—¿Entonces? —Xavier se despegó del auto y dio unos pasos hacia ella.
—¿Cómo estás? —fue lo único que se le ocurrió contestar a Ana, había algo en la mirada de Cox que la ponía ansiosa.
—No muy bien, no sé qué ha pasado contigo… Y por lo que veo, estuviste todo el día con ese chico, sin embargo, en mi teléfono no tengo un mensaje tuyo siquiera.
Ana miró hacia ambos lados y supo que era mejor entrar.
—Es mejor que entremos a casa… Te contaré todo dentro.
Xavier asintió aún irritado caminando, y ella lo condujo hacia su dirección.
Todo su día de cierta forma fue tranquilo en compañía de Andrew, pero ahora todo eso se esfumó desde que ese hombre hacía acto de presencia. Y no porque se sintiera en la miseria con Xavier, más bien ell
Estaba cometiendo muchos errores en un tiempo récord, Xavier golpeó el volante varias veces a la vez que conducía a su casa pensando que no estaba en sus cabales últimamente.«¿Una relación? ¡Vaya mierda! Debía estar loco», pero no podía permitir que Ana se le saliera de las manos. «¿Cómo fue posible que estuviera con ese gilipollas durante todo el bendito día y no le haya escrito ni un misero mensaje a él?».«Anaelise se está encariñando con ese chico», pensó fastidiado, solo volver a recordar esa mierda de abrazo lo hacía sentir de nuevo ira. Y le jodía sentirse así, pero no quería que nadie la tocara, conocía a esa familia rica que pensaba que lo podían tener todo, y también veía en los ojos de ese chico que Anaelise lo volví
—Por favor… dime que ustedes dos no tiene una relación ni lo que estoy pensando, Anaelise —La voz grave y preocupada de Oliver, creó un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.Su esposa se había ido hace unos minutos, Oliver solo dijo que ella debía hacer algunas compras para la cena, pero ella estaba segura de que él necesitaba investigar a fondo su actitud.—No sé de lo que hablas, Oliver… —respondió Ana agachando la mirada. Estaba sentada en ese mueble delante de él. Pero solo exponía de forma muy evidente, lo nerviosa e inestable que estaba.Anaelise expresaba preocupación y rabia, y la condición que Oliver quería describir sobre lo que veía, era celos por parte de ella hacia Xavier.—Anaelise… —esta vez su voz fue más ruda, un tono que nunca uso con ella—. Esto es realmente seri
Después de una mañana donde su mente fue caos y confusión, Xavier salió en su auto sin esperar siquiera que se terminara la hora habitual. Todo dentro de él quería estallar, explotar por la frustración y la desesperación que sentía en todo este tiempo.«¿Cómo podía ser ella tan estúpida cuando esta vez él ni siquiera hizo nada?», Golpeó el volante y se dijo a sí mismo que lucharía en contra de él mismo por no verle la cara en mucho tiempo. Pero había una cosa que debía hacer antes, y eso era hablar con Oliver lo más pronto posible.Estaba al tanto que era una mala educación llegar al medio día a una casa, pero le importaba un carajo ahora mismo las etiquetas, necesitaba quitarse la espina de una vez por todas, y no esperaría ni un minuto más.Estacionó frente a l
¿Quién es el hombre que te violó?Esa pregunta perturbadora estuvo en su mente por días enteros. La respuesta parecía ser muy fácil para muchos, incluso para el mismo hombre que Ana pensaba la entendía mejor que nadie.Pero no era tan fácil como se esperaba, «no lo era», pensó Ana mientras Andrew la sacudía varias veces.—Debemos irnos —dijo la voz del chico mirando hacia ambos lados del salón.Ana parpadeó varias veces volviendo en sí y asintiendo para colocar el bolso en sus hombros. Salieron de su salón en completo silencio y mientras caminaban por los pasillos, la preocupación de Andrew aumentaba por su amiga.Ella parecía perdida, ensimismada y muy baja de ánimo. Le preocupaba las ojeras que estaban apareciendo en sus ojos y aún más que no estuviera aten
—¿Dónde está ella? —preguntó Xavier agitado una vez llegó al edificio del condado y encontró a la abogada con la que se había reunido un día antes.La mujer abrió los ojos cuando lo vio y quitó la uña de entre sus dientes.—Doctor Cox, gracias por venir —dijo asomándole la mano en saludo—. Ana está en la enfermería, en unos pasillos cerca…—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó con mucha preocupación mientras trataba de amortiguar la sensación de su pecho.Estaba realmente ocupado cuando recibió la llamada de la abogada, pero la voz de aquella mujer sonó lo suficiente inquieta como para no dudar en venir y saber qué pasó con Ana. Los nervios se los estaban comiendo. Tenía mucho tiempo sin verla, ni tocarla, y fue lo que se prometió, p
Aunque estaba cansada en extremo y su cuerpo no daba para más, Ana seguía con los ojos abiertos y su cabeza recostada al pecho de Xavier. Por alguna razón pensó que si cerraba los ojos se alejaría de ese cuerpo que ahora la protegía y que en este preciso momento le daba la seguridad que necesitaba.No sabía que pasaría con ella en el momento en que pusiera un pie en el suelo, no tenía la menor idea de a dónde ir ni qué hacer, estaba viviendo estas horas como si fuesen las últimas, y ahora, ya no le importaba otra cosa.Se dio cuenta de que Xavier también estaba despierto cuando sintió las manos en su espalda recorriéndola en una caricia. Su cuerpo no esperó mucho para erizarse, encogerse y pegarse más hacia él, alzando su rostro de inmediato.—No puedo dormir —susurró muy cerca de sus labios y Cox asintió tom&aac
Después de un enorme silencio, Ana decidió en decir algo, cualquier cosa que cortara la incomodidad que se había instalado en el lugar.—Mmmm… yo debo irme ahora… —soltó y de repente todos se movieron.—Voy a llevarte —dijo Xavier adelantándose mientras los ojos de su madre se abrieron nuevamente, él se giró hacia las dos mujeres y luego tomó el hombro de Eliana—. Clara les hará desayuno, no demoraré…—No es necesario —interrumpió Ana—. Después de la delegación, debo ir donde un familiar de Oliver…—No, iremos a la delegación juntos, yo mismo te dejaré allá.La discusión solo alteró los nervios de Eliana y decidió inmiscuirse esta vez.—¿Por qué no toman un desayuno, y luego van a hacer lo que deban hacer?
Aunque Anaelise le hizo una súplica con su mirada, no tuvo más opción que dejarla y que por sí sola enfrentara y contara todo lo que debía decir.No podía hacerlo todo por ella, aunque era lo él quería, sin embargo, sabía que Ana ya no era la misma que conoció hace un tiempo atrás, esta vez se estaba haciendo fuerte, y por alguna razón eso lo llenaba de orgullo y le hacía respirar mejor. Por supuesto no pasaba desapercibido que su vida se estuviera hundiendo literalmente, cada día veía que se estaba yendo al caño, pero ahora no perdería el tiempo de pensar en eso.«Cada día traería su propio afán», pensó Xavier mientras caminaba hacia la salida.Escribió unos mensajes para Ana, ya que lo de la denuncia tardaría más de la cuenta, y debía ir a casa para arreglars