Venia saliendo de la ducha cuando escuché nuevamente el sonido de mi móvil anunciar una llamda. Curiosa de que fuera la misma mujer que llamó hace una hora me apresuré a caminar hasta el buró para contestar. Por inercia presioné la tecla de aceptar y me llevé el móvil al oído.
—Hola —contesto de golpe.
—Amor —la voz de Azael me sorprendió y al mismo tiempo me dio tranquilidad de escucharlo.
—Hola amor —suavizo el tono de mi voz para responderle con el mismo cariño—, estaba preocupada porque no había sabido de ti.
—Disculpa, tuve dos reuniones y una cena, al llegar al hotel me di una ducha y me recosté un rato para luego llamarte, no me di cuanta en que momento me quedé dormido, desperté para ir al sanitario y recordé que no te había llamado.
—¡Qué bueno saber que es
El sol comenzaba a ocultarse cuando abordé el avión con destino a Nápoles. Sintiéndome algo agotada por el ajetreo de ir de una tienda a otra logré cansar mi cuerpo y hasta la mente, pues si bien fui con la intención de adquirir unas prendas íntimas para sorprender a Azael estos dos días que supongo estaremos en casa solos los dos, terminé comprándole a una chaqueta y unas camisas deportivas.Como es muy formal en la forma de vestir, hasta en fines de semana, me provocó verlo diferente. Acabé comprando muchas cosas, tanto para él como para mí. Hice gala de lo que normalmente caracteriza a Aitana y a mis hermanas, ser derrochadora, aunque sea por breves horas.Para distraerme en el vuelo, intenté ver una película mientras tanto, pero acabé quedándome dormida por espacio de dos horas. Para cuando desperté estaban de noche. Faltaban aú
Encontrarme con esta sorpresa fue el mejor regalo que he recibido en años. Jamás lo esperé, por lo menos no de la Anel recatada y sumisa que se ha entregado a mi durante estos años.La vista que me ofreció apenas salí a la piscina, provocó en mi interior una explosión de sensación, tal como los fuegos artificiales en época festiva. Me sentí arder en cuestión de segundos. La boca se me hizo agua de tanta tentación en frente de mí y sin tener la certeza del momento en el que me haría dueño nuevamente de esa piel tan exquisita.He tenido la dicha de probarla un sinfín de veces desde que nos casamos, pero verla ahora desde este punto de vista, en este escenario, tan expuesta y dispuesta para mí, fue diferente. Muchas imágenes pasaron por mi mente de solo ver las partes mas tentadoras de ella así sujetas por las telas sin dejarme nada a
—Anel, permiso —me dice Dukensy parada en la entrada de la sala de juntas donde llevo rato reunida con un cliente y su abogado.—Dime —le insto a hablar.—Tienes una llamda de tu esposo en línea —me advierte.Dudé en tomar o no la llamada, sin embargo, como es rara la ocasión que Azael me llama a los teléfonos de la empresa, decidí contestar.—Discúlpenme unos segundos —me excusé y salí hacía la recepción.—Pierda cuidado —me contestó uno de los presentes.Sin titubear, al llegar al escritorio de Dukensy tomé la llamada.—Hola —le saludo.—Amor, te estuve llamando a tu móvil —me informa.—Estoy en medio de una junta con un cliente, por eso no lo cargo encima—, le advierto.—Ohm, ya —guarda silencio por unos segundos&md
Si bien creí estar preparado para este momento, en la medida que escuchaba de los labios del doctor que la recuperación de Anel es un hecho cierto y más cerca que nunca, me preocupé.Quise ignorar las palabras de Anna, quien con toda intención en cada uno de nuestros encuentros se ha encargado de hacerme ver cómo pudiera reaccionar Anel de recordar y encontrarse con la verdad.No es que tema ser juzgado, ya de eso he tendió bastante en la vida. De lo que sí sé es no estar preparado, es a perderla por una mala interpretación de mis intenciones.A esta mujer la quiero más que a ninguna otra. La respiro en la sangre, en cada latir de mi corazón, en el bombardeo de que este da para ordenar a la sangre circular.Ya sabía que era una bruja capaz de dominar todas mis intenciones, me apresó en su bruma de misterio y aquí estoy a sus pies, preso ante
