Esa mañana me pidieron que fuera a la oficina con el profesor Crowe. Al principio, me sentía un poco nerviosa, pero mi maestro me aseguró que era solo para darme una felicitación personal, lo cual me tranquilizó. Los dos ingresábamos a esa espaciosa oficina de estilo victoriano con enormes muebles de tono caoba. Desde la distancia, era evidente que el hombre de unos setenta años disfrutaba estar rodeado de objetos antiguos.
Un hombre de cabello plateado por completo y piel marcada por el paso de los años se aproximaba velozmente hacia mí.
—Señorita Russell— expresó este caballero de forma alegre—me complace que haya llegado puntual— Se acercó tomándome la mano con entusiasmo.Expresó con una sutil sonrisa—Es un verdadero honor, Director Thomson.
Ese señor era ampliamente conocido por ser uno de los expertos más destacados en el campo de las artes escénicas. Numerosos músicos de música clásica fueron guiados por sus manos, destacando incluso en la era contemporánea.
—Por favor, tomen asiento —expresaba él con emoción aún palpable —me gustaría destacar que en este momento eres una figura destacada en la institución educativa.Al sentarme, no pude contener mi sonrisa de satisfacción. En la universidad se generó conmoción cuando mi obra no solo resultó ganadora, sino que fue la única seleccionada a nivel nacional del estado de Nueva York dentro de los treinta primeros lugares.
Expresé mi alegría al escuchar esa información, aunque con un leve matiz de inquietud en mi voz.
—Quiero comunicarle que la razón por la que la he traído aquí es bastante sencilla.
Mientras aquel caballero estaba hablando, un leve golpeteo en la puerta lo interrumpió. La puerta se entreabrió y pude observar a la asistente del caballero ingresar.
—El señor Thomson ya está aquí y ha mencionado que está un poco apurado. —¿De verdad? —con entusiasmo evidente, extendió su mano hacia su secretaria y exclamó—¡Que pase, que pase! —moviendo rápidamente el brazo. La mujer decidió abrir la puerta más ampliamente para permitir la entrada de un hombre de gran estatura, debia de estar en el metro noventa y cinco. Vestido con traje que parecía a la medida, tenía unos ojos tan profundos como el océano azul y una melena tan reluciente como la luz del sol. Poseía una pareja, pero no era ciega, aquel hombre reprochaba seguridad como si supiera que se veia extremadamente bien. Observé cómo el empezaba a revisar minuciosamente la oficina, como si estuviera en busca de algo, hasta que nuestros ojos se cruzaron. Un suave soplo de aire se escapó de manera automática de mis labios, aferré con firmeza el reposabrazos mientras mi corazón, de forma inexplicable, empezó a latir con rapidez. Mostró una sonrisa encantadora y letal, una sonrisa que, sin duda, me había dejado sin aliento sin que yo lo notara.—Me alegra que nos honre con su presencia, —expresó el director con entusiasmo invitándolos a tomar asiento— por favor, siéntese como su casa.
El corto nuestro contacto visual por unos instantes para responder, volviéndonos a que nuestros ojos se encontraron brevemente antes de que él dijera con tranquilidad—No se preocupe, estoy bien de esta manera— volviendo a dirigirme la mirada.
El señor Crowe comentaba con su característica voz de profesor, sin emoción, mencionaba que el contribuyente realmente se asemejaban a la pintura que habia dibujado. Con una gran sonrisa en el rostro sin dejar de mirarme, me preguntó si yo pensaba así.Por otro lado, el director frotaba las manos mientras mencionaba que este caballero hará una generosa contribución a la universidad— el ha sido muy benevolente expresando que ama tu obra, por ende deseaba conocer a la creadora detrás de la obra ganadora en la que participaste, señorita Russell.
—La pintura me llamó la atención, pareciera que tomó mi imagen como fuente de inspiración—No apartaba la mirada de mí, como si estuviera escudriñando cada detalle de mi ser.
Al recibir señales de mi cerebro sobre lo que ocurría, me puse de pie rápidamente, sintiendo nerviosismo sin entender la razón.
—¡De ninguna manera! —respondí con un tono de voz algo nervioso—Quiero decir que no lo utilice como referencia, a pesar de las apariencias, retrate a alguien que ha aparecido en mis sueños.
