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6. Sería un placer pintarlo. 

Era evidente que el era un caballero refinado y distinguido pues llevaba puesto un conjunto totalmente diferente al impecable atuendo que mostro horas antes; además, no pude evitar notar su elegante coche cuando me acerqué a él. El coche desprendía un olor que denotaba opulencia, sentía que mi suerte aumentaría en una cantidad significativa de miles de dólares.

Al aproximarme, tuve que contener una mueca de malestar, ya que intuía que si lo evitaba, su presencia a mi alrededor se volvería más persistente, similar a la de alguien que acosa sin descanso. Mientras me dirigía con calma hacia donde el habia parquerado, mi cabeza se llenó de múltiples imágenes inquietantes en las que ese enigmático individuo me perseguía, tramando llevar a cabo un secuestro y poner fin a mi existencia de una forma macabra, parecida a lo mostrado en la serie de suspenso psicológico "You" de la plataforma de streaming N*****x.

Con una expresión nerviosa en mi cara, lo observé detenidamente, sin emitir sonido alguno. Lo

Interrogué sobre porque había vuelto si se suponía que estaba ocupado. Por mi mente pasó que me parecía muy atractivo y su sola presencia me cautivó al instante, aunque era consciente de la importancia de mantener la distancia por consideración hacia Isaac.

El con su melena dorada y mirada intensa se tocaba el cuello nerviosamente, como si estuviera tratando de hallar las palabras precisas para comunicar sus pensamientos más íntimos. —Se me pasó por completo solicitarte tu número de teléfono para continuar nuestra charla y conocer más acerca de tus gustos y aficiones.

—¿Mi número de teléfono?— con un gesto de sorpresa, levanté sutilmente la ceja derecha para disimular mi incredulidad ante lo que acababa de escuchar.

—¡Desde luego que sí! —contestó con alegría, con los ojos llenos de entusiasmo— Es gratificante saber que como tu modelo he llamado tu interés, digo—sonrió con algo de picardía— tu modelo en tus sueños, asi que estaré encantado si puedes pintar una nueva pieza para mi casa.

« Jamás en la vida haré eso, ni aunque pasen millones de años.»

Recordaba entre las muchas series policíacas donde la persona que muere eran asesinada después de encontrarse con individuos desconocidos, ese pensamiento pasajero me viene a la mente: Es posible que estuviera aguardando el momento oportuno para sorprenderme y arrebatarme la vida. Tragaba con fuerza sintiendo una piedra en la garganta, aunque mi cuerpo se tensaba revelando incomodida.

En ese momento, no estaba segura de si mi sonrisa transmitía miedo, pavor o terror, pero era la emoción que sentía en ese preciso instante.

Él sugirió con prisa y amabilidad que podriamos ir a un sitio público si eso me hacia sentir a gusto, y segura. Con una amplia sonrisa en su cara, agregó que me compensaría de manera muy generosa.

—¿De cuanta cantidad de dinero nos referimos precisamente?

Como universitaria, estaba en una situación económica desfavorable. Cualquier dinero extra que llegara a mis manos se consideraría como una ganancia adicional y sería recibido con agradecimiento. Principalmente porque vivía del trabajo de mis padres y la beca estudiantiles.

— Podría hacerte llegar el monto de seis mil dólares.

— ¿Solo por un cuadro? —traté de mantener la calma en mi voz, a pesar de que en mi mente aumentaba la incredulidad sin control.

—¿Crees que no es suficiente? —me miró con una expresión de confusión —Podría proponerte una cantidad más elevado.

—Tranquilo—intentaba sonar calmada aunque la cantidad era exagerada—, si solo se trata de pintarlo, podríamos organizar una salida al Central Park el fin de semana que viene —farfulle levemente— ¿Podrías facilitarme tu número de contacto? —mientras extraía mi celular del bolsillo pues aunque pensaba que era una mal idea, ese dinero me serviría para ayudar a mis padres pues su auto se había dañado, además de que necesitaba comprar materiales para mis clases.

—¿Todo bien, señorita Amalie?

—Si, solo debo confesar que sería un placer pintarlo.

Dudaba si la acción en cuestión era correcta, sin embargo, al decírselo, su rostro se iluminó con una expresión radiante de felicidad y satisfecho. El comenzo a dictarme su número de teléfono el cual apunté de inmediato para poder enviarle un mensaje más tarde.

Mientras guardaba mi celular en mi bolsillo, mencionaba con calma que le enviaría un mensaje mas tarde para precisa de nuestra cita y toda la información relevante.

—¿Te apetece en este momento disfrutar de un café o tal vez prefieres algo diferente, como un té o una bebida refrescante?

