio muy caro con altos estándares de seguridad y privacidad. No se admiten fotografías, ni teléfonos ni nada parecido, al parecer la amiga de Alejandra tiene buenos contactos, porque la ubicación no solo fue preferencial sino también el trato del staff. Al sentarnos, la botella de un costoso champagne llegó a la mesa, misma que agité haciendo que la bebida espumosa se derramase dramáticamente en señal del inicio de una celebración donde la única en esa tónica era la amiga, porque las caras de todos me demostraban lo contrario. Mi cabeza no deja de dar vueltas, pero ni siquiera sé a qué, sin embargo, creo que se darían cuenta de que algo está pasando conmigo si me privo de esta única oportunidad de lujo de molestar a mis hermanos como en los viejos tiempos. Aproveché para tomar de la cintura a Amelie y besarla castamente en los labios, logrando con ese simple gesto que se desfigurara la cara de Andrew (por mucho que inte
Gabana 1800LunaLas luces y la música a todo volumen acompañaban el animado ambiente del lujoso bar, la gente bailaba entusiasmada, seductora, planeando el siguiente movimiento para terminar, quizás, en una noche llena de sexo y locura donde poder olvidar las penas, así como yo quisiera hacer de no ser porque estaba aquí con Ares bajo otro propósito: Marte.No fue sino al divisar a la numerosa clientela que caí en cuenta que será la segunda vez que interactúe con él sin una máscara de por medio. Como parte de nuestro sistema de seguridad, conocer los rostros de las personas es fundamental aunque para él sea imposible reconocerme a mí. Los gritos de la gente me impedían comunicarme con Ares para tener claro mi papel esta noche, eso hasta que él nos llevó a otro sector más privado que también estaba movido, pero al menos había mejor flujo en la zona, la cual supe después era la VIP.–¿Estás lista? –preguntó él dejándonos junto a una pared cerca de la barra.–Sabes que lo estoy, pero ¿e
Noah–Creo que es hora de marcharse –Esta locura no va a terminar bien si sigo aquí, lo sé y Amelie que me conoce también lo sabe. No es tanto por el teatro mal montado que tenemos, sino porque creo que ya se dio cuenta de que estoy en medio de un ataque de ansiedad y mis ataques no son tan fáciles de manejar.–Estoy de acuerdo –secunda Alejandra buscando recoger sus cosas.–No sean aguafiestas, si la noche está empezando. ¿O no cuñado? –recula bastante tomada Lucía buscando complicidad en mí, pero ya no soy yo. Intenté ignorar los avisos que mi cuerpo y mi mente me mandaban, estaba ocultando todo hasta que la ví a Luna aquí y todo se derrumbó dentro de mí. El vaso que sostenía cae al piso haciendo el típico estruendo dramático y llamando la atención del staff que corre a auxiliarnos. “Han de estar muy ebrios ya” pensarán, pero la realidad es bastante distante en mi caso.–¿Estás bien, Noah? –me pregunta Amelie, quisiera poder tener las palabras correctas para pedir ayuda, mi corazón
Noah–¿Pensaste que te librarías de mí tan fácil? –¿Cómo conseguiste mi teléfono? –Contesta entre asustada y risueña. Alejandra y yo tenemos todavía una conversación pendiente antes de que me regrese a Ámsterdam y aunque anoche desapareció no iba a dejar esto pendiente.–Ni que fueras el Rey de España y aunque lo fueras, tengo mis métodos.–Te pasas de gracioso, ja, ja. –contesta sarcástica y a pesar de ser por teléfono, la tristeza en su voz es algo que no puede disimular–. Ya todo terminó, Noah.–Verás, mi hermano es estúpido, dale dos días y se le pasa. –intento romper la obvia tensión en el ambiente con un mal chiste pero es que eso de ser gracioso nunca se me ha dado bien, la verdad–No creo que sea así de simple –Un silencio triste se hace y yo quisiera tener otro comentario irónico que la haga espantar esos fantasmas de su cabeza, pero no lo hay.–Sí lo es –se me ocurre contestarle– y como te dije antes, tú y yo tenemos que hablar–Noah…–No, esto no tiene nada que ver con mi
Noah Meier El frío de la noche es abrumador a pesar de estar en verano. El sonido de los trenes entrando y saliendo sin final, las personas, sus murmullos, los miles de idiomas que se escuchan a mi alrededor y a pesar de todo eso me siento en medio de la nada. Recuerdo cada minuto de ese día, el sonido insistente de mi celular con el nombre de mi hermano en la pantalla que me negaba a contestar… ¿Y si no lo hubiese ignorado? ¿Si no hubiese esperado a que mamá marcara…, acaso todo sería diferente ahora? El Abuelo. Puedo sentir en mis músculos cómo mis piernas aún resienten el esfuerzo que hice para llegar hasta él, subiendo cada escalón de ese hotel sin pensar y sin importarme estar en medio de los Alpes Suizos donde mis pulmones no alcanzaban a atrapar el suficiente oxígeno, donde no me importaba que con cada movimiento me quedaba sin aliento. Trato de enfocarme, pero por alguna razón no puedo. Solo han pasado días desde esa noche, de hecho, huyo de todo en este momento sintiend