Esta ese hombre acostado a un lado de mi semidesnudo noté su gran pecho, un enorme tatuaje en el lado izquierdo del pecho creo que es un patrón de formas, noté que está bien esculpido y solo lleva unos bóxers, y se notaba su enorme ereccion.
En mi cabeza pensaba "Este hombre es una total perfección, es un dios" "Está muy grande es normal que este esa parte así de grande" no se porque pienso en eso. —Apaga la puta luz, acuéstate y duérmete —gruñe con los ojos medió cerrados. —¿Que cojones estás haciendo ahí y además desnudó? —le grite molesta y abrió los ojos. —No estoy desnudo, pero si lo quieres —me soltó eso y se quitó los bóxers en su totalidad. Yo me quede en estado de shock, pero mi vista bajo, noté la magnitud y el grosor de esa cosa. "Esa cosa es muy grande" pensé en mi cabeza. —¿Quieres tocarlo? —me dijo en un tono sexy. —Claro que no, lárgate de mi cuarto como se que te llames —desvíe mi mirada para no ver esa cosa. —Mi nombre es Dante Ferrara —dijo eso, se levantó de la cama acercándose a mi, mirándome hacia abajo porque yo soy mucho más pequeña mi cabeza le lleva a su pecho. —Entonces Dante Ferrara lárgate de mi habitación —lo mire a los ojos desafiandolo. —¿Y si no me voy que pasara? —me contesto desafiandome. —Entonces yo me largo —sin mas paso a un lado de él. Cuando estaba a punto de llegar a la puerta. Me carga en su hombro como costal de papas, me avienta en la cama y el encima de mi. Puso mis manos encima de mi cabeza y me vio a los ojos. —No entiendes entre más me desafíes más te deseo —me dice con voz senxual. No le dije nada, el comenzó con una mano a tocar mi pierna, subía y subía hasta llegar a mi parte, comenzó a besar mi cuello. Comencé a sentir como apartaba mis bragas e introducía un dedo en mi, siguio besándome el cuello y con su mano tocando mi parte. No sé qué es lo que siento, esto es nuevo para mi. Después de un momento de caricias no se pero me comienza a gustar, siento mi entrepierna mojada que es esto. ¿Porque estoy mojada......? Dante Después de cenas con Anabela en la cual no nos dirigimos la palabra. "Que bueno" porque esperaba que me hiciera una escena en la mesa. Pero no simplemente ceno y se fue a la habitación. Estoy en mi despacho arreglando unos asuntos pendites. Me encuentro cansado y estresado. El padre y el hermano de Anabela me han dado algunos problemas. El primero llegan a una de mis casas he intentan hacer un escándalo pero mis hombres hacen que les caiga una lluvia de balazos. El segundo fueron a uno de los puertos donde descargó mi merca y quemaron mi barco. —Debo de dejarles claro que no les regresaré a mi niña —debo de pensar que hacer pero intentaré ser más cuidadoso y proteger todo no pienso seguir perdiendo dinero por ellos. Además con Anabela todo lo que hagan con ella me las cobraré todas, ella es el mejor pago que pude tener. Miro mi reloj de mano y noto que son las 12:00a.m, necesito dormir despejarme un poco. Salgo de mi despacho subo los escalones y me encuentro frente a la puerta de la habitación de mi niña, entro y por la luz de la ventana noto que ella está cobijada y dormida. La veo con cuidado quedándome sin palabras sintiendo una fuerte presión en mi pecho, una sensación indescriptible se apodera de mi, pero es que no puedo perderla de vista es tan linda, tierna e indefensa que me dan ganas de abrazarla y nunca soltarla. Muevo mi cabeza alejando esos pensamientos ya que no puedo permitirme sentir eso por la enemiga de mi familia ella no merece mis sentimientos si no todo mi odio y rencor. Sin embargo no puedo evitar acostarme a su lado y sentir su pequeño y cálido cuerpo. Me regresó y cierro la puerta con cuidado de no despertarla. Llego al lado apuesto de la cama, me comienzo a desnudar hasta quedar solo con bóxers y me meto entre las sábanas me pego a su cuerpo. Siento su aroma a jazmín, inhalo el olor de su cabello, es tan dulce. Empiezo a sentir que me quedo dormido o medio dormido, porque siento como mi amiguito se despierta al sentir su redondo y lindo trasero. Siento una mano tocando mi abdomen no sé si sea un sueño o es verdad. Sin aviso se enciende la luz y veo con los ojos entrecerrados que mi niña está despierta. ******** Estoy arriba de mi niña, puedo sentir como su parte está mojada. "Que Rico" digo