Dante
Voy en el auto con esta niña que solo provoca problemas. Pero debo de admitir que me encanto verla en lencería sexy, ya quería hacerla mía en ese probador, no lo hice porque se que ella vendrá a mi. Me enojo demasiado que me aventara la lencería, mis hombres querían agarrarla pero no los deje, yo le enseñaré obediencia. No conté con que intentaría escapar. Pero debo de admitir que me encantan las persecuciones y los retos. Durante todo el camino, mi niña no me volteo a ver en ningún momento siempre mantuvo su mirada en la ventana con su típica carita de enojada. Llegamos a mi mansión, en cuanto se detiene el auto ella se baja de inmediato, voy tras ella. Entramos los dos a la habitación y ella de sienta en la cama. —En la noche iremos a un lugar espero y estes lista a las ocho si necesitas algo tienes a la señorita Sofía a tu servicio —no me responde. Salgo de la habitación hacia mi despacho en la sala me encuentro a mi amigo Mateo. Nota mi cara de enojo y frustración, simplemente se burla de mi. Entramos los dos al despacho, me siento en mi silla y el en un sofá que tengo adentro. —Veo que no te va muy bien —me dice Mateo en un tono de burla. —Eso no te interesa —es lo único que le digo. —Claro que me interesa, es la primera mujer que veo que te trae así jajajaa —se burla de mi, quiero matarlo. —Si nada más vienes a burlarte puedes irte mucho a la chingada —le digo completamente enojado. —Ya cálmate está bien ya no me burlo. ¿Crees que tú plan vaya a funcionar? —me mira mi amigo. —Claro que va a funcionar solo se necesita tiempo —le digo en tono de decidido. —¿Que vas hacer con tu suegro y tu cuñado? —se que lo dice para hacerme enojar. —No salgan con tus pendejadas, ya tengo el regalo perfecto para ellos solo debo de esperar a que llegue —no quiero comentarle que mi niña es Virgen se que intentará hacer algo. —Que misterio típico de ti. ¿Vas a ir al club hoy? —me pregunta mi amigo. —Claro tengo negocios que arreglar —y es verdad tengo cosas que hacer. —¿Llevaras a tu niña? —ya me está cansando de tanta pregunta. —Claro que la llevaré no la dejaré sola para que me vuelva hacer otra escena —le digo a mi amigo. —Escena a ver dime no me cuentas lo emocionándote —me dice mi amigo emocionado. —En veces siento que te comportas como una vieja, solo intento escapar pero no lo ara en este lugar todos me respetan —es lo único que le cuento no necesita saber nada de detalles. —Entonces me quedaré e iré con ustedes al club muero por conocer a tu niña —mi amigo me sonríe descaradamente, se que lo hace para enojarme. —Si intentas hacerle algo a mi niña te castrare —lo amenazo quiero que le quede claro que no la compartiré. —Está bien, hay más mujeres no solo tú niña —me responde espero y cumpla con eso. Anabela No quiero ir con Dante a ningún lado, pero debo de hacerlo, quizá encontré una forma de escaparme. Está bien, debo prepararme. Salgo de la habitación y voy a la cocina a comer algo porque es estúpido de Dante, no me ha dejado ni desayunar. —Hola señorita Anabela, quiere que me prepare algo —me dice una señora de unos cincuenta años. —Hola, si me gustaría algo de comer y si me perdía decir dónde encuentro a la señorita Sofía —Me mira y me sonríe. —Soy yo señorita, Mi nombre es Sofía y gracias por lo de señorita —Me contesta muy amable. —De nada, después de comer algo me puede ayudar arreglarme —Le digo amablemente a la señora. —Claro que sí, señorita —Me sonríe. Después de comer algo, la señora Sofía me acompaña hasta mi habitación. Me prepara un baño con unas salen que huelen muy bonito. El baño me relaja muchísimo, salgo del baño y comienzo a sacar todos los vestidos que compre hoy. Veo en la cara de la señora