Por un momento guarde silencio, mientras con delicadeza continúe acariciando a aquel singular corcel permitiéndome sentir como su pelaje tan sedoso se deslizaba con facilidad por entre mis dedos, su tamaño podría decir que era bastante imponente, pero eso en comparación a su temperamento lo hacían parecer como un enorme cachorro. — ¿Cuál es su nombre? — exclame entre dientes sin girar mi cabeza hasta donde se encontraba Milena. — No te importa — con cual disgusto evidente exclamo aquella. — Claro que me importa por algo realizo tal pregunta ¿Cuál es su nombre? — ¿Qué te hace pensar que tiene uno? — De no ser así no lo tratarías con tanta cercanía, le reflejas tanto amor como si de a una antigua mascota se tratará — enmarque en mi rostro cual mirada seductora queriendo devorarla por completo tras ver como sus ojos se posaban en mi. — Eso es mentira. — Claro que no, sabes perfectamente que estoy en lo cierto, ahora bien, si lo que dices es verdad no te i
Presumía a ciencia cierta lo agresiva que podría llegar a convertirse tal chica ante tales provocaciones pues es de admitir que tiene un fuerte temperamento, por lo tal sin dudarlo dos veces pegue mi cuerpo contra el suyo para hacerle complicado el hecho de mover sus piernas y que por ende terminara golpeando alguna zona delicada de mi cuerpo inmovilizándola así casi por completo. — Suéltame ¿Qué haces? — forcejeando contra mi mientras intenta soltarse exclamo aquella. — No es evidente, a las fieras se les sujeta para poder dominarlas para que no se hagan daño ellas mismas y tampoco lastimen a su dueño. — ¿Pero qué dices? Yo no soy una fiera menos un animal y tampoco eres mi dueño. — Perfectamente lo sé — comenté de forma sarcastica. Por alguna razón al verla sometida la temperatura en mi cuerpo empezó a elevarse por lo que la sensación abrupta de calor empezó a hacerse notar cada vez más, podía sentir como a cada paso la sangre que recorre a través de mis venas se i
¡Ring! ¡Ring! ¡Ring! Suena mi móvil con insistencia el cual se encuentra colocado encima del tocador quien se encuentra contra la pared del lado izquierdo de aquella recamara, mientras que yo me encuentro recostada sobre aquella cama intentando comprender lo que había sucedido con Alexander en la caballeriza hace un momento. — No entiendo que rayos le sucede — alcanzo a decir entre dientes mientras la molestia tras escuchar a aquel celular sonar comienza a tomarme. ¡Ring! ¡Ring! ¡Ring! Quien sin tregua alguna continúa haciéndome perder la paciencia a medida que transcurre el tiempo. Respiró hondo, intentado a su vez tranquilizarme y sin esperarlo un momento de calma se abre paso ante mí, efectivamente aquel sonido se había detenido. — Por fin — recalque tras sentir el silencio rodear toda aquella habitación. Nuevamente me disponía a intentar analizar aquellos detalles antes y durante el alboroto con aquel chico, pero, no consigo dar con alguna razón lógica por la c
La verdad sali de aquel lugar sintiendo una enorme satisfacción ya que, a pesar de no haber conseguido mi cometido por segunda vez gracias a Ivanty por lo menos pude darle que sentir a aquella chica, todo y por culpa de aquel animal mi nueva oportunidad se me fue arrebata, pero aquel sin saberlo me había hecho un favor el cual luego se lo cobraría. Mientras caminaba no pude evitar pensar en ella, en lo deslumbrante que son sus ojos, en lo majestuosa que es su piel, valla su piel la cual me deja puesto loco me desespera, me activa y despierta aquella parte seductora que junto a mi coexiste en este ser. Eh de admitir algo y es que al tenerle tan cerca pude llegar a plantearme el hecho de que, aunque sus palabras dicen una cosa al negarse sentir ni la más mínima atracción por mi, sin dudas su piel recalca otra. Me fui alejando de aquel lugar sumergido en mis pensamientos a pesar de haber realizado tal acto de bajez algo que me caracteriza cuando del sexo opuesto se trata, que no co
