Mi padre había sido un agente desde antes de mi nacimiento, lo que le daba numerosos años de experiencia, ¿A qué deberíamos atenernos? ¿De qué cosas tendríamos que cuidarnos? Era difícil poder saber cuál era el siguiente movimiento de ese hombre, pero, sin importar eso, debíamos hacer nuestro mejor intento para detenerlo. Yo, por la memoria de mi madre, debía hacerlo.—¿En qué tanto estás pensando? — indagó Taylor mientras tomaba mi mano, estábamos llegando a la Casa Blanca, dónde se suponía que debíamos encontrar al señor Johnson.—No importa, lo sabrás cuando llegue el momento — dije con una pequeña sonrisa, no estaba segura de si debería presentarme como Roksana Ivanov
Un zapato terminó golpeando la espalda de la persona que había sido la responsable de la carga eléctrica que el presidente había recibido. —¡¿Eres tonto?! — exclamó aquella ronca voz haciendo que el cuerpo del responsable enmascarado fuera recorrido por un escalofrío. —¡Lo siento, jefe! — exclamó el hombre retrocediendo rápidamente. —¿Quién es usted? — preguntó Nicholas observando al punto por el que provenía la voz, de la misma manera que hace un par de minutos, sus intentos fueron en vano, no logró ver a nadie. —¿Qué es lo que busca de mí? — cuestionó, una vez más, las cosas estaban resultando de una manera muy diferente a lo que él había pensado. —Usted lo sabe muy bien, Nicholas. Vengo a terminar con aquello que comencé hace mucho, mucho tiempo; sin embargo, me dedicaré a disfrutar de ese momento — la segurid
—¿Qué dices? — respondió el agente esbozando una pequeña sonrisa —¿No te dije que debíamos evitar que lo encontrara? — Roksana parpadeó un par de veces intentando comprender a lo que se refería Petrova, por momentos abría sus labios para decir algo; sin embargo, ninguna palabra salía de la boca de la joven. —Seré un poco más claro, hicimos que pareciera que el presidente había desaparecido, de manera que Ivanov enloquecerá al buscarlo.—Esto… es una buena idea, pero… ¿De quién fue? — cuestionó la joven con un gesto de sorpresa, esta era una idea que casi podría llevar la firma de Kyra, ella conocía la manera en la que Ivanov actuaba, por lo tanto, le sería más sencillo hallar una manera en la que su mente colapsara intentando hallar respuestas.—Debes sentirte orgullosa, la idea fue de ese chico que trajiste la otra vez — por un momento Roksana se atragantó con su bebida, ¡¿Cómo era posible que Nathan pudiera hacer algo así?! No era que ella desconfiara de él ni de sus capacidades, si
—¡¿Dónde se encuentra Roksana cuando la necesitamos?! — exclamó el hombre ya fuera de sus cabales. Luego de respirar con lentitud logró tranquilizarse. —Al parecer todas las amenazas se han agolpado en contra nuestra ¿Qué deberíamos hacer? — El desconcierto estaba presente en el comandante, lo cual, de cierta manera, molestaba a Taylor, pues no solo era el presidente el que estaba secuestrado, sino también su padre.—Señor, espero que no me vaya a tomar como una persona imprudente o irrespetuosa; sin embargo, si no lo digo yo, lo dirá alguien más… — susurró con un tranquilo tono de voz mientras esbozaba una pequeña sonrisa —¡¿Quién es el comandante aquí?! ¡¿Usted o Roksana?! — soltó de un grito. —Usted es
En otro punto de la casa, el presidente se encontraba dormido, no lo habían bajado de aquella cama de tortura, debido a que todo debía parecer lo más real posible. A su lado se encontraba Nathan, el cual se había mantenido en silencio desde el momento en el que cruzó miradas con el presidente, buscaba mantener su identidad en secreto y eso haría mucho más divertido a su personaje.—¿Desea tomar algo, señor? — preguntó una joven con traje negro, llevando un poco de refresco a su «jefe». Todos estaban bastante centrados en sus papeles, lo estaban tanto que por poco olvidaban que debían mantener la calma, al final de cuentas, todo esto era una simulación para desviar la atención de Ivanov.—Siento que el ambiente se puso un poco más tenso
—¿Lo que tanto veo en ti? — preguntó la chica en un dulce tono de voz —honestamente, lo que más veo es ese enorme moco que está a punto de salir por tu nariz — dijo de manera seria en el tono natural de su voz. Debido a las palabras de Roksana, Nathan se separó de ella rápidamente y comenzó a limpiar su nariz, eso hasta que su cerebro pareció trabajar una vez más y reconoció que no se trataba de la voz de Verónica.—Dime… ¿Quién eres? — preguntó poniéndose en posición para luchar. —Espera… ¿Roksana? ¡¿Cómo lograste entrar?! — cuestionó bastante molesto, hizo una pequeña rabieta como si se tratara de un niño chiquito.—Ya lo sabes…
El silencio se mantuvo hasta que Petrova llegó al lugar, detrás de él, venía Taylor con pasos acelerados, las ansias de asegurarse con sus propios ojos de que su padre, el presidente, se encontrara a la perfección eran mucho más grandes a comparación de conocer el plan. Por lo que, corriendo a la dirección a la que Verónica lo guiaba, fue en busca del hombre, sin observar a ningún otro punto.—Agente Petrova — saludó Roksana al encontrarse cara a casa. —Debemos hacer que el presidente cambie su posición, de manera que ni siquiera el equipo estadounidense de búsqueda lo encontré — sentenció con seguridad. Petrova asintió con una muy diminuta muestra de sonrisa. —¿Sabe a qué parte me refiero?—En efecto,
—¿Estás bien? Estás casi del color de un papel higiénico — susurró Isabella observando a la chica y dirigiendo su mirada al mismo punto que veía Roksana; a pesar de eso, no logró ver nada más allá de una calle vacía. —quizá estás cansada, deberías sentarte un momento, yo cuidaré a los niños y los contaré por ti.La joven no le llevó la contraría a su compañera, al parecer ella estaba sufriendo las consecuencias de no haber dormido adecuadamente durante esos últimos días trazando un plan para atrapar a Ivanov, sin embargo, cada vez que pensaba haber tenido uno, se le ocurría una manera para escapar de él, y si a ella se le ocurría, lo más probable era que a su padre también.Último capítulo