¿En sueños? Entiendo.—Observé cómo se acercaba lentamente, levantando la mano en señal de saludo hacia mí— Me decepcionó solo un poco, ya que creí que esa pintura había sido creada con mi inspiración.Observaba de reojo al director, quien me indicaba con un gesto de cabeza que saludara al caballero que aún mantenía su mano levantada en mi dirección. Al despertar, mi estatura de un metro sesenta y cinco parecía insignificante en comparación con la del hombre frente a mí.
Mientras estábamos agarrados de la mano, ocurrió algo inexplicable: una corriente eléctrica recorrió todo nuestro cuerpo. El contacto fue tan mágico que pareció haber viajado a múltiples destinos y regresado en un instante. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, mi respiración se aceleró ligeramente y al cruzar nuestras miradas, todo a nuestro alrededor desapareció. Mientras nuestras miradas se cruzaban, experimenté una emoción abrumadora. —Después de tanto buscar, logré hallarte— dijo el desconocido con una voz profunda que resonó en todo mi ser.Experimenté una conexión inexplicable en mi cuerpo, como si hubiera entrelazado mis dedos con esa mano en numerosas ocasiones, convirtiéndose en algo tan esencial para mí como el acto de respirar.
—¿Disculpa? —murmure en voz baja.
—Exacto, finalmente hallé a la pintora que me retrató, aunque solo era un yo mio diferente de tus sueños —dijo con una sonrisa cautivadora —Soy Alexander Wilson—-mencionó mientras mantenía su mano extendida hacia mí.
Respondía con una sonrisa, presentándome como Amalie Russell.
Mi corazón latía con tanta fuerza que parecía que iba a salirse de mi pecho, no lograba entender lo que sucedía mientras nuestros ojos seguían conectados. Nunca antes había experimentado esta intensidad de emoción por alguien, ni siquiera por Isaac. He tenido parejas a quienes les expresé mi amor, pero solo Isaac despertó en mí un sentimiento más intenso. La conexión que tuve con Isaac fue un amor sólido y profundo. Pero Alexander, solo con su toque y sus gestos despertaban en mí emociones nuevas y desconocidas.
Mi corazón insiste en que nuestra unión es obligatoria a lo que mi cerebro lo mando a callar.
«¡Detente, cerebro! Estoy comprometida» Reflexionaba. Sin embargo, ¿cómo resistirme si se ve tan atractivo haciendome sentir fuertes latidos? El director se regocijaba al conocer finalmente el nombre del Señor Wilson, frotándose las manos con entusiasmo. Expresó su alegría por la presencia personal del donante y agradeció emocionado por la generosa contribución.Finalmente, nuestras manos se separaron. Solo quedaba un asiento disponible y observé cómo el hombre lo desplazaba para que me sentara—Señorita Amalie, por favor tome asiento—dijo con una sonrisa encantadora.
Realmente me encontraba inquieta, era extraño que un hombre de repente intentara ser cordial conmigo sin motivo aparente.
Opté por realizar esta modesta contribución porque creía que me acercaría a mi meta de brindar apoyo, lo cual se reflejaría de forma positiva, como la oportunidad de conocer a individuos excepcionales que se esfuerzan por superarse.Parecía un discurso típico de un candidato político en campaña, ya que continuó expresándose con la intención de persuadir a la audiencia. Mientras Alexander hablaba sobre la gratificante experiencia de brindar ayuda a los demás, disimulé mi incomodidad con una sutil sonrisa. La reunión apenas duró diez minutos, durante los cuales me despedí del caballero con un simple apretón de manos.
En ese día solo tenía tres clases, saldría cerca de las tres de la tarde, por lo que estaba contento. Tal como acordamos, Serenity, Isaac y yo íbamos a reunirnos para disfrutar de un café en el Starbucks que está en el campus. Al llegar las tres en punto, tomé mis cosas y salí de la universidad mientras escuchaba mi nombre sonar a lo lejos.
—Señorita Amalie —un caballero de cabello rubio y una sonrisa encantadora le saludaba desde lejos, el cual reconocía inmediatamente como Alexander—señorita Amalie, pase por aquí.
