La verdad agradecía que ya fuera un nuevo día y que debía ir al trabajo, ya que aún no entendía esa extraña afición de su madre de buscarle platica a cualquier extraño que captara su atención y lo peor de todo, es que ella le había quitado su libro y obligado a escucharlos y platicar con ellos.
Salió temprano de su hogar como era su costumbre rumbo a la oficina, le agradaba caminar por las calles menos transitadas. Al llegar a su oficina sonrió de lado al notar que tenía muchos expedientes que revisar, tal vez no era el trabajo que deseaba, pero por ahora era el adecuado y le sacaría provecho, al estudiar todos esos archivos y expedientes, para tomarlos de referencia para cuando ya pueda convertirse en un miembro activo de la policía.
Las horas en la oficina pasaban rápido mientras revisaba y acomodaba los expedientes, de esta forma llego la hora de regresar a casa donde siempre buscaba llevar algo de trabajo a casa para seguir estudiando los expedientes que captaron su atención en el día, pero en eso recordó lo que le había platicado su madre, así que esta vez no las tomo.
Al salir de la oficina se encamino de mala gana hacia la librería, ya que toda la tarde del día anterior, su madre la estuvo fastidiado con esa extraña charla de que debía cuidarse y tomar más en serio su embarazo, por lo cual decidió ir a comprar algún libro que hablara sobre ese tema.
Al entrar a la librería fue directamente hasta la sección de maternidad observando de forma aburrida los títulos de los libros que había en ese momento; ninguno le llamo la atención, sonaban tan ridículos y obvios, pero sabía que debía llevar, aunque sea uno a casa o su madre estaría encima de ella hablándole de sus propias experiencias. Karen quería a su madre, pero una parte de ella aún se negaba a creer que esto que estaba pasando era real, dejo escapar un suspiro mientras colocaba su mano sobre su vientre, 2 bebes… era verdad que, con su propia experiencia de vida con sus padres, ella no quería tener hijos propios; pero ahora la situacion llego sin que ella lo pidiera: seria madre, por lo que juro no repetir las acciones de sus padres y buscaría cuidar y educar a sus hijos de forma correcta y amorosa.
- Sabes aun me sorprende la idea de que estes embarazada – escucho una voz detrás de ella, por lo que Karen se giró rápidamente para encontrarse con ese rubio ladrón de pasteles, quien le miraba con una sonrisa burlona – y… ¿qué haces? – pregunto divertido observando el libro que ella tenía entre sus manos.
- No es de tu incumbencia – declaro ella mirándole con el ceño fruncido, para girarse y empezar a alejarse de él con rumbo a la caja para pagar el libro.
- Vamos no te enojes – dijo Scott buscando alcanzarla.
- … - Karen solo trataba de ignorarlo, pero por una extraña razón ahora ese sujeto la estaba siguiendo – ¿no tienes nada mejor que hacer? – le dijo con algo de odio.
- Nuuu – contesto Scott divertido – a ver deja te ayudo – indico mientras le quitaba el libro de las manos y le ojeaba.
- Que aburrido, no trae dibujos.
- Es un libro de consejos y ayuda de maternidad… - explico enojado Karen – ¿porque debería tener dibujos?
- Porque un libro que se respete debe tener dibujos – hablo con sinceridad Scott ganándose un golpe en la cabeza con el libro.
- Ridículo – murmuro enojada la rubia, para seguir su camino, dejando atrás al pobre rubio que se sobaba su cabeza en esos momentos, aprovechando para pagar el libro y salir del local.
- Sabes ahora que lo pienso, tengo curiosidad – comento Scott, quien al ver que se alejaba, corrió para seguirla y caminar a su lado - ¿porque tienes esa actitud agresiva?
- … - Karen le miro de reojo tratando de buscar algún rastro de burla o diversión en su semblante, pero noto que parecía ser una pregunta sincera y no una de burla – ¿porque te interesa?
- No se… curiosidad.
- ¿Que no tienes algo mejor que hacer?
- Nup, estoy tomando unas vacaciones de mi trabajo y tu madre y tú me parecen interesantes.
- …
- Entonces, ¿me dirás? – pregunto Giotto sonriendo de lado.
- Lo aprendí de mi abuelo.
- ¿Tu abuelo era así de agresivo y reservado?
- Hm…
- Oh…
- Un día le pregunte y su explicación me aprecio razonable así que adopte ese comportamiento.
