Me despierto con el cuerpo adolorido, me quedo con la mirada fija en el techo por un momento mientras mi cerebro vuelve a percibir mi entorno. Me siento en la cama cubriendo mi cuerpo con las sábanas y veo que no está a mi lado Nikolai, paso mi mano en su lugar, aun esta tibio no fue un sueño. Levanto la mirada hacia la puerta del baño y lo veo ahí, recargado sobre el marco viéndome fijamente mientras se termina de rasurar quitando el último rastro de espuma de su mejilla.
—Buenos días ángel— no puedo evitar sonreír de lado.
—¿Ángel? Creo que exageras.
—Yo creo que no, siempre pensé que eras un ángel desde el primer momento en que te vi— me dice viéndome con adoración mientras me acerco a él. Cuando estamos frente uno del otro su mano se posa en mi nuca mientras sus labios se apode
En cuanto Nikolai entra a la avenida sobre la que se encuentra la florería veo el humo negro y la gente aglomerada, busco con la mirada entre todos a Irene; Nikolai se estaciona y de inmediato yo salgo disparada de mi asiento, corro hacia el lugar, la florería fue destruida, quemada hasta los cimientos, busco entre la gente a Irene me da miedo pensar que tal vez ella pereciera adentro, pero de repente veo una silueta hincada frente al local, ante la cinta de “no pasar” que pusieron los bomberos, llora desconsolada, pongo mi mano en su hombro y ella levanta su rostro, las lágrimas no paran de brotar de sus ojos, está destrozada.—Irene…— no sé qué decir y me apena pensar en que tal vez todo fue mi culpa, por atraer a las personas menos indicadas hasta aquí.—Lo perdí todo…— dice con la voz entre cortada y me hinco a su lado, la abr
—Kurt, no quiero que tú y tú mamá se sigan arriesgando por nosotros, ella ya pasó por eso, perdió a tu padre, ¿quieres que te pierda también a ti?— le digo molesta y aunque mi verdadero móvil es estar cerca de Nikolai y evitar que el busque problemas con Shun, también es cierto que me preocupa que le pase algo a Kurt o a Rose.—Claro, ¿temes por mí o estas feliz por regresar con ese tipo? Intenta ser sincera, dicen que las rusalkas son las perfectas mentirosas, que no dirías por regresar a la cama de ese tipo— cuando dice eso no puedo evitar levantar mi mano y abofetearlo; me quedo pasmada, no creí nunca levantar mi mano en su contra, pero fue un reflejo que no pude evitar.—Kurt… no le faltes al respeto— dice Rose después de exhalar un suspiro, se levanta tranquilamente de la mesa y le da un sorbo a su café. —Sabes q
De pronto escuchamos un auto estacionarse en la entrada, me asomo por la ventana y es Óscar que llegó por mí, Ed se asoma también y se pone a la defensiva mientras todos permanecen estáticos esperando una explicación.—Llegaron por mí, tengo que irme— les digo mientras avanzo hacia la puerta, pero me detengo en seco y regreso mi atención hacia la doctora. —Dame tu gafete, mañana yo te cubro en el trabajo— le digo con una sonrisa de oreja a oreja y ella parece dudar por un segundo, voltea a ver a Ed que parece ser su protector.—¿Estás segura? No tenemos un plan— me dice Ed con algo de duda, por primera vez veo la seriedad en sus ojos.—Estoy segura, el plan es entrar y sacar a los niños— extiendo la mano esperando el gafete, Ania lo saca de la bolsa de su saco y lo ve por un minuto con dudas.<
«Samantha»El camino lo hacemos en silencio salvo por ciertos comentarios, principalmente recuerdos de cuando todo esto comento y algunas cosas que me platica de Cat, por mi parte yo no puedo evitar pensar en cómo compaginar mi relación con Nikolai y mi riesgoso plan contra los chinos, no sé cómo lograré no meter en problemas a Niko, me preocupa bastante, si algo le pasara no podría con esa culpabilidad y más ahora que parece que por fin tenemos algo lindo, que tenemos una relación bien, no un contrato ni un común acuerdo, él me ama y yo a él, lo admitimos y lo aceptamos por fin.Llego al edificio y hasta ahí llega Óscar, me sonríe mientras entro a la recepción quedándose en el carro, parece feliz por verme regresar a los brazos de su amigo. Rebaso las puertas el guardia me ve con una sonrisa de lado y me saluda inclinando su cabe
