CAPÍTULO 40: ENCERRADOS UNA NOCHEMe quedo mirando la habitación, intrigada y a la vez maravillada. Es muy hermoso el lugar, no imaginé que él pudiese tener algo así. Lo que más me llama la atención además de las estrellas proyectadas es el cuadro grande que está en la pared. Es la silueta de una mujer, parece etérea, casi como un fantasma. Me acerco más, intentando ver los detalles y tengo la extraña sensación de que se parece a mí y no sé por qué. De pronto escucho pasos apresurados. Me vuelvo y veo a Hyun-Soo entrando con una expresión de angustia.—¿Elena? ¿Estás bien? —pregunta con tono preocupado—, Dany dijo que te cortaste.Antes de que pueda responder, escuchamos el sonido de la puerta cerrándose con seguro. Ambos nos volvemos hacia la puerta, sorprendidos.—¡Daniel! —gritamos al unísono—. ¡Abre la puerta!Silencio. Nos miramos el uno al otro, comprendiendo lentamente lo que acaba de pasar. Daniel nos ha encerrado a propósito.—¿Qué demonios...? —murmura Hyun-Soo, golpeando la
CAPÍTULO 41: ENTREGADAMi corazón palpita como si estuviera en una montaña rusa. Y tal vez así sea, pero ahora mismo me encuentro en la cúspide, en la cima de la emoción y la adrenalina; y la verdad es que no quiero pensar, no quiero bajarme ni analizar nada. Solo cierro los ojos y me dejo llevar. Tal vez me arrepienta mañana, pero esta noche no hay tiempo para pensar en eso.Hyun-Soo me toma en sus brazos mientras sus labios y los míos se funden en un beso apasionado. Con cuidado me lleva hasta el sofá que se encuentra en el lugar, su cuerpo pesado y masculino cae sobre el mío, nos miramos un instante, pero eso no basta para detenernos.Puedo sentir su miembro endurecido pulsando contra mi ropa, en mi entrepierna, trayéndome el recuerdo de aquella noche en la que estuvimos juntos. Él empieza a desvestirme, la ropa cae, prenda por prenda en el suelo, estorbándonos. Debo admitir que el deseo que me provoca es algo que he intentado reprimir desde hace mucho, me he esforzado tanto en o
CAPÍTULO 42: ILUSIONES ROTASEl reloj marca las siete de la mañana cuando llego al hospital Asan. Mis nervios están a flor de piel; es mi segundo día como cirujana en este lugar y ya estoy llegando tarde. Los otros médicos y las enfermeras me dan una mirada reprobatoria cuando me ven entrar corriendo por la puerta del personal. Mi mente está hecha un caos, la noche anterior con Hyun-Soo sigue rondando en mi cabeza, pero me esfuerzo por mantener mi enfoque en el trabajo que tengo por delante. Camino rápidamente hacia la sala de descanso para cambiarme, con la esperanza de que un día ocupado me ayude a olvidarme de todo. Ni bien salgo de allí al doblar la esquina, me encuentro con Tae-Young. Su rostro se ilumina al verme, y no puedo evitar sentir una punzada de culpa al recordar lo que pasó con Hyun-Soo.—¡Elena! —exclama, acercándose con una sonrisa—. ¿Lista para tu segundo día?—Sí, estoy lista —respondo, tratando de sonar entusiasta. Pero mis pensamientos traicionan mis palabras. “
CAPÍTULO 43: ENCERRADATres días después…Llego al hospital con un nudo en el estómago. Visitar a Na-Ra es un recordatorio doloroso de lo frágil que es la vida y de lo impotente que me siento al no poder mejorar su situación. Camino por los pasillos con paso lento hasta llegar a su habitación. La pequeña está acostada en la cama, tan pálida y frágil que casi parece una muñeca rota. Me esfuerzo por sonreír mientras me acerco a ella. Al menos ahora ha despertado. —Hola, Na-Ra —digo suavemente, acariciando su mano—. ¿Cómo te sientes hoy?Na-Ra me mira con sus ojos cansados y asiente ligeramente. No tiene fuerzas para hablar. El monitor que registra sus signos vitales va de mal en peor, recordándome lo delicado de su estado. Mi corazón se encoge al verla así. He hecho todo lo que está a mi alcance, incluyendo otra donación de sangre de mi hijo Daniel, pero parece no ser suficiente.—Volverás a estar bien, Na-Ra —le susurro, aunque las palabras suenan huecas incluso para mí. Sé muy bien q
