Sin que la pareja lo notara, ellos eran observados atentamente por un par de ojos azules, donde esa persona sonrió divertida, ya que para ella no existía imposible más cuando se trataba de buscar información. - Así que ella es mi nueva primita – indico divertida Chloe, quien los observaba desde una distancia prudente, ya que esa noche decidió dar un paseo nocturno e ir a cenar a su restaurante favorito, pero antes de empezar a ordenar vio a su primo andar por la calle de enfrente en compañía de una hermosa rubia, por lo cual olvido su cena y ahora lo estaba espiando. Analizo detenidamente a la chica que acompañaba a su primo, notando que ambos aprecian llevarse bien y físicamente ella era guapa, pero en eso se fijó de los movimientos de ambos y se extrañó y ahora miro atentamente a la rubia notando que estaba embarazada, algo que le asombro; pero parecía un detalle irrelevante ya que Scott se veía feliz y eso la asombro, ya que su sí recordaba la última vez que el habia sido así era
Mientras todo eso ocurría, las cosas se ponían interesantes para Alejandra en esos momentos, ya que se miraba muy feliz y se sentía victoriosa. Alejandra estaba feliz, ya que pese a estar vigilada, habia logrado encontrar a una idiota desesperada que le vendería a su bebe cuando naciera y su tiempo de embarazo coincidía con los supuestos meses que debería tener así que solo restaba terminar de organizar los pormenores de su plan. Ante eso ella estaba feliz porque les demostraría que no era la estúpida que ellos creían, definitivamente les haría pagar caro todas las humillaciones; seria su venganza perfecta, ya que adicional a sus planes… su familia, a escondidas, ya habia creado un plan para derrocar a los Albani con el apoyo de otras mafias. En ese plan Alejandra debía cooperar envenenando a Scott, para así dejarlo al borde de la muerte y con esa debilidad todos los atacarían y acabarían con ellos. - Pronto seré libre de reírme en sus caras – murmuro para si mientras miraba hacia e
Era un nuevo día, que daba apertura al comienzo de una nueva semana para muchos, pero para otros sería el comienzo de un gran cambio. - Sabes mi intriga que me llamaras, jeje normalmente siempre te guardas muchas cosas Chloe – opino divertida Margot. - Bueno estamos iguales, hermana – opino la menor sonriendo divertida – oh ¿es que ya le has dicho a papá sobre ese apuesto caballero? - No te atreverías… - Obvio no, ya que con ello aseguro tu cooperación, además dudo mucho que rechaces esta oportunidad de oro. - Je… ya tienes mi atención así que habla – indico divertida - ¿qué estas planeando? - En estos últimos días, Alejandra a está teniendo algunas llamadas “familiares” – hablo haciendo hizo énfasis en la última palabra. - Eso no es extraño, digo hasta a una zorra como ella, debe querer a alguien ¿o no? – opino aburrida Margot. - En este caso no… – indico sacando de entre sus ropas su teléfono y colocando una grabación. “– Alejandra, escuche de tu encierro. - Descuida eso no
En ese momento se podía notar un ambiente pesado en el lugar, ya que Karen estaba molesta porque no le gustaban los hospitales e igual miraba que ese doctor ni parecía querer atenderla. Por su parte el medico maldecía su suerte ya que no le gustaba atender a la rubia platinada, porque ella era algo seria y rígida a diferencia de las demás mujeres que atendía y al menos esas consultas eran más llevaderas con la madre de la chica. Para empeorar el día, le arruinaron su cita con su pareja porque esta chica adelanto su cita y como era la protegida del hospital nadie podía negarle nada. Justo cuando estaba por iniciar la consulta vio que la puerta se abrió, donde por un momento albergo la esperanza de ver a la madre de esa chica, pero en su lugar vio que era un hombre quién ingresaba y se sentaba al lado de la chica, notando que eso enojaba más a la embarazada. - Buenos días – decidió hablar el médico para romper el silencio incomodo – am… veo que hoy no nos acompañó la señora Elena… -