en mi cabeza, besó su cuello, le bajo un poco el tirante de su camisón, reveló su lindo y duro pezon, lo tomo en mi boca y comienzo a chuparlo. Siento que su cuerpo de ella comienza a temblar no se si por miedo o porque le gusta. Comienzo a sentir como mi miembro está totalmente duro. "Quiero estar dentro de ella" es lo único que quiero. Anabela No sé qué le pase a mi cuerpo, nunca antes había sentido esto. Estoy mojada pero no me he echo pipí ¿que me pasa? Siento como me chupa uno de mis pechos, es una sensación nueva no sé si lo que siento en mi cuerpo sea normal. Comienzo a sentir como mi cuerpo tiembla no se que me pase. Siento como abre más mis piernas y se acomoda en medio. Mis piernas están muy abiertas porque noto que tiene su caderas un tanto ancha y mis piernas se abren más de lo normal. Se me acerca al oído entre besos. —¿Quiero estar dentro de ti? —me dice entre susurros con una voz muy sexy. Con esas palabras tengo para regresar a la normalidad, comienzo a entrar en razón. Comienzo a ver cómo el se intenta acomodar, veo su enorme y grueso miembro, regreso a mis cinco sentidos y veo la situación en la que estoy. Entro en pánico. —¡NO, POR FAVOR! —gritó presa del panico y el miedo. Comienzo a moverme, intento salir de esta situación. Veo cómo el solo me mira un tanto confundido y molesto. —Por favor, no me hagas nada —le digo suplicándole y con lágrimas en los ojos. —¿Eres Virgen? —me mira a los ojos esperando mi respuesta. No sé qué responderle, siento como las lágrimas comienzan a bajar por los lados de mi cara. No sé qué hacer. Me molesto, me entra más el miedo y contesto lo primero que se me viene a la cabeza. —¡Si! soy Virgen —es lo único que se me ocurre decir. Nos quedamos mirando un momento. Sin más veo cómo se quita de mi, toma sus bóxers y se los pone. Toma una de las sabanas, me la pone y se mete de nuevo y me acerca a su cuerpo. —Duerme —es lo único que dice y cierra sus ojos. —No... Me vas... Hacer algo o ¿si? —es lo único que se me ocurre preguntar. —Soy un hombre que siempre a obtenido todo a la fuerza, pero tú vendrás a mi pidiéndome que te haga mía. Así que no te are nada. Ahora duerme —solo me dice eso. Me acomodo un poco, siento algo de alivio pero a la vez miedo. Comienzo a cerrar mis ojos y quedo totalmente dormida. Al día siguiente comienzo abrir mis ojos, veo la luz del sol entrando por la ventana, no sé qué hora es. Volteo mi rostro un poco y puedo ver que Dante está sentado en una silla, con un vaso tomando algo. Puedo notar que esta vestido con una camisa oscura abierta un poco del pecho dejando ver su tatuaje, con unos pantalones color beige. —Levántate, vístete te llevare a comprar algunas cosas irán conmigo a un lugar hoy en la noche —se tomo lo ultimo que le quedaba en su vaso. Se levanto de la silla camino hasta la puerta, la abrió y antes de cerrarla me vio. —Te espero dentro de quince minutos. Si no estás lista vendré por ti —cerro la puerta. Yo me tiro en la cama mirando hacia el techo y asimilando todo lo que ha pasado. Ahora comprendo que tal vez no es tan malo porque no me forzó hacer nada que no quisiera, respeto mi decisión y no se porque, pero eso me hace sentir algo diferente no es miedo si no curiosidad de conocerlo más. Me levanto de la cama, me dirijo al baño, me doy una ducha rápida enredo mi cuerpo en una toalla. Me acerco al enorme closet, veo que solo ahí algunos vestidos estilo abuelita. Tomo el único vestido más juvenil, es un vestido rojo de tirantes, con escote en la espalda y en el pecho y algo corto me llega un poco arriba de mi rodilla, tomo unas sandalias de tacón al color del vestido espero me queden y efectivamente me quedan. —Este pervertido me investigo bastante bien —seco mi cabello rápidamente y salgo de la habitación. Bajo las escaleras y si efectivamente el está ahí esperándome con unos lentes puestos. Cuando me ve bajar se quita los lentes, puedo ver que su mirada se torna oscura y molestas. —¿Porque cojones escoges vestidos tan reveladores? —me dice en un tono molesto. —Porque no hay nada decente para ponerme todos los demás vestidos son para una anciana —llego hasta dónde está el y ni con los tacones lo alcanzo así que levanto mi vista para verlo. —Arreglaremos eso, vámonos —me toma del brazo y comienza a