—Te quiero aquí,al salir de mi reunión.--Añadió el CEO Victor Bustamante al bajar del auto,su chófer asintió con la cabeza.
El imponente rascacielos era la sede principal de las empresas Bustamante,un gran emporio que el magnate había logrado posicionar en su exitosa carrera empresarial.
El hombre lanzó un suspiro y se dirigió al interior de la empresa,la oficina de juntas quedaba en el piso treinta,tomó el ascensor y al entrar a la reunión todos se levantaron.
—Se pueden sentar,si no me tienen buenos resultados,más les vale que la reunión sea breve.
Todos hicieron silencio y la asistente les repartió las carpetas con la información financiera de los últimos tres meses.
La reunión dio inicio y la abultada suma de los ingresos provocó que se dibujara una sonrisa de satisfacción en el rostro del millonario.
—No esperaba menos de ustedes,éste mes aumentaremos los incentivos a todos los empleados,pero quiero que el nivel de excelencia mejore aún más.
Se acomodó la corbata y se levantó de su asiento dando por terminada la reunión,en su oficina le aguarda su asistente Claudia,la mujer Lucía un elegante vestido que ceñido al cuerpo que dejaba destacar su escultura figura de modelo de pasarela,su rubia cabellera estaba recogida en una sencilla cola,la mujer sacó pecho al ver que Víctor entraba a la oficina y sus prominentes pechos parecían que estallarían el vestido.
El CEO apenas la miró,se dedicó a escuchar sus compromisos pendientes mientras revisaba los mensajes en su iPhone,esbozó una sonrisa.
—Cancela todos mis compromisos del resto de la tarde.
La mujer asintió y el hombre salió apresurado de la empresa,la razón de su prisa era una joven.
Víctor Bustamante. Con sus cuarenta y dos años cumplidos, ostenta una fortuna que le permitía llevar una vida lujosa y sofisticada. Su carisma y elegancia lo convertían en uno de los solteros más codiciados de la alta sociedad neoyorquina.
Víctor había conocido a Isabella, una chica de veinte años de belleza deslumbrante, en un evento benéfico organizado por su empresa. Desde el momento en que sus miradas se encontraron, una chispa especial se encendió entre ellos. La diferencia de edad no fue un obstáculo para el amor que rápidamente creció entre Víctor y la encantadora Isabella.
Ocho meses habían pasado desde que comenzaron su relación, y el amor entre ellos florecía.
Isabella y Víctor se miman con gestos de cariño, se dedicaban palabras dulces y compartían momentos extasiados de amor,ambos se llenaban como pareja y conocían ese punto exacto con el que el sólo roce de un dedo hace estallar el volcan de amor.No necesitaban más para ser felices,al menos así lo creía Isabella,quien estaba segura de que él era el hombre de su vida.
Víctor en Cambio tenía la madurez y la malicia de los años,tenía el pálpito de que esa relación sería fugaz y no se preocupaba por hacerla oficial,él era un hombre muy ocupado en sus negocios y eventos sociales,amaba a la chica de verdad,no obstante no se atrevía a presentarla oficialmente a la sociedad ni mucho menos a su hijo Eduardo,con lo rebelde que era mínimo le hacía un desaire a su novia.
De camino se detuvo en la joyería más costosa y le compró un obsequio,era un collar de esmeraldas.
Al entrar en el departamento su amada lo recibió con un efusivo abrazo.
—Mi amor te extrañé mucho.
—No más que yo.
El hombre le dio una vuelta ligera y ella quedó de espaldas,le susurró un te amo y le mordisqueó el lóbulo de la oreja de manera sutil.
—Tengo un obsequio.
—Es hermoso.
Él mismo colocó el collar en el cuello de la chica.Ello dio un salto ágil y se subió a horcajadas a su cintura,se encerraron en la habitación y luego de una intensa faena amorosa estaban exhaustos y hambrientos.
Esa noche, mientras la pareja disfrutaba de la cena en el lujoso apartamento que Víctor le había regalado a la joven, Isabella reunió valor y decidió abordar un tema que le inquietaba desde hace tiempo.
-Víctor, ¿cuándo me presentarás a tu hijo?- preguntó con un brillo de esperanza en sus ojos.
El semblante de Víctor se ensombreció de inmediato. –Isabella, cariño, yo… no te voy a presentar a mi hijo.
–respondió con voz entrecortada.
La joven miró a Víctor con desconcierto, sin comprender su reacción. ¿Cómo es posible? eso me hace pensar que no me tomas en serio–expresó confundida.
