En el imponente rascacielos,de las empresas Bustamante se desencadenaba una confrontación inesperada. Claudia,la asistente de Víctor Bustamante con ojos llenos de asombro, se encontraba cara a cara con Isabella,que irradiaba confianza y poder. Ella la miraba con desdén, revelando una sonrisa llena de triunfo. "¿Usted?", fueron las únicas palabras que Claudia pudo pronunciar antes de que la mujer tomara la palabra con seguridad. "Sí, querida Claudia, he vuelto, y esta vez lo hago por la puerta grande. Soy ahora accionista de esta empresa", declaró la esposa de Eduardo con un tono que denotaba superioridad. Claudia quedó perpleja ante tal revelación, sin imaginar que su regreso tendría un giro tan impactante."No quiero verte aquí", continuó la mujer con una frialdad que helaba el ambiente. "Por tu culpa, Víctor se separó de mí. Le metiste cizaña y dañaste mi reputación para que no consiguiera empleo", acusó con una voz llena de rencor. Claudia, la secretaria de Víctor, vio cómo su m
-¿Todavía estás molesta?- Tanteó Eduardo la situación.Isabella lo miró con evidente fastidio al preguntar–¿qué quieres?-Cuida el tono en que me hablas,yo te pago por simular ser mi dulce esposa y no tengo que soportar tus desplantes.Isabella entrecerró los ojos y respiró profundo,lo último que deseaba era echarse de enemigo al hijo de su ex,le convenía que él pensara que podía conquistarla.-Disculpa,no quise parecer grosera.No me siento bien.-Le evadió la mirada.-Nunca termino de entender a las mujeres.-Arguyó el joven mientras se retiraba a su habitación. Claudia la asistente de Víctor no se quedó con el golpe bajo que le había dado Isabella,a duras penas había logrado conservar su empleo y le tocó aceptar la humillación de que la degradaran de cargo.La mujer escondía un secreto que era una bomba,capaz de cambiar la realidad de todos en un segundo.La elegante mujer subió a su auto y manejó a la afueras de la ciudad,el automóvil entró a una propiedad elegante con pinos enorme
Isabella se dio un ducha relajante y se aplicaba crema perfumada en sus estilizadas piernas,la puerta se abrió de repente,era Eduardo.-¿Qué rayos?,¿acaso no te enseñaron que se toca antes de entrar? Eduardo no pronunció palabra. Sus ojos se abrieron de par en par al encontrarse con Isabella en ropa íntima, y por un instante, se quedó atónito y tartamudeó algunas frases.-¡Lo siento!,yo sólo...Isabella, sin inmutarse ante la inesperada visita, alzó una ceja y con un toque de picardía en su mirada, le dijo a Eduardo que cerrara la boca, bromeando sobre cómo parecía estar a punto de soltar la baba. -No eres la primera mujer que veo desnuda,además tú deseabas que yo te vieras,debiste pasar seguro a la puerta.-¡Es mi habitación!,¡es mi privacidad!,estás acostumbrado a…Sus palabras fueron interrumpidas por la abrumadora cercanía de Eduardo, quien no pudo resistirse a los encantos de ella.Ante la abrumadora pasión del joven,su varonil fragancia y el ímpetu con el que se le abalanzó e
La mesa estaba servida,un suculento desayuno esperaba por los esposos Bustamante Montenegro,ella coincidió con el joven millonario al salir de su alcoba,para no dirigirle la palabra apuró el paso,en dos zancadas el joven la alcanzó a mitad de escalera y la tomó por el brazo.—¡Se dice buenos días!—Buenos días,Bustamante.Eduardo se quedó pasmado ante tanta frivolidad de parte de ella–¿qué tal ésta?,anoche nos devoramos por completo y ahora me saluda con indiferencia.-Trago saliva y titubeó un poco antes de decir algo,esa chica tenía la virtud de colocarlo en un estado de nervios que pocas veces habia experimentado en su vida,ahora se encontraba parado frente a ella,¿cómo un tonto?,tratando de pasar ese nudo que sentía en la garganta,a duras penas pudo mascullar:-¿Estás enojada por lo de anoche?-No acostumbro a enojarme por cosas insignificantes y eso fue nada para mí,no sentí ni un poquito de placer,eres mala cama y apenas me hizo cosquillas.-Ella lo miró cómo a un gusano.-¡Eh!,