caminar. Llegamos al auto me abre la puerta y entro, el entra después. Debo de admitir que se ve muy bien. Me abrocho mi cinturón y en auto comienza a moverse. Todo el tiempo veo por la ventana, intento reconocer dónde estoy, "no me voy a quedar con este hombre" me digo a mi misma en mi mente. Lo único que veo es que durante el camino, todo el tiempo nada más se ve vegetación, dedujo que su casa está alejada de la civilización. Durante unos quince minutos veo lo mismo nada, después a lo lejos veo la ciudad o no se si sea ciudad, a las faldas de una montaña o un volcán dormido o no se. No sé dónde estoy pero lo voy averiguar.Llegamos a la ciudad si así se le puede decir. Paramos enfrente de una boutique, se nota que es ropa muy elegante. Habré la puerta y yo voy detrás de él "WOW" me sorprendo. Es una tienda hermosa. Se acerca una mujer rubia, de ojos verdes con un cuerpazo. —Señor Dante ¿Que lo trae por aquí? —la mujer le sonríe y me ignora por completo. La mujer toca el brazo de Dante esa mujer le está coqueteando. "Hazlo llévatelo" me digo a mi misma. —Vine a que mi mujer se pruebe ropa, muéstrele todo no importa el precio —Dante me dice, le quita la mano y me señala a mi. "Mi mujer" no lo soy. Esa mujer me ve, su expresión cambia a una de celos y odio. Me mira de pies a cabeza. Se vuelve a voltear hacia Dante. —Como ordene señor Dante —la mujer me sonríe de nuevo y me dirige una mirada asesina a mi. Se da la vuelta y me doy detrás de ella. Me comienza a mostrar muchos tipos de vestidos hermosos. Escogo varios, me meto al probador me encantan muchos con lindos escotes, unos cortos y he
Los dos hombres me miran. Los tres salimos de la casa, subimos a un auto muy lujoso y nos vamos. Llegamos a un club. Los dos bajan, Dante me tiende si mano, pero yo la rechazo y me bajo sola. Camino detrás de ellos. Entramos al club y puedo ver que bailan mujeres desnudas. Subimos unas escaleras hasta llegar a una zona VIP, nos acercamos a una mesa donde hay muchos hombres sentados al rededor. Los dos hombres que vienen conmigo se sientan al rededor de la mesa, siento la mirada de muchos hombres. Dante se da cuenta de eso, me toma de la mano y me sienta a un lado de él pegándome a su cuerpo. Puedo ver cómo comienzan a llegar muchas mujeres, algunas semidesnudas, algunas mostrando sus pechos. Llegan hasta la mesa donde estamos, algunas se van con los otros hombres. Noto como se le acerca a Dante una mujer pelirroja y se sienta en las piernas, comienza a besarle el cuello y desabrocharle la camisa. Me comienzo a sentir incómoda en ese lugar. Me levanto, pero Dante me to
Llegamos con mis padres, mi madre inmediatamente me abraza y mi padre solo me ve a mí y a Anabela con cara de completo enojo. —Hijo mío, ¿ella debe de ser Anabela? —pregunta mi madre. Se voltea hacia Anabela y la toma de las manos. —Anabela, te presento a mi madre Martha Ferrara, madre, te presento Anabela Accardi, pero creo que esas palabras sobran; tú ya la conoces —le digo a mi madre y me voltea a ver con una mirada asesina. —Siempre tan irrespetuoso con tu madre —manifiesta y se lleva Anabela. Me acerco a mi padre. —Hijo, ¡ahora compruebo que eres un idiota, como se te ocurre secuestrar a la hija de nuestro enemigo! —brama mi padre muy enojado. —Padre, tú sabes bien por qué lo hago —mi padre me ve con ojos de queriéndome matar. —Bueno, espero que cumplas con tu palabra y no termines enamorado de ella —me dice mi padre todavía molesto. —No, padre, no me enamoraré de ella; tú sabes para qué la quiero —le digo eso y comienzo a buscar Anabela. Veo a mi madre sola atendi
Este capítulo tiene escenas para mayores de 18 y muy detallada. Dante Estoy listo, me comienzo acercar con mi miembro a su parte. Pongo la punta en su entrada, comienzo lentamente a entrar en ella. Siento algo romperse dentro de ella, sé lo que es, ahora ella es completamente mía. Veo como ella comienza abrir la boca, me acerco a su rostro y tomo sus labios contra los míos. La beso un momento para que se relaje, me pone sus manos en mi espalda, siento como se comienza a relajar y en ese momento vuelvo a introducir más mi miembro. Se separa de mí y pone su cabeza a un lado de la mía. —¡Ah! Despacio me duele. —Es normal la primera vez, solo necesitas relajarte y dejarte llevar —le digo para tranquilizarla. Asiente con su cabeza, comienzo de nuevo a moverme lentamente, siento en mi espalda como me clava sus uñas. Su interior aprieta a mi enorme miembro, está muy ajustado. "Se siente tan bien" me digo a mí mismo en mis pensamientos. Comienzo a besar su cuello, le dejo unas peq
