“Todos atentos, vamos a aterrizar. Sus cinturones por favor…”
Ana tenía su mano casi destruyendo la de Andrew, volar no era su parte favorita, y eso contado a las náuseas que le causaba el aterrizaje y el despegue.
—Ya casi termina… no cierres los ojos, es peor Ana…
—Cállate, Andrew, no es el momento.
Escuchó como él soltaba una risilla, pero ella se concentró en la sensación que tenía en su estómago.
En cuestión de minutos el avión aterrizó y ellos estaban de pie esperando sus maletas.
«El aire es diferente aquí», pensó Ana una vez iba caminando con su maleta y Andrew tenía una sonrisa en sus labios. Al instante el chico sacó su teléfono y el de ella vibró al mismo tiempo.
Un mensaje de difusión de Kanye Walding, su prof
Los sonidos fueron agudos después de eso. Pero se dio cuenta de que él fue llamado porque, Xavier giró la vista al orador y le ofreció una sonrisa asintiendo. Cox dio unos pasos y luego llamó a la mujer que anteriormente estaba a su lado, para que lo acompañara al centro de la plataforma, mientras la garganta de Ana se cerraba. Ella necesitaba tiempo fuera, porque esto era demasiado. El corazón fue un zumbido dentro de su pecho, y por un instante el silencio se impregnó, mientras el orador le hacía espacio a Xavier y a la mujer que lo acompañaba. Cox dejó algunas cosas puestas en el atril y luego observó al frente, a un punto incierto de entre tanta gente. —¡Buenos días, colegas y estudiantes de medicina!, ¡Bienvenidos! Todos respondieron los buenos días en coro y él asintió con la cabeza. Pero había algo que le estaba doliendo a Anaelise en demasía, era su cara alegre, él parecía… Feliz… —Permítanme presentar a mi colega, la
Como siempre fue entre ellos, el ambiente cambió a uno cálido y espeso. Ana retrocedió varios pasos no pudiendo creer que ahora mismo él estaba frente a ella. Colocó la palma en la mesa para nivelar más el equilibrio de su cuerpo, pero a la vez se irguió lo suficiente, como si eso fuese a salvarla de este momento.Vio como Cox se levantó lento de esa silla, y caminó como si estuviese torturándola a propósito, sin embargo, él no se detuvo en ningún momento e hizo que ella se echara hacia atrás y recostara todo su cuerpo a la mesa.Cuando Ana supo que él no frenaría en su distancia ella puso su mano frente a su pecho para detenerlo.Y esto le costó demasiado.Xavier bajó su mirada a la palma que los separaba de su distancia y luego posicionó sus dedos entrelazados en la palma de Ana juntándola a su pecho.<
Cuando Ana llegó al auditorio, Andrew no estaba allí esperándola, y no entendió a donde se había ido, además, «¿Cuánto tiempo estuvo ella dentro?»Salió de prisa del auditorio viendo que casi no había mucha gente afuera, y ese estacionamiento era inmenso. Giró hacia todas partes, aun y cuando su cuerpo seguía temblando por lo que vivió hace unos momentos.Caminó recordando los espacios en donde Andrew dejó el auto hace unas horas, y se guio por los colores de las rayas en el piso que vio un tiempo atrás.Ella pudo ver como Andrew estaba recostado a su auto de alquiler con los brazos cruzados y eso le hizo soltar un suspiro de alivio.—Andrew —alzó la voz mientras él levantó la mirada.Ana pasó de caminar rápido a ir a pasos lentos por la postura que vio en su cuerpo y la
