Aparte la mirada por un momento, nerviosa y avergonzada mientras intentaba buscar mi cajetilla de cigarrillos, como si fuera adivino me tendió uno colocándolo suavemente en mis labios sin dejar de mirarme, para después encenderlo. Inhalé el humor sin dejar de mirarlo ni por un segundo, siguiendo cada uno de sus movimientos a cámara lenta. Me sonrió de lado, dejando ver aquella sonrisa que se escondía detrás de la puesta de un baño, esa que me hacía pensar que la vida es impredecible. Fumamos juntos en silencio, como si no hiciera falta nada más, ni siquiera los centímetros que nos separaban el uno al otro. Nos mirábamos de reojo para ver si el otro se encontraba bien. Ninguno se atrevía a romper el silencio que llenaba el vació del momento. Bastian se colocó delante de mí, mirándome a los ojos con su mirada penetrante y misteriosa que me dejaba pensando ¿Qué era lo que ocultaban aquellos ojos?, detrás de esa sonrisa burlona. La distancia entre nosotros se hacía más corta, mi corazón
Ahora, no le temía al coco le temía a las personas; al rechazo social, a la constante humillación pública tras haber sido ridiculizada por mi Ex novio, digámosle “EL CACAS”. Digamos, que no quería ser la típica chica que se indigna y toma serías represalias sobre el asunto, haciendo un tremendo alboroto al respecto, quedando aún más en ridículo. Tampoco, me considero una buena partidaria de no hacer nada, mientras lloras en silencio, y al verte al espejo ves a una tú totalmente demacrada y con el rímel corrido. ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! Y ¡NO! Yo quería, quiero (TIEMPO PRESENTE), ser una guerrera, un ave fénix resurgiendo del azufre, el fuego ardiente, las brasas que terminan por ser cenizas. Salir del barro pero cómo toda una lady, sin contaminarme con la m****a de los demás. No quiero sufrir, pero cómo toda tormenta tiene algo de caos, para luego desatar el hermoso arcoíris, yo no esperaría menos de ello.
Su amiga la miró de lejos y se acercó cual cazador a sus presa sin alertar a la misma para que está no se asuste. Al estar lo suficientemente cerca, Alice se volteó a ver la cara de endiablada de su amiga y creyó que el infierno existía tal vez. Lori sin pensarlo dos veces, le dio un buen bofetón para que ella pudiera entrar en razón, a lo que ella respondió tocándose su mejilla ardiente para calmar el dolor. –¡Ah! –Dio un pequeño gritito–, ¿Estás loca? –Escúchame bien, Alice. Soy tú mejor amiga y antes muerta que verte en este estado por alguien que no vale ni la tierra de tus zapatos. –¡No tenías por qué golpearme. –¡Claro que sí! –La regañó–, Estabas hechas una estúpida, comiendo por estrés y llorando como una marrana flaca. Él es una bola de m****a, y ahora deberíamos estar pensando la mejor manera de vengarnos. Por un momento entré en razón y pensé detenidamente en las palabras de mi mejor amiga ¿Por qué era yo la que estaba así? Él era el que debía pagar por todo el daño q
El mozo se acercó para preguntarme que iba a querer beber, mientras repasaba la barra con una franela.–¿Qué me recomienda para un corazón roto?–Un tequila. Pero aún es temprano.–Entonces quiero una margarita.–Enseguida le sirvo señorita. Mientras observaba el antro, las personas bailando desinhibidas sin pudor alguno; sudadas, pegados uno al lado del otro como pequeños insectos apareándose con la luz tenue entre apagado y encendido mientras que varios flashes de neón encandilaban la pista de baile en el medio del salón. He de admitir que no era un lugar tan malo después de todo, ya que por lo que pude observar había varias pistas de baile entre reggueton, salsa, bachata, y trap, por lo que uno tenía opciones si era de gustos variados. Tal vez era la chica con el corazón roto que no podía parar de pensar en todo lo negativo que se había convertido mi vida. No podía sacarlo de mi mente. Sin embargo mi hermano y Lol parecían tener otros planes distintos a los míos porque me habían
