Noah no podía estar más alejado en ese momento de lo que significaba su apodo, Hades no le hacía justicia pues aún salvaba vidas y de hecho estaba luchando por la de una completa desconocida.
Con lo poco que tenía disponible de medicinas había logrado estabilizar durante toda la noche y ahora finalmente a solas con ella, podía observaba a detalle, “siempre me preguntaré lo mismo, cual es el motivo por el cuál estamos aquí, se nota que tiene una buena vida y de hecho yo la tenía antes de llegar aquí.
Agotado se quedó dormido en una silla a su lado y se despertaba constantemente para chequear que todo estuviera bien.
Dos días después Sophia despertó, apenas abrió los ojos con dificultad se dió cuenta que estaba en un lugar completamente desconocido para ella, parecía una tienda de esas películas en el desierto del Sahara.
De pronto un suave aliento rozó su cuello y pensó que se trataba de Joseph, “Quizá todo fue una pesadilla o quizá el destino nos está dando una nueva oportunidad, sin embargo, en cuanto se giró vio un hombre completamente extraño junto a ella.
— ¡¿Quién eres y qué haces a mi lado?!— , gritó intentando empujarlo para apartarlo pero aquel hombre corpulento ni se movió, repitió la acción con todas sus fuerzas pero un gran dolor la invadió.
Aquel hombre varonil e increíblemente atractivo se colocó sobre ella sobre sus rodillas para no aplastarla y la sujetó de las manos colocándolas sobre su cabeza, — Te lastimaras, estás herida.
— Te voy a lastimar yo a ti, ¿qué intentas?, ¿abusar de mi?— , levantó la pierna y logró pegarle en su parte íntima lo que le produjo gran dolor pero no la soltó.
— No seas bruta, se te abrirán los puntos y sobre lo de tener sexo contigo puedes quedarte tranquila, no me atraes en lo más mínimo, para mí no eres atractiva, ademas eres una salvaje.
— Bien, entonces solo déjame ir— , Sophia estaba asustada pero aquello que no le parecía atractiva le había caído mal, ella nunca fue rechazada antes.
— Te dejaré ir cuando te recuperes.
— ¿Dónde estoy?, ¿por qué me quieres retener?, ¿sabes quién soy?, ¿Acaso estás detrás de mi dinero y por eso me secuestraste?
— No me interesa quien eres y aquí tu dinero no vale nada niña mimada y caprichosa, cuando puedas tomar decisiones coherentes y caminar e irte por tus propios pies.
— ¿Quién eres?, dime tu nombre imbécil.
— Para ti, soy Hades, un demonio al que no podrás manipular como seguramente sueles hacer, es más es hora de que duermas, ya he tenido suficiente de ti.
Tomó una jeringa que se encontraba cerca en una mesa improvisada y que había preparado con anticipación, se la aplicó y solo espero mientras Sophia se retorcía incomodandolo en su parte íntima sin siquiera saberlo.
Él se inclinó y le habló de cerca, — Tranquila fiera, solo relájate y descansa, por ahora estarás segura— , y sin poder resistirse más se dejó llevar por la sensación de relajación que estaba sintiendo.
En ese momento entró al lugar Martha la que era considerada la matriarca del campamento, —Ya veo que despertó y te dió un poco de trabajo.
— Ni que lo digas, creo que cuando sepa la verdad le será difícil aceptarlo.
— Como todos, solo deberemos tener paciencia y empatía, soy una de las que tiene más tiempo aquí y a veces he cuestionado mis decisiones a través del tiempo.
— Tienes razón, a veