NoahPero ¿por qué habré aceptado esta locura? debo parar de dejarme llevar por lo que considero retos, siempre termino en camisa de once varas por la misma situación, igual que ahora, en medio de algo que para ser sincero poco conozco excepto por la literatura y el cine barato del que estoy seguro desdibuja mucho la realidad de estas prácticas.–¿Nervioso Xavier? –escucho a Sole entre las sombras, aparentemente en la sala solo estamos Yoyce y yo, pero al mirar más detenidamente las paredes entiendo que el espectáculo puede ser visto por más de uno.–Depende de lo que quieras ver Sole –respondo altivo concentrándome en mi acompañante, se le ve igual de insegura que yo. Si bien la curiosidad me llevó a este momento tengo que reconocer que ahora estoy completamente bloqueado.–Retroceder también es de valientes –vuelve a decir ella y el reto se hace más personal para mí en este punto.No le respondo, busco como moderar mi lenguaje corporal para hacer sentir cómoda a mi primera sumisa, y
Noah–Estabas seguro de no frecuentar más el lugar. –Es el saludo de Oz cuando nos volvemos a encontrar en el primer piso del lugar a quien sabe qué horas–No creo que deba preguntarte si viste lo que hice, porque estoy seguro de que así fue –Le respondo mientras nos encaminamos a la salida. Hay una serie de murmullos a mi alrededor e incluso puedo ver a Eris, una de las mujeres que me asaltó al principio de esta velada haciéndome una señal de “llámame”. Ni siquiera logro entender por qué lo hace si se supone que tiene dueña y tampoco tengo su número; eso hasta que uno de los meseros me entrega una servilleta.–Por lo que veo cualquiera puede ver una sesión –comento con algo de enojo, quería que Sole lo viera no media madriguera.–Tan inteligente y perspicaz como siempre. –me dice entrando al Corvette C3 negro, un clásico y para mí un despropósito de vehículo, pero el gusto culposo de él – Y la respuesta es no, nadie puede verlo a menos que el amo y el sumiso estén de acuerdo, en este
Mi oscuridad me consumió, ya no había más el dulce y gentil Noah… ya no. Ahora el ser que siempre he estado reprimiendo salió a flote con toda su potencia. Primero tomé su boca en un beso suave, pero cuando su lengua tocó mis labios le di paso a su sabor demoniaco y examiné el terreno al mismo tiempo que un calor hirviente se apoderaba de mí, entretanto, me aprisionaba más y más a ella con su pierna. Mis manos tomaron sus propias decisiones, la que estaba en su muslo presionaba más hacia arriba y la de su espalda seguía aprendiendo el camino a la perdición a través de sus cicatrices. Nuestros cuerpos se acompasaron en un rítmico baile infernal entre caricias posesivas. La orden era no separarnos al mismo tiempo que se necesitaba cada vez más. Cuando su cadera se onduló contra mi entrepierna y su canto jadeante apareció, la dureza de mi ser hizo contacto con su mojado centro, quería que sintiera lo que había provocado y se hiciera responsable por llevarme a este camino desconocido ha
OzMe encontraba haciendo algunas diligencias, bastante aburridas he de recalcar. Sé que debo hacer de niñero un tiempo más en lo que Noah se amolda a su nueva vida, pero me aburre no tener algo con que… entretenerme…Detuve mis pasos al ver una tienda muy especial a la cual decidí ingresar, ya qué, si mi instinto me arroja a un lugar, es por algo. Mis voces admiran el entorno buscando esa llama... ese... algo especial, es entonces cuando uno de los vendedores se queja vociferando algunas maldiciones a una vitrina en particular y mi felicidad se ensancha a más no poder…–Creo que encontré lo que buscaba… –dije al idiota en lo que él me mira como si hubiera perdido la cabeza, pero esa la perdí desde el día en que nací y ahora me daría un exquisito banquete con mi nueva adquisición…(…)NoahDe alguna manera, llegó a mí el contacto con mi sumisa. Yoyce es una mujer encantadora y que hace todo lo que yo le pida sin pataletas y si así son todas las sumisas estoy ansioso por tener siquiera