Sentimientos de amargura e impotencia le invadieron,Victor no deseaba estar solo,de camino a su mansión llamó a Claudia. Quiero verte de inmediato-su voz autoritaria sedujo a la mujer .–Estoy cerca de su propiedad,llegaré en pocos minutos.Victor,surtia un efecto hipnotizador en la mujeres,era dominante y arrogante al mismo tiempo,cualidades que junto con el atractivo que le aportaba la edad madura le hacia ser seductor por naturaleza.Estacionó su coche y entró a la mansión,en la sala le esperaba Claudia,sentada en el sofá de piernas cruzadas de manera sensual,la minifalda que llevaba puesta no dejaba nada a la imaginación.-Pensé que tardarías más.- Masculló el caballero detallando el cuerpo de ella con su mirada.La Joven lo miró extrañada-¿Jefe, es usted?Él se quitó la barba postiza y la gorra,se dirigió al minibar y sirvió dos tragos de whisky.Le ofreció uno a la asistente y tomó el suyo de un sólo sorbo.–¿Vio a esa mujer?-Sí.Lo que más quiero sacar esa imagen de mi cabeza
Confiado aunque preocupado a la vez,sabía que la dirección del consorcio no podía estar en mejores manos,Eduardo estaba admirado de la facilidad con que Isabella llevaba el control de las empresas de su padre,lo que la hacía digna de su admiración.-Aparte de bella,inteligente.-Susurró entre dientes-.Hasta dando órdenes se ve linda.Esperó a que se desocupara un poco y le siguió a su oficina,quería derretir un poco el hielo entre ambos,él sabía que lo había arruinado todo con su actitud de días anteriores y quería resarcir el daño,se daba cuenta de que al fin había encontrado la mujer ideal.-Te ves un poco tensa.-Afirmó mientras masajeaba los hombros de ella.Isabella no despegó los ojos de los documentos que revisaba.-¡Sí mucho!,ya termino con esto y me voy a descansar.Aunque hoy tengo que ir al ginecólogo.-Por eso mismo estoy aquí,te pasé buscando para ir contigo.Ella se encogió de hombros y cerró la carpeta,tomó su abrigo y la cartera y se fueron a la clínica.Eduardo tomó una
Isabella se abrazó a Eduardo y besó su labios con una alegría inmensa reflejada en sus ojos.-¿Y eso?,¿a qué se debe tanta alegría?-Mi amor,luego de dos meses de reuniones y propuestas bien elaboradas hemos cerrado el contrato más jugoso que está empresa haya tenido .Eduardo levantó a su esposa en el aire y ella se reía—¡Bájame ya!—Hay que celebrar,¿te llevaré a almorzar a un restaurante francés que abrieron ayer en la quinta avenida.¿Debes tener hambre?Ella lo miró con una mezcla de seducción y picardía.--¡No sabes cuanto!--Ella se dirigió a la puerta de su oficina y le pasó llave.–¿Qué haces,Bella?,vamos a…No pudo terminar la frase Ella le calló con sus besos.—¡Uff me encanta cuando te pones así?,pero estamos en la oficina,vamos a la casita.—No,tengamos un rapidito aquí y luego nos vamos a la mansión,hoy quiero que pasemos un dia diferente.Los ojos de Eduardo la miraron con pasión y sucumbió a los encantos de su mujer.Ese encuentro amoroso fue el preludio de lo que sería
Eduardo la llevaba de su brazo,ella le susurró algo al oído y el joven sonrió,acarició y besó la panza de su mujer ya estaba cerca la fecha del alumbramiento y el doctor le había recomendado dar una caminata diaria.Detrás de un árbol alguien los observaba y su expresión se tornó entre tristeza y molestia.—Isabella,ahora le perteneces a Eduardo,nunca hubiese imaginado que te le venderías a mi propio hijo,¡dudo que lo ames!,las mujeres cómo tú se mueven sólo por dinero.Había mucho dolor y odio en él,ni siquiera se fijó que pensaba en voz alta y su chófer pensó que le hablaba a él.—¿Qué me dijo,señor?—No es nada, llévame a casa.Victor Abordó el auto bajó el vidrio de la ventanilla y le dio un última mirada antes de que él vehículo se perdiera de vista.—Mi amor,¿te sientes bien?Isabella había sentido el poder de esa mirada penetrante y al voltear lo vio por escasos segundos.-Estoy un poco mareada.-Dijo apoyándose de su marido.-Mejor volvemos a casa y llamó al doctor, te veo de