Me encuentro observando a través de la ventana desde lo alto del edificio del grupo Argoni donde se encuentra mi oficina en el piso número once, muy atento a la vista que se cierne delante de mí la cual siempre me infunde mucha calma y placer embobándome con lo hermosa que puede llegar a ser.
— Señor Richmond — aquella voz resuena con bastante firmeza ante mi sorpresa, pues para aquel momento desconocía por completo que allí se encontraba otra persona junto a mí, provocando que rápidamente producto de aquello me volviese hasta el lugar de donde procedía aquel sonido.
— Chris, santo cielos un día de estos terminaras matándome del susto con lo sigiloso que eres — dije tras sentirme vulnerable producto de la impresión que me produjo.
— Lo siento señor.
Christian Morcón a quien todos llamamos Chris es mi mano derecha, un ex militar que ahora se dedica a realizar trabajos sencillos de oficina claro hablando entre comillas. Es un hombre leal, astuto, audaz y fiel, no le tiembla el pulso cuando doy una orden no importando de qué tipo sea justo como me gustan como las personas sean. Ahora bien, siempre se dice que en medio de todo mal habita algo de bien y en todo bien habita algo de mal y Chris es precisamente el vivo ejemplo de esa incongruencia pues a pesar de haber sido entrenado como cual máquina de guerra posee un lado sereno, apacible y cálido, todo cuanto detesto en esta vida, lo que de algún modo me ayuda a permanecer con los pies sobre la tierra, curiosamente.— Necesitas algo Chris.
— Sí señor, bueno… en realidad vengo a avisarle que ya casi son las dos en punto, la reunión con los miembros del comité ya está lista, solo hace falta su presencia.
— Gracias Christian en un momento estaré por allá; por cierto, antes de que te retires le podrías comunicar a mi asistente que necesitare los documentos de la conciliación de mañana, necesito indagar en algunos asuntos para confirmar que todo esté listo a tiempo.
— Claro señor, a mi salida se lo comunico.
En vista de no tener nada pendiente según lo que yo imaginaba aquel sin pensarlo mientras pretendía ya marcharse para seguir en sus labores se sintio extrañado y dando algunos pasos se acercó hasta la puerta y justo cuando se encontraba a centímetros de estrechar el pomo entre sus dedos aquel se dio la vuelta.— Disculpe señor por poco y se me olvida comunicarle lo más importante, el pasaje de avión más la estadía en la casa de campo han sido confirmadas.
— Vaya, fue bastante rápido ¿A qué hora sale el vuelo? — promulgue sin dejar de la sorpresa y el atisbo de alegria que saber aquello me proporcionaba.
— A las doce del mediodía señor.
— Y se ha confirmado el helicóptero — volvi a cuestionar de seguido queriendo asegurarme de que yo marchaba conforme a lo acordado.
— Sí señor, estará listo para su llegada al aeropuerto una vez desembarque en la isla.
— Perfecto, avisa a mi chofer y prepara todo para nuestra salida, espero finalmente estar de camino al aeropuerto a las once en punto.
— Sí señor — eh inmediatamente reanudo su marcha.