Noah Todos me miraron extraño cuando llegamos al hospital. Ordené la atención inmediata pidiendo además interconsulta con neurología para una valoración más profunda, temiendo que ese episodio haya comprometido algo más. Cuando caigo en cuenta, me veo empapado con una camiseta sin mangas, unos joggers y mis tenis, obvio todos estaban sorprendidos por mi aspecto, sin embargo, como excusa tengo que hacía demasiado calor por el movimiento de todo lo ocurrido. Con vergüenza me dirigí a mi oficina donde tengo un cambio de ropa formal (siguiendo un consejo de mi hermano Andrew), me bañé y vestí para volver a urgencias. –La paciente despertó, Doctor Meier –recitó una de las enfermeras de esa área quien llegó a mi oficina y que no disimuló en repasar su mirada en mí–, está consciente y pide ser dada de alta.–¿Ya la valoró neurología? –No señor, el doctor de turno se encuentra en su ronda de citas, apenas se desocupe pasará a verla.–Entiendo, no le den de alta hasta entonces.–Como ordene
Noah Sabía que no podía estar equivocado cuando la vi en el puente y hace unas horas cuando la escuché gritar en mitad de una pesadilla lo corroboré. Los estudios que le mandó el neurólogo de tomografía y resonancia magnética están perfectos, así que no hay otro diagnóstico más que el TEPT, según la valoración del psiquiatra clínico al que le relaté el caso, cosa que era obvia para mí. Aunque Oz no quiso contarme cuál fue la causa de este trastorno, sí dijo que estaría al cuidado de ella dejándome como segundo al mando, así que sí, volví a ser el niñero de alguien. Supongo que, como mínimo, debo agradecer que la sedara nuevamente al no poder sacarla de su episodio tras despertarla, así podría ir a casa a descansar algunas horas… o eso creí que haría, pero el infeliz de Oz me obligó a comprar una extensa lista de cosas para el estúpido pez, mismo que se quedó viéndome desde que ingresé a mi hogar… que de hogareño no tiene nada. No importa a dónde vaya, esa cosa me sigue a todas parte
NoahEl ardor en el estómago no me ha dado tregua en este par de días entre el trabajo, el estúpido pez y la niñata esta. Tanto así, que un ataque muy fuerte me dobló del dolor en medio de una reunión de consejo primario de costos. Aunque traté de disimular me fue imposible ocultarlo y por eso estoy sentado como paciente frente al gastroenterólogo quien solo redacta tras su computadora luego de medicarme y hacer la revisión.–Bien debe saber Doctor Meier que nuestro estado anímico interfiere en la función de estomacal ya que las paredes se ven estimuladas por la adrenalina provocando… eso precisamente que está sintiendo… –Sí Doctor Janssen, lo sé bien –respondo en tono condescendiente… me siento sencíllamente estúpido por haber dejado que otros notasen mi estado de salud.–Tiene una inflamación epigástrica que en conjunto con los ácidos producidos por el estómago pues… ya sabe –suspiro cansado quitándome los lentes y rascando mis ojos, todo lo que dice no es nada nuevo para mí–... en
Noah –Esta es… mi casa –suspiro pesado y dejo que ella entre al lugar, no puedo llamarle mi hogar, tiene todo menos esa connotación por mucho que me hayan repetido que es el sitio que marcará mi “nuevo comienzo” según Oz y Rag. –Me contagiaste con tu emoción –responde Luna con sarcasmo y echándose hacia atrás apenas sus pies sienten el charco que, cómo siempre, ha hecho Falaris. Me mira extrañado mientras recoge su platinado cabello en un moño, le hago una señal para que levante la mirada y entienda quien es el causante del desastre. –¡Vaya! Tienes un pez… no pensé que serías un hombre de peces –dice acercándose al animal que parece curioso y quien sale a su encuentro también. –Aclaro: no lo soy… ese pez no es mío, es de Oz y como contigo, solo estoy haciendo de niñero. Ríe por lo bajo concentrándose en Falaris iniciando un jugueteo con sus dedos en el borde del agua haciendo que ese tonto pez siga sus datilares atentamente sin llegar a morderla. –Es… hermoso… –Sí, solo espera