Capítulo 50 De la disciplina al caos

Irina se sorprendió al sentir que los brazos de Ema se aferraron a ella, con sus manitos apretaba su blusa. Ema instintivamente se preparó para defenderla.

Lo inaudito es que debía defenderla ¿de su madre acaso?

—Le he dicho que se vaya de mi casa —espetó Alex mirando a la institutriz, esta dio paso adelante.

—Señor Salvatore, si me permite explicarle.

— ¡No tengo nada que escuchar! Lárguese en este momento de mi casa o se me olvidará que es una mujer débil y patética, tomaré esa regla de madera que tanto le gusta y le zurraré el culo —Fedora hizo una interjección sorprendida y se llevó la mano a la boca—. ¿Qué? ¿Me enseñará modales a mí? —Le retó Alex.

—Alex, esto es inaudito —exclamó Bianca, pero Fedora no se quedó, ni tonta que fuera, con su andar que mostraba la severidad de su carácter se alejó con la nariz en alto.

—Es una pena, pero ustedes se lo pierden —espetó con aires de una reina.

— “Ustedes se lo pierden”, suerte que tenga estas muletas y que no te d
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