Víctor suspiró, buscando las palabras adecuadas. —Isabella, cielo,¿para qué tanta formalidad?,tu me amas,yo te amo y te lo doy todo,nada más te hace falta a mi lado.
—Contigo todo se reduce a dinero,matas el romance.
—No mi vida,soy realista,ya vamos a la cama y te quito la rabia que tienes.
Isabella se quedó en silencio, sintiendo cómo un nudo de desilusión se formaba en su garganta. Lentamente, las piezas del rompecabezas se unieron en su mente.
—¿Por qué no puedes presentarme a tu hijo? ¿Por qué mantenemos nuestra relación en secreto?-- preguntó con voz temblorosa.
Víctor vaciló, luchando por encontrar las palabras adecuadas para explicar la compleja situación. —Isabella, tú y yo… nuestra diferencia de edad, nuestra posición social… Esta relación no sería bien vista por la sociedad en la que nos movemos. No quiero exponerte a críticas o juicios injustos—se justificó con tristeza en los ojos.
La joven se sintió como si un torrente de emociones la invadiera. La mezcla de amor, confusión y decepción la abrumaba.
Dijo con determinación. —No puedes esconderme. No soy un secreto que puedes guardar en un cajón—afirmó, con voz firme.
Decidida a aclarar sus sentimientos y aclarar la situación, Isabella salió del departamento,se dirigió a una discoteca cercana para despejar su mente. Entre la multitud y la música estridente, divisó a Claudia, la leal y dedicada asistente de Víctor. Claudia la miraba con una mezcla de envidia e hipocresía, sabiendo que Isabella tenía al hombre que ella deseaba.
Isabella se acercó a Claudia en busca de compañía, necesitaba desahogarse .
–No entiendo ¿Por qué Víctor mantiene nuestra relación en secreto? ¿Acaso no le importo lo suficiente?--preguntó con desesperación en los ojos.
Claudia suspiró con fastidio y le siguió la corriente.
—Él teme que la sociedad juzgue su relación contigo.Ustedes no son del mismo nivel,no eres la primera novia que le conozco desde que enviudó.
Claudia se apartó un poco y le dijo algo en el oído a un amigo suyo,el joven invitó a bailar a Isabella y la besó a la fuerza.
¡Idiota que te pasa!
Una bofetada cruzó la cara del atrevido.
Isabella regresó a su departamento con la resaca de los tragos y la mente enredada en un torbellino de emociones.
Aquella noche, luego de un largo baño para despejar su mente, Isabella tomó una decisión. Se puso su conjunto de lencería más seductor y se arregló con esmero, decidida a enfrentar a Víctor y a luchar por el amor que creía merecer.
La actitud de Víctor le heló la sangre. el hombre, con la mirada perdida en el horizonte y una expresión fría en el rostro, parecía estar en modo de apagado emocional. La presencia de Isabella apenas pareció sacarlo de su trance.
—Víctor, necesitamos hablar—anunció Isabella, con determinación en su voz.
El millonario la miró con indiferencia, como si estuviera a años luz de distancia.
¿Qué es lo que tienes que decirme? ¿Acaso te divertiste en la discoteca esta noche?---cuestionó con un tono sarcástico.
Isabella no le prestó atención a su comentario.
—Estoy harta de tus juegos y de tu miedo al qué dirán. Yo te amo, Víctor, pero si no eres capaz de darme mi lugar , entonces tenemos que replantear nuestra situación— expresó con firmeza.
Víctor la miró con ojos resentidos, como si sus palabras fueran una afrenta a su orgullo.
–Ya la diferencia de edad nos empieza a pasar factura,¿qué más puedo esperar?,Tienes veinte años, Isabella, y yo cuarenta y dos. No encajamos — justificó con amargura.
Isabella sintió cómo las lágrimas amenazaban con desbordarse de sus ojos. –El amor no entiende de edades ni de convencionalismos. Si realmente me amas, deberías ser capaz de enfrentar cualquier obstáculo a mi lado– afirmó con dolor en su voz.
—Dices que no importa y esta noche te fuiste de fiesta,eres un capullo.
Victor se levantó,se colocó la ropa y tomó las llaves de su coche.
¿A dónde vas?
—A mi mansión,no quiero discutir contigo.
¡Huye cobarde!,la madura de esta relación soy yo.
Víctor sin emitir palabras cerró la puerta tras él.No se atrevió a mencionar la verdadera razón que lo tenía perturbado.
