—Yo no te busqué, créeme que no tenía intenciones de buscar a los que alguna vez sufrieron en ese teatro conmigo, simplemente llegaste y aunque no sabía quién eras sentía este tipo de conexión, es por eso que te contraté casi inmediato, sin conocerte y mira… la sorpresa que me diste— habla aun con ese pequeño vestigio de euforia con la que la conocí, pero a la vez se ve opacada por algo de madurez. —Vivía tranquila, trabajaba en la florería y era una persona normal, sin problemas, temía cada día que los rusos me encontraran y me llevaran en contra de mi voluntad de regreso a ese teatro, por eso manejaba un bajo perfil, pero llegaste tú y atrajiste los problemas, te metiste con Shun el hijo del dragón Wang y quemó hasta las cenizas mi local— se cruza de brazos lamentando la suerte de su negocio y todas sus plantas.
—Lo sien
Doy un vistazo a mí alrededor por un momento, la gente va y viene, llevan papeles en sus manos y hablan entre ellos lo necesario, como si no tuvieran tiempo para sociabilizar, nadie se percata de mí, ni le interesa. El lugar está limpio, ordenado, con colores claros, azules y acero, todo está impecable y me hace sentir incómoda por el nivel de perfección que buscan aquí. Camino hacia el elevador que me indicó Ania, alguien presiona el botón que necesito, veo como en una pequeña pantalla arriba de los botones un triángulo amarillo se marca, la punta hacia arriba señala que estamos subiendo. Me mantengo tranquila mientras los doctores de mi alrededor no me voltean ni a ver, todos van callados, viendo sus papeles o su reloj, ajenos al mundo de los demás; de repente el triángulo desaparece y veo “B1” titilando, se abren las puertas y los doctor
En cuanto se acercan de forma amenazante una bala atraviesa la ventana y perfora el cráneo de uno de ellos, el otro simplemente se tira al suelo para evitar ser la siguiente víctima, saco la última pluma de mi bolsa y se la arrojo como si fuera un dardo, está se clava entre ceja y ceja dejando al guardia sorprendido y paralizado. Rompo con el bastón el vidrio de la manguera y la saco rápidamente dejándola caer por la ventana rota, regreso mi atención hacia Jake quien parece no entender lo que ocurre.—¡Vamos! ¡Deprisa!— le grito y le hago señas con la mano para que se acerque a mí, después de unos segundos de quedarse pasmado corre hasta la ventana. —¿Estás listo? Hay que bajar.—Está muy alto— ve con vértigo y parece que me costará mucho hacerlo bajar. Corro de regreso hacia la caja
«Nikolai»Regresé al departamento esperando ver a Samantha, pensaba aprovechar y llevarla a algún lado, no quiero desperdiciar tiempo valioso, pero cuando llegué el berserker me dijo que había salido argumentando que iría a desayunar con su hermano, pero por la hora ya era demasiado tarde, el temor de que Shun le hubiera hecho algo crecía internamente y se volvía cada vez más grande.—¿Samantha?— escucho como contesta el teléfono que le di para tener una comunicación directa conmigo.—Ah… no… no está… lo siento— una voz femenina del otro lado se me hace conocida.—¿Quién habla?— pregunto tranquilamente.—¿Con quién quiere hablar?— me pregunta como si tuviera cierta desconfianza cuando es ella la que está contestando un teléfono
Los minutos se vuelven eternos y me siento bien, solo espero que tome su decisión, en ningún momento dejo de sentir la punta del cuchillo en mi piel, pero escucho como tintinea al caer al suelo, eso me hace abrir los ojos lentamente y perderme en los suyos antes de que se incline hacia mí y bese mis labios suavemente, el sabor de su sangre se mezcla con su saliva y me dejo llevar por ese beso que me sabe a perdón, a redención; acaricio su rostro mientras ella se hinca junto conmigo y se abraza a mi cuello haciendo el beso más profundo.—¡No puedes estar haciendo esto Nikolai!— un grito nos hace separarnos, cuando volteo la puerta se abre de nuevo y entra Megan como un torbellino, Óscar intenta detenerla, pero ella se deshace de él con facilidad. —¿En verdad estás tan loco para ofrecerle tu vida a esa niña? ¿Qué no ves quié
