A la mañana siguiente ambos se encaminaron al lugar en el que se encontraba su querido compañero, los ojos de ambos estaban abiertos, no fuera que en un pequeño descuido fuesen atrapados. Esta vez siendo guiados por Taylor, se acercaron al sitio por el mismo camino que habían seguido tiempo atrás, ambos en sus mentes agradecían que esa zona no se encontraba humedecida a causa de la gran tempestad del día anterior; sino que al parecer el agua había sido absorbida con rapidez.«¿Por qué cada que venimos ha llovido tan fuerte?» se preguntaban ambos, sin siquiera elevar la voz. —Sé cuidadosa — insistía Taylor manteniendo la vista en su camino, los ojos de Roksana estaban en el punto en el que pisarían sus pies, no deseaban caer desde tan alto, además de eso, por segunda vez, no traían por lo menos un equipo de protección en caso de accidente.—Yo lo tengo todo bajo control ¿Qué hay de ti? — respondió Roksana esbozando una sonrisa ladina —Este lugar se me hace familiar — susurró siguiendo
R O K S A N AEl rostro de Taylor demostraba un poco de satisfacción, ¿qué era lo que él esperaba mostrarme? Sin esperar más tiempo, él tomó mi mano y me llevó directamente al auto, por más que le preguntara de qué se trataba, él se mantenía en silencio ¿Acaso no sabía cuánto me molestaba el no tener respuestas a mis interrogantes?—No me mires de esa manera — dijo sin despegar la mirada del camino. —Sé lo que quieres, y no lo tendrás — sentenció esbozando una sonrisa ladina.No dije nada más, había algo mucho más importante en ese momento, y eso era hacer que Nathan lograra salir del lugar sin que se presentara mayores inconvenientes. Necesitábamos sacarlo de ahí antes de que los verdaderos problemas comenzaran ¿Qué sucedería si mi padre lo llegaba a ver? Le haría qué clase de preguntas, y ¿Él podría contestarlas de manera adecuada?Una parte de mí temía a que algo le sucediera, y la otra estaba confiada en sus habilidades, sabía que él podía actuar de manera rápida, de manera que po
Mi padre había sido un agente desde antes de mi nacimiento, lo que le daba numerosos años de experiencia, ¿A qué deberíamos atenernos? ¿De qué cosas tendríamos que cuidarnos? Era difícil poder saber cuál era el siguiente movimiento de ese hombre, pero, sin importar eso, debíamos hacer nuestro mejor intento para detenerlo. Yo, por la memoria de mi madre, debía hacerlo.—¿En qué tanto estás pensando? — indagó Taylor mientras tomaba mi mano, estábamos llegando a la Casa Blanca, dónde se suponía que debíamos encontrar al señor Johnson.—No importa, lo sabrás cuando llegue el momento — dije con una pequeña sonrisa, no estaba segura de si debería presentarme como Roksana Ivanov
Un zapato terminó golpeando la espalda de la persona que había sido la responsable de la carga eléctrica que el presidente había recibido. —¡¿Eres tonto?! — exclamó aquella ronca voz haciendo que el cuerpo del responsable enmascarado fuera recorrido por un escalofrío. —¡Lo siento, jefe! — exclamó el hombre retrocediendo rápidamente. —¿Quién es usted? — preguntó Nicholas observando al punto por el que provenía la voz, de la misma manera que hace un par de minutos, sus intentos fueron en vano, no logró ver a nadie. —¿Qué es lo que busca de mí? — cuestionó, una vez más, las cosas estaban resultando de una manera muy diferente a lo que él había pensado. —Usted lo sabe muy bien, Nicholas. Vengo a terminar con aquello que comencé hace mucho, mucho tiempo; sin embargo, me dedicaré a disfrutar de ese momento — la segurid
—¿Qué dices? — respondió el agente esbozando una pequeña sonrisa —¿No te dije que debíamos evitar que lo encontrara? — Roksana parpadeó un par de veces intentando comprender a lo que se refería Petrova, por momentos abría sus labios para decir algo; sin embargo, ninguna palabra salía de la boca de la joven. —Seré un poco más claro, hicimos que pareciera que el presidente había desaparecido, de manera que Ivanov enloquecerá al buscarlo.—Esto… es una buena idea, pero… ¿De quién fue? — cuestionó la joven con un gesto de sorpresa, esta era una idea que casi podría llevar la firma de Kyra, ella conocía la manera en la que Ivanov actuaba, por lo tanto, le sería más sencillo hallar una manera en la que su mente colapsara intentando hallar respuestas.—Debes sentirte orgullosa, la idea fue de ese chico que trajiste la otra vez — por un momento Roksana se atragantó con su bebida, ¡¿Cómo era posible que Nathan pudiera hacer algo así?! No era que ella desconfiara de él ni de sus capacidades, si
—¡¿Dónde se encuentra Roksana cuando la necesitamos?! — exclamó el hombre ya fuera de sus cabales. Luego de respirar con lentitud logró tranquilizarse. —Al parecer todas las amenazas se han agolpado en contra nuestra ¿Qué deberíamos hacer? — El desconcierto estaba presente en el comandante, lo cual, de cierta manera, molestaba a Taylor, pues no solo era el presidente el que estaba secuestrado, sino también su padre.—Señor, espero que no me vaya a tomar como una persona imprudente o irrespetuosa; sin embargo, si no lo digo yo, lo dirá alguien más… — susurró con un tranquilo tono de voz mientras esbozaba una pequeña sonrisa —¡¿Quién es el comandante aquí?! ¡¿Usted o Roksana?! — soltó de un grito. —Usted es
En otro punto de la casa, el presidente se encontraba dormido, no lo habían bajado de aquella cama de tortura, debido a que todo debía parecer lo más real posible. A su lado se encontraba Nathan, el cual se había mantenido en silencio desde el momento en el que cruzó miradas con el presidente, buscaba mantener su identidad en secreto y eso haría mucho más divertido a su personaje.—¿Desea tomar algo, señor? — preguntó una joven con traje negro, llevando un poco de refresco a su «jefe». Todos estaban bastante centrados en sus papeles, lo estaban tanto que por poco olvidaban que debían mantener la calma, al final de cuentas, todo esto era una simulación para desviar la atención de Ivanov.—Siento que el ambiente se puso un poco más tenso
—¿Lo que tanto veo en ti? — preguntó la chica en un dulce tono de voz —honestamente, lo que más veo es ese enorme moco que está a punto de salir por tu nariz — dijo de manera seria en el tono natural de su voz. Debido a las palabras de Roksana, Nathan se separó de ella rápidamente y comenzó a limpiar su nariz, eso hasta que su cerebro pareció trabajar una vez más y reconoció que no se trataba de la voz de Verónica.—Dime… ¿Quién eres? — preguntó poniéndose en posición para luchar. —Espera… ¿Roksana? ¡¿Cómo lograste entrar?! — cuestionó bastante molesto, hizo una pequeña rabieta como si se tratara de un niño chiquito.—Ya lo sabes…