En silencio me acerque hasta la mesa donde ocupe el lugar que me correspondía, el cual por cosas de la vida quedaba justo al frente de donde se encuentra Milena pudiendo ver con mejor claridad aquellas expresiones que resaltaban en su rostro quien con entereza reflejaba la alegría manifestada en ella al conversar con Christian y Manuel. Allí disfrutamos de todo lo preparado por las manos de María junto a las demás que llevaron a cabo su labor para poder tener tan valioso presente ante nosotros. Cada uno de aquellos bocadillos conformaban un singular manjar que con facilidad despertaban los sentidos de quienes le probarán y tras formarse cual marco ameno proveniente de la conversación que allí se había instalado terminamos de ingerir aquellos alimentos antes siquiera de habernos dado cuenta. Milena por todos los medios posibles evitaba el hecho de observarme a pesar de yo entrometerme en la conversación en alguno que otro momento, quería que me mirara, quería perderme en aquello
Al salir del sendero principal que da desde la casa hasta la carretera con la que conecta aquella, siguiendo un camino algo estrecho y un tanto arenoso aislado de derecha a izquierda por arbustos, alguno que otro cactus y enormes cocoteros a orillas del camino se encuentro oculto casi al final de aquel el famoso pueblo pesquero que curiosamente para ser tan pequeño estaba totalmente lleno de vida. No muy bien los locales notaron como el auto se acercaba se juntaron próximos a donde nos detuvimos con suma emoción ya que aparentemente el señor Manuel era conocido en aquel lugar. Antes de abandonar el auto aquel nos indicó — pueden salir y saludar mientras yo por un momento iré a hablar con un viejo amigos para ver si nos puede alojar por esta noche. Manuel no espero una respuesta solo nos miró y habiendo notado nuestros ojos atentos salió del auto y se alejo. Christian y yo de igual manera al verlo distanciarse salimos de su interior en tanto no muy bien lo hicimos los niños no
Tres días han pasado desde mi llegada a Flor del Este, tres días han transcurrido desde que puse un pie en estas tierras luego de estar casi un año sin volver a este lugar al que tanto atesoro, el cual desde la llegada de Alexander se ha vuelto bastante caótico salvo hoy ya que aquel no se encuentra merodeando. Desde ayer cuando el abuelo junto a Christian y a él abandonaron este lugar no eh sabido nada de su paradero, pero imagino que probablemente los tres estén relativamente bien ya que de haberles sucedido algo alguien del pueblo pesquero hubiera aparecido con noticias hacía ya un buen rato, ya que en toda la redonda los unos y los otros somos relativamente lo más cercano a la civilización que hay pues la ciudad más cercana se encuentra casi a una hora de donde nos localizamos. Por lo cual mi día ha transcurrido con completa tranquilidad en compañía de Ivanty a quien eh estado cuidado con mucho empeño más con la intención de mantener mi mente ocupada para no pensar demasiado.
No había nada en el mundo para aquel momento que me importase más que encontrarle. Ivanty era demasiado preciado para mí como para perderle de una forma tan absurda y no iba a ser ni este el día ni mucho menos la hora en que eso ocurra. Con cuidado fui haciéndome paso por entre aquellas aguas vigilando cada una de mis pisadas, sabía que si pasaba algo podría llegar a salir fácil de allí ya que sabía nadar, pero eso no quita que entrar en aguas desconocidas no sea un peligro, lo es y este rio en específico era uno al que abierta y conscientemente me estaba arriesgando. Lo bueno de todo, en todo caso era que el nivel del agua me cubría meramente a nivel de las rodillas así que con las piernas podía llegar a pelear fácilmente contra tal elemento. Ya me encontraba alejada algunos metros cuando de pronto escuche una voz gritar detrás de mí — Milena, sal de ahí ¿Qué es lo que pretendes? Estás loca. — No es evidente, iré por Ivanty. — ¿Cómo? No, sal de ahí ahora. — No. — Milen