Isabella no lloró, ella se sentía segura de su valía como mujer y estaba segura de que Víctor tenía que recapacitar.
¿Dónde va a encontrar otra jovencita cómo yo?-meneó la cabeza y prosiguió--Me vas a buscar mañana,Víctor y me pedirás perdón.
Sabía que su novio era muy rico aparte de atractivo,la joven todavía no lograba comprender el concepto del dinero al menos desde el punto de vista de Victor Bustamante.—¿De qué le sirve tener tanto dinero si no puede ser feliz por el qué dirán?La joven meditaba mientras llegaba a su lugar de trabajo. Isabella es una ejecutiva brillante, con una trayectoria impecable y una determinación férrea que la había llevado a lo más alto en el mundo de los negocios. Su oficina en el piso 30 de un rascacielos en la ciudad de Nueva York era su segundo hogar, un lugar donde tomaba decisiones cruciales y lideraba a su equipo con precisión y carisma.—Quiero, un café y qué me lleves mi agenda de citas.Su secretaria la sigue con un montón de carpetas para que estampe su firma para autorizar gestiones.--De inmediato jefa,aquí le dejo estos documentos.Sin embargo, todo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Aquel fatídico día, Isabella recibió dos noticia que nunca imaginó: La primera,su novio un c
Esa fue la primera vez en su vida que Eduardo pisó tierra y se dio cuenta lo inmaduro que había sido hasta entonces.El joven tenía veinte años y la apariencia atractiva de su padre,era lo único en que se parecían porque Eduardo era muy inmaduro.Dijo con una sonrisa pícara.—¡Tengo hambre!,prepara mi comida favorita,Clemencia.Ese día regresaba a la mansión luego de una semana ausente de casa,el ama de llaves lo recibió con cara de consternación.—Esa cara Clemencia ¿Quién murió?—Su padre,joven amo.—No, tú estás relajando, esos no son juegos.La criada le entregó una urna con las cenizas del difunto.Eduardo lloró con desconsuelo,su padre se fue y nunca le prestó atención,por andar de fiesta con los amigos.—¡No puede ser!.¡Mi padre!.Su pecho se apretó y sollozó con desespero. Ocho días después el notario llegó a visitarlo.—Buen día,Eduardo.—Hola Arteaga.¿Vienes a entregar los documentos que me acreditan como heredero universal?—No tan rápido muchacho.Su padre dejó estip
La Joven no se sentían muy cómoda con su nueva situación,suspiró profundo y trató de pensar que le tocaba aguantar al engreído heredero,con lo que había vivido con Victor era suficiente en su vida para estar alejada de gente de la alta sociedad,por el momento no le quedaba de otra que cumplir con mantener la farsa de ese contrato de matrimonio,por suerte Eduardo no le había propuesto nada indecente hasta el momento. –Abogado bienvenido a mi hogar,le esperaba.--Saludó Eduardo al apoderado de su padre. –Buenas tardes.--Respondió el hombre sin mucho afán mientras colocaba su maletín a un lado,su mirada analítica se posó sobre Isabella. —Le presento a mi esposa,aquí tiene el acta de matrimonio como mi padre lo exigió. ¡Un placer,señora Bustamante! —El gusto es mío señor notario.--La joven sonrió y pensó -- es una pena,ese apellido no me gusta ,justo tenía que ser Bustamante,cómo el desgraciado que me dejó,si no estuviese muerto mi suegro pensaría que se trata de la misma persona,¡
—¡Hey!El grito de Eduardo resonó fuerte en los oídos de Isabella que se sobresaltó un poco.—No entiendo cuál es el escándalo,no soy tu moza para que me andes gritando.¿A dónde vas? -Preguntó Eduardo en forma autoritaria.—A la calle,me siento encerrada en está mansión.El joven la reprendió con malhumor —¿a hacer qué?, no me digas que extrañas la calle,de dónde te saqué.—Un momento,el hecho de que hayamos hecho un trato no quiere decir que mandes en mí.Eduardo tenía sus ojos puestos en los de ella,por primera vez detallaba en forma minuciosa sus facciones,esos ojos claro y labios sensuales a pensar de ese pequeño rictus de amargura,le recordó a Victor, ella se desconcertó un poco y él bajó la guardia.—¡Ven aquí fosforito!—Mi nombre es Isabella. El rumbo de la historia se torcía de a poco.El joven le había propuesto un matrimonio por contrato, en el que vivirían juntos sin compromiso, pero ahora Eduardo la empezaba a ver de forma distinta. Isabella, por su parte estaba arre
La Joven permaneció en silencio mientras que Eduardo la acribillaba a punta de preguntas,Isabella no sabía qué responder,ni ella misma estaba al tanto de su embarazo,pensaba que era un retraso de su menstruación a consecuencia del estrés generado en los últimos días,jamás se le hubiese pasado por la cabeza,quedar embarazada de Victor Bustamante.–¿Cuándo me lo pensabas decir?–No lo sabía.El rostro de Eduardo se tornó enojado y sus ojos lanzaban chispas de la ira contenida.—¡Mentirosa!,pensabas seducirme y luego hacer pasar a tu bastardo por hijo mío.—¡No le digas así a mi bebe!Los gritos se oyeron en toda la mansión,Arteaga no se encontraba en ese momento.—Viste la oportunidad y la tomaste,¡claro!,luego te divorcias y me demandas,¿Quién es el padre de ese niño?,no me digas que es un vago de la calle.Isabella apretó los labios y lloró de impotencia no pudo dejar de pensar–Si supieras que eres el hermano de éste bebé.La discusión se vio interrumpida por los toques en la puerta.