La pregunta fue interrumpida de forma directa por una Serenity que, rebosante de felicidad, me envolvía en un abrazo tan intenso como su distintiva personalidad

— ¡Amalie!

Entre risas nerviosas, pedía ayuda con insistencia. Por otro lado, notaba a Isaac llevar no solo su propia mochila, sino también la de su hermana menor, Serenity.

—Serenity, te aviso que si no recoges tu mochila de inmediato, me veré en la necesidad de deshacerme de ella lanzándola a la basura.

En esta ocasión, mis pensamientos se deslizaron como un río en mi cabeza, al percatarme que Alexander el cual estaba aún frente a mí, fruncía ligeramente el entrecejo. Con asombro, Serenity hablo en voz baja: —¿Alex?

Inquirió con interés como si ya se habían visto antes, observando a Serenity en busca de pistas que revelaran algún vínculo previo entre ellos.

—Exactamente—sonrio de manera calida.

—¿Se conocen?—preguntaba curiosamente,

—Claro que si, es uno de los amigos de uno de mis hermanos —comentó pensativa— estuvo presente en la fiesta a la que te invité, pero Isaac prefirió que no fueras —mencionó en ese instante tras reflexionar por unos momentos.

— Qué sorprendente es pensar que pudimos habernos topado en esa fiesta —comentó Alexander—con amabilidad— ¡Qué coincidencia tan peculiar! Tal vez estabamos destinados a conocernos.

—Eso jamas pasara—dijo Isaac de forma indiferente, quitándome mi mochila para cargarla y arrojando la de Serenity al suelo. —No toleraría que mi prometida participe en las celebraciones sin control de Josiah —enfatizaba en la palabra prometida.

Mientras cogía su mochila pesada, Serenity frunció el ceño con desaprobación a la actitud de su hermano. Alexander, con su mirada enigmática parecía ocultar un misterio intrigante e indescifrable. Su rostro se endurecía mientras escudriñaba con atención de Isaac.

— ¿Qué les parece si nos vamos ya, chicas?

Isaac mencionó que tiene una clase de biología pendiente que necesita asistir, mientras me tomaba la mano con determinación y empezaba a andar, lo que me obligó a seguirlo sin objeciones.

—¡Adiós, Alex! — exclamó Serenity, completamente contenta, siguiendo nuestro camino con fervor.

Notaba que Isaac se desplazaba con mayor prisa de lo habitual, lo cual me dificultaba mantener su ritmo, dado que el era un metro noventa mientras yo apenas tenia un metro sesenta y cinco.

Le pedí a Isaac que redujera la velocidad mientras me liberaba suavemente de su sujeción.

Fue la primera vez que, después de tanto tiempo, percibí una mirada inusual y ajena en él, una expresión que nunca antes había visto en las muestras de afecto de mi futuro esposo.

Expresó en voz baja su arrepentimiento por su actitud, disculpándose por su comportamiento inexplicable. Me regalaba un abrazo el cual, siempre me había llenado anteriormente, pero en ese preciso momento lo sentía tan ajeno como mis sentimientos. Tras ser liberada por Isaac, Serenity se acerco para abrazarme un brazo.

— ¡Las miradas que se dieron ustedes dos—sonreía de manera jocosa al ver a su hermano—¡casi se matan! Hasta miedo me dio!

—Eso nunca paso Serenity—Isaac tajo de manera brusca tomando mi mano con delicadeza de nuevo.

—Tranquilo Isaac, se que aun procesas lo que es estar celoso—se rió Serenity mientras me rodeaba con cariño mi brazo libre de nuevo— Tengo que admitir que ese hombre es muy guapo, traté de hablar con él, pero parecía tener una muralla impenetrable frente a las mujeres —Serenity frunció los labios con desilusión— No me di cuenta de lo hermosa que era su sonrisa hasta que te la mostró a ti, Amalie, —comentó con un toque divertida para provocar a su hermano—Tal vez, vas a dejar a mi hermano por el, parece un partidazo.

Isaac parecía sentirse bastante incómodo mientras yo analizaba con cuidado y pensaba en lo que Serenity me habia mencionada..

—Eso no pasara—afirmo con tranquilidad y serenidad Isaac.—no me preocupo en lo más mínimo.

Isaac separó con delicadeza a su hermana de mi lado, después me abrazó con mucho cariño y me dio un beso sumamente tierno.

—Estoy segura de que eres mía—afirmó con una sonrisa, lanzando una mirada desafiante a mi espalda por un momento, como si estuviera contemplando algo específico.

—Bueno, chicas, es momento de irnos.

Continuamos caminando hacia el Starbucks ubicado cerca del campus universitario.

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