Sorprendía lo mucho que el rubio podía considerarlos “raros”. Era cierto que en aquel momento se sentía triste, pero Johnny podía mantenerse tranquilo y permitir que su corazón llorara de manera interna… o al menos era lo que deseaba. Lo último que pudo predecir era que la silueta de su mejor amigo se plasmaría frente a él mostrando sus blancos cabellos ondearse por el viento. Su mandíbula amenazó con caer y los vellos de su piel se erizaron por completo. ¿Qué estaba haciendo Lion allí?—¿Te sorprendo? Siento mucho eso… solo deseaba escucharte una última vez antes de irme para siempre —el nudo en la garganta del rubio le impedía decir siquiera una palabra—. ¿Sabes? Tengo mucho por lo que agradecerte, Johnny —el peliblanco se sentó junto a quien fue su mejor amigo mientras podía respirar—. Fuiste para mí ese soporte que necesitaba, ese pilar que me mantenía estable incluso cuando nadie más confiaba en mí… e incluso ahora decidiste creer en el cambio de Frederik y le has ayudado a llega
¿Quién diría que bastarían un par de meses luego de la partida definitiva de Lion para que las cosas tomaran un nuevo color para la familia Di Mort? Una respuesta de Su Majestad al mensaje enviado por el líder de la casa que bastó para que tanto como su esposa decidieran reunirse con Marlote y tocar el asunto que por tanto tiempo había estado molestando a la condesa, aquella orden que la chica simplemente parecía haber ignorado junto a la autoridad que esta le demostraba. ¿Cuán nerviosa había podido sentirse tanto ella como el chico cuando ambos fueron llamados al mismo lugar? ¡Incluso Hendrika estaba allí!Miedo que se incrementó al tener una inquietud incluso mayor luego de ver el anillo que reposaba en el dedo de la sirvienta. Quizá esperaba muchas cosas de esa reunión, pero Lottie había quedado completamente perpleja y sorprendida luego de ver como Frederik le defendía y afirmaba frente a sus progenitores una y otra vez que no le importaba lo que ambos pensaran, que se casaría con
Johnny estaba perplejo al ver quien se encontraba fuera de la habitación de Marlote y era un hecho que esta también demostraría un gesto similar cuando lo supiera. Alice Dupont estaba a punto de tocar la puerta cuando Frederik la había abierto. La chica traía el cabello suelto y un vestido bastante sencillo para lo que ambos estaban acostumbrados a ver de ella. “La hija del asesino”. Así solían llamar a la jovencita desde que el caso de Pierre se encontraba en cada periódico de la ciudad. La prensa se había asegurado de exagerar el caso y hacer que el entero país lo odiara y pensara en él como el peor de los criminales que había visto la historia y, por supuesto, con un pequeño incentivo proveniente del bolsillo de los Di Mort cualquier cosa era posible.—Hola… quisiera… conversar un momento con ustedes —la actitud de la chica hizo que Johnny se alarmara incluso más. ¿Qué le ocurría? O, mejor aún, ¿qué demonios estaba tramando aquella mocosa altanera? No era nada normal verla de esa m
05 de Mayo de 1944“Las ventas en medio de la guerra han resultado bastante bien. Hemos conseguido crear más ingresos que en los últimos diez años.Las negociaciones con los enemigos de Su Majestad solo se traducen en éxito.La guerra nos ha resultado en completa ventaja.Le mantendremos al tanto de cualquier novedad y esperamos que siga confiando en nosotros.Larga vida a Su Alteza”Atte.: Conde Gerard Di Mort¿Por qué siempre que Marlote era obligada a salir con su madre estaba lloviendo? Con tan solo mira
—Mamá, estoy lista —reconoció orgullosa y Hendrika sonrió al verla—. ¿Me veo bien?—Te ves preciosa —soltó por fin la progenitora sintiendo el enorme cariño de madre sobre esta–. ¿Nos vamos? Por favor, recuerda no decir nada imprudente cuando estemos allí. Conozco tu lengua Marlote.—Sí, sí, mami, lo sé —rio nerviosa—. Me mantendré calladita.La chica sabía que su madre conocía su mayor debilidad: su lenguaLos truenos seguían cayendo junto con el aguacero, por lo que ambas tuvieron que tomar sus sombrillas rotas y desgastadas. No existía garantía de que el viento les permitiera llegar con ellas intactas, pero el intento deb&iac
Se detuvieron en la entrada principal del edificio. Las dos puertas del auto fueron abiertas, cada una por un sujeto diferente que traía abierto un enorme paraguas. Bajaron y de inmediato fueron acompañadas al interior de la mansión. Marlote soñaría a partir de ahora con el emblema de la familia, eso era un hecho, ya que lo veía en los lugares que menos se imaginaba dentro de las pertenencias de la familia. Por mucho que mirara a los lados le era imposible observar cada detalle de aquel lugar, por lo que debía limitarse a lo que sus ojos capturaban.Una vez dentro sintió que su mandíbula se caía al suelo. Era espléndido, como un lugar ensueño. ¿Acaso había muerto y resucitado en el cielo? ¡Podía verse a sí misma en el suelo de madera pulida! A
17 de Mayo de 1944“En esta ocasión el informe no es positivo, Alteza.Un pequeño inconveniente ha generado pérdidas en nuestros bienes.Un altercado que lamentamos informar a Su Majestad.Solicitamos encarecidamente su apoyo mientras ubicamos una solución.”Atte.: Condesa Angelica Di Mort¿Cómo podría reaccionar Marlote al escuchar a su madre explicarle que a partir de ese momento trabajaría nada más y nada menos que como ama de llaves de la familia Di Mort? Era simplemente increíble escuchar aquella noticia y se le hacía complicado procesarlo inclusive. No era un secreto para ninguna de las dos que incluso la habitación en la cual estaban resu
Marlote tarareaba mientras agitaba el guiso que su madre le había pedido que preparara para la cena, aunque, a decir verdad, era uno de los tres diferentes que realizaba. ¿Cómo podría una familia de cuatro integrantes comer tanto? Ni siquiera tenían mala figura. Sea como fuera, silbaba la melodía que su madre siempre usaba al cocinar. Curioso, porque la joven era todo menos amante a la música.Carne, pollo y cerdo eran preparados simultáneamente, cada uno siendo supervisado por una cocinera diferente, aunque el nuevo cargo de Lottie y su madre abarcaban la supervisión de todas las áreas de la casa.Lamentablemente Hendrika no había tenido el tiempo ni los recursos para estudiar en ninguna prestigiosa universidad de cocina, pero la experiencia había traído como fruto que todos sus clientes quedaran encantados con su comida y, a su vez, con la de Marlote