Sídney se despertó sobresaltada, se observó a sí misma y miró alrededor donde se encontraba entonces se acordó de todo lo que había sucedido la noche anterior y se sintió avergonzada; miró el reloj que se encontraba en la cabecera y eran las ¡nueve! De la mañana, debía regresar a su casa, su madre estaría muy preocupada por no decir nada de su falso padre. Salió de la cama y se avergonzó aún más cuando se dio cuenta de que solo llevaba puesto la toalla, fue al baño a por su ropa, pero no la encontró, se acordó que el profe le había traído ropa suya así que regreso a la habitación por ella, las encontró sobre el perchero y se las puso; un pantalón chándal y un jersey enorme para ella, pero no le quedaban nada mal, no, para nada, solo parecía a una ¡vaca gorda! Se miró al espejo y se rindió, no le quedaba otra opción. Se peinó el pelo con sus dedos e hizo una cola mal hecha con algunos mechones sueltos.
Salió del cuarto y se dirigió al salón donde encontró a Daniel de espaldas sobre la mesa apuntando algo sobre un montón de papeles. Suspiró antes de saludar llena de miedo y con una sonrisa.—¿Hola?Por un momento, Daniel dejó lo que hacía y se volvió hacia ella, iba a decir algo, pero entonces la vio, llevaba puesta su ropa y se veía…bonita ¿será que siempre se veía así con lo que se ponía? Por no hablar de los mechones que estaban pegados a su cara. Pero bueno ¿desde cuándo pensaba de esta manera? ¿Qué le estaba pasando? ¿Será que se estaba demudando? —Sé que no es lo mejor que me he puesto en todo mi vida—continuo ella refiriéndose a lo que llevaba puesto—pero no encuentro mi ropa.—Oh, no, no te preocupes, hace dos horas que la mandé a la lavandería, no tardaran en traerla.—Es un detalle de su parte.—Mientras tanto puede desayunar, la llevaré a su casa.—No quisiera abusar de su hospitalidad...—Descuide, es un placer.—De acuerdo.********
Después de todo Daniel la estaba dejando en su casa, ella le agradeció por todo y entró en su casa donde estaban muy preocupados sus padres quienes por lo visto no habían pegado el ojo en toda la noche; su madre corrió a su lado y le dio un fuerte abrazo.—Estaba tan preocupada que pensé que no volveríamos a verte. No sabes cuánto siento lo que has tenido que pasar.Observó a Roberto quien se encontraba apoyado contra la pared aparentemente avergonzado, había regresado a la cordura y se había dado cuenta del terrible caso que se había producido por su causa. No se atrevía a pronunciar palabra, simplemente observando la escena esperando alguna oportunidad de expresarse.—Estoy bien pero no es gracias a vosotros.—Y ¿Qué significa eso? —su madre se mostraba preocupante. Las dos se sentaron en el sofá.—Que mientras salía del lugar donde me estuvieron engañando durante casi toda mi vida, me acogió alguien muy generoso cuando estuve a punto de desplomarme bajo la lluvia y me convenció que debería daros una oportunidad, o sea, debo escucharos y conocer el motivo del por qué me engañasteis y por ultimo decirme dónde se encuentra mi verdadero padre. Así que adelante, demostradme que él no estaba equivocado al darme ese consejo.Carla y su esposo se echaron unas miradas y se volvieron otra vez hacia ella.—Está bien hija ¿Qué quieres saber?—Quiero saber sobre mi padre biológico.Si era la única opción que tenían para que se llevaran bien con su hija, estaban dispuestos a hacer lo que les pedía. Sídney les escuchaba con toda la atención posible: su padrastro siempre estuvo enamorado de su madre pero ella nunca se había reparado en él porque lo estaba del típico chico guapo y rico, una vez consiguió llamar su atención salieron juntos un par de veces hasta que supo que estaba embarazada, se lo dijo pero no la hizo caso y optó por cortar con ella, dolorida y muerta de miedo por tener que cuidar sola de su propio hijo hasta que decidió abortar, se lo estuvo pensando hasta que Roberto entró en su vida y le dio esperanza decidiendo criar a su hijo como si fuera suyo… por todo eso se habían propuesto no contárselo nunca hasta que gracias a la borrachera de Roberto, todo salió a relucir. En realidad, era una historia interesante, sus padres habían pasado por todo eso para estar con ella y lo menos que podía hacer era agradecerles y entenderlos. Obviamente gracias a eso su padre se había vuelto en un borracho sin vida, probablemente se había dado cuenta de haber tirado su vida por la borda, pero por suerte había tiempo para solucionarla, iba a ser todo lo posible para que volvieran a ser una familia que había dejado de ser hacía mucho tiempo, de todas formas, su padre que eso era para ella, estaba dejando de beber. Unas lágrimas bajaron de sus ojos y les dio un fuerte y largo abrazo. ……………En cambio, Daniel una vez que la hubo depositado en