¡hola! Espero que ustedes estén disfrutando leerlo tanto cómo yo al escribirlo. Saludos desde Argentina♥
Realmente me importa, solo que estoy en guerra con mi propio yo; mi moral, mis padres y mi novia, todo en uno. Necesitaba encontrar una estúpida excusa para que decidiera enojarse conmigo, así poco a poco se aburriría de mí y no tendría que romper su corazón, y yo saldría ileso de aquella situación. No me malinterpreten; amo mucho a Alice, pero soy demasiado joven para atarme a una sola mujer, mi deber es otro y nuestros destinos no encajan como deberían, aunque me duela aceptarlo, no estamos hechos el uno para el otro. Es por ello que debía encontrar una razón para que ella se diera cuenta que ambos no conectamos, no era así como me lo había imaginado pero al ver sin querer el trasero de Sandy cuando pasaba, me hizo el trabajo más fácil.Pero algo que no estaba en mis planes, es que la zorra plástica fijara sus ojos en mí como un león a su presa. No estaba para nada interesado en una persona básica, sin sentido común y un historial de inquisición como lo era Sandy. He de admitir que
Me fui de allí echando humo por la boca mientras sostenía mis libros como si fuera su cuello lánguido y blanducho aunque ni siquiera entendía porque ya que ni siquiera me importa lo que dijeran los demás. Alice y yo ya somos historia antigua. Intentado sacarme esos pensamientos de la cabeza corrí a mi clase. Al llegar el profesor me miró con enojo tras llegar tarde a su clase, y me pidió que me siente rápidamente para poder continuar.–Parece como si hubieras visto un fantasma. – Nathan me sacó de mis pensamientos.–Sólo odio llegar tarde es todo.– Si tú lo dices – Me dijo encogiéndose de hombros.Me pasó una nota de papel arrugada y al abrirla decía lo siguiente:"Adam Relish come mierda"Me paré rápidamente de mi asiento molesto – ¿Quién escribió esto? ¡Hablen!–Adam -me llamó la atención el profesor - Siéntate ahora mismo.–No. Quiero saber primero quién fue el capullo qué escribió esto…–Todos sabemos que eres un ricachón come mierda, pero nadie se atreve por temor a papi ¿Me e
Al subir podía notar que todo estaba muy silencioso. Mi padre subió la ventana del coche y la del chofer para que no pudiera escucharnos. Me miró fijamente, cuando iba a hablarle me volteo la cara de un bofetón. Me toqué la mejilla donde me había golpeado estaba completamente roja, intente frotarme el golpe para sacarme el escozor que me había generado la bofetada. Cuando al mirar para abajo mis leggins estaban manchados con unas pequeñas gotas color escarlata, me había salido sangre de la nariz y no había sido capaz de darme cuenta.–Límpiate, no quiero que me manches el auto con tu sangre –me entregó un pañuelo desechable– ¿Qué fue ese numerito de hoy?Me lanzó un periódico y al tomarlo pude ver una foto del destrozo de hoy, y la nota decía:“El Joven Relish amenaza a un oficial de la policía”.–Papá –hable al fin–, tú no entiendes. No fue así, esos policías son unos incompetentes buenos para nada. No tiene ni idea como me dejaron el auto, no fueron capaz de hacer nada al respecto.