Como viene haciendo últimamente, Azael en seguida me puse de pie en le avión, tomó mi mano de forma posesiva. No la apretó como las veces anteriores, pero sí con la firmeza que un padre le imprime a su hijo en la calle para protegerlo.Esta nueva actitud de él, aunque me incomodaba, no la protesté, lo que menos quiero es discutir con él por algo que tal vez solo sea una muestra excesiva de eseamor que siente por mí y me demuestra en todo momento.No estoy acostumbrada a recibir tanta atención. Solo mi padre se esmeró en hacerlo y solo hasta donde yo se lo permitía.Recordar esto, me hizo estremecer pues ese pensamiento pareció querer traer al frente de mis recuerdos a otro recuerdo que me dejó un mal sabor y una sensación incómoda en el cuerpo.—¿Te sucede algo amor? —me pregunta Azael al sentirme estremecer.—Nada importante, solo sentí un leve escalofrío —respondo mirando alrededor para distraerlo y evitando que comenzara a interrogarme. Al no saber que sentí ni porque, estimo que n
La reacción repentina e inexplicable de Anel me desconcertó, no supe cómo actuar ni que decirle. Solo permanecí observante por breves segundos. Me quedé allí parado de frente de a ella, pensando que tal actitud pudiera ser el resultado de algún recuerdo que de pronto llegó a su memoria, me paralicé, esperé su reacción a lo que imaginé pudiera venir. El miedo reflejado en su mirada, en la expresión de su rostro, no me dio lugar a duda de que era un recuerdo, y no cualquier recuerdo, sino aquel que determinará el comienzo de una nueva etapa en nuestra relación. Ese recuerdo que será mi cruz o tal vez la salvación a seguir bajo la presión de una reacción repentina.Me aparté lo suficiente para dejar que hiciera lo que fuese haría. La miré caminar hasta el jardín y tomar asiento en silencio, en una tranquilidad desconcertante.Mi mente solo quería una cosa, y era saber ¿qué le sucedió?, ¿qué puede estar pasando por su mente en este momento?A riesgo de recibir el arranque de ira que su he
—¿Qué te gustaría hacer hoy? —escucho detrás de mi la voz de Azael.—No sé, lo que tú quieras —respondo sintiéndome un tanto desanimada y a la vez un cansancio inusual.Justo cuando volteo a verlo bostezo sin disimulo, llegó de pronto, sin darme tiempo a controlarlo. De la pena puse mi mano sobre los labios.—Disculpa —le digo apenada.—Seguro estas agotada por el viaje y que no hemos probado comida hoy —me da dos palmadas en uno de los glúteos—, apresúrate para ir a comer algo y luego damos un paseo por la playa. ¿Te parece?—Lo que tu digas está bien —le contesto forzando una sonrisa.Alargo mi mano para tocar su pecho y luego camino hasta el vestier donde él dejó las maletas. Solo hasta ahora soy consciente que el haber traído ropa fue innecesario. Parecía que tenía todo planificado, o tal vez he estado aquí y en mi proceso de haber olvidado algunos pasajes de mi vida lo olvidé, sacudí la cabeza al sentirme abrumada por la mezcla de la confusión y el agotamiento.Mientras revisaba
—¿Te gusta? —me pregunta Azael mientras caminamos en la orilla de la playa tomados de la mano.—Es hermoso —le contesto luchando con la única mano que tengo libre para impedir que la fuerza del viento que insiste en traer al frente de mi rostro todo el cabello y no me permite voltear a mirarle a los ojos.—Me alegro que te guste amor —responde abrazándome por el hombro.—¿En dónde estamos? —pregunto con curiosidad.—Confórmate con saber que toda esta vista también es tuya, todo lo que está en esta isla te pertenece —toma mi mentón obligándome a levantar la mirada hacia sus ojos—, lo único que debe interesarte es saberte en el lugar que está destinado a hacernos felices —me responde pegándome a su cuerpo.Solamente asentí con un leve movimiento de la cabeza. No supe que responderle. La forma tan romántica y a veces tan misteriosa con la que suele responder alguna de mis interrogantes me dejó confundida. Las palabras de Azael por momentos tienden a confundirme, habla como si la vida dep