su casa, se fue derecho a su departamento; empezaba a sentirse mal, justo en ese momento se estaba carcomiendo por dentro por lo que había hecho: había estado con una chica e incluso la había tocado, aunque había hecho todo eso solo para salvarla, se estaba preocupando. No entendía cómo había ocurrido todo eso sin que le afectara tanto como lo estaba haciendo una vez que se había separado de ella. Estaba tan alterado que no se daba cuenta de lo veloz que conducía. Llegó a la casa y le pareció que la imagen de Sofía se encontraba por todos los rincones de la casa, era inevitable. Cogió la ropa suya que le había dejado ponerse y se acordó la calidez de su piel cuando la tuvo en brazos, de su delicadeza y…de su olor. Arrojó con todas sus fuerzas la ropa contra el sillón ¿estaría volviéndose loco? ¿Por qué le estaba pasando todo eso?Al día siguiente como de costumbre, Daniel se duchó, se preparó y subió a su auto dirigiéndose a la universidad. Cuando entró en la sala colocó sobre la mesa su maletín y comenzó con la clase hablando sobre lo último que impartió. De repente sin siquiera esperárselo, sus ojos se dirigieron hasta donde estaba Sídney y de repente todos los recuerdo regresaron a su memoria y sin darse cuenta se detuvo y estuvo observándola, tenía la mirada sobre su cuaderno, posiblemente escribiendo algo hasta que de pronto ella levantó la mirada y sus miradas se cruzaron, ella se asustó, nunca antes se había fijado él en ella ni en nadie, la estaba dejando en evidencia. Por suerte Daniel volvió en sí y continúo con la clase. Sídney se había alterado un poco, pero se sintió aliviada cuando él dejó de mirarla hasta que acabaron las clases. Pero lo que le pareció raro es que desde ese día no volvió a repetirse lo mismo, o sea, volvía a ser el mismo profesor frio y distante quien ni se acercaba ni
No entendía cómo había podido suceder, pero se encontraba en frente del hospital; no tenía a nadie hospitalizado y no se encontraba enfermo, pero allí estaba dispuesto a entrar. Quería subir a su auto y regresar a su casa, pero no podía, había algo que lo atraía hacia ese lugar que era difícil de describir ¿Por qué últimamente le sucedían cosas raras? Después de pensárselo durante un buen rato, decidió atravesar la puerta principal de dicho hospital, no sabía qué era concretamente lo que buscaba, pero seguía caminando mientras buscaba con la mirada algo que lo llamara la atención. Atravesó algunos pasillos hasta dar con un cuarto y vio algo que lo llamaba mucho la atención; a través de la pared de cristal podía ve a un señor enfermo acompañado de su esposa que estaba muy preocupada, parecían muy necesitados. Se conmovió y quiso ayudarlos, no entendía el por qué, pero habían sido los únicos que lo habían llamado la atención.Despacio entró en la habitación y las miradas de e
Ya, estaba decidido; no volvería a regresar a la universidad a no ser que quisiera volver a saber de ella, pero eso no iba a suceder, iba a estar lo más lejos posible de ella y si eso implicaba que tenía que unirse a su padre en la empresa, lo haría.Se encontraba en su departamento haciendo los últimos retoques de lo que le quedaba pendiente sobre la universidad, tenía que dejar todo en orden. De repente se estaba abriendo la puerta y Nicolás era el único que tenía la copia de la llave de la casa. Se abrió la puerta y allí entraba él, sonrió al ver que encontraba a su hermano y se acercó a la mesa donde se encontraba trabajando con el ordenador.—Hola broth—abrió la nevera y destapó un refresco volviendo a cerrar la nevera.—¿A qué se debe tu inesperada visita?—Sé que estas ocupado, pero necesito un libro para un trabajo de clase, ya sabes, hay que estudiar.—¿Seguro hermanito?—Claro, ¿por qué iba a pedírtelo si no?—Eso me pregunto, dado que no
El día amaneció interesante, la luz penetraba a través de su ventana. Tenía todo el tiempo que quisiera para seguir acostado, solo eran las ocho y media de la mañana de un sábado; pero las voces que escuchó que salían de abajo le hicieron levantarse y bajar a la cocina de donde procedían con solo su pantalón de pijama y un sin mangas blanco. Tenía suerte de no tropezar por las escaleras porque todavía seguía somnoliento y no paraba de frotarse los ojos, se paralizó sorprendido al encontrarse a su padre y a Daniel que se estaban dando la mano.—No, no, no—dijo frustrado acercándose a ellos—la última vez que estuvisteis de acuerdo me quedé sin niñera.—Porque no lo necesitabas—dijo Daniel tranquilamente. —Hola a ti también hermanito.—Solo tenía nueve años, cualquiera a esa edad lo necesitaría.—Pero aquí estamos y eres un hombre ya.—De acuerdo, ¿y esa vez que es? —dijo cruzándose de brazos.—Se va de viaje—concluyó su padre que parecía más satisfecho.
