Esa tarde fue la más trágica en muchos sentidos para casi todos los que trabajaban en el hospital, ya que la ira de Elena se hizo presente y solo se calmó cuando el mismo director de la institución médica llego para hablarle y ofrecerle una compensación; obviamente tuvo que darle una buena solución ya que la rubia ya había amenazado con demandar al lugar.
- Es el colmo… - Elena aún seguía de mal humor de camino a la casa – ash… pero esto no se quedará así, buscare meterle una demanda millonario a ese hospital, si e igual…
- No te alteres – hablo Karen, quien se miraba pensativa; algo que noto la mayor por lo que busco calmarse y tomar de la mano a su hija.
- Hay amor perdón, pero es que… - Elena ahora se notaba triste – es que ahora esto cambia todo…
- No te preocupes.
- Mi pequeña es tan madura – dijo con algunas lágrimas en los ojos - pero amor ¿que pasara con tus sueños, tu nuevo empleo?
- Buscare una solución – indico con calma, aunque por dentro también se sentía algo aturdida y agobiada, ya realmente eso cambiaba todo: un bebe; la verdad ese tema jamás había estado en sus planes ya que ni siquiera los temas de amor le llamaban la atención.
Pero su madre tenía razón, ahora estando embarazada dudaba de poder ingresar en la policía y ser un oficial activo, tal vez por unos meses podría, pero conforme avanzara el tiempo se iría notando su estado y obviamente la moverían a trabajos de oficina o le darían de baja… aunque igual existía la otra opción: abortar y ahorrarse todos esos problemas.
Al llegar a casa ella fue directamente a descansar a su habitación, se sentía algo cansada y tenía mucho que pensar.
- ¿Tan rápido regresaron? – pregunto con burla Diego.
- No empieces amor – hablo algo triste Elena.
- ¿Que paso? – pregunto algo preocupado, ya que esa actitud era extraña en su esposa.
- Tenemos que hablar – dijo de forma seria.
- Vamos a mi estudio – le contesto.
Después de eso ambos se encerraron en el estudio, donde Elena le explico la situacion que había ocurrido.
- ¿Es broma verdad…? - dijo de forma incrédula Diego.
- No estoy de humor para tus dudas y juegos.
- Por favor, es obvio que tu hija estuvo con algún tipejo y no midió sus accio… - pero no termino de hablar ya que recibió una bofetada por parte de su esposa provocando que ahora le mirara con sorpresa.
- ¡No te atrevas a completar esa oración! – dijo enojada Elena – e igual aquí tienes los análisis de tu hija donde dice que su embarazo es producto de una inseminación y no por lo que piensas – declaro furiosa lanzándole la carpeta donde estaban todos los resultados.
- … - Diego la miro con el ceño fruncido antes de ponerse a leer los documentos, dejando notar su sorpresa a cada segundo que leía esos análisis – demandare al hospital y no parare hasta que lo cierren – dijo enojado.
- En eso estamos de acuerdo – dijo Elena sonriendo de lado – pero, antes que nada, por favor – hablo acercándose a su esposo y lo tomo de las manos – por primera vez en tu vida, necesito que le brindes tu apoyo y comprensión a tu hija.
- … - ante eso desvió la mirada.
- Diego, por favor… Karen siempre ha buscado tu aprobación y esta vez, por primera vez… deseo que actúes como su padre.
- Creo que he sido algo duro con ella ¿verdad?
- ¿Algo? – pregunto con ironía.
- De acuerdo Elena, soy un imbécil como padre - indico molesto mirando que ella sonreía - y ¿qué tienes en mente?
- Por ahora apoyarla en la decisión que tome.
- Es tu hija, así que dudo que acepte la alternativa del aborto.
- Eso espero – opino sonriendo de lado y tras eso ambos salieron del estudio para ir a hablar con su hija.
Después de ello y por primera vez en su vida Diego le brindo su total apoyo, así como una disculpa a su hija; ya que ahora comprendía el error que cometió, el cual no vio en su momento porque de esa forma fue educado.
El lado bueno es que Elena tenía razón y Karen decidió tener al bebe ya que, aunque no fuera algo planeado ya era parte de ella e igual no actuaría como una cobarde: tendría al pequeño y buscaría cumplir sus sueños y metas al mismo tiempo, aunque lo que si le sorprendió fue notar que ahora su padre le brindaba su apoyo y compresión.
Mientras tanto, en otra parte de la ciudad una mujer se encontraba frustrada mirando por doceava vez la prueba de embarazo que había realizado notando que el resultado era negativo e igual mirando con odio a la rubia que estaba parada a su lado.
