Muy temprano por la mañana los padres de Chiara entran al hospital, miran por la sala de espera y al no ver a nadie, se acercan a la estación de enfermeras en donde un turno que no los conocen se compadecen de su «angustia» y los dejan pasar.Así es como los encuentra Pierre, en la habitación de Chiara tratando de buscar la manera que su hija se regrese a casa con ellos, decide mantenerse escondido al costado de la puerta para escuchar todo.—Sabes que con nosotros estarás bien —le dice su madre limpiándose una lágrima mentirosa del rostro.—Sí, mi amor, te prometemos que nos quedaremos contigo hasta que te mejores.—Y cuando ya me sienta mejor, se largarán de nuevo, ¿eso quieren decir? —les dice ella sonriendo con sarcasmo, sabe que es manipulación pura.—No, mi amor… tú podrías venir con nosotros —le dice su madre—. Podría presentarte la gente que frecuentamos, para que comiences a tener contacto con las personas con las cuales hacemos negocios…—Bien, de cierta manera me gusta ese
Al fin le dan el alta a Chiara, Claude se la lleva a su departamento y allí se encarga de cuidarla llevando al pie de la letra todas las recomendaciones que el doctor le ha dado.Lo mejor de todo es que las cosas comienzan a mejorar, cada pareja está viviendo sus amores a su manera, algunos más caóticos y accidentados que otros, pero el sentimiento es el que gobierna en cada momento.En la cada de los Moreau Durand, Ilhan ha acondicionado una habitación en el primer piso, puede que no tenga las mismas comodidades de su cuarto, pero al menos ya no tiene que luchar con las escaleras.—Dime que van a salir pronto… ya no aguanto más la espalda, siento que mi vientre va a explotar en cualquier momento —le dice ella con un puchero e Ilhan le acaricia el rostro con una mano, mientras la otra va a molestar a sus niñas.—Mañana saldremos a caminar, te lo prometo —le da un suave beso y Sylvie hace otro puchero—. Perdóname por tener que ir a trabajar, pero esto tengo que solucionarlo yo.—Lo sé,
Cada pareja estaba viviendo su romance lleno de idilio, incluso Orson y Ofelia, su novia de la juventud, a la que tuvo que dejar por responderle a Renée.Hasta él estaba teniendo una segunda oportunidad, a pesar de estar en la cárcel. Jean se preparó para ser su donante, porque luego de las quimioterapias Orson quedó en condiciones de aceptarla.El día en que los dos fueron ingresados, Orson estaba acompañado por Ofelia y fuertemente custodiado por la policía, mientras que a Jean lo acompañaron Ilhan y August. Porque sí, al final August encontró a su persona especial y se quedó con él sosteniéndole la mano hasta que se lo llevaron al quirófano, y estuvo allí cuando abrió los ojos.Luego de tantos incidentes y de esperar a que pasara un poco la conmoción de que Chiara denunciara a sus propios padres, los que fueron detenidos en Italia a punto de irse a un lugar indeterminado; por fin Claude pudo pedirle matrimonio y lo hizo romántico, cliché y para suspirar. Se llevó a Chiara a París,
La ciudad de Metz, un hermoso lugar en donde se producen los mejores vinos, donde se dice que la magia existe y está lleno de amor.Pero no es lo que está ocurriendo en la casa de los Durand, la familia productora de vinos más importante de la región. En este preciso momento, en una bella mañana de sábado, se está desatando una batalla campal en la casa de los Durand, entre la madre y la hija, mientras que el padre solo se aprieta el puente de la nariz por completo frustrado.—Sylvie, no me importa si quieres o no casarte, tienes que hacerlo y mientras antes lo hagas, será mucho mejor, así serás madre joven… —insiste su madre.—¡Yo no quiero casarme ni mucho menos ser madre! ¡Por todos los dioses del Olimpo! —dice alzando los brazos dramáticamente y su padre quiere reír, pero sabe que hacerlo sería la muerte—. Solo tengo diecinueve años, estoy en el segundo año de mi carrera, no voy a dejar nada de lo que quiero para mi futuro por un matrimonio… ¡¡Y mucho menos arreglado!!—Adrien, po