- Eso suena más sensato que la ideología de mi familia – opino Scott dejando escapar un suspiro, mientras recordaba todas las tradiciones y reglas que debía cumplir desde que tenía memoria… ya que siempre fue educado para ser un gran líder, pero a veces solo deseaba salir y divertirse, olvidando todos los deberes que traía el título de líder de la familia.
Karen solo miro como el rubio que le acompañaba se quedaba en silencio y empezaba a divagar en sus pensamientos, en eso noto que este estaba por golpearse con un poste ya que caminada directo hasta el, por lo que lo tomo de la mano y lo jalo, notando que este seguía sin prestar atención a su andar.
- Oye qué tal si vamos por pastel – indico divertido Scott tras salir de sus pensamientos, unos minutos y calles después – am, ¿porque me tomas de la mano? – pregunto notando ese detalle – hm… no me digas que ya te enamoraste de mi – dijo de forma coqueta y un poco arrogante; donde Karen busco soltarlo, pero ahora el rubio fue rápido y ahora el apretaba la mano de ella para que no lo soltara.
- Suéltame ahora.
- Pero si tu empezaste.
- Tienes razón, hubiera dejado que te golpearas contra ese poste.
- ¿Que poste?
- … - Karen busco zafarse de su agarre, para luego alejarse agradeciendo que esta vez ya no la seguía, por lo que busco regresar a su casa rápidamente.
- Si que es una chica divertida – murmuro para sí, mirando como se alejaba al mismo tiempo que dejaba de escapar un suspiro.
Era extraño, pero al estar cerca de Karen podía ser el mismo y olvidarse de todos los problemas de la mafia y sus deberes, provocando que inconscientemente recordara a la única persona con quien podía hablar de esa forma tan natural: su madre; pero eso había terminado a sus 10 años de edad, cuando ella falleció debido a una enfermedad, tras eso todo cambio en la mansión ya que su padre se volvió más estricto con él y sus clases se duplicaron o triplicaron.
Prefirió regresar a su hotel a descansar, realmente había ido a dar un paseo ya que se sentía extraño al no tener que hacer papeleo u ordenarle a alguien lo que debía hacer, empezo a andar por las calles sin rumbo fijo observando todo a su alrededor, mirando a las personas ir y venir hasta que vio una cabellera rubia platinada muy familiar entrar a una librería y como estaba aburrido decidió ir a saludarle, ya que la noche anterior se había divertido con la compañía de la señora Elena y de ella, aunque no hablara mucho.
Al llegar a su habitación se alarmo por un momento al notar que las luces estaban prendidas, así que rápidamente saco su pistola de entre sus ropas y afilo la mirada, observando a detalle todo el lugar y de un momento a otro sintió un ligero movimiento a su lado por lo que sin dudarlo se giró y apunto su pistola al intruso.
- Wow, cuidado Scott – ante eso el rubio se relajó al notar a Chloe parada a su lado sonriéndole.
- Me asustaste.
- Hehe perdón, fue mi culpa por sorprenderte.
- ¿Qué haces aquí?
- Pasaba a saludar – dijo en un tono divertido – y a contarte todo.
- Me imagino que esta alterada y desesperada.
- Obvio, solo es cuestión de tiempo e igual ellos ya te están buscando una nueva esposa.
- … - Scott no opino y solo hizo una mueca, esa era otra cosa que odiaba.
- Que seriedad, pero ya sabes cómo es el abuelo con respecto al tema de un heredero.
- Lo sé, pero a veces me gustaría que me dejaran escoger a mí.
- Animo primo – dijo abrazándolo – sabes yo siento que tu próxima pareja será la correcta.
- Ah… eso espero – dijo sonriendo de forma melancólica.
- Ya se, para que dejes de pensar en eso, qué tal si me invitas a cenar – dijo Chloe guiñándole el ojo.
- Supongo que no tengo otra opción o sí.
- No.
- De acuerdo, vamos – indico de forma coqueta tendiéndole el brazo para que ella lo acompañara.
- Gracias.
Tras despedirse de su prima, Scott regreso a su habitación para dormir un rato ya que en la mansión era raro que durmiera debido a que en cualquier momento podría surgir cualquier problema con las mercancías que manejaban o alguna confrontación con la policía; realmente estar alejado un tiempo le haría bien.
Por otro lado, Karen se encontraba en su habitación leyendo el libro que había comprado.
- Se puede – en eso, noto que su madre abría la puerta y la miraba divertida – oh, compraste un libro.
- Hm…
- Me alegra que lo hayas hecho – opino la rubia, pero en eso noto que su hija la miraba de forma interrogante – ya sabes, porque no he sentido que aun estés aceptando tu estado.