- ¡Me puedes decir que significa esto! – grito una mujer de cabello largo lacio de color naranja, piel clara, ojos color miel y compleción muy delgada.
- Yo… perdón… no sé qué paso… - contestó con miedo esa persona.
- No me pongas escusas, idiota… ¡yo no te pague para que la inseminación no sirviera! - volvió a reclamar la peli naranja.
- Perdóneme, señora Alejandra, yo… yo, no sé qué paso, pero le juro que yo… - pero no pudo seguir hablando ya que recibió una bofetada en su mejilla izquierda, haciéndola caer al suelo con lágrimas en los ojos.
- Tu “lo siento” no me sirve, ¡idiota! – le grito Alejandra.
- Juju… por lo visto alguien está en problemas – se escuchó una nueva voz, la cual sonaba muy divertida por la situación; ante la distracción de la peli naranja, la rubia se colocó de pie y salió corriendo de la habitación.
- Quieres callarte, tus risas no me ayudan en nada – reclamo enojada Alejandra, mientras dejaba escapar un suspiro con pesadez para girarse a ver a su acompañante, quien era una mujer de cabello algo largo de color verde oscuro, piel clara y ojos de color azul, la cual en esos momentos bebía tranquilamente un poco de wiski.
- A mí no me metas en tus histerias y estupideces – opino con calma la peliverde para después tomar otro poco de su bebida – tu eres la única culpable de tu suerte y situacion actual – dijo divertida.
- Cierra la boca no tienes que recordármelo.
- Mejor déjate de tus dramas y piensa que le dirás a tu esposo, esta vez – en eso se dejó su bebida sobre la mesa y sonrió de forma divertida – ¡ah, ya se! – dijo mientras juntaba sus manos y ponía una mirada triste – Scott, mi amor lo… lo lamento mucho traté de defenderme, pero esos sujetos fueron tan barbaros conmigo y debido a sus golpes y torturas perdí a nuestro bebe – indico ella imitando la voz de su compañera.
- ¡Cállate de una vez Chloe! – grito la peli naranja muy enojada.
- Hm… cierto no puedes decir eso, porque fue tu escusa de la vez anterior cuando obviamente solo fuiste a ese hospital a abortar, donde te salió mal el truco porque ese idiota no solo te quito al feto si no que daño tu matriz por completo dejándote estéril.
- Ese maldito pago su error con su vida – opino la peli naranja sonriendo de forma tétrica.
- Uy si si, que miedo – dijo algo aburrida – pero más miedo tendrás cuando el abuelo y tu suegro sepan que ya no les sirves para darle un heredero a la familia.
- …
- En verdad que eres idiota, te dije que era una idea muy estúpida y créeme no pondré mis manos al fuego por ti – le dijo con voz seria – te dije que usaras tu puta cabeza, pero no… la señorita “ahora soy esposa de un mafioso y puedo hacer lo que se me dé la gana”, se fue a revolcar con ese muerto de hambre y se embarazo.
- Fue un accidente que cualquiera comete.
- Pero tu accidente te costara la vida, porque dudo que puedas obtener otra muestra de Scott, él ya ni te toca después de que el imbécil de tu amante declaro frente a toda la familia que se acostaba contigo.
- Ese imbécil se debió quedar callado.
- Bueno ahora ya no habla, cortesía de esa elegante bala en la cabeza que le metiste para que tu actuación barata de victima fuera convincente, aunque no sirvió de mucho.
- Estúpido Scott… aun duda de mí.
- Pues tiene sus razones y no lo culpo – dijo Chloe sonriendo de forma arrogante – lo malo es que cuando caigas, tu familia también lo hará.
- Bueno entonces si eso pasa, tú también lo harás querida, porque tú eres mi cómplice.
- Jajajajaja – ese comentario provoco que Chloe tuviera un ataque de risa – en eso estas equivocada, querida – dijo sonriendo de forma arrogante – yo soy de la familia por nacimiento, además el ver no mata a nadie y tú eres quien ha estado jugando con mi primo, no yo.
- … - la peli naranja frunció el ceño, molesta por esas palabras.
- Así que te recomiendo que midas tus palabras – dijo lanzándole el vaso de wiski, donde la peli naranja lo esquivo a duras penas, pero al mirar nuevamente a su acompañante, notando que ella tenía entre sus manos un cuchillo – porque a diferencia de Scott, si me llegas a traicionar o ensuciar mi imagen, no dudare en matarte e igual no querrás que moleste a mi papi ¿o sí?
