Narra Hali Frey.
Sábado, 4, diciembre, 2027.
Abro mis ojos oyendo el cantar de los pájaros, me siento en mi cama y miro la hora en el reloj que está en la mesita de noche, sin evitarlo corro al baño a vomitar, una vez vomitado todo me miro al espejo viendo que parezco un zombie viviente.
— ¿Renunciaste? — pregunta Ana desde la puerta, la miro mientras tomo el cepillo de diente para lavar mi boca del sabor amargo.
— ¿Te lo dijo? — pregunto y asiente, Ana y Julián son hermanos — Encontré otro trabajo… menos estresante que ese — miro al espejo cepillando mis dientes.
— Pero, Hali… te encanta reconstruir antigüedades y saber de sus historias, encima de que te encanta estar con mi hermano — escupo y la miro mordiendo mi labio.
— Sé que siempre me gustó tu hermano, desde hace 3 años pero… ya no lo veo como el chico amable y tierno que conocí… ¿Puedes entender que ya no quiero estar cerca de él? — frunce su ceño sin comprender algo.
— ¿Pasó algo mientras estuve ausente hace unos meses? Porque desde que llegue, andas muy alejada de todos, puedo entender que sea por tu embarazo pero… — suspiro.
— No pasó nada grave entre tu hermano y yo — me alejo yendo a mi cuarto pero la castaña me sigue.
— No me digas que mi hermano es el padre, Hali — me volteo y niego con rapidez.
— No, ¿Cómo puedes sugerir algo así, mujer? — pregunto alarmada, suspira sentándose en la cama, abro mi closet y saco una blusita de tirante junto a una falda holgada y un chaleco, me quito la ropa sin vergüenza delante de Ana.
— Acaso… ¿No sabes quién es el padre? — pregunta de repente, la miro poniéndome unas converses, miro a otro lado acomodando mi corto cabello.
— Sé quién es… — miento tomando mi bolso — Si me permites, tengo que ir a mi nuevo trabajo — acomodo mis lentes, me mira asintiendo, me despido y salgo del apartamento, miro la hora en mi teléfono.
Al salir del edificio veo al chofer del señor Kana y suspiro viendo que me abre la puerta trasera, entro y se sube, en ningún momento hablamos, observo que me lleva a los barrios más caros de la ciudad, miro la costa a lo lejos y el cielo aclararse por el sol, el carro se detiene delante de una propiedad, las rejas se abre dando paso a un campo abierto, un poco más allá se ve una mansión blanca por completo, se detiene delante de esta y me bajo sin esperar que me abra la puerta, miro las grandes ventanas y el verde jardín.
La puerta se abre mostrando a un hombre mayor, me deja pasar sin decir nada y no sé si es malo o bueno, me hace seguirlo pero el lugar llama mucho mi atención haciendo que me retrase un poco, entro a una sala y el mayordomo que es lo que creo, se va dejándome a sola, me siento en el sofá y después de unos segundos entra Hades, mi nuevo jefe al parecer.
Me levanto pero me señala que me siente y lo hago.
— ¿Cómo se encuentra? — pregunta, río un poco nerviosa.
— Bien… — respondo sin saber que más decir.
— ¿Desayunó? — niego y llama con una campana a alguien que entra de manera rápida a la sala — Tráele un buen desayuno a la señorita — el joven asiente y se va corriendo — Bien… ¿Recibió mi mensaje? — pregunta de nuevo y frunzo el ceño, saco mi teléfono y le muestro la pantalla.
— ¿Este es usted? — pregunto y asiente, lo pienso un poco sin dejar de mirarlo — También… ¿Fue el que me mandó la caja de dulces? — asiente de nuevo, asiento sin creer que fue él. — Eh… gracias, no debiste molestarte en enviarme…
— Tómalo como parte de tu trabajo, encima de recibir dinero por cada obra terminada, recibirá tratamiento, consultas, regalos para tu bebé entre otras cosas por trabajar para mí — trago saliva y el chico que antes entró, volvía a entrar pero con un carrito de comida.