Era evidente que el era un caballero refinado y distinguido pues llevaba puesto un conjunto totalmente diferente al impecable atuendo que mostro horas antes; además, no pude evitar notar su elegante coche cuando me acerqué a él. El coche desprendía un olor que denotaba opulencia, sentía que mi suerte aumentaría en una cantidad significativa de miles de dólares. Al aproximarme, tuve que contener una mueca de malestar, ya que intuía que si lo evitaba, su presencia a mi alrededor se volvería más persistente, similar a la de alguien que acosa sin descanso. Mientras me dirigía con calma hacia donde el habia parquerado, mi cabeza se llenó de múltiples imágenes inquietantes en las que ese enigmático individuo me perseguía, tramando llevar a cabo un secuestro y poner fin a mi existencia de una forma macabra, parecida a lo mostrado en la serie de suspenso psicológico "You" de la plataforma de streaming Netflix. Con una expresión nerviosa en mi cara, lo observé detenidamente, sin emitir son
Cuarta vida: Princesa Dorothea y AlejandroEscuchaba golpes repetidos en mi ventana, uno tras otro, lo cual me incomodó. Me acerqué para investigar el origen de ese sonido. Con esfuerzo, logré abrir mi ventana de la cual casi era lastimada con una piedrecilla que alguien arrojó. Entrecerré mis ojos para poder divisar desde abajo a ese despreciable hombre de cabello oscuro y ojos verdes que me sonreía de forma coqueta, ese que se habia convertido en mi mas bella contradicion.—¿Que quieres?—Interrogó con fastidio inclinándome ligeramente, haciendo que mi melena pelirroja de color una manzana se deslizara sobre mi hombro.—Dorothea baja —expreso de manera provocativa.—No lo haré, al menos que me llames su Alteza Dorothea —tajaba de manera cortante.—Seguramente no puedes bajar porque estas gorda—se burlo de manera jocosa.Al escucharlo mi rostro de sorpresa debio ser un poema pues el comenzó a reirse con su sonrisa pícara. Indignada, me quité uno de los zapatos mientras pensaba que ese
Al despertar, respiraba con intensidad y agitación. Acaricié despacio mi rostro mientras percibía mis lágrimas, las cuales había derramado en el sueño. El impacto fue tan intenso que mi corazón latía a toda velocidad. Bajaba levemente mis ojos notándo mis manos temblar.—Que fue eso—Murmuré suavemente sintiendo mi voz quebrarse. Llevaba mis manos hacia mi cabeza intentando olvidar aquella horrible escena. Anteriormente, había tenido un sueño con ese hombre, pero nunca presencié su fallecimiento. Observaba la pintura que creé de él, unos ojos verdes traviesos y cabello negro azabache, un semblante tan picaro que daba el aire de alguien jugueton. En las mayoría de los sueños aparecia con capucha gastándome bromas los cuales al despertar siempre me revelaban una tierna sonrisa.Tras tranquilizarme, bajaba con lentitud de la cama e en busca de mi celular el cual sonaba de manera insistente. Encendia la pantalla de mi teléfono móvil notando que eran las nueve de la mañana. La pantalla se
Preparaba mi lienzo y lo distribuía mis pinceles y mi pintura. Aunque no lo miraba sentía que sus ojos estaban posados en mi lo cual me provoco un ligero rubor en mis mejillas. Colocaba mis flores cerca de mí lienzo en el suelo y tras esto le di instrucciones a Alexander sobre cómo posar. Saqué varias fotografías, una tras otra, pero ninguna lograba satisfacerme.—No creo que estén bien, tal vez deberíamos cambiarla —me aproximé a el tozandole el rostro para intentar modificar su postura. Nuestros ojos se encontraron al rozar sus mejillas.¿Alguna vez has experimentado esa extraña sensación de haber vivido algo antes? En esos momentos una fuerte corazonada de dejavu, como si lo había vivido con el. Mantuvimos un contacto visual. Una tension entre nosotros nos rodeaba. El presentimiento de que un hilo invisible nos ataba me asfixiaba, liquidaba, me encantaba. Ese sentimiento de que pertenecía a él seguido por un fuerte martilleo en mi pecho.Por unos segundos, sentía como si había viv