Llego a la calle donde vive Kurt, no entiendo cómo es que llegué, me sentí perdida todo este tiempo, pero mis pies parece que se desconectaron de mi cabeza que no le deja de dar vueltas a la situación y me llevaron a un lugar seguro. Paso por un lado del carro de Kurt y termino de llegar a la puerta, me planto no muy segura de tocar, levanto el puño y lo mantengo a poca distancia de la madera, pensando en que todos me esperan dentro y ahorita no tengo ganas de convivir con nadie, simplemente quiero estar sola y sumirme en mi miseria. De pronto la puerta se abre y veo a Edward del otro lado, me ve con preocupación y sin pensarlo dos veces me abraza con fuerza, me levanta del piso y noto que sigo con mi puño levantado, mi cuerpo no está funcionando como espero.—Pensé que te perdía— me dice con tristeza mientras acaricia mi cabello y me abraza con má
—Irene ha llegado junto con su contacto, ya analizaron las muestras— dice Kurt con un halo de misterio que nos atrapa.—Dirás con su familiar— lo corrige Ed mientras estira sus brazos y bosteza.—Es lo mismo, los estamos esperando para hablar de eso y no tener que repetir las cosas— dice Kurt de forma tranquila, pero seria, ni siquiera me ve a los ojos y da media vuelta para desaparecer de nuestra vista. Ed me ve fijamente y me ofrece su mano para salir de la cama.—Supongo que tu relación con Kurt es un asco— me dice mientras me ayuda a levantar.—Ni que lo digas, más incómoda no puede ser.Bajamos las escaleras en silencio y cuando llegamos al comedor donde se realizan todas nuestras juntas están todos reunidos veo a una chica con el mismo tipo de melena que Irene, esponjosa y frondosa, además de que tienen el mismo tono de piel, solo que en su caso su
—El material es el de menos, podemos conseguirlos, incluso creo que Kurt podría contactar a ese exmilitar “Caipora” y él podría darnos algo bueno— levanta los hombros relajado como si todo estuviera resuelto.—Vale, él nos consigue los explosivos suficientes para demoler un edificio tan grande… y ¿luego? ¿Cómo demonios entramos? ¿Tocamos a la puerta y les decimos que es una pizza?—Creo que… por algo pasan las cosas, esa era una frase que repite mucho mamá cuando crees que algo malo te pasa y de repente resulta ser la pauta para corregir otra cosa o mejorar ¿sabes?— cuando dice eso concentro mi atención en él.—¿A qué te refieres?—Te atrapó Nikolai y gracias a eso descubriste quien es en realidad, todo tu mundo estaba colapsando por la noticia y él pese a quien es y el poder qu
El aire frío anestesia un poco mi cabeza, aminora el dolor, pero el hecho de ponerme a caminar y mi aumento de presión cardiaca por el ejercicio aunque sea de bajo impacto, hace que se disparen punzadas insoportables, no es un dolor incapacitante, pero en verdad es muy molesto. Llego a una farmacia, en cuanto entro la señora de la caja me ve atenta, supongo que no parezco peligrosa así que desvía su mirada sin prestarme atención; busco entre las repisas algún medicamento que me pueda ayudar, entre más pasa el tiempo siento nauseas, el dolor se me está complicando, supongo que después de tanto estrés era obvio que esto pasaría.¿Carprofeno? No, ¿Diclofenaco? Podría ser, ¿Paracetamol? El viejo confiable, tomo una caja y sigo caminando, ¿Ketoprofeno? ¿Dexketoprofeno? Creo que no es para tanto, tramadol con paraceta