Ella accedió sin hacer preguntas, curiosamente confiaba en él y no entendía el por qué. Giraron unas cuantas calles hasta que él aparcó frente a un local. Bajaron del coche y entraron. Una vez dentro sonrió Sídney, se trataba de un lugar de juegos.—Apuesto a que no me ganas en una competición de baile. —la retó él mientras subía a la pista.—Yo no bailo.—Entonces déjame ganarte sin esfuerzo, venga, atrévete. —le ofreció su mano.—De acuerdo—se rindió.Depositó sus cosas sobre una silla y tomó su mano mientras era arrastrada hacia la pista.—¿Lista?—Cuando quieras.Nicolás puso la máquina en marcha y cuando comenzó a sonar la música, sus piernas comenzaron a moverse según les indicaban las luces de la pista. Sídney se partía de risa por su manera original de moverse, aunque ella tampoco lo hacía nada mal, al final de la primera ronda había un ganador.—No puede ser, ¡me has ganado! —se quejaba él.—Puesto que me dejas ganar…
Un mes, solo un mes menos de lo que debía haber pasado en la otra punta del país y había regresado; por vez primera en su vida no había sido capaz de mantener su palabra. Había regresado a su ciudad muy antes de lo previsto y no se había atrevido comunicarlo a su hermano, lo había fallado después de ser su héroe durante tanto tiempo. Había intentado cumplir su promesa, pero no lo había conseguido, no podía permitirse por más que lo intentara, confiar en ninguna mujer. Todas parecían tener segundas intenciones y no podía arriesgarse a fiarse. En tan solo cuatro semanas las había conocido en todas sus facetas y había afirmado que no estaba destinado a estar con ninguna de ellas. Lo había intentado por Nicolás, pero aun así no lo había logrado y se sentía fracasado. Ya fuera del aeropuerto en pie con su maleta en mano, miraba la calle
Daniel no pudo descansar lo suficiente en la noche, había muchas cosas que no paraban de darle vueltas por la cabeza y tenían que ver con Sídney y Nico, hasta ahora no entendía que ellos dos se dieran y sobre todo porque había hecho un trato con su hermano.Se dio una ducha tranquila, se cambió y se tomó una taza de café caliente. Su padre y su hermano hasta ahora no sabían que había regresado y tenía que hacerles una visita.Le preocupaba que su padre se diera cuenta de que de nada había servido su viaje, el cual se suponía que sería de tres meses como mínimo, pero solo había podido aguantar un mes, el cual le había servido para deducir que, aunque alguna chica se mostraba buena y simpática, en el fondo podía llegar a ser cualquier cosa, en síntesis, eran difíciles de fiar y eso se lo había hecho ver su madre. Todas le recordaban a ella y aunque quisiera evitarlo, no lo conseguía, aunque con Sídney era todo distinto y eso le asustaba porque no sabía casi nada de ell
Era la primera vez que lo veía así, parecía preocupado ¿al final había algo que lo hacía preocuparse? No creía que hubiera algo capaz de conseguirlo, pero como fuera, no quería verlo así, haría lo que fuera por volver a verlo alegre como siempre. Depositó la cafetera sobre la mesa y se sentó frente a él.—¿Vas a contarme lo que te sucede?Nicolás la observó durante un momento con la mirada perdida como si pensara en qué decirla. Se había pasado el día entero pensando en si debía confesarle a Sídney quién era en realidad y había decido que era lo mejor si quería conseguir algo de ella.—Sé que nunca me has visto así, pero créeme, estoy bien y aunque no lo estuviera, no me gustaría meterte en mis problemas.—Te recuerdo que tú te metiste primero en