Sylvie está inmersa en su estudio, con los audífonos puestos para evitar que cualquier ruido la interrumpa, es por eso por lo que no puede oír el ajetreo en la casa para preparar la cena con los Moreau. Mueve el lápiz al ritmo de aquella canción que le parece casi un himno de vida mientras lee los apuntes de la clase y trata de encajarlos en toda aquella información para el examen, es por eso por lo que no se da cuenta cuando su madre entra, solo se da cuenta de su presencia cuando se para a su lado.—Madre… —interrumpe su pregunta cuando ve que tiene un funda entre sus mano y una sonrisa que podría derretir cualquier hielo, se quita los audífonos y le pregunta—. ¿Y eso?—Es tu vestido para esta noche, tu padre quiere que te veas hermosa, porque ha cerrado un trato para comenzar las exportaciones y como futura CEO de la empresa, quiere que des una buena impresión.—Claro… déjalo sobre la cama —dice ella sin mayor emoción y regresa a sus estudios, pero su madre la detiene.—¿No quieres
Decir que se había desatado la tercera guerra en la casa de los Durand es quedarse corto, pero al menos Orson logró salir dignamente de aquella mansión, manteniendo un poco la compostura mientras Ilhan no dejó de decir que no iba a casarse con la princesita de los Durand.Por su parte, Sylvie no encontró nada mejor que, ante aquel apelativo tan sarcástico e impropio para una chica como ella, lanzarle un postre a Ilhan que lo dejó bañado desde la cabeza al hombro y salió de allí como la reina que era.Blanca se disculpó y los acompañó a la puerta, mientras que Adrien con un suspiro caminó hasta el jardín, lugar que Sylvie buscaba para respirar y así evitar el homicidio.Allí la encuentra, sentada en la banca, con las piernas recogidas y mirando el cielo despejado.—Sabía que algo así me iba a pasar, pero siempre esperé que viniera de mamá.—Lo siento, mi pequeña, pero no tuve otra alternativa.—¿Tan mal negociador te has vuelto que tuviste que venderme? —ella lo mira al tiempo que se l
Sylvie se prepara para salir a la universidad, pero su madre la detiene antes de que se vaya sin desayunar.—Hija, ¿no comerás?—Desde anoche no tengo apetito, así que no, no comeré.—Pero mi amor, no puedes irte así, son tus exámenes y…—Madre, no lo hagas —levanta una mano en señal de advertencia para que no siga hablando—, no me vas a contentar con panqueques con chocolate y crema ni malteada de frutilla —Sylvie toma las llaves de su coche y le da una última mirada a su madre—. Ahora me voy, quiero llegar temprano.—Si no te quedarás, al menos deja contarte algo —Sylvie rueda los ojos y se voltea a ver a su madre—, Orson Moreau llamó y me pidió que te avisara que su hijo te quiere ver, hoy.—Dile que estaré libre para las seis de la tarde —la voz le sale sin emoción, como si se tratara de una transacción para ella—, si es que está despierto a esa hora, que me vea en el café cerca de la oficina de papá y dile que me gusta la puntualidad, si a las seis y cinco no llega, me voy.—Sylv
Ilhan se queda mirando a Sylvie, sonríe y asiente satisfecho. Definitivamente a cada segundo que pasa, esa chica lo sorprende mucho más.—¿Es por eso que quisiste reunirte conmigo hoy, en lugar de en tres días más?—No entiendo, mi madre me dijo que tú querías verme hoy, eso fue lo que dijo tu padre.—No, yo quería que fuera en tres días, al parecer a toda costa quieren que nos pongamos de acuerdo para casarnos.—Créeme, te lo habría agradecido, en tres días estaré libre, pero vamos, a lo que vinimos, te escucho.—Ni tú ni yo estamos de acuerdo con este matrimonio, pero estoy dispuesto a hacerlo, siempre que me ayudes con algunas cosas y que me garantices un divorcio limpio, rápido y fácil dentro de uno, máximo dos años.—En tres —dice Sylvie sin poner objeciones a lo demás, el mesero se acerca con sus pedidos y ella le hace espacio al chocolate.—¿Tanto quieres estar casada con un extraño?—En tres años terminaré mis estudios, luego de eso puedo irme a donde quiera, con quien quiera