- …
- Sabes que tengo razón, más por el hecho de que sigues pensando en pasar a ser un cuerpo activo cuando ellos nazcan – dijo algo triste – y no lo tomes a mal amor, pero me gustaría que en este tiempo medites esos planes, porque dentro de poco tendrás un par de angelitos que sufrirán si algo te llegara a pasar.
- Lo pensare – indico Karen, notando que eso alegraba a su madre, quien se acercaba para darle un beso en la frente.
- Buenas noches, no te desveles mucho – dijo mientras se encaminaba a la puerta y se marchaba.
- Me molesta que tenga razón… - murmuro para si mientras dejaba el libro a un lado y colocaba sus manos sobre su vientre ligeramente abultado – tal vez deba cambiar algunas cosas por ustedes – dijo sonriendo de lado y tras eso el igual se acomodó para dormir.
La noche anterior fue productiva y aunque no deseaba admitirlo, su madre tenía razón: ya era hora de aceptar su realidad, no en el sentido de buscar cambiar su comportamiento utilizando de escusa su estado actual; pero si debía ser consiente que dentro de poco y por seguridad de sus hijos, sus acciones se debían limitar en ciertos aspectos. Con referente al cambio que estaba sufriendo su cuerpo, realmente no le afectaba mucho ya que con su ruina de entrenamiento habitual no tenia de que preocuparse, aunque ahora ya no la hacía como siempre después de que su madre la sorprendió haciendo abdominales y la regaño. Llego al trabajo y comenzó a realizar sus pendientes del día, en la oficina buscaba que sus interacciones con el resto de sus compañeros de trabajo fueran limitadas, ya que nunca sintió esa necesidad de hacer amigos o juntarse con otras personas para realizar alguna actividad; la verdad ella prefería la soledad y la calma. A veces notaba como los demás hablaban de ella, pero es
- ¿Esta es tu casa? – pregunto impresionado el rubio al notar que la fachada de la casa era de una construcción antigua, pero bien cuidada – se ve increíble, hasta parece que retrocedo en el tiempo – indico divertido. La rubia platinada solo ignoro sus comentarios y se encamino hasta la puerta, sacar sus llaves y abrir la puerta. - Karen, ¿qué tal te fue en el trabajo? – empezo a hablar Elena mientras se acercaba hasta la entrada, pero se detuvo al notar que tenían visita – oh, hola Scott esto sí que es una sorpresa. - Él me siguió – le acuso Karen. - ¿Y eso por qué? – pregunto divertida Elena. - Es que Karen se mareo al salir de la dulcería y no me pareció correcto que regresara sola – contesto el rubio. - Ya veo, muchas gracias – indico sonriendo la rubia – ¿gustas quedarte un rato? - Sera un placer – sonrió el rubio. Tras eso pasaron a sentarse a la sala donde Elena, les sirvió un poco de té y algunas galletas. - ¿Ella siempre es así? – pregunto divertido Scott, mientras to
La situacion empeoraba para Alejandra ya que con cada día que pasaba, se sentía acorralada y sin salida… era obvio que todos esos criados recibieron órdenes directas y a hora apenas la miraban e ignoraban sus órdenes, estaba furiosa al notar que ya no tenía ni voz ni voto en esa casa… algo que no le agradaba para nada, porque sonaba ridículo todo lo que le pasaba en esos momentos, cuando habia logrado realizar sus sueños: era la esposa de alguien importante y rico, tenía todo lo que siempre deseo de niña y mucho más… pero justo en esos instantes todo estaba por irse a la borda por culpa de un mocoso que ni existía. Habia visto que Scott regreso a la mansión, lo cual le alegro porque eso significaba que todo regresaría a la normalidad y podría recuperar su libertad de ir y venir de la mansion, por lo que busco arreglarse lo mejor que pudo para deslumbrarlo usando uno de sus vestidos costosos e igual se maquillo y perfumo; lamentablemente al llegar a la puerta escucho que Chloe estaba h
Era un nuevo día y Scott se sentía aliviado, ya que habia recibido un mensaje de Chloe donde le decía que los “ladrones” ya habían sido silenciados con toda la discreción posible para no llamar la atención de nadie y que sus muertes fueran tomadas como un ajuste de cuentas entre otras mafias sin involucrar a los Albani ya que para esos días planeaban hacer otro movimiento y así poner a un sospechoso claro para la policía. Ante eso dejo escapar un suspiro mientras se estiraba en la cama, nuevamente Karen le habia impresionado, ya que su deducción fue acertada e igual le agrado ese hecho de que ella no le pidió una explicación por su insistencia para que le explicara. Sonrió de forma nostálgica, realmente alguna vez deseo y pensó que tendría ese tipo de confianza y apoyo de parte de Alejandra, pero nunca pudo ser, ya que las pocas veces que se frecuentaron y decidió presentarse y comportarse como el mismo, pero noto que ella tenía otros intereses, porque en esos encuentros las palabras