Sofía que no le gusta ninguno, todos son muy reveladores. Escojo el más revelador y me lo pongo. Me ondulo el cabello, me maquillo. Veo cómo a la señora Sofía le cuesta pasar saliva o se estará ahogando, no lo sé. —Señorita va a salir así —Me dice con los ojos como platos. — Claro que sí —Le contestó decidida. Me acerco a la puerta y ella me toma del brazo. —Señorita, cámbiese de ropa al señor Dante, le dará un infarto si la ve así. —No sé por qué me tiene miedo. —Es lo que pretendo —Me sacó de su agarre y salgo de la habitación. Voy bajando las escaleras, veo a Dante y a otro hombre. Él me mira con cara de muy cabreado y noto como su amigo que tiene la boca abierta. Dante se da cuenta y le propina un buen golpe con el codo, él se incorpora pero sin dejar de apartar la mirada. Se me acerca Dante y me toma del brazo. —¿Qué cojones traes puesto? —Me susurra, pero noto que está enojado. —Traigo un hermoso vestido o ¿no lo conoces? —le contesto y solo me mira enojado. —Bien, vámonos, solo no te separes mucho de mí —Me toma de la cintura y me pega a su cuerpo. —Hola guapa, como no me han presentado, soy Mateo, un amigo de Dante - Dice el otro hombre y me extiende su mano. —Hola, mi nombre es Anabela Accardi —Le doy mi mano y él se la lleva a la boca dándole un beso. Dante aparta mi mano y mira a su amigo con una mirada asesina. —¡No toques a mi mujer! —Le grita Dante a su amigo. —No soy tu mujer - Me separo de él. — Nos vamos a quedar aquí discutiendo o nos vamos a ir. —Los dos hombres me miran. Los tres salimos de la casa, subimos a un auto muy lujoso y nos vamos. Llegamos a un club. Los dos bajan, Dante me tiende si mano, pero yo la rechazo y me bajo sola. Camino detrás de ellos. Entramos al club y puedo ver que bailan mujeres desnudas. Subimos unas escaleras hasta llegar a una zona VIP, nos acercamos a una mesa donde hay muchos hombres sentados al rededor. Los dos hombres que vienen conmigo se sientan al rededor de la mesa, siento la mirada de muchos hombres. Dante se da cuenta de eso, me toma de la mano y me sienta a un lado de él pegándome a su cuerpo. Puedo ver cómo comienzan a llegar muchas mujeres, algunas semidesnudas, algunas mostrando sus pechos. Llegan hasta la mesa donde estamos, algunas se van con los otros hombres. Noto como se le acerca a Dante una mujer pelirroja y se sienta en las piernas, comienza a besarle el cuello y desabrocharle la camisa. Me comienzo a sentir incómoda en ese lugar. Me levanto, pero Dante me toma de la mano. —¿Adónde crees que vas? —Me mira molesto. —No me gustan los tríos —Solo le digo eso y me suelto de su agarre. Bajo las escaleras llegó hasta la barra y me siento. Pido una bebida muy fuerte, llevo dos vasos de una bebida que no sé qué sea, pero está muy buena. Veo a lo lejos un hombre muy guapo, le doy el último trago a mi vaso y me voy a la pista. Estoy bailando para él, él se da cuenta, se me acerca y comienza a bailar conmigo. —Eres muy hermosa, ven conmigo, te la pasarás muy bien —Me susurra al oído muy sensual. Bailamos muy pegados uno del otro. Cuando de repente siento que lo apartan de mí y alguien me jala. Es Dante veo su mirada oscura y cómo aprieta su quijada. Ve hacia dónde está el hombre. —Tranquilo cuñado, yo la cuidaré bien —Le dice el hombre desconocido. —¡ES MI MUJER!