Al verlo como se alejaba no pude evitar fijar mi mirada en él y finalmente recobrando su movimiento lo vi salir por aquella puerta abandonando así mi oficina sin más. Por alguna razón tras la soledad hacerme de nuevo compañía la distracción vino a mí y tras quedarme mirando a la nada por algunos segundos me dirigí hasta aquella silla junto al escritorio quienes le daban un torque antiguo pero elegante a aquel lugar. Allí, tras acomodar mi cuerpo en su superficie me dispuse a revisar algunos documentos a los que le inscribí mi firma los cuales ya tenía hacia un buen rato pendientes, de seguido dirigí mi vista hasta el costado izquierdo y fijando mis ojos en la taza perfectamente blanca y aun humeante que reposaba a un lado en aquella mesa la tomé en mano disponiéndome así a tomar su contenido. El aroma a café recién hecho no muy bien acerque a aquella taza a mi cara inundo mi olfato pese a que tiene una fragancia particularmente suave accion que no va acorde con su sabor pues una vez lo pruebas en tu boca estallan un sin fin de sensaciones, tiene un sabor potentemente deleitable. Una vez listo y habiendo acabado su contenido me puse de pie, tomé el saco del perchero y me lo ceñí ajustando de igual manera el nudo de mi corbata e inicié mi recorrido por aquel pasillo hasta la sala de juntas. No muy bien llegue todos mis socios me dieron la bienvenida ´´a su conveniencia claro esta´´, todos señores mayores algunos detestables aduladores, otros pasaban mayormente a ignorar mi presencia y algunos otros simplemente disfrutan retando mi paciencia, de cierto modo un grupo de inectos con solo trabajan en base a sus propios interes por lo que evito por lo general prestarles verdadera y consciente atención cuando sus vanalidades moralmente perturbadores se encuentran de por medio pues eh de aclarar que aquí más de uno de los presentes en aquella sala tiene cola que les pisen sin contar tambien que si me dejo llevar por mis instintos aquella pequeña reunión sin dudas acabaría en un completo desastre. Aquella junta en vista de tratarse de un tema sencillo a resolver término mucho antes de lo previsto pues todo se llevó a consenso de forma rápida y contundente cosa extraña pues aquellos buitres chocan constantemente en cuanto a ponerse de acuerdo para tales asuntos concierne. Rápidamente tras haberse promulgado la palabra final cada uno habiéndose puesto de pie tomo su rumbo abandonando aquella sala sin espera y sin echar la vista atrás y yo simplemente buscando paz también aprovechando la ocasión me retire nuevamente hasta mi oficina con la esperanza de descansar. Durante mi recorrido de regreso por aquel pasillo la calma, la intranquilidad y la extrañeza me tomo, pues a mi paso este se encontraba como en pausa, sin ruido y sin movimiento, inusualidad bastante evidente puesto que al ser un área de resección suele estar bastante alborotado por el flujo constante de personal que suele transitar por allí. Aun así sin darle mucha importancia seguí mi camino con la cabeza firme y en alto hasta que finalmente llegue hasta la oficina en donde tras mi llegada me quite el saco colocándolo de inmediato sobre el perchero, afloje el nudo de mi corbata, desabroche las mangas de mi camisa y acercándome hasta el pequeño diván que yace en una esquina de lado derecho con vista al gran ventanal deje caer mi cuerpo dejándome llevar por la serenidad y el sosiego guiado por el silencio que allí se mantenía. Hace ya algunos días que me siento cansado, sumamente exausto el simple hecho de caminar me sobre exige más de lo que debería y precisamente hoy es uno de esos días. De modo que por ello asumo a ciencia cierta que en todo caso, lo posiblemente que me suceda sea a consecuencia del estrés que vengo experimentando a consecuencia de unas pésimas noches que vengo experimentando a causa de algunas pesadillas que me atormentan, ligado está a el exceso de trabajo pues lo admito me sobre exijo demasiado, más la fatiga y mis cambios de humor, sin dudas siento que sean los causantes de tal inestabilidad en mí. Allí me dejo seducir por el sueño dulce placer que envuelve a las almas agotadas y me sumerjo entre sus entrañas donde una imagen inusual difícilmente creada por mi toma protagonismo de aquel momento. Un campo lleno de trigo dorado ya maduro se abre paso, escucho una voz que me