Entré a su perfil y lo que vi me sorprendió bastante. La tía no estaba nada mal, molaba bastante y era bastante caliente. Tenía pinta de niña pija pero igualmente no estaba nada mal, algunas de sus fotos eran estilo modelo –era de esperarse con el status que poseía–; Dolce gabbana, Versace, Channel, Gucci, Christian Dior, Praga, tenía el estilo y la figura. Aquella tía era la imagen de afrodita en vida. Alta, esbelta de cabello color oro como si cayera en cascada sobre sus hombros, dientes blanquecinos –perfectos–, ojos color celeste, con un cuerpo voluminoso pero sin tanta carne en los huesos, lo justo y necesario para su complexión. Me relamí los labios pensando que tal vez podría liarme con ella para olvidarme de Alice, tal vez fuera una buena experiencia. Tendría que llamar a Lucio para saber más de ella antes de su llegada, pero eso no me preocupaba tanto. Tomé el móvil tenía de fondo de pantalla una foto con Alice, tirados en la hierba verde del parque; Era verano, teníamos una
Estábamos por llegar pero unos autos no nos dejaban avanzar porque un par de ebrios de unos de los autos comenzó a pelearse con el auto de más adelante que no lo dejaba salir del estacionamiento. Pero al mirar por la ventana, pude verle de lejos podría reconocerla donde fuere por más que no estuviéramos cerca, se encontraba fumando un cigarrillo en la puerta del pub. No pude aguantar más la espera, lo cual le dije a Rogelio que me iba a bajar, y que intentara aparcar el auto lo más cerca posible.Estaba a punto de llegar a la puerta, cuando la vi doblarse para vomitar. Sí, estaba completamente pasada de copas, lo cual no estaba para nada en sus cabales como para llevarla a su casa. Corrí un poco hasta llegar hasta donde estaba.Mis mejillas ardían –no sé si del frio o de la furia que me corroía por dentro– al verla en ese estado descontrolado. Cuando paró de vomitar, notó mi presencia y su cara se transformó en un completo desconcierto.–¿Y tú que haces aquí? – me dijo con voz algo ga
Intenté subir la escalera lo más rápido posible sin hacer demasiado ruido para no alertar a nadie de que estaba despierto, cuando Alice se movió algo somnoliento sobre mí y por un momento tuve la sensación de que se veía realmente tierna con esa sonrisa de lado, como si estuviera soñando algo bonito. Al llegar a mi habitación intenté depositarla delicadamente en mi cama para no despertarla pero cuando estaba por dejarla ella abrió los ojos y me miró fijamente un rato, como si el tiempo se hubiera detenido haciendo el momento completamente eterno. Aquellos ojos que una vez me habían hechizado en cuerpo y alma me estaban mirando fijamente con un brillo singular en ellos; No había odio, no tenían rencor, algo en ellos me dejaba sin aliento, imaginándome escenarios futuros.Iba a hablarle cuando se estiró a penas para capturar mis labios con los suyos sellando el pacto con un dulce beso. Sus labios se sentían calientes, y aunque su aliento olía a alcohol puro no me importó demasiado –era
Pero en un momento, la pare en secó: –Espera… –¿Qué? –¿Qué quieres de mí? –¡Que me llenes el cuerpo de adrenalina pura! Tal vez que me tomes del cabello mientras que me montas como si fuera una potra salvaje; Llévame a donde tú quieras; al puro éxtasis, no me importa demasiado pero ámame esta noche. –Alice – Esas palabras me habían dejado completamente temblando. –Shh –puso su dedo índice en mi boca- No digas nada, solo tómame esta noche, por favor. Estaba suplicando, era una escena que me hacía explotar mi corazón. –No lo sé. –¿Qué tienes que pensar? –dijo con un hilo de voz. –¡Yo te he hecho mucho daño! No merezco tocar ni la punta de tus cabellos… Por primera vez estaba abriendo mi corazón con ella, siendo honesto dejando de ser el imbécil que siempre fui. –Tú no entiendes… Yo te lo estoy pidiendo, sé que las cosas entre nosotros están endebles ni tampoco entiendo por qué hiciste lo que hiciste pero… -sus ojos se llenaron de lágrimas- necesito esto antes que te marches
Estaba en la cima de la montaña.Me sentía súper completa, llena de vitalidad. Mientras que lo cabalgaba y sentía su miembro llenándome por completo a la vez que me derretía por completo de placer. Pero al darme cuenta en dónde estaba y de mis acciones presentes tuve que frenarme. Podía sentir a mi corazón latir a mil por hora ya que aún estaba llena de adrenalina pura por el momento de excitación, así sin más recogí mi ropa del suelo para empezar a vestirme, mientras que él con su miembro erecto y cara de completa confusión me veía perplejo como me estaba queriendo marchar de allí. –¿A dónde vas?Me clavó la mirada como si le salieran llamas de ellos;–A mi casa… esto fue un error.Mi cara se transformó de repente ¿Cómo podía ser un error eso que sentimos? Estaba totalmente confundido–¿Un error?–Sí, y me equivoqué al pensar que podría volver a confiar en ti.–Por favor Alice, no me dejes así.Con solo ver su erección creía que me iba a volver a mojar otra vez al instante, así que