POV. Alexander Wilson
—Señor Wilson hoy tiene una reunión con los inversionistas de la empresa Beston. Están interesados en que conozca a su hija para explorar una posible colaboración entre ambas empresas.
Mientras nos dirigíamos hacia la sede de mi empresa, revisaba mi tableta con cierta incomodidad, leyendo las últimas novedades financieras. En este momento, ocupaba el cargo de director ejecutivo en SunBelt, una empresa de telecomunicaciones que, durante mis tres años al mando, se consolidó como una de las más destacadas a nivel nacional. La emprensa de mi familia ganaba millones, pero bajo mi cargo todo se cuadriplico volviéndola la empresa más voraz de la actualidad.
Sin embargo, eso pareció insuficiente para mi familia, ya que mi padre anhelaba algo mayor. Mi padre y el señor Beston tenían una larga amistad. Parecía que estaban empeñados en que conociera a esa joven, con la intención de formar una de las alianzas más sólidas del país. A pesar de haberle expresado a mi padre mi falta de interés en ello.—Descártala informándole que tengo una agenda muy apretada con múltiples reuniones—digo de manera brusca.
Mi secretaria ajustaba sus lentes mientras me observaba con seriedad.
—Señor Wilson ha recibido un ultimátum de su padre para que acepte comprometerse con la señorita Beston.—Lo sé y no me interesa —pronunciaba en forma incisiva —Él no quiere comprender que esa mujer no capta mi interés.
A diferencia de lo que yo expresaba, la señorita había sido tan insistente en punto astronómicos. Llego a mi compañía varias veces para salir, algo que le negué. Me buscaba tan insistentemente que era problemático. Mi ser no latía por ella y nunca lo haría. —Señor Wilson, es muy probable que su padre le pedirá una razon mas contundente que eso. —Dile que no puedo estar con ella porque estoy interesado en alguien más—Mi tono lánguido prevalecía.Mientras seguía leyendo, me di cuenta de una alerta sobre un artículo reciente que hojeé sin prestar mucha atención. Observé el artículo que mencionaba a alumnos que habían triunfado en distintas competiciones a lo largo del país, sin embargo, una imagen en particular capturó mi interés de manera especial.
Observaba detenidamente a una joven que modelaba para un gran cuadro, la chica proyectaba una mirada intensa y cautivadora en esa imagen, lo cual resultaba impactante. —¿Ha tenido la oportunidad de revisar el periódico, Señor Wilson? —una voz llena de inquietud se escuchaba— Parece que ha visto algo muy impactante.Interrumpí a la señorita Damon para preguntarle si aún no habíamos contribuido con nuestras donaciones de este año, mientras seguía contemplando detenidamente la fotografía.
—Efectivamente, señor Wilson —observó mientras repasaba su calendario—me parece recordar que estaba indeciso entre dirigir los fondos hacia organizaciones que construyen viviendas para individuos desfavorecidos o destinarlos a iniciativas de apoyo a la salud mental.
Mientras tocaba la tableta, le comunicaba a la señorita Damon que sumara medio millon al presupuesto para donarlo exclusivamente a la Universidad de Bellas Artes de Nueva York. Mientras hablaba, ella anotaba la información en su agenda que se enlazaba con la mia.
—Al contactar con ellos, asegúrenles de que mi única condicion es encontrarme con una estudiante llamada Amalie Russell— mientras seguia clavando la mirada en la fotografia acariciando su rostro con mi mano derecha con suavidad.
—Como quiera señor Wilson, lo añadiré y añadiéndolo a su agenda—susurro de manera monótona y serena mientras escribía el correo en su tableta.Una enorme sonrisa se dibujó en mi cara susurraba— Lady Aubrey, finalmente te he encontrado—murmuraba.
Estuve a punto de rendirme, ya que contaba con veinticinco años y aún no veía resultados. Nuestro encuentro estaba predestinado a ocurrir cuando teníamos la misma edad; de lo contrario, si no sucedía, significaba que no estábamos destinados en esa vida.
Al ingresar a mi despacho, me encontraba con un espacioso escritorio y una decoración en tonos sólidos, junto con muebles de estilo minimalista. Me encontraba en uno de los lugares más exclusivos de Manhattan, con un inmenso ventanal que permitía contemplar la ciudad desde el piso ciento veinte, donde los edificios parecían diminutos. En cada vida, mi corazón latía solo por ella, a pesar de que éramos personas muy diferentes entre sí. Recordaba el dolor de su rostro en varias de nuestras vidas pasadas, recordaba mi desperacion al intentar mantenerla con vida. En todas nuestras vidas estabamos destinados a la muerte. Me acerque al enorme ventanal de mi oficina colocando mi mano en el.