(…)
Observo el estudio en donde esta todas las obras y veo que no mentía en que necesitaba reparar algunas obras, el lugar se ve espacioso y tiene todas las herramientas que se necesitan y hay mucha iluminación, es perfecto para trabajar mejor.
— Si necesita algo, no dude en tocar este botón y vendré enseguida, señorita Frey — asiento y se va el mayordomo dejándome sola para terminar con la pieza que estaba reconstruyendo en el museo, me pongo cómoda antes de buscarlo entre todas las cosas, por suerte está todas las cosas del museo en una esquina.
Comienzo a buscar y lo encuentro en un estuche de tubo.
03:20 p.m.
Me estiro un poco y siento un antojo de algo dulce, miro a todo lado, me quito el tapaboca levantándome de la silla, la puerta se abre mostrando al mayordomo.
— ¿Desea comer la merienda? — pregunta, habían pasado 3 horas desde que comí el almuerzo, asiento — Sígame, señorita — salgo del estudio y lo sigo por el pasillo, entra a una sala y veo que es más bien la biblioteca y eso me impresiona de más.
Huelo algo dulce y me acerco a unos muebles en donde veo a Hades leer un libro, trago saliva y me siento en otro sofá, el mayordomo me da una taza de té y huele muy bien, tomo unas galletas de la mesita y gimo sin querer, abro mis ojos notando la mirada de Hades en mí.
Carraspeo un poco y sigo tomando del té con algo de vergüenza.
— Parece que le gusta — adivina leyendo su libro, observo el libro en sus manos viendo el titulo el cual dice “La bruja y el pirata”, aunque nunca lo he leído, parece de romance con algo de aventura, sin darme cuenta me cruzo con su mirada haciendo que me levante del sofá.
— Yo… debo regresar… — asiente y me retiro, al salir de la biblioteca me consigo al mayordomo quien me acompaña al estudio sin yo decir nada.
Suspiro relajada cuando el mayordomo se va, me pongo el tapaboca para seguir trabajando pero solo puedo pensar en Hades, según mis amigos es un hombre peligroso con relación con la mafia, el mercado negro y el gobierno pero dejando de lado la parte de que es peligroso.
También es muy guapo, tiene un rostro bien marcado, serio y bien maduro, unos ojos dorados bien intenso, yo diría que son color ámbar pero con el sol se ven más dorados que nada, su nariz bien perfilado junto a unas cejas negras y pobladas, alto y con músculos, es alguien intimidante por como lo sentí hace unos momentos.
— Perfecto pero peligroso — susurro pero niego, tengo que trabajar.
En las siguientes horas no salí del estudio para terminar con el documento, aunque habían pasado 3 días, aún faltaba partes por restaurar y eso se toma con calma para no estropear la antigüedad. Me estiro sin darme cuenta que son las 8 de la noche y debo regresar a mi casa o mis amigos se van a preocupar.
Me levanto tomando mis cosas y como este lugar tiene seguridad dejo todo bien ordenado en la mesa, salgo del estudio con el botón que me dio el mayordomo para regresárselo, una vez en el pasillo veo que esta algo oscuro, camino intentando recordar donde queda la salida ya que el estudio está en el primer piso y no en el segundo.
— ¿Y se va? — pregunta una voz tras de mí y puedo asegurar que es la de Hades ya que tiene una voz bien ronca y varonil que me eriza la piel, me volteo a mirarlo con un poco de vergüenza por lo que pasó en la biblioteca y sé que fue algo muy tonto pero igual, siento la pena ajena.
— Sí, señor Kana, ya es algo tarde y mis amigos deben estar preocupados — digo de manera rápida aunque Ana ni Elián me han llamado o tendré el teléfono apagado.
— Porque no se queda a cenar y luego la llevo yo personalmente — trago saliva pero asiento a su invitación ya que me ha entrado el hambre de manera repentina.
Lo sigo por el pasillo hasta llegar a un comedor, aunque sea peligroso ahí estoy yo cenando con él y trabajando para él.