Segunda vida: Agathan y Bastian—Agatha —se escuchaba con fuerza desde la distancia. Me detenía, mi atuendo de criada y mi coleta dorada como los rayos del sol se desplazaban al unísono al dar la vuelta. Observaba al pelirrojo con ojos grises siguiéndome a la carrera. Ese señor daba la impresión de haber participado en una carrera de larga distancia. Bastián esbozó una leve sonrisa tan encantadora que hizo mi cuerpo temblar. Un leve ardor se sentía en mi mejilla, con nerviosismo acariciaba una de mis coletas. —Bastian—desviaba ligeramente mi mirada—Hola, ¿Todo bien? Bastián era carpintero que se convirtió en alguien a quien apreciaba mucho, tanto que solía pasar mis días libres junto a él. Me atraía mucho además de que sentía que el tambien sentia lo mismo. La forma en la que me miraba era inigualable, expresaba sus sentimientos a trave de sus ojos pues nunca lo habíamos dicho directamente.—Si —respiraba agitado —es que saliste muy rápido de mi tienda —respiraba algo forzado
Me sentaba junto a él, realmente experimentaba una tensión eléctrica al estar junto a su lado sin llegar a tocarnos. ¿Acaso nuestra tensión había aumentado a comparacion del fin de semana? El coche se desplazaba, sin embargo, la tensión entre nosotros se intensificaba tan fuerte como si aquel vehículo se hubiera transformado en un objeto immobile. —Eje, ¿todo está en orden allá atrás? —pregunto el mayor de los hermanos de Serenity mientras mira por el retrovisor. —Por supuesto Derek—sonrió Alexander de manera confiada—estamos extremadamente bien. —Es que siento que están muertos ahí atrás —este dejo escapar una ligera sonrisa —tu y yo estábamos conversando muy animado, pero te detuviste en cuanto las chicas entraron.—Disculpa —contestó él— pero no creo que estas señoritas deseen discutir asuntos comerciales.—Estás en lo correcto —Serenity levantó la cabeza con emoción— Alex ¿estas soltero?—¿Porque me lo preguntas? —contestó de forma cortante.—Serenity —Derek la llamo con un li
POV Alexander WilsonHabía pasado alrededor de diez días donde Amalie no me respondía los mensajes. Evitaba actuar de manera insistente, aunque de vez en cuando me acercaba a la universidad con la ilusión de encontrármela, sin embargo, nunca tenía suerte. Tenía la intención de consultar a Serenity Riley acerca de su amiga, sin embargo, percibía que los hermanos junto con Isaac estaban vigilando mis movimientos en relación con Amalie. Isaac le informo a Derek sobre mi encuentro con Amalie, lo cual termino con el pidiendome que respetara la relacion de su hermano porque Amalie era suya.¿Respetarla? Amalie siempre ha sido mía, durante seis vidas ha sido mi amor. Mi voluntad de vivir, mis ganas de despertar cada mañana. En esta vida seria igual, siempre mía, siempre suyo, siempre juntos. Tuve el placer de conocer a Derek durante nuestra etapa universitaria, momento en el que también formalizamos un acuerdo que resultó beneficioso tanto para su empresa como para la mía. Desde el piso och
Al desempacar mis maletas, me sentí afortunada al descubrir que me había tocado compartir la habitación con Serenity y otra compañera que ya conocia. Cada año, la universidad solía planificar excursiones educativas para motivar a los estudiantes. Lamentablemente, nunca pude participar debido a limitaciones económicas. Sin embargo, en esta ocasión, gracias al premio que obtuve, pde financiar el viaje en su totalidad. Este año, la universidad educativa optó por viajar a Roma, donde visitaríamos numerosos sitios de importancia histórica. Isaac, en cambio, no pudo asistir debido a que su trayectoria profesional lo llevaría a Hollywood, ya que se dedicaba al estudio de la fotografía. Serenity se dedicaba a la escultura, sin embargo, a veces sus horarios coincidían con los míos. —Amalie, date prisa, vamos a la Fontana di Trevi y no quiero perdérmelo, si no hago un buen esquema para pasar la clase, mi padre me regañará. Me sorprendí un poco al enterarme de que Serenity no aprobó dos