—le grita Dante a ese hombre. Saca su arma, apunta a ese hombre, él solo levanta las manos. —Hey tranquilo, no le he hecho nada —se nota en la voz de ese hombre algo de miedo. —Nadie toca a mi mujer y vive para contarlo —le dice Dante, presiona el gatillo y le dispara a ese hombre en la cabeza. Yo me quedo en estado de shock, no sé si sea por el efecto del alcohol, pero no siento nada de compasión por ese hombre. Todos ven la escena que acabé de suceder, pero nada grita ni nada. —Que la fiesta siga —grita el amigo de Dante Mateo. Se comienza a escuchar la música de nuevo y todos empiezan hacer lo que estaban haciendo antes. Dante me ve y me vuelve a cargar en su hombro. —Bájame, deja de cargarme así —le grito y le golpeó con mis puños la espalda. —Eres un puto problema el día que lo deje de hacer es porque te dejas de comportar así de infantil —me contesta enojado todavía. Siento que su mano está en mi trasero tomando mi vestido. Salimos afuera me mete al auto. Escucho que le dice algo a su amigo. —Encárgate de lo demás, tengo que arreglar esto —es lo único que escucho. Se mete al auto conmigo, lo veo, es un hombre muy guapo, no lo puedo negar. El auto comienza a moverse, "lo voy a provocar" me propongo y en un movimiento rápido me subo en su regazo a horcajadas. Noto como me mira asombrado, comienzo a besar su cuello, siento como sus manos tocan mi trasero, suben por mi espalda. Lo veo a los ojos, lo beso en los labios, no sé qué hago, pero me comienzo a mover, puedo sentir su amiguito despierto, con sus manos él toma mis cadenas y me frota contra su miembro, siento algo extraño estar haciendo esto. Durante todo el camino nos tocamos y nos besamos, bueno mejor dicho, él me besó porque yo no sé ni qué estoy haciendo. Llegamos a la casa, me bajo del auto y él me carga en brazos. Noto que está algo desesperado, entramos a la mansión, me lleva a la habitación rápidamente. Entramos a la habitación, me baja, yo me paro, él comienza a besarme el cuello. Me doy la vuelta, le quito la camisa y dejo al descubierto su pecho, puedo notar que trae unas pequeñas marcas rojas en su cuello y pecho. "Esa mujer pelirroja le dejo eso, bueno le bajaré lo caliente" me digo a mí misma y me sonrío. Lo llevo hasta la cama y lo acuesto en ella, me subo arriba de él, me acerco a su oído. —No me gustan los hombres, que están babeados por otras —le digo eso, me levanto. Me acerco a la puerta, pero siento como con su mano me agarra de mi nuca y me voltea para verlo a la cara. —Que sea la última vez que me provocas para la próxima, te are mía a la fuerza —Gruñó de enojo. —El día que me entregue a ti será el día que dejes de metérsela a otras mujeres —le contesto enojada. Mis ojos bajan y ven las marcas que tiene, él se da cuenta y se las mira. Con su mano se limpia las marcas, veo que es labial. —Espero y cumplas con tu palabra —Me ve a los ojos. Mis ojos se abren, por ver qué lo que pensé que eran marcas solo es labial. Paso saliva con dificultad, creí que iba a hacerle una buena jugada, pero él me hizo a mí. —No me meteré contigo —Intento retractarme, pero ya es tarde. —Para que lo sepas yo voy a guardar todas mis ganas solo para ti, por eso no opino estar con nadie porque el día que te tenga a ti te are gritar que hasta te van a escuchar hasta Francia —me lo dice todo de golpe. Yo solo lo veo, me avienta a la cama y veo como se mete al baño. Se escucha la regadera "opino que se está bajando las ganas con agua fría" sonrió al opinar en eso. No sé, lo dejaré tan fácil, te aré la vida imposible...Han pasado 2 semanas desde que estoy aquí; debo de decir que me ha gustado estar haciendo enojar a Dante y molestándolo. Pero cada vez es más difícil no caer ante la tentación de este hombre. Y sí, cada vez que hago enojar a Dante, él siempre busca la manera de vengarse de mí tocándome o besándome. "No lo sé, he pensado en un tipo de plan que espero y funcione". Durante mi estancia en esta casa "buen secuestro" he podido ver que tiene muchas cosas asombrosas, una de ellas una piscina que emociona. —Voy a ponerme el traje de baño para salir a la piscina —lo digo con una voz de emocionada. ¿Qué bueno que Dante no está? Bueno, eso creo; siempre duerme conmigo en la misma habitación, solo que cuando yo despierto en ocasiones no está. Entro a la habitación, abro uno de los cajones y saco un lindo traje de baño color azul. Me estoy desabrochando los pantalones, pero me detengo: "será mejor que vaya y me cambie al baño, qué tal y Dante entra y me vea así", pienso. Abrocho el pantalón