Narra Hali Frey.Me dejo caer de espalda a la cama apenas me senté en ella, cierro mis ojos dejándome llevar por el sueño pero la puerta de mi cuarto se abre ya que esta tiene un sonido chillón al abrirse, me siento mirando al rubio de mi amigo entrar.— Ana me contó que renunciaste a tu trabajo, o sea, yo siempre soy el último en esterarse de estas cosas, Hali — asiento.— Si, pero no te preocupes, tengo un trabajo mejor menos estresaste y me dan 3 comidas al día y merienda cada vez que me da un antojo — explico de lo más relajada, el rubio me mira de manera confusa.— ¿Para quién estas trabajando? Porque parece que te están tratando como su enamorada más que una empleada — niego pero él asiente — Responde, Hali — suspiro.— Es un hombre multimillonario que pidió mis servicios para restaurar varios retratos, documentos y obras de gran valor, firme un contrato con él pero tranquilo leí muy bien el contrato antes de firmar — parpadea intentando procesar.— ¿Por casualidad es el mismo t
Narra Hali Frey.Entro al estudio y miro a Guillermo quien mira el pasillo con nervios.— Guillermo… ¿Qué sucede? — pregunto con cuidado, me mira.— Nada de lo que tenga que preocuparse, señorita Frey — asiento poco convencida de sus palabras, se va cerrando la puerta, me quito el bolso poniéndolo en la mesa y me amarro mi corto cabello, miro a todo lados para comenzar a trabajar y mantener mi mente ocupada y no en lo que esté pasando en el comedor.Elijo un cuadro que me ha llamado la atención, miro por la ventana viendo que de la mansión sale una mujer pelirroja al patio y tras de ella sale Hades, frunzo el ceño cuando empiezan a discutir aunque no puedo escuchar nada pero por lo que veo sí parecen discutir.Sin darme cuenta las cortinas se cierran para que no vea más lo que está afuera, miro que ha sido el mayordomo quien ha puesto las cortinas, me sonríe con nerviosismo que no entiendo. Me alejo de la ventana y pongo el cuadro en la mesa larga.— Si necesita algo, puede presionar
Narra Hades Kana.Lunes, 20, diciembre, 2027.Observo la figura de la mujer que restaura mis obras moverse de un lado a otro mientras observa un cuadro en el que empezó a trabajar el jueves pasado. La miro un segundo más y me voy a mi despacho, miro el reloj de mi muñeca que indica que ya es casi la hora de la merienda.Entro a mi despacho y me siento en la silla para luego mirar la carpeta en donde está todo lo relacionado con Hali Frey, la madre de mi hijo, de seguro se preguntaran como sucedió esto. Hace dos meses había llegado de un viaje y claro como era viernes, necesitaba despejar la mente de todo el trabajo agotador.Pero no sabía que esa noche la iba a ver, una mujer morena de ojos verdes y cabello castaño largo, metida en un vestido negro con escote profundo en su espalda, su figura me cautivó junto con su mirada inocente y tímida que la hacía ver más santa que otras mujeres, no sé si fue su capacidad de fingir tal personalidad que hizo que me acercara a ella.Claro, parecía
Narra Hades Kana.Miércoles, 22, diciembre, 2027.— ¿Alguna respuesta? — pregunto viendo entrar a Guillermo, niega y resoplo echándome hacia atrás en mi silla.— Señor, ¿No cree que está siendo un poco impaciente? — lo miro a los ojos — Solo pregunto, mi señor — miro a la ventana la vista del jardín.— ¿Sera que tiene novio? — me pregunto.— Dudo de eso, señor — responde a mi pregunta, me levanto saliendo del despacho, salgo al jardín y con un silbido llamo a mis tres perros, me quito el saco dándoselo a Guillermo que se para a mi lado.— A ver, muchachos — son tres perros daneses, Black, Red y Blue, sí, cada uno tiene un nombre en inglés, los hubiera llamado como el perro guardián del verdadero Dios griego pero eso no me parecía nada original — Guillermo, los juguetes — mi mayordomo hace sonar una campana haciendo llamar a un sirviente.— Los juguetes de los daneses — ordena y el sirviente se va — ¿Ya ha pensado en un nombre para el heredero? — pregunta haciendo que lo mire.— Aun no
