Despacio y sin que aquella se percatara aún de mi presencia paso entre paso di algunos cuantos sin hacer mucho ruido hasta acercarme lo suficiente y así contemplarla con detenimiento mientras la mirada la mantenía fija en ella.Indudablemente aquella chica era sumamente hermosa mis ojos no podían ser apartados de ella pues una fuerza mayor me obligaba a permanecer enfocado en su figura por lo que me dedique a contemplarla por algún tiempo más desde los pies hasta la cabeza. Aquella para nada se había percatado de mí pues yo había actuado como un gato al asecho sigilosa y pendiente de mi presa hasta que finalmente tras haber girado su cabeza me descubrió en pleno acto eh inmediatamente me increpo — ¿Quién eres y porque me observas de esa manera? — reclamo aquella con suma curiosidad tomada por la sorpresa que verme allí le suscito al tiempo que llevaba sus manos hasta aquella bata que reposaba casualmente abierta para encogerla y apartar así mi vista de su figura. — Solo un in
— Sí querías tenerme cerca no tenías que llegar a tal punto — dije con toda confianza, aunque reconozco que no fue el mejor momento, pero sin dudas no podía dejar pasar de largo tal oportunidad sin aprovecharla. Aun sosteniéndola la ayude a incorporarse por completo mientras aquella yacía sujetada a mis brazos, e inmediatamente me percate con intención con una evidente malicia que la tela de la bata con la que anteriormente Milena intentaba cubrirse se encontraba ya abierta dejando su cuerpo libre para el disfrute de mi vista, volviéndose completamente deleitable los contornos de sus pecho junto a la delicadeza de su piel por lo que no pude evitar retenerla, simplemente me negaba a soltarle así pues terminé estrechándola fuertemente contra mi cuerpo. Con mis ojos la contemplaba ahora ya del todo cercana a mi siendo consciente del rosé de nuestra piel como hacía rato lo venía deseando, estábamos tan cerca el uno del otro que podía sentir como el palpitar de su corazón aumenta
Con semejante golpe no tuve más opción que soltarle terminando así apartándome de ella, le di su espacio no por decisión propia sino más bien porque tal bofetada me dejo conmocionado, ya que nunca una mujer había reaccionado así contra mí. Aquella sin ayuda de nadie tuvo el valor de enfrentarme con gran valentía, tuvo la fuerza para evitar ser seducida y terminó por hacerme frente sin importarle la reacción que a causa de tal acto yo pudiera manifestar en su contra. Por algún tiempo aquella se mantuvo observándome, con facilidad pude ver como su semblante iba cambiado con el pasar de los segundos pues donde anteriormente habían reflejados sentimientos de odio vivido en sus ojos contra mi persona finalmente aquellas expresiones terminaron siendo sustituidas por la silueta misma de la desilusión. Poco tiempo después ella se alejó, inicio su marcha con la frente firme y sin ser doblegada; cuando casi estaba por desaparecer entre uno de los pasillos detuvo su marcha man
Camino por aquel pasillo que atraviesa por completo todo aquel lugar una vez que salgo de mi habitación y me dirijo hasta la cocina, antes de ni siquiera cruzar el portal noto el pequeño discurso de una persona que con gran vigorosidad se expresa, era un locutor pues ya desde tempranas horas de la mañana los empleados se encontraban recargando pilas al escuchar cual repertorio musical de manos de aquel comentarista. — Buenos días, amigos oyentes, buenos días amada RD, sin dudas me complace saludarles en esta nueva jornada ya hoy martes quince de marzo, de nuevo despiertos y vigorizantes en esta hermosa tierra de Dios, como cada mañana anunciamos son las siete en punto y tu emisora de confianza Radio Sol 90.8 FM te dice “ Levántate “. Escucharle, aunque podría decir que era un tanto ruidoso para mi gusto aquel de igual manera infundía un toque único de energía a aquella mañana era como recargar pilas automáticamente. Finalmente me dispongo a cruzar el portal e instantáne