- M*****a….
- Ah, no… nada de maldiciones, que la única m*****a en la habitación eres tú, por pensar que nuestro mundo es un juego – le amenazo sacando de entre sus ropas una pistola plateada con la cual amenazaba a la peli naranja.
- … - Alejandra sudo frio – tran… tranquila Chloe e… era una broma, jeje nunca pensaría en traicionarte… je… je…
- Así me gusta – dijo sonriendo de forma sádica mientras bajaba su arma – y entonces, ¿qué harás ahora? porque te recuerdo que no dejare que llegues a tomar a cualquier mocoso para hacerlo pasar por un Albani.
- Ya pensare en algo…
- Pues que sea rápido, porque no solapare tus estupideces tanto tiempo, además que ellos pronto descubrirán que tu supuesto embarazo no existe.
- Descuida creo que ya tengo el plan perfecto – afirmo Alejandra, mientras sonreía de lado.
El color negro azuloso reinaba el cielo, donde se podía apreciar a las estrellas y a la luna con la compañía de algunas nubes, dándole un paisaje de calma al hogar más peligroso que de toda Italia… una mansión fortaleza ubicada a las afueras de Verona, un lugar que era custodiado a todas horas por la gente más peligrosa y fuerte que el bajo mundo podría conocer. Pese a que era de conocimiento general de que la mafia existía y reinaba el país, era extraño quien hacia algo en su contra porque las organizaciones más poderosas tenían el respaldo del gobierno e igual poseían algunas empresas respetables e influyentes en el mundo “normal” por lo cual era imposible rastrear sus movimientos y transacciones ilícitas, porque tenían una buena fachada que los respaldaba y la gran mayoría contaba con el apoyo de aliados fuertes. La familia que reinaba en el mundo bajo era aquella que llevaba el nombre de Albani, una mafia con más de 400 años de antigüedad y en la actualidad tenia de líder a algui
Por increíble que pareciera esa situacion no deja de ser algo extraña y sorprendente, aun no asimilaba la idea de que su padre realmente ahora buscara brindarle su ayuda y comprensión… definitivamente su madre se lucia cuando quería. Aunque igual se sentía un poco abrumada ya que ahora su madre buscaba pasar más tiempo con ella, con la excusa de era para darle consejos de cómo debía cuidarse; aunque, lo que realmente le molestaba era ese ridículo y repentino impulso de comer cosas dulces, cuando ella odiaba comer ese tipo de comida. Algo que le sorprendió fue que, el lado bueno de la situacion es que a pesar de haber rechazo su primera oferta de trabajo por obvias razones, logro encontrar un trabajo como archivista en las oficinas de la policía, por lo cual estaba muy feliz, ya que tendría a su alcance todos los expedientes y registros sobre todos los casos importantes que han ocurrido en el país. Y con esos conocimientos y cuando naciera su hijo, estaría preparada para resolver caso
Con una sonrisa arrogante entro como siempre lo hacía a la mansión, a su mansión… por que sí, todo eso le pertenecía y esos imbéciles debían obedecerle porque ella era la esposa el gran Decimo Albani; por lo que camino con paso firme y la cabeza en alto hacia la oficina de su esposo para mostrarle el ultrasonido del que sería su heredero, ya había repasado mentalmente el discurso e igual sabia como debía actuar. - Pero miren a quien tenemos aquí – una voz femenina detuvo su andar, conocía muy bien esa voz y la detestaba, en verdad que esa mujer la sacaba de quicio, pero aun siendo la esposa del jefe no podía hacer nada contra esa mujer… la verdad prefería mil veces soportar a Chloe que a ella. - Oh, Margot… - Alejandra la saludo fingiendo felicidad – que sorpresa, no pensé que llegaras de visitas. - Ahórrate tu actuación barata para mi primo – le contesto con burla la mujer de larga cabellera color verde, piel clara, ojos color azules y poseía un envidiable cuerpo curvilíneo – conmi
La verdad agradecía que ya fuera un nuevo día y que debía ir al trabajo, ya que aún no entendía esa extraña afición de su madre de buscarle platica a cualquier extraño que captara su atención y lo peor de todo, es que ella le había quitado su libro y obligado a escucharlos y platicar con ellos. Salió temprano de su hogar como era su costumbre rumbo a la oficina, le agradaba caminar por las calles menos transitadas. Al llegar a su oficina sonrió de lado al notar que tenía muchos expedientes que revisar, tal vez no era el trabajo que deseaba, pero por ahora era el adecuado y le sacaría provecho, al estudiar todos esos archivos y expedientes, para tomarlos de referencia para cuando ya pueda convertirse en un miembro activo de la policía. Las horas en la oficina pasaban rápido mientras revisaba y acomodaba los expedientes, de esta forma llego la hora de regresar a casa donde siempre buscaba llevar algo de trabajo a casa para seguir estudiando los expedientes que captaron su atención en e