—Pe-pense que lo habiamos logrados Aubrey—susurraba con suavidad recordando nuestra sexta vida juntos.
Habia cumplido al pie de la letra, entonces, porque mori en la guerra. Lleno de dudas y incentudumbre me preguntaba si esta vez podria romper ese ciclo.
—Aubrey, lo vamos a lograr esta vez.
Esa mañana me pidieron que fuera a la oficina con el profesor Crowe. Al principio, me sentía un poco nerviosa, pero mi maestro me aseguró que era solo para darme una felicitación personal, lo cual me tranquilizó. Los dos ingresábamos a esa espaciosa oficina de estilo victoriano con enormes muebles de tono caoba. Desde la distancia, era evidente que el hombre de unos setenta años disfrutaba estar rodeado de objetos antiguos. Un hombre de cabello plateado por completo y piel marcada por el paso de los años se aproximaba velozmente hacia mí. —Señorita Russell— expresó este caballero de forma alegre—me complace que haya llegado puntual— Se acercó tomándome la mano con entusiasmo.Expresó con una sutil sonrisa—Es un verdadero honor, Director Thomson.Ese señor era ampliamente conocido por ser uno de los expertos más destacados en el campo de las artes escénicas. Numerosos músicos de música clásica fueron guiados por sus manos, destacando incluso en la era contemporánea.—Por favor, tomen
Era evidente que el era un caballero refinado y distinguido pues llevaba puesto un conjunto totalmente diferente al impecable atuendo que mostro horas antes; además, no pude evitar notar su elegante coche cuando me acerqué a él. El coche desprendía un olor que denotaba opulencia, sentía que mi suerte aumentaría en una cantidad significativa de miles de dólares. Al aproximarme, tuve que contener una mueca de malestar, ya que intuía que si lo evitaba, su presencia a mi alrededor se volvería más persistente, similar a la de alguien que acosa sin descanso. Mientras me dirigía con calma hacia donde el habia parquerado, mi cabeza se llenó de múltiples imágenes inquietantes en las que ese enigmático individuo me perseguía, tramando llevar a cabo un secuestro y poner fin a mi existencia de una forma macabra, parecida a lo mostrado en la serie de suspenso psicológico "You" de la plataforma de streaming Netflix. Con una expresión nerviosa en mi cara, lo observé detenidamente, sin emitir son
Cuarta vida: Princesa Dorothea y AlejandroEscuchaba golpes repetidos en mi ventana, uno tras otro, lo cual me incomodó. Me acerqué para investigar el origen de ese sonido. Con esfuerzo, logré abrir mi ventana de la cual casi era lastimada con una piedrecilla que alguien arrojó. Entrecerré mis ojos para poder divisar desde abajo a ese despreciable hombre de cabello oscuro y ojos verdes que me sonreía de forma coqueta, ese que se habia convertido en mi mas bella contradicion.—¿Que quieres?—Interrogó con fastidio inclinándome ligeramente, haciendo que mi melena pelirroja de color una manzana se deslizara sobre mi hombro.—Dorothea baja —expreso de manera provocativa.—No lo haré, al menos que me llames su Alteza Dorothea —tajaba de manera cortante.—Seguramente no puedes bajar porque estas gorda—se burlo de manera jocosa.Al escucharlo mi rostro de sorpresa debio ser un poema pues el comenzó a reirse con su sonrisa pícara. Indignada, me quité uno de los zapatos mientras pensaba que ese
Al despertar, respiraba con intensidad y agitación. Acaricié despacio mi rostro mientras percibía mis lágrimas, las cuales había derramado en el sueño. El impacto fue tan intenso que mi corazón latía a toda velocidad. Bajaba levemente mis ojos notándo mis manos temblar.—Que fue eso—Murmuré suavemente sintiendo mi voz quebrarse. Llevaba mis manos hacia mi cabeza intentando olvidar aquella horrible escena. Anteriormente, había tenido un sueño con ese hombre, pero nunca presencié su fallecimiento. Observaba la pintura que creé de él, unos ojos verdes traviesos y cabello negro azabache, un semblante tan picaro que daba el aire de alguien jugueton. En las mayoría de los sueños aparecia con capucha gastándome bromas los cuales al despertar siempre me revelaban una tierna sonrisa.Tras tranquilizarme, bajaba con lentitud de la cama e en busca de mi celular el cual sonaba de manera insistente. Encendia la pantalla de mi teléfono móvil notando que eran las nueve de la mañana. La pantalla se