Anabela La madre de Dante es una mujer muy hermosa; veo que tiene el mismo color de ojos que su hijo; es alta, delgada, piel blanca y cabello café. La señora es buena, aunque debo de decir que un poco fría y dura, pero me cae bien, pero su padre tiene el mismo modo de Dante; ahora ya sé a quién lo heredo. Aunque también debo de admitir que el padre de Dante es un hombre muy parecido. Dante tiene los rasgos físicos de su padre y el cabello del café claro. Debo de decir que toda la familia de Dante es alta de estatura. Pero su actitud es de un sanguinario igual al de Dante. —Espero que el estúpido de mi hijo te esté tratando bien; si no es así, puedes tener la confianza de contarme —interrumpe mis pensamientos la señora Martha. Me dice amablemente y con una linda sonrisa. —Sí, más o menos señora, creo que le hago la vida imposible —le digo a la señora Martha. —Ja, ja, ja, me empiezas a caer bien, esa actitud me gusta; una mujer decidía y no temía a provocar a alguien. Pero si alg
Este capítulo tiene escenas para mayores de 18 y muy detallada. Dante Estoy listo, me comienzo acercar con mi miembro a su parte. Pongo la punta en su entrada, comienzo lentamente a entrar en ella. Siento algo romperse dentro de ella, sé lo que es, ahora ella es completamente mía. Veo como ella comienza abrir la boca, me acerco a su rostro y tomo sus labios contra los míos. La beso un momento para que se relaje, me pone sus manos en mi espalda, siento como se comienza a relajar y en ese momento vuelvo a introducir más mi miembro. Se separa de mí y pone su cabeza a un lado de la mía. —¡Ah! Despacio me duele. —Es normal la primera vez, solo necesitas relajarte y dejarte llevar —le digo para tranquilizarla. Asiente con su cabeza, comienzo de nuevo a moverme lentamente, siento en mi espalda como me clava sus uñas. Su interior aprieta a mi enorme miembro, está muy ajustado. "Se siente tan bien" me digo a mí mismo en mis pensamientos. Comienzo a besar su cuello, le dejo unas peq
P.O.V Anabela Estoy sentada en la cama, me pongo las almohadas atrás de mi espalda. Me recargo en ella y con mi mano comienzo a tocar las partes de mi cuerpo donde están adoloridas. "Dante me las pagarás, te pasaste" En eso escucho que tocan a la puerta, me reincorporo y finjo una sonrisa. —Pase —digo con mi voz fingida. La puerta se abre y entra la señora Martha, corre rápidamente hacia donde estoy. Se sienta a un lado de mí y toma mis manos. —¿Estás bien? —me pregunta la señora Martha veo que me ve con cara de preocupación. —Sí, claro que estoy bien —le contesto, tengo vergüenza de decirle lo que siento. —No me mientas, sé lo qué pasó, tuviste relaciones con Dante —me dice un poquito enojada y me mira a los ojos. —¿Cómo lo sabe, señora Martha? —indagó porque quiero saber cómo es que ella sabe. —No importa cómo es que sé, lo que importa es saber que estás bien —menciona más tranquila, siento en su voz un poco de confianza. —No sé si contarle, señora Martha, es que me da