La noche anterior fue productiva y aunque no deseaba admitirlo, su madre tenía razón: ya era hora de aceptar su realidad, no en el sentido de buscar cambiar su comportamiento utilizando de escusa su estado actual; pero si debía ser consiente que dentro de poco y por seguridad de sus hijos, sus acciones se debían limitar en ciertos aspectos. Con referente al cambio que estaba sufriendo su cuerpo, realmente no le afectaba mucho ya que con su ruina de entrenamiento habitual no tenia de que preocuparse, aunque ahora ya no la hacía como siempre después de que su madre la sorprendió haciendo abdominales y la regaño. Llego al trabajo y comenzó a realizar sus pendientes del día, en la oficina buscaba que sus interacciones con el resto de sus compañeros de trabajo fueran limitadas, ya que nunca sintió esa necesidad de hacer amigos o juntarse con otras personas para realizar alguna actividad; la verdad ella prefería la soledad y la calma. A veces notaba como los demás hablaban de ella, pero es
- ¿Esta es tu casa? – pregunto impresionado el rubio al notar que la fachada de la casa era de una construcción antigua, pero bien cuidada – se ve increíble, hasta parece que retrocedo en el tiempo – indico divertido. La rubia platinada solo ignoro sus comentarios y se encamino hasta la puerta, sacar sus llaves y abrir la puerta. - Karen, ¿qué tal te fue en el trabajo? – empezo a hablar Elena mientras se acercaba hasta la entrada, pero se detuvo al notar que tenían visita – oh, hola Scott esto sí que es una sorpresa. - Él me siguió – le acuso Karen. - ¿Y eso por qué? – pregunto divertida Elena. - Es que Karen se mareo al salir de la dulcería y no me pareció correcto que regresara sola – contesto el rubio. - Ya veo, muchas gracias – indico sonriendo la rubia – ¿gustas quedarte un rato? - Sera un placer – sonrió el rubio. Tras eso pasaron a sentarse a la sala donde Elena, les sirvió un poco de té y algunas galletas. - ¿Ella siempre es así? – pregunto divertido Scott, mientras to
La situacion empeoraba para Alejandra ya que con cada día que pasaba, se sentía acorralada y sin salida… era obvio que todos esos criados recibieron órdenes directas y a hora apenas la miraban e ignoraban sus órdenes, estaba furiosa al notar que ya no tenía ni voz ni voto en esa casa… algo que no le agradaba para nada, porque sonaba ridículo todo lo que le pasaba en esos momentos, cuando habia logrado realizar sus sueños: era la esposa de alguien importante y rico, tenía todo lo que siempre deseo de niña y mucho más… pero justo en esos instantes todo estaba por irse a la borda por culpa de un mocoso que ni existía. Habia visto que Scott regreso a la mansión, lo cual le alegro porque eso significaba que todo regresaría a la normalidad y podría recuperar su libertad de ir y venir de la mansion, por lo que busco arreglarse lo mejor que pudo para deslumbrarlo usando uno de sus vestidos costosos e igual se maquillo y perfumo; lamentablemente al llegar a la puerta escucho que Chloe estaba h
Era un nuevo día y Scott se sentía aliviado, ya que habia recibido un mensaje de Chloe donde le decía que los “ladrones” ya habían sido silenciados con toda la discreción posible para no llamar la atención de nadie y que sus muertes fueran tomadas como un ajuste de cuentas entre otras mafias sin involucrar a los Albani ya que para esos días planeaban hacer otro movimiento y así poner a un sospechoso claro para la policía. Ante eso dejo escapar un suspiro mientras se estiraba en la cama, nuevamente Karen le habia impresionado, ya que su deducción fue acertada e igual le agrado ese hecho de que ella no le pidió una explicación por su insistencia para que le explicara. Sonrió de forma nostálgica, realmente alguna vez deseo y pensó que tendría ese tipo de confianza y apoyo de parte de Alejandra, pero nunca pudo ser, ya que las pocas veces que se frecuentaron y decidió presentarse y comportarse como el mismo, pero noto que ella tenía otros intereses, porque en esos encuentros las palabras