P.O.V Anabela Estoy sentada en la cama, me pongo las almohadas atrás de mi espalda. Me recargo en ella y con mi mano comienzo a tocar las partes de mi cuerpo donde están adoloridas. "Dante me las pagarás, te pasaste" En eso escucho que tocan a la puerta, me reincorporo y finjo una sonrisa. —Pase —digo con mi voz fingida. La puerta se abre y entra la señora Martha, corre rápidamente hacia donde estoy. Se sienta a un lado de mí y toma mis manos. —¿Estás bien? —me pregunta la señora Martha veo que me ve con cara de preocupación. —Sí, claro que estoy bien —le contesto, tengo vergüenza de decirle lo que siento. —No me mientas, sé lo qué pasó, tuviste relaciones con Dante —me dice un poquito enojada y me mira a los ojos. —¿Cómo lo sabe, señora Martha? —indagó porque quiero saber cómo es que ella sabe. —No importa cómo es que sé, lo que importa es saber que estás bien —menciona más tranquila, siento en su voz un poco de confianza. —No sé si contarle, señora Martha, es que me da
P.O.V DanteDespués de conseguir un poco de ropa con mi hermano tres años menor que yo. Me siento muy satisfecho por lo que acabo de hacer. Me encargué de la sábana manchada....Estamos los tres en el despacho de mi padre tomando hablando de lo ocurrido anoche.—Después de hablar con el árabe llegamos a un acuerdo que los próximos seis meses recibirá una carga un poco más grande de merca.—La ambición hace que se olviden de lo demás —le digo a mi padre.—Lo importante es que mi padre arreglo el problema en el que nos metiste —protesta mi hermano.—Aarón no seas tonto si nuestro padre no podía hacer algo lo haría yo —le contesto a mi hermano y lo veo atentamente.—Tonto yo. Pero yo no soy el inepto que tiene a la hija de nuestro enemigo y además hace pendejadas —soy reprendido por mi hermano.Los dos nos miramos muy fijamente.—¡Ja, ja, ja!, no pierdes el sentido del humor hermano —nos reímos los tres.De repente las puertas del despacho se abren de golpe y un cuchillo pasa volando a
Lauro. —Ha pasado dos semanas desde que mi pequeña Anabela fue secuestrada por ese perro de Dante Ferrara —estoy sentado en la sala tomando un vaso de whisky. Comienzo a recordar cómo fue que mi linda hija llegó a este mundo. Mi niña es hermosa. Ella es idéntica a su madre. Después de que su madre muriera y que la perdiera para siempre, tomé la decisión de que ella no debía estar en este mundo oscuro. Hice todo para salvarla y mantenerla a salvo. Necesito recuperar a mi hija, pero cada vez que tengo un plan y lo llevo a cabo, Dante Ferrara siempre arruina mis planes. Sé que si inició una guerra con ellos, podría matar a mi hija, pero también sé que todo esto lo hace para cobrarse la deuda que tengo con ellos. —¡En mala hora me equivoqué! —digo en voz alta. Siento que estoy cayendo en desesperación. Tomo otro trago de mi vaso. —Padre, me acaban de informar que llegó este paquete envuelto en regalo —escuchó a Francisco, mi hijo. —Llévatelo, no quiero saber nada de eso —expresé
Anabela Después de la visita inesperada de Dante, no sé si decirle a la señora Martha. —No le diré, tengo una idea —me digo a mí misma. Escucho que la puerta se abre y veo que entra la señora Martha con una bandeja de comida. Llega hasta a mí y pone una mesita en mis piernas. Veo que es una pasta, un jugo de naranja. —Gracias, señora Martha —le agradezco amablemente. —No me digas, señora, solo dime, Martha —me dice la mujer. —No lo sé —le contesto dudosa. —Bueno, está bien, pero come, si no se te va a enfriar —me dice la señora Martha. Después de desayunar, la señora Martha me ayudó a vestirme con ropa de su hija Laura. Me puso una pijama short, color rosa. Después de cambiarme estoy acostada en la cama y en eso la puerta se abre y veo que es Laura. —Se puede pasar —menciona Laura. —Claro, pasa —le contestó amablemente. Laura entra a la habitación y se sienta a un lado de mí en la cama. —Hija, quédate aquí con Anabela, tengo unas cosas que hacer; no dejes que tu hermano D