Capítulo13
Después de salir de la morgue, Hudson recuperó su actitud calmada de siempre.

Después de llevar mi cadáver a la cremación, abrazó la caja de cenizas aún tibia y fue al hospital.

En ese momento, Galilea estaba cuidando a Jacob, que había sido hospitalizado por su alergia.

—No quiero comer estas porquerías, quiero comer la sopa de mariscos que mamá hace.

Jacob arrojó la comida instantánea que Galilea había comprado en la tienda y empezó a llorar pidiendo a su mamá.

La sopa de mariscos de la que hablaba era la deliciosa comida que yo preparaba, hecha con mariscos frescos que yo misma iba a comprar al mercado cada mañana a las cinco.

Cada cierto tiempo me levantaba temprano para hacerla por él.

Ahora que estaba enfermo, Jacob por fin recordó que tenía madre.

—Tú trágatelo si quieres, ¡yo no tengo la paciencia de tu madre, niño malcriado! —Galilea pensó que Hudson no regresaría pronto y, al ver a Jacob llorar, empezó a regañarlo.

Su expresión tan feroz asustó tanto a Jacob que comenzó a llo
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