P.O.V DanteDespués de conseguir un poco de ropa con mi hermano tres años menor que yo. Me siento muy satisfecho por lo que acabo de hacer. Me encargué de la sábana manchada....Estamos los tres en el despacho de mi padre tomando hablando de lo ocurrido anoche.—Después de hablar con el árabe llegamos a un acuerdo que los próximos seis meses recibirá una carga un poco más grande de merca.—La ambición hace que se olviden de lo demás —le digo a mi padre.—Lo importante es que mi padre arreglo el problema en el que nos metiste —protesta mi hermano.—Aarón no seas tonto si nuestro padre no podía hacer algo lo haría yo —le contesto a mi hermano y lo veo atentamente.—Tonto yo. Pero yo no soy el inepto que tiene a la hija de nuestro enemigo y además hace pendejadas —soy reprendido por mi hermano.Los dos nos miramos muy fijamente.—¡Ja, ja, ja!, no pierdes el sentido del humor hermano —nos reímos los tres.De repente las puertas del despacho se abren de golpe y un cuchillo pasa volando a
Lauro. —Ha pasado dos semanas desde que mi pequeña Anabela fue secuestrada por ese perro de Dante Ferrara —estoy sentado en la sala tomando un vaso de whisky. Comienzo a recordar cómo fue que mi linda hija llegó a este mundo. Mi niña es hermosa. Ella es idéntica a su madre. Después de que su madre muriera y que la perdiera para siempre, tomé la decisión de que ella no debía estar en este mundo oscuro. Hice todo para salvarla y mantenerla a salvo. Necesito recuperar a mi hija, pero cada vez que tengo un plan y lo llevo a cabo, Dante Ferrara siempre arruina mis planes. Sé que si inició una guerra con ellos, podría matar a mi hija, pero también sé que todo esto lo hace para cobrarse la deuda que tengo con ellos. —¡En mala hora me equivoqué! —digo en voz alta. Siento que estoy cayendo en desesperación. Tomo otro trago de mi vaso. —Padre, me acaban de informar que llegó este paquete envuelto en regalo —escuchó a Francisco, mi hijo. —Llévatelo, no quiero saber nada de eso —expresé
Anabela Después de la visita inesperada de Dante, no sé si decirle a la señora Martha. —No le diré, tengo una idea —me digo a mí misma. Escucho que la puerta se abre y veo que entra la señora Martha con una bandeja de comida. Llega hasta a mí y pone una mesita en mis piernas. Veo que es una pasta, un jugo de naranja. —Gracias, señora Martha —le agradezco amablemente. —No me digas, señora, solo dime, Martha —me dice la mujer. —No lo sé —le contesto dudosa. —Bueno, está bien, pero come, si no se te va a enfriar —me dice la señora Martha. Después de desayunar, la señora Martha me ayudó a vestirme con ropa de su hija Laura. Me puso una pijama short, color rosa. Después de cambiarme estoy acostada en la cama y en eso la puerta se abre y veo que es Laura. —Se puede pasar —menciona Laura. —Claro, pasa —le contestó amablemente. Laura entra a la habitación y se sienta a un lado de mí en la cama. —Hija, quédate aquí con Anabela, tengo unas cosas que hacer; no dejes que tu hermano D
DanteHa pasado ya una semana desde que hice a Anabela mía mi niña.Pero mi madre no me deja verla. Siempre intento acercarme a la habitación, pero mi madre está ahí o mi hermana y no puedo.Todos estos días he tenido que dormir en otra habitación. Todas las noches pienso en el recuerdo que tengo de cuando estuve con Anabela y mis ganas crecen. Siempre en las mañanas, despierto con miembro duro y antes de dormir también."Tengo muchas ganas de hacerla mía".Necesito ver a mi niña, me arreglo, mando comprarme algo de ropa de mi gusto, me pongo una camisa oscura y unos jeans negros.Intento fingir que voy a salir; intento encontrarme a mi madre de casualidad para llevar acabo mi plan. Acabo de ver a mi madre que viene por el corredor; salgo camino para encontrármela.—¿Hijo vas a salir? —me mira mi madre de pies a cabeza.—Sí, voy a salir; necesito arreglar unos negocios de la mercancía —es mentira, pero intento que suene real.—¿A qué hora regresaras? —pregunta mi madre.—No lo sé en l