Por un momento guarde silencio, mientras con delicadeza continúe acariciando a aquel singular corcel permitiéndome sentir como su pelaje tan sedoso se deslizaba con facilidad por entre mis dedos, su tamaño podría decir que era bastante imponente, pero eso en comparación a su temperamento lo hacían parecer como un enorme cachorro. — ¿Cuál es su nombre? — exclame entre dientes sin girar mi cabeza hasta donde se encontraba Milena. — No te importa — con cual disgusto evidente exclamo aquella. — Claro que me importa por algo realizo tal pregunta ¿Cuál es su nombre? — ¿Qué te hace pensar que tiene uno? — De no ser así no lo tratarías con tanta cercanía, le reflejas tanto amor como si de a una antigua mascota se tratará — enmarque en mi rostro cual mirada seductora queriendo devorarla por completo tras ver como sus ojos se posaban en mi. — Eso es mentira. — Claro que no, sabes perfectamente que estoy en lo cierto, ahora bien, si lo que dices es verdad no te i
Presumía a ciencia cierta lo agresiva que podría llegar a convertirse tal chica ante tales provocaciones pues es de admitir que tiene un fuerte temperamento, por lo tal sin dudarlo dos veces pegue mi cuerpo contra el suyo para hacerle complicado el hecho de mover sus piernas y que por ende terminara golpeando alguna zona delicada de mi cuerpo inmovilizándola así casi por completo. — Suéltame ¿Qué haces? — forcejeando contra mi mientras intenta soltarse exclamo aquella. — No es evidente, a las fieras se les sujeta para poder dominarlas para que no se hagan daño ellas mismas y tampoco lastimen a su dueño. — ¿Pero qué dices? Yo no soy una fiera menos un animal y tampoco eres mi dueño. — Perfectamente lo sé — comenté de forma sarcastica. Por alguna razón al verla sometida la temperatura en mi cuerpo empezó a elevarse por lo que la sensación abrupta de calor empezó a hacerse notar cada vez más, podía sentir como a cada paso la sangre que recorre a través de mis venas se i
¡Ring! ¡Ring! ¡Ring! Suena mi móvil con insistencia el cual se encuentra colocado encima del tocador quien se encuentra contra la pared del lado izquierdo de aquella recamara, mientras que yo me encuentro recostada sobre aquella cama intentando comprender lo que había sucedido con Alexander en la caballeriza hace un momento. — No entiendo que rayos le sucede — alcanzo a decir entre dientes mientras la molestia tras escuchar a aquel celular sonar comienza a tomarme. ¡Ring! ¡Ring! ¡Ring! Quien sin tregua alguna continúa haciéndome perder la paciencia a medida que transcurre el tiempo. Respiró hondo, intentado a su vez tranquilizarme y sin esperarlo un momento de calma se abre paso ante mí, efectivamente aquel sonido se había detenido. — Por fin — recalque tras sentir el silencio rodear toda aquella habitación. Nuevamente me disponía a intentar analizar aquellos detalles antes y durante el alboroto con aquel chico, pero, no consigo dar con alguna razón lógica por la c
La verdad sali de aquel lugar sintiendo una enorme satisfacción ya que, a pesar de no haber conseguido mi cometido por segunda vez gracias a Ivanty por lo menos pude darle que sentir a aquella chica, todo y por culpa de aquel animal mi nueva oportunidad se me fue arrebata, pero aquel sin saberlo me había hecho un favor el cual luego se lo cobraría. Mientras caminaba no pude evitar pensar en ella, en lo deslumbrante que son sus ojos, en lo majestuosa que es su piel, valla su piel la cual me deja puesto loco me desespera, me activa y despierta aquella parte seductora que junto a mi coexiste en este ser. Eh de admitir algo y es que al tenerle tan cerca pude llegar a plantearme el hecho de que, aunque sus palabras dicen una cosa al negarse sentir ni la más mínima atracción por mi, sin dudas su piel recalca otra. Me fui alejando de aquel lugar sumergido en mis pensamientos a pesar de haber realizado tal acto de bajez algo que me caracteriza cuando del sexo opuesto se trata, que no co