—Cuando tu padre era joven, cuando tenía tu edad se enamoró de una muchachita, bastante linda, con cabellos rojos como el fuego y unos ojos miel como los tuyos, fue la perdición de tu padre, la soñaba noche y día y cuando ella se enteró del mundo al que pertenecía tu papá lo dejó, huyó, se asustó— cuando dice eso siento una angustia que se apodera de mi pecho y mi mente evoca a Sam —pero dicen que el amor es la fuerza más grande que existe y quien está destinado a estar en tu vida no se va aunque quiera huir, ese fue el caso de tus padres, ella también estaba enamorada de él, pese a todos sus defectos y se quedó a su lado teniéndote a ti como el único heredero, tu padre fue un hombre que se comprometió con su mujer, no fue el típico capo que tiene esposa y un sinfín de novias y amantes, no… él en verdad la
—Yo no te busqué, créeme que no tenía intenciones de buscar a los que alguna vez sufrieron en ese teatro conmigo, simplemente llegaste y aunque no sabía quién eras sentía este tipo de conexión, es por eso que te contraté casi inmediato, sin conocerte y mira… la sorpresa que me diste— habla aun con ese pequeño vestigio de euforia con la que la conocí, pero a la vez se ve opacada por algo de madurez. —Vivía tranquila, trabajaba en la florería y era una persona normal, sin problemas, temía cada día que los rusos me encontraran y me llevaran en contra de mi voluntad de regreso a ese teatro, por eso manejaba un bajo perfil, pero llegaste tú y atrajiste los problemas, te metiste con Shun el hijo del dragón Wang y quemó hasta las cenizas mi local— se cruza de brazos lamentando la suerte de su negocio y todas sus plantas.—Lo sien
Doy un vistazo a mí alrededor por un momento, la gente va y viene, llevan papeles en sus manos y hablan entre ellos lo necesario, como si no tuvieran tiempo para sociabilizar, nadie se percata de mí, ni le interesa. El lugar está limpio, ordenado, con colores claros, azules y acero, todo está impecable y me hace sentir incómoda por el nivel de perfección que buscan aquí. Camino hacia el elevador que me indicó Ania, alguien presiona el botón que necesito, veo como en una pequeña pantalla arriba de los botones un triángulo amarillo se marca, la punta hacia arriba señala que estamos subiendo. Me mantengo tranquila mientras los doctores de mi alrededor no me voltean ni a ver, todos van callados, viendo sus papeles o su reloj, ajenos al mundo de los demás; de repente el triángulo desaparece y veo “B1” titilando, se abren las puertas y los doctor
En cuanto se acercan de forma amenazante una bala atraviesa la ventana y perfora el cráneo de uno de ellos, el otro simplemente se tira al suelo para evitar ser la siguiente víctima, saco la última pluma de mi bolsa y se la arrojo como si fuera un dardo, está se clava entre ceja y ceja dejando al guardia sorprendido y paralizado. Rompo con el bastón el vidrio de la manguera y la saco rápidamente dejándola caer por la ventana rota, regreso mi atención hacia Jake quien parece no entender lo que ocurre.—¡Vamos! ¡Deprisa!— le grito y le hago señas con la mano para que se acerque a mí, después de unos segundos de quedarse pasmado corre hasta la ventana. —¿Estás listo? Hay que bajar.—Está muy alto— ve con vértigo y parece que me costará mucho hacerlo bajar. Corro de regreso hacia la caja