- Ah, perdón – se disculpó Scott al notar la mirada que le dedicaba ella – este es mi pastel favorito y pensé que igual te gustaría comer… - empezo a hablar, pero se quedó callado al notar que ella volvía a tomar asiento y comenzaba a comer el postre. - Una palabra y te vuelvo a pegar – le amenazo y luego siguió degustando otro poco de ese postre, el cual en esos instantes sabia tan bien. - Ah… claro… - indico el rubio, quien se notaba realmente sorprendido ya que nadie de su familia o amigos comía ese postre, porque decían que estaba muy dulce y de hecho le regañaban por comerlo, pero nunca pensó que a Karen le gustara. Decidió hacer caso a la advertencia para igual comenzar a disfrutar de su postre en silencio; donde el ambiente entre ellos se sentía cómodo y algo cálido, algo que sorprendía un poco a Scott ya que nunca se habia sentido así: tan cómodo… tan completo… tan feliz, definitivamente Karen era alguien especial… pero en eso recordó que ella ya le pertenecía a alguien más,
Sin que la pareja lo notara, ellos eran observados atentamente por un par de ojos azules, donde esa persona sonrió divertida, ya que para ella no existía imposible más cuando se trataba de buscar información. - Así que ella es mi nueva primita – indico divertida Chloe, quien los observaba desde una distancia prudente, ya que esa noche decidió dar un paseo nocturno e ir a cenar a su restaurante favorito, pero antes de empezar a ordenar vio a su primo andar por la calle de enfrente en compañía de una hermosa rubia, por lo cual olvido su cena y ahora lo estaba espiando. Analizo detenidamente a la chica que acompañaba a su primo, notando que ambos aprecian llevarse bien y físicamente ella era guapa, pero en eso se fijó de los movimientos de ambos y se extrañó y ahora miro atentamente a la rubia notando que estaba embarazada, algo que le asombro; pero parecía un detalle irrelevante ya que Scott se veía feliz y eso la asombro, ya que su sí recordaba la última vez que el habia sido así era
Mientras todo eso ocurría, las cosas se ponían interesantes para Alejandra en esos momentos, ya que se miraba muy feliz y se sentía victoriosa. Alejandra estaba feliz, ya que pese a estar vigilada, habia logrado encontrar a una idiota desesperada que le vendería a su bebe cuando naciera y su tiempo de embarazo coincidía con los supuestos meses que debería tener así que solo restaba terminar de organizar los pormenores de su plan. Ante eso ella estaba feliz porque les demostraría que no era la estúpida que ellos creían, definitivamente les haría pagar caro todas las humillaciones; seria su venganza perfecta, ya que adicional a sus planes… su familia, a escondidas, ya habia creado un plan para derrocar a los Albani con el apoyo de otras mafias. En ese plan Alejandra debía cooperar envenenando a Scott, para así dejarlo al borde de la muerte y con esa debilidad todos los atacarían y acabarían con ellos. - Pronto seré libre de reírme en sus caras – murmuro para si mientras miraba hacia e
Era un nuevo día, que daba apertura al comienzo de una nueva semana para muchos, pero para otros sería el comienzo de un gran cambio. - Sabes mi intriga que me llamaras, jeje normalmente siempre te guardas muchas cosas Chloe – opino divertida Margot. - Bueno estamos iguales, hermana – opino la menor sonriendo divertida – oh ¿es que ya le has dicho a papá sobre ese apuesto caballero? - No te atreverías… - Obvio no, ya que con ello aseguro tu cooperación, además dudo mucho que rechaces esta oportunidad de oro. - Je… ya tienes mi atención así que habla – indico divertida - ¿qué estas planeando? - En estos últimos días, Alejandra a está teniendo algunas llamadas “familiares” – hablo haciendo hizo énfasis en la última palabra. - Eso no es extraño, digo hasta a una zorra como ella, debe querer a alguien ¿o no? – opino aburrida Margot. - En este caso no… – indico sacando de entre sus ropas su teléfono y colocando una grabación. “– Alejandra, escuche de tu encierro. - Descuida eso no