Todas las noches a partir de las seis de la tarde, la convención haría como un festejo con ponencias pedagógicas e invitados especiales. A diferencias de las mañanas que serían más de prácticas; el itinerario invitaba a los presentes a llegar un poco más formal de lo conveniente, sumado a que después de las ponencias, se repartiría comida y bebidas para que los médicos de todas las ciudades de EE.UU., pudiesen establecer relaciones profesionales y personales.Cox estaba de pie frente a su espejo y se abotonó el puño de sus mangas para luego colocarse un reloj.Tomó su móvil y tecleó rápidamente yendo al contacto de Anaelise, donde ella había dejado esos mensajes que no borraría nunca.“Después de la ponencia, no vayas a irte…”Envió el mensaje mientras apretó su mand&iac
Una seguidilla de aplausos volvió a llegar a sus oídos, pero perdió todo el enfoque cuando giró a la plataforma, y un hombre ya estaba comenzando la conferencia y el resto de personas se habían sentado.Sintió el tacto de esa piel en su mano y luego en como entrelazó los dedos con los de ella, halándola delicadamente hacia atrás.Entonces reaccionó.—Deberías sentarte —escuchó la voz profunda de Xavier detrás—. Estás llamando la atención, aunque no me molesta que todos estén observando nuestra cita especial en medio de la ponencia.Ana abrió los ojos impactada y se sentó de golpe tragando en seco, aunque se hizo muy a la esquina de su puesto, el cuerpo de Xavier llegaba hasta tocar su brazo completo y su respiración se esparcía por toda la piel de su hombro.«¿Cómo pod&
Ana estaba leyendo el mensaje que Kanye había dejado desde las 6 am, una y otra vez, mientras estaba de pie en la emergencia del Hospital Keck de USC. Su grupo fue citado para ejecutar las partes prácticas de la convención, y aunque aún faltaba media hora para que alguien se presentara, a ella se le hacía muy extraño que Andrew no estuviese cerca, porque él era muy madrugador.Envió un mensaje rápido a Kanye para confirmar si era en esta área donde debía esperar, y no pasó un minuto cuando el hombre, solo respondió: “sí, a las 8”.Ana rodó los ojos y giró hacia atrás para sentarse en unas bancas y esperar que se hiciera la hora. Desbloqueó la pantalla y fue a internet para saber un poco de este hospital. El nombre de Xavier Cox resaltaba en la primera página, en una foto, reunido con varios médicos, y en su ros
Xavier se arrodilló pasivamente evidenciando como Ana se secó las lágrimas y negaba hacia él. Se acercó hasta tener su rostro pegado y luego colocó sus labios en el rostro mojado de Ana.—Tienes razón —pronunció lento mientras ella abrió los ojos para mirarlo—. Esa es mi regla, yo no amo. Pero…, ¿acaso no te diste cuenta de que tu misma rompiste mis reglas desde hace mucho, Anaelise? ¡Has roto todas y cada una de ellas, desde que apareciste en mi vida! —Él sonrió tomando su barbilla, porque esta situación era muy difícil para alguien tan hueco como él—. No soy el hombre que… Pudiste merecer; un hombre detallista, y perfecto, pero, Ana, yo… al final terminé amándote mucho, y no puedo dejarte ir… ¿Me escuchas? Dime que soy un maldito egoísta, y sí, un completo hijo de puta. Per
Ana pagó la pantalla frente a su cama un poco frustrada, evidenciando que apenas eran las 8:30 pm. Sería una noche larga, porque ni siquiera había comenzado cuando ya estaba desesperada en esas cuatro paredes. Ella debía estar ahora mismo en las ponencias, pero en último decidió no ir porque no estaba soportando mucho ver a Xavier, no estaba soportando su altanería y mucho menos que la ignorase todo el tiempo.Estaba a punto de entrar al baño para asearse antes de dormir, cuando su celular comenzó a sonar, y se extrañó porque ese tono era el que tenía en especial para Andrew.Corrió a su cama antes de que la llamada cayera y deslizó su dedo en la pantalla.—Hola… —respondió con un poco de nervios.—Ana, soy Andrew… no cuelgues por favor —sus palabras le dolieron, era cierto, su relación estaba totalmente fra