Al cortar la llamada me quedé pensando si fue buena idea cortarle el teléfono, pero no lo creía capaz de recorrerse todos los bares del pueblo con tal de ir a buscarme. Simplemente porque Adam no era de los que se irían al fin del mundo por mí. En el peor de los casos, sólo se cansaría cómo siempre solía hacer. Por un momento me había olvidado porque había ido al baño, y después de orinar me dispuse a tratar de localizar al idiota de mi hermano y a Lori para poder disfrutar algo de la noche con ellos. Pero cuando logré encontrarlos mis ojos se abrieron de par en par: estaban en un rincón a lo lejos, mientras sus bocas se encontraban en un desenfreno de besos y caricias bastante apasionadas, así que era la única que se encontraba sola está noche. Cuando me estaba por irme, unas de las chicas del baño -La chica punk del mohicano en la cabeza- me invito a unirse a su grupo de amigas. Las chicas comenzaron a preguntarme si había venido sola al antro, y al mirar para mi costado con indigna
–Pi pí pí… –Sonido de la alarma– Me di vuelta algo somnoliento, pero al escuchar ese ruido infernal me levanté. Aquella mañana me había pillado de mal humor, no sé por qué sería, o tal vez sí lo sabía. Aun en pijama, me puse a hacer mis ejercicios diarios: Rutina de media hora: -Flexiones: 4 series x 8/10 reps. -Saltos de rana: 4 series x 8/10 reps. -Zancada con mancuernas: 4 series x 8/10 reps. -Peso muerto: 4 series x 8/10 reps. –Correr (tiempo estimado 2hs; por kilómetros) Mientras corría, me daba un poco de sed por lo cual aprovechaba para tomarme mi batido de proteínas. Debía estar preparado para el campeonato, estaba algo tenso porque era mi dolor de cabeza todos los años. Debía ser el mejor de todos, sobresalir no era una opción más bien era una obligación, algo que debía cumplir, una tarea que hacer: mi único fin. Las gotas del rocío mañanero caían sobre mi cabello moreno de manera que debía ponerme mi capucha para no nublar mi vista al correr. Me faltaban solo unos k
Realmente me importa, solo que estoy en guerra con mi propio yo; mi moral, mis padres y mi novia, todo en uno. Necesitaba encontrar una estúpida excusa para que decidiera enojarse conmigo, así poco a poco se aburriría de mí y no tendría que romper su corazón, y yo saldría ileso de aquella situación. No me malinterpreten; amo mucho a Alice, pero soy demasiado joven para atarme a una sola mujer, mi deber es otro y nuestros destinos no encajan como deberían, aunque me duela aceptarlo, no estamos hechos el uno para el otro. Es por ello que debía encontrar una razón para que ella se diera cuenta que ambos no conectamos, no era así como me lo había imaginado pero al ver sin querer el trasero de Sandy cuando pasaba, me hizo el trabajo más fácil.Pero algo que no estaba en mis planes, es que la zorra plástica fijara sus ojos en mí como un león a su presa. No estaba para nada interesado en una persona básica, sin sentido común y un historial de inquisición como lo era Sandy. He de admitir que
Me fui de allí echando humo por la boca mientras sostenía mis libros como si fuera su cuello lánguido y blanducho aunque ni siquiera entendía porque ya que ni siquiera me importa lo que dijeran los demás. Alice y yo ya somos historia antigua. Intentado sacarme esos pensamientos de la cabeza corrí a mi clase. Al llegar el profesor me miró con enojo tras llegar tarde a su clase, y me pidió que me siente rápidamente para poder continuar.–Parece como si hubieras visto un fantasma. – Nathan me sacó de mis pensamientos.–Sólo odio llegar tarde es todo.– Si tú lo dices – Me dijo encogiéndose de hombros.Me pasó una nota de papel arrugada y al abrirla decía lo siguiente:"Adam Relish come mierda"Me paré rápidamente de mi asiento molesto – ¿Quién escribió esto? ¡Hablen!–Adam -me llamó la atención el profesor - Siéntate ahora mismo.–No. Quiero saber primero quién fue el capullo qué escribió esto…–Todos sabemos que eres un ricachón come mierda, pero nadie se atreve por temor a papi ¿Me e