2.Oportunidad

Actualidad-Septima vida

El movimiento que daba con el pincel con una delicadeza y precisión que daba mucho que pensar, fluía de manera armoniosa, como si fuera una prolongación natural de mi ser, conectando mi mente y mi espíritu con el lienzo en blanco. El intenso y penetrante olor de la pintura de oleo impregnaba cada rincón de aquella amplia sala, creando una atmósfera cargada de creatividad y arte. 

Daba un par de suaves toquecitos finales en aquella hermosa pintura, sintiendo que finalmente había llegado a la culminación artística. Retiraba con cuidado el pincel del lienzo, no pude evitar tener una amplia sonrisa al contemplar detenidamente aquella maravillosa obra de arte. Esa pintura era particular, pues era  una de mis creaciones artísticas más destacadas que he producido hasta el momento.

—Amalie —sentía un reconfortante abrazo envolvente, acompañado de unos suaves pechos que presionaban delicadamente mi espalda—creo que tu obra es tan excepcional que fácilmente podría confundirla con una persona real en lugar de una pintura —comentó la encantadora chica, mientras acariciaba con ternura mi mano.

—¿Realmente piensas eso? —preguntó con una sonrisa en mi rostro mientras observaba detenidamente fascinada la obra de arte. 

—Si no tuviera conocimiento de que generalmente plasmas en tus obras paisajes y retratos provenientes de tus sueños, podría experimentar un sentimiento de celos —expresó un apuesto joven de cabello azabache, acercándose a nosotras para observar con minuciosidad la obra. 

El se inclinó ligeramente, permitiendo que se deslizara desde su vestimenta aquel collar que solíamos lucir coordinadamente como muestra de nuestra unión como pareja.

En ese momento, me hallaba cursando mi segundo año académico en la prestigiosa Universidad de Bellas Artes de Nueva York, una institución reconocida por su amplio abanico de disciplinas artísticas que van desde la música hasta la pintura, pasando por la escultura y demás expresiones creativas. La clase de pintura fue la única asignatura que pude compartir con mi novio de dos años, Isaac, y su hermana melliza, Serenity. Durante el semestre pasado. Fue una experiencia enriquecedora poder plasmar mis sueños en mis pintura.

—Señorita Russell, su habilidad para la pintura es realmente excepcional —una voz monótona y mecánica resonaba a mis espaldas —Con mi autorización, ¿estarías dispuesta a participar en la competencia nacional interuniversitaria? —inquirió el caballero de mediana edad, examinando minuciosamente la obra pictórica —Esta oportunidad podría beneficiarla enormemente, ya que se otorga una beca como premio. ¿Qué opina al respecto?

—Me ayudaría mucho —sonreí levemente mientras observaba detenidamente la pintura, sintiendo un leve latido en mi corazón— Estoy realmente interesada sobre la competencia, maestro Crowe.

Contemplaba detenidamente mi retrato de un apuesto hombre de cabello rubio, ojos azules y ataviado con lujosas vestiduras propias de la realeza. Muchos pensarían que estaba completamente desquiciada, pero lo cierto es que había tenido recurrentes sueños con aquel enigmático hombre, en los cuales su apariencia variaba notablemente, ya sea con diferentes estilos de cabello o colores de ojos, sin embargo, siempre se mantenía constante el rostro enigmático que parecía obsesionarme.

 En mis sueños, esa misteriosa figura lograba penetrar en los rincones más recónditos de mi ser, revelando una profunda conexión que superaba incluso mi propia comprensión de mí misma. Comencé a tener sueños recurrentes con este misterioso individuo cuando celebré mi decimonoveno cumpleaños, es decir, hace aproximadamente un año. Siempre en mis sueños, este misterioso personaje del cual no sabia su nombre me asegura que vendria en mi búsqueda, que se encuentraba mucho más cerca de lo que imagino.

Sin embargo, la realidad se imponia al ser despertarda con los estruendosos sonidos de mi hermano menor discutiendo con mi madre, quien intenta convencerlo de ir a la escuela.

—Entonces, si está interesada en recibir más detalles, con gusto le enviaré toda la información por su correo electrónico de la universidad esta misma noche —comentaba mi maestro, alejándose lentamente mientras revisaba detenidamente las otras impresionantes pinturas realizadas por mis talentosos compañeros de clase.

—Amalie, si el señor Crowe quedó impresionado con tu pintura, eso es una señal muy positiva —mi extrovertida y entusiasta amiga me agitaba.

La dinámica de la relación entre nosotros tres era sumamente interesante y compleja. Serenity era la más extrovertida de los hermanos, siempre destacaba por su carisma y alegría. En una ocasión, se le ocurrió organizar un divertido juego en el que, para sorpresa de su hermano y de mí, terminamos emparejados de una manera inesperada. Isaac y yo terminamos saliendo porque descubrimos que teníamos intereses y valores similares, lo cual nos permitía disfrutar de momentos muy agradables juntos.

Además, nuestra capacidad para entendernos mutuamente fortalecía nuestra conexión. Fue realmente increíble el nivel de afecto que compartíamos, tanto así que hace aproximadamente tres meses, Isaac tuvo el gesto de pedirme matrimonio durante un espectáculo protagonizado por delfines, para el cual nos esforzamos arduamente en conseguir las ansiadas entradas.

Isaac y Serenity, los hermanos menores, pertenecían a una influyente familia dedicada al mundo de los negocios, específicamente al sector de la venta de automóviles. 

Conocía perfectamente a sus otros dos hermanos mayores, quienes siempre insinuaban de manera constante y reiterada que estudiar arte era algo completamente absurdo e incomprensible para ellos, y no lograban comprender en absoluto cómo sus dos hermanos menores podían adorar y apasionarse tanto por esa disciplina artística. En mi caso, provenía de una familia de clase media, con padres que me brindaban un apoyo incondicional y un hermano adolescente que, a causa de sus travesuras constantes, a veces me hacía desear lanzarlo por la ventana.

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