Preparaba mi lienzo y lo distribuía mis pinceles y mi pintura. Aunque no lo miraba sentía que sus ojos estaban posados en mi lo cual me provoco un ligero rubor en mis mejillas. Colocaba mis flores cerca de mí lienzo en el suelo y tras esto le di instrucciones a Alexander sobre cómo posar. Saqué varias fotografías, una tras otra, pero ninguna lograba satisfacerme.—No creo que estén bien, tal vez deberíamos cambiarla —me aproximé a el tozandole el rostro para intentar modificar su postura. Nuestros ojos se encontraron al rozar sus mejillas.¿Alguna vez has experimentado esa extraña sensación de haber vivido algo antes? En esos momentos una fuerte corazonada de dejavu, como si lo había vivido con el. Mantuvimos un contacto visual. Una tension entre nosotros nos rodeaba. El presentimiento de que un hilo invisible nos ataba me asfixiaba, liquidaba, me encantaba. Ese sentimiento de que pertenecía a él seguido por un fuerte martilleo en mi pecho.Por unos segundos, sentía como si había viv
Segunda vida: Agathan y Bastian—Agatha —se escuchaba con fuerza desde la distancia. Me detenía, mi atuendo de criada y mi coleta dorada como los rayos del sol se desplazaban al unísono al dar la vuelta. Observaba al pelirrojo con ojos grises siguiéndome a la carrera. Ese señor daba la impresión de haber participado en una carrera de larga distancia. Bastián esbozó una leve sonrisa tan encantadora que hizo mi cuerpo temblar. Un leve ardor se sentía en mi mejilla, con nerviosismo acariciaba una de mis coletas. —Bastian—desviaba ligeramente mi mirada—Hola, ¿Todo bien? Bastián era carpintero que se convirtió en alguien a quien apreciaba mucho, tanto que solía pasar mis días libres junto a él. Me atraía mucho además de que sentía que el tambien sentia lo mismo. La forma en la que me miraba era inigualable, expresaba sus sentimientos a trave de sus ojos pues nunca lo habíamos dicho directamente.—Si —respiraba agitado —es que saliste muy rápido de mi tienda —respiraba algo forzado
Me sentaba junto a él, realmente experimentaba una tensión eléctrica al estar junto a su lado sin llegar a tocarnos. ¿Acaso nuestra tensión había aumentado a comparacion del fin de semana? El coche se desplazaba, sin embargo, la tensión entre nosotros se intensificaba tan fuerte como si aquel vehículo se hubiera transformado en un objeto immobile. —Eje, ¿todo está en orden allá atrás? —pregunto el mayor de los hermanos de Serenity mientras mira por el retrovisor. —Por supuesto Derek—sonrió Alexander de manera confiada—estamos extremadamente bien. —Es que siento que están muertos ahí atrás —este dejo escapar una ligera sonrisa —tu y yo estábamos conversando muy animado, pero te detuviste en cuanto las chicas entraron.—Disculpa —contestó él— pero no creo que estas señoritas deseen discutir asuntos comerciales.—Estás en lo correcto —Serenity levantó la cabeza con emoción— Alex ¿estas soltero?—¿Porque me lo preguntas? —contestó de forma cortante.—Serenity —Derek la llamo con un li
POV Alexander WilsonHabía pasado alrededor de diez días donde Amalie no me respondía los mensajes. Evitaba actuar de manera insistente, aunque de vez en cuando me acercaba a la universidad con la ilusión de encontrármela, sin embargo, nunca tenía suerte. Tenía la intención de consultar a Serenity Riley acerca de su amiga, sin embargo, percibía que los hermanos junto con Isaac estaban vigilando mis movimientos en relación con Amalie. Isaac le informo a Derek sobre mi encuentro con Amalie, lo cual termino con el pidiendome que respetara la relacion de su hermano porque Amalie era suya.¿Respetarla? Amalie siempre ha sido mía, durante seis vidas ha sido mi amor. Mi voluntad de vivir, mis ganas de despertar cada mañana. En esta vida seria igual, siempre mía, siempre suyo, siempre juntos. Tuve el placer de conocer a Derek durante nuestra etapa universitaria, momento en el que también formalizamos un acuerdo que resultó beneficioso tanto para su empresa como para la mía. Desde el piso och