llama reclamando enérgicamente mi atención junto a la risa de unos pequeños niños revoloteando cercanos de donde yo me encontraba quienes exclaman llenos de emoción — ¡Abuelo ven a jugar ! — aquello me seduce de la manera más tierna, aunque no lo quiero admitir la imagen me reconfortaba fuertemente aun más con lo tan sereno y silencioso que era aquel lugar. Sin previo aviso siento como alguien se acerca sigilosamente y sin hacer mucho ruido por inercia miró hacia todos lados confundido pero no logro dar con aquello que se escucha y cuando más despistado me encontraba tal figura se hizo notar quien de un solo salto salió de detrás de mi espalda y tomando mi mano echo a correr.Por todos los medios intenté detenerle pero no pude, buscaba la forma de soltar su agarre de mi mano, pero no había forma, por más que lo intentase nuestras manos permanecían unidas así que ya sin fuerzas deje de luchar y en vez de pelear me resigne a seguirla.La persona que me sostenía de la mano era una chica y no una cualquiera, sino la misma que siempre y en silencio se aparece en mis sueños curiosamente siempre que tengo una pesadilla como cual gritó de salvación.Aquella no es muy alta, es de compleción media, de figura curvilínea y piel pálida. es de una larga cabellera negra y quien llevaba un vestido blanco de mangas finas a la que constantemente intentaba contemplarle el rostro cosa que ha sido siempre una tarea difícil de realizar porque siempre y no se como logra evitar que la contemple haciéndome permanecer lleno de dudas — ¿Quién puede ser esta chica?A pesar de todas mis preguntas durante años aquel momento se convirtió en uno completamente mágico para mí y por primera
Dormir es uno de los mejores placeres que en la vida se pueda experimentar, pero que pocos pueden completamente de disfrutarlo en su totalidad.— Nuevo amanecer —El sol ha empezado a elevarse en el firmamento dándole la bienvenida a tan esperada mañana, mientras yo aun permanezco soñando envuelto en este mundo de fantasía, mi conciencia no quiere apartarse aun de las imágenes que en mis sueños resplandecen con tanta claridad al encontrarse de nuevo con la imagen aquella chica que conmociona todo de mí y quien provoca con gran interés mi curiosidad.Me encontraba completamente dormido presenciando el inicio de aquella nueva escena sumergido en medio de la penumbra que mi propia mente da vida cuando inesperadamente la luz dentro de mi conciencia se hizo notar iluminando todo a su paso tras encontrarme envuelto en una horrible pesadilla, una de las tantas que usualmente suelen atormentarme y allí ella apareció.Aquella como as de humo se instaló frente a mi disipando todo lo malo que pud
Los ojos de aquella se iluminaron instantáneamente, sabía que aquellas palabras habían sido gratamente recibidas por ella, en tanto, aunque aquella quería saltar de evidente emoción simplemente no lo hacía, mi tendencia a ser gruñón y frío me ha forjado una mala imagen entre mis empleados imagen que acepto en totalidad y por lo que estimo que la actitud de Anni no resultara ser tan explosiva como yo esperaba, más sin embargo solo se limitó a decir.— Mil gracias señor no imagino lo mucho que le agradezco esto.— No hay de que Anni, solo te pido que tengas cuidado y procura cerrar bien antes de irte.— Claro señor esto téngalo por su seguro, desde que termine volveré a mis labores no muy bien regrese aquí — y así habiendo reafirmado aquello con evidente emoción aquella se dedico a terminar sus deberes en aquella cocina.Miró el reloj que con especial rapidez marca las siete treinta de la mañana, me pongo de pie y me dirijo de nuevo hasta mi habitación con rumbo al cuarto de baño para as
Es bastante temprano apenas las primeras horas de la mañana se encuentran siendo marcadas en el reloj mientras que las agujas indican con fervor que son las seis y veinte minutos el día apenas empieza a asomar su indudable aura.Antes de que el bullicio de la ciudad se haga escuchar sin tregua alguna disfrutando meramente de la suave brisa de la mañana se encuentra Milena en plena actividad matutina, mientras resuenan en sus sentidos a través de los audífonos un repertorio musical bastante variado y sobre todo enérgico donde el rap, el hip hop y la música electrónica relucen con toda vibra.Como es de costumbre para ella, la misma ya se encuentra despierta corriendo alrededor del parque Ángeles activando su ser para él movido día que se le avecinaba una zona recreativa localizada en pleno centro de los apartamentos que conforman el residencial Larus donde se encuentra su hogar el cual se encuentra localizado casi a la salida de la ciudad de Orlando.Tal sitio se mantiene la mayor parte