El miedo invadio la mente de Isabella desde el momento en que se enteró de que iba a ser madre,ese temor la atormentaba de día y de noche.Se cambió la ropa mojada mientras mascullaba—¡Me cagaste la vida!,Victor y aún después de muerto me sigues jodiendo,quedó a merced del loco de tu hijo,tan grande éste mundo y tenía que hacer trato con tu hijo,y ahora embarazada,¿cómo voy a mantener a éste niño?,¿qué voy a comer?,¿a dónde voy a dormir?,¿para dónde voy a agarrar con esa panza hinchada?En medio de su angustia y razonamiento,su bebé se movió en el vientre por primera vez.—¡Te amo,mi vida!.¡Mas que a nada en este mundo!,no voy a permitir que nadie te haga daño y tendrás la vida que mereces,eres un Bustamante y de aquí no me saca nadie,así tengas que crecer llamando papá a tu hermano,él me tiene ganas y no voy a perder esa oportunidad,al menos algo de dinero le puedo sacar para que podamos vivir con dignidad y si tengo que fingir amor,¡ni modo!La criatura se volvió a mover en el vient
Un suspiro involuntario brotó de su pecho,miró a la joven con una ligera expresión de ternura.Un torrente de sentimientos encontrados se apoderaron de Eduardo,hacía mucho tiempo que no se sentía desde ese modo,la decepción que sufrió con Mikaela dos años atrás lo convirtió en un conquistador y fiestero empedernido,lo de él era vivir el momento sin tomar a ninguna mujer en serio.Ahora veía a ésta joven en su cama y no pudo evitar sentir ternura.—Parece otra persona así dormida—Pronunció con voz suave.Ella dormía en forma plácida bien acurrucada al pecho del joven.—Después dices que nada que ver conmigo—Piensa mientras inhala el olor de su cuerpo.—Me gusta su olor natural,¿Qué me pasa con esta mujer?Le cambió la intensidad al aire acondicionado y se quedó dormido de nuevo.Ella se despertó temblando de frío.— ¿Cuándo me recosté de su pecho que no sentí ?— se preguntó ella frotando sus ojos.—Mejor me voy a mi cama antes de que éste se despierte y empiece a burlarse de mí. To
—¿Qué esperas para atender al abogado? El tono de voz de ella no le agradó mucho y le respondió de mala manera. —¡Tú no eres nadie para darme órdenes!,nada más eres una gata que yo contraté por esposa y nada más.No hagas que pierda mi paciencia y te eche a la calle. —¡No me digas!,así sea en papel,soy tu esposa y de aquí no me voy,intenta sacarme y veremos de a cómo nos toca—El rostro de ella se encimó al del joven,que todavía no se quitaba el tutú y se veía gracioso vestido de bailarina. En un impulso Eduardo la levantó cómo a una pluma,se la colocó en el hombro y la metió a su habitación,ella lo golpeaba en los hombros y la espalda. —¡Bájame idiota! —Acabas de decir que soy tu marido y voy a cobrar ese derecho,dijo lanzandola a la cama. Las lágrimas de ella corrían copiosamente mientras Eduardo la besaba y la acariciaba. —¡Suéltame!,todos los Bustamante son unos Malditos. -¿Quién te crees para insultar a mi familia?,no estás a mi altura,yo te recogí de la calle.- Dijo mien