Narra Hali Frey.— ¿Pero si me cuenta una historia para dormir? — termino de leer después de sentirme mal por vomitarle el comedor y sentir que se fue sin terminar su comida porque le di asco, el solo saber eso, me sentí mal y que podría morir en cualquier momento y ahora me dice que me perdona si le cuento una historia para dormir como si aceptar ir con él a su fiesta navideña no fuera suficiente.Pero no puedo quejarme, el señor Kana ha sido muy generoso conmigo como para rechazarle una invitación o lo que acaba de pedir a cambio de su perdón. Respiro profundo y busco un libro que tenga cerca, no puedo durar tanto en responder, tomo uno que había conseguido en un viaje a España y lo vi en un pequeño puesto, fue la primer vez que había salido de mi país y solo tenía 18 años.— Aquí la mujer, yo el dormido — leo una hoja con el audio activado — Gaspar Ilóm… El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le roben el sueño de los ojos… El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le boten l
Narra Hali Frey.Viernes, 24, diciembre, 2027.Me miro en el espejo que tengo en mi habitación y no logro reconocerme con el vestido puesto, Ana entra y me mira impresionada, ya estaba vestida por completo, solo faltaba maquillarme, algo que solo Ana se ocuparía porque conociéndome soy un desastre, al menos pude hacer algo con mi corto cabello. — Te ves hermosa… ay, voy a llorar — la miro un momento y niego, Eli entra y se sienta en la cama poniéndose unas converses, no iba muy elegante pero tampoco muy descuidado — Me impresiona que tengas ropas así en tu closet — Eli la mira y rueda sus ojos para luego mirarme a mí, de pie a cabeza.— Son mis ojos o veo un hada en esta habitación — Ana sonríe halagada — No hablo de ti, piojosa — la castaña le lanza algo indignada.— Como quieras… ven siéntate, vamos a maquillarte — me siento y comienza a maquillarme un poco, solo suspiro — Listo, como te gusta la sencillez, no hice mucho, no te olvides llamarnos si sucede algo — me miro el maquill
Narra Hades Kana.La veo salir del carro y me pongo a pensar en sí fui muy directo con ella o no me considera un padre para su hijo, tal vez aun me tenga miedo o en realidad está saliendo con alguien y yo no me he dado cuenta. Me quede pensativo que no me di cuenta cuando tenía a Guillermo frente a mí sirviéndome una taza de té a las 4 de la madrugada.— ¿Cuáles son sus nuevas preocupaciones, mi señor? — pregunta tomando de su té mientras yo miro mi taza servida en la mesita de la sala de estar. Levanto la mirada y miro al viejo que me ha servido por más de 18 años.— Fui a la fiesta con la señorita Frey — cuento y asiente tomando un galleta, relato todo lo que sucedió en esta noche — Y le dije que le daría el apellido al niño, o sea, a mi propio hijo y solo se escapó — concluyo levantándome del sofá molesto de solo pensarlo — Le dije que fuera mi prometida de mentira, solo para tener más cerca a mi hijo y se escapó — Guillermo asiente sin decir nada — Siento que ella aun me tiene mie
Narra Hali Frey.Lo que el señor Kana había dicho, me puso a pensar demasiado y no era eso lo que me preocupaba, sino, el no poder regresar al edificio porque las calles se inundaron por completo, lo que me da a entender, que pasare año nuevo con el señor Kana, mi jefe que fue a ayudarme cuando no podía sostenerme más por el miedo a los truenos que tengo desde chica.Algo que quisiera olvidar, pero que me persigue diciéndome que debo recordar con claridad esa noche de alguna manera que no quiero. Pero, por otro lado, me tiene pensativa que el señor Kana pensara que yo le tenía miedo a él cuando solo me daba vergüenza estar en su presencia a veces, aunque no me incomoda para nada, es el primer hombre a parte de Eli que puedo tener cerca.Realmente puedo confiar en mi jefe, supongo.Después de un rato perdida en mis pensamientos, llega la sirvienta y se lleva la bandeja de comida, haciendo que me acueste encontrando la manera más cómoda de acostarse en la cama, miro al techo sin dejar d