La incomodidad que sacar a aquellos recuerdos me producía me hacían ser algo reactiva y la rabia no me permitía contar todo como en realidad debía y solo me limitaba a contar pequeños fragmentos que no dejaran en evidencia la persona de la cual se trataba.— Huir así de su parte fue muy cruel, durante todos estos años no eh podido evitar sentir ese vacío en mi vida que me dejo su desaparición, sentimiento que hasta ese momento no había vuelto a experimentar desde que mis padres emigraron dejándome así con los abuelos, al final la sensación de que algo te falta se asentó en mi alma pues un día simplemente estaba con nosotros en casa y al otro de la nada ya se había marchado sin decir adiós. Respiré profundo pues sentí como mis emociones intentaban derrumbarme, pero a pesar de ello me contuve y seguí hablando antes de que mis emociones me traicionaran — aquel día Em tras llegar de la escuela me llevé tremenda sorpresa para nada grata a la salida solíamos irnos juntos para regresar a ca
Las horas pasaron volando dando aviso a que ya eran las once con diez minutos de la mañana la cual se marcaba con especial ahincó en aquel reloj que yacía en mi muñeca haciéndose de conocimiento para mí el hecho de que ya nos encontrábamos algo retrasados, demás estaba decir que se había extendido demasiado tal reunión pues era algo completamente evidente. Al percatarnos con prisa abandonamos aquel edificio y tanto Chris como yo arribamos el auto, más con especial rapidez salimos hasta el aeropuerto, estábamos relativamente lejos y perder el vuelo no era un lujo que quisiera realmente tomar pues costara lo que costara debía de llegar. — Pisa a fondo — dije mientras clavaba mis ojos en el chofer a través del retrovisor al encontrarme justamente acomodado en el asiento de atrás desde donde aquel podía verme perfectamente a la cara. Y como si de una orden de vida o muerte se tratase aquel piso por completo el acelerador evadiendo velozmente el tráfico llegando incluso a to
Aquella mujer venía con la cabeza semi agachada intentando ordenar un poco su uniforme, traía su cara un tanto manchada por un polvo blanco presumiblemente harina y como venia tan ensimismada en ella misma simplemente en una primera instancia no se percató de nuestra presencia así que dirigiéndose al señor comentó — ¿Qué necesita? Aquel hombre dejo que la chica finalmente levantara la cabeza para que por cuestión propia salvaguardara su duda y pasando algunos segundos aquella finalmente elevo su rostro terminando por ende chocando con Christian y conmigo quienes la observábamos con entera atención, en su cara la sorpresa se reflejó pues para nada se esperaba vernos a nosotros allí.Aquella en la comisura de su boca dibujo una sonrisa nerviosa que dominaba su rostro y dirigiendo su vista hasta aquel hombre con evidente rastro de molestia entre dientes refuto mientras levemente jugueteaba con sus dedos a nivel de su pecho — no era más sencillo avisarme antes de su llegada, digo para
Despacio y sin que aquella se percatara aún de mi presencia paso entre paso di algunos cuantos sin hacer mucho ruido hasta acercarme lo suficiente y así contemplarla con detenimiento mientras la mirada la mantenía fija en ella.Indudablemente aquella chica era sumamente hermosa mis ojos no podían ser apartados de ella pues una fuerza mayor me obligaba a permanecer enfocado en su figura por lo que me dedique a contemplarla por algún tiempo más desde los pies hasta la cabeza. Aquella para nada se había percatado de mí pues yo había actuado como un gato al asecho sigilosa y pendiente de mi presa hasta que finalmente tras haber girado su cabeza me descubrió en pleno acto eh inmediatamente me increpo — ¿Quién eres y porque me observas de esa manera? — reclamo aquella con suma curiosidad tomada por la sorpresa que verme allí le suscito al tiempo que llevaba sus manos hasta aquella bata que reposaba casualmente abierta para encogerla y apartar así mi vista de su figura. — Solo un in