- Bueno creo que debemos hacer las presentaciones adecuadas no creen – opino otra voz, notando que otra mujer peliverde aparecía, solo que estaba entraba por la puerta, la cual cerraba detrás suyo y le colocaba el seguro. - Supongo que ¿debo preocuparme por estar rodeada? – pregunto Karen con un ligero toque de diversión en su voz, mientras metía su mano en su bolsillo y sujetaba sus esposas. - Para nada cariño, en este caso no debes preocuparte – menciono la peliverde mayor - ya que no acostumbramos a dañar a nuestra familia. - ¿A qué se refieren? – pregunto Scott confundido. - Primero permítenos presentarnos – indico la mujer de la habitación – yo soy Aiko Matsuno, esposa de Lucas Albani, quien es hermano menor del Noveno – hablo señalándose a sí misma – ella es mi hija Chloe Albani y el guapetón es mi hermano Kenji Matsuno – hablo señalando a los nombrados. - ¿Porque me dices todo esto?, sabes que puedo usarlo en su contra al conocer sus identidades – pregunto extrañada Karen,
Mientras eso habia ocurrido en el hospital, por su parte Margot estaba maldiciendo su suerte, ya que a ella le habia tocado la peor parte de ese plan, mientras se preguntaba ¿porque a ella le tocaba esa parte?; justo en eso recibió un mensaje de su madre, informándole que ellas ya habían completado su parte de la misión, la cual consistía en revelarle la verdad a Scott y a Karen e igual todo marchaba bien ya que podían notar que ella acepto la información de forma calmada y decidió guardar el secreto de los datos que le habían revelado. - Realmente fue arriesgado… - opino tras terminar de escuchar el mensaje de su madre – bueno si lo pongo en una balanza, pero prefiero mil veces a una Quissi en la familia que a Alejandra – dijo de forma divertida, pero en eso su sonrisa se borró al recordar que ella debía hablar con esa mujer – joo… no es justo… - se quejaba en voz baja mientras ingresaba a la mansion con la misión de buscar a esa mujer y darle eso. Justo en esos momentos bajo de su
Capítulo 18: Pensamientos Por otra parte, Scott habia regresado al hotel notando que su familia ya se habia marchado, algo que agradecía ya que su mente aún era un caos; mientras miles de preguntas surgían y revivía esas ultimas horas vividas sintiendo como un mar de emociones lo invadían nuevamente. Aunque al recostarse en su cama esa felicidad fue remplazada por la preocupación, ya que ahora debía pensar que pasaría de ahora en adelante y comenzó a pensar en lo que pasaría de ahora en adelante, por lo que empezo a sentir una gran angustia por todo lo que tendría que hacer si deseaba que Karen estuviera a su lado y obviamente debía ser así para que ambos criaran a sus hijos juntos, sus hijos… al pensar en eso una sonrisa llena de felicidad se dibujó en su rostro. - Voy a ser papa… - murmuro feliz para sí mismo. Ahora que estaba tranquilo empezo a pensar en todo mientras observaba el techo de la habitación, mientras recordaba que hoy los conoció por primera vez e igual pudo escuch
Era una hermosa noche, la luna reinaba en el cielo en compañía de las estrellas y unas pocas nubes; un cuadro perfecto para alguna mágica velada para la mayoría de las personas, pero para otros era el cuadro ideal para poder charlar a gusto sobre un gran negocio. En las afueras de la ciudad, muy cerca de la costa se podía encontrar una hermosa mansión con exquisita arquitectura renacentista, la cual contrastaba con el paisaje marino de fondo acompañado con algunos árboles y diversas flores que decoraban el jardín. Donde en esos instantes llegaba un automóvil deportivo negro a la entrada de esa humilde morada, del cual bajaba una de las personas más peligrosas del mundo de la mafia: el Noveno líder de la familia Albani, Ricardo Albani. Al bajar de su vehículo, enseguida fue recibido por el mayordomo principal del lugar. - Buenas noches Noveno, le estábamos esperando – le saludo de forma cordial mientras le abría a puerta – la cena está servida, acompáñeme – indico al mismo tiempo que