CAPÍTULO 44: RESCATE INESPERADOGolpeo la puerta del baño con todas mis fuerzas, mis nudillos ya están enrojecidos y adoloridos. He perdido la cuenta de cuántas veces he gritado por ayuda, pero el silencio del pasillo me responde con una indiferencia aterradora. Mi teléfono, que debería ser mi salvación, está muerto. Sin poder llamar a nadie, ni siquiera a migraciones para explicar mi situación, la desesperación comienza a apoderarse de mí.—¡Por favor, alguien! —grito, mi voz sale quebrada por la frustración y el miedo.El tiempo pasa lentamente, cada minuto es como una maldit4 tortura. Me dejo caer al suelo, abrazando mis rodillas mientras las lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas. Siento una mezcla de impotencia y rabia que me consume. No puedo creer que esté atrapada aquí todo por la crueldad de esa mujer. Vuelvo a golpear la puerta, aunque mis fuerzas empiezan a flaquear. Entonces, escucho pasos apresurados y una voz familiar.—¿Hay alguien aquí? Es Hyun-Soo. Mi corazón da
CAPÍTULO 45: SOMBRA DE DUDASLos días pasan sin que me dé cuenta. El tiempo y las circunstancias parecen burlarse de mí, pero trato de mantenerme centrada. Después de mi fatídico intento de volver a migraciones, me dijeron que debía esperar unos días más para concretar otra cita. No sé por qué, pero siento que hay algo más en todo esto que solo la burocracia. Sé que Corea es un país muy eficiente, pero prefiero no pensar mal y solo dejar que las cosas fluyan. Por otro lado, Tae-Young ha comenzado a tratarme como una verdadera novia. Me lleva a los lugares más bonitos de la ciudad, a restaurantes elegantes y parques tranquilos. Siempre estamos solos pues Hyun-Soo no me permite llevarme a Daniel siquiera para que lo conozca un poco más. Con la demanda de custodia en curso, el abogado me recomendó que mejor no hiciera nada que pudiera afectar mi imagen, así que solo me queda resignarme a que Daniel no pueda estar conmigo en estas salidas. Hoy Tae-Young me ha traído a un lujoso restaur
CAPÍTULO 46: CONSEJOS DE AMIGAA pesar de lo que hable con Tae-Young, siento que no he quedado del todo satisfecha. Me siento mal, confundida. Su última frase sigue rondando en mi cabeza: “me gustas”. Pego un grito contra mi almohada. Necesito hablar de esto con Yoon-Ah, pero en persona. Es demasiado para solo contarlo por teléfono. Le escribo un mensaje y unos diez minutos después ella responde de forma positiva. Me envía la dirección de un café para hablar. El sol comienza a esconderse cuando llego al café donde he quedado con Yoon-Ah. El lugar tiene un aire acogedor, con luces suaves y el aroma de café recién hecho llenando el ambiente. Encuentro a Yoon-Ah en una mesa cerca de la ventana, todavía trae la ropa del hospital puesta. No me ha visto, pues su rostro se encuentra iluminado por la pantalla de su teléfono. Al verme, guarda el móvil y me sonríe, levantándose para darme un abrazo.—¡Elena! —exclama—. Siento que hace una eternidad no nos vemos. —Lo sé, ha sido un caos —respo
CAPÍTULO 47: UNA DECISIÓN IRREVERSIBLEMe siento frente a la enorme mesa de madera del abogado Park, el hombre que Tae-Young ha recomendado para ayudarme con el caso de la custodia. El despacho está decorado de manera austera, con paredes repletas de diplomas y estanterías llenas de libros de derecho. El abogado, un hombre de mediana edad con gafas y una expresión seria, revisa mis documentos en silencio mientras yo intento calmar mis nervios.—Señora Fernández, —comienza, levantando la mirada hacia mí— he revisado su situación y debo ser honesto con usted. No asistir a la última citación ha complicado mucho las cosas. En este punto, su única opción viable para evitar la deportación y asegurar la custodia de su hijo es casarse con Tae-Young como ya está planeado.Siento un nudo en el estómago. Me esperaba esta respuesta, pero escucharla en voz alta hace que la realidad se asiente de manera abrumadora.—Entiendo —respondo, tratando de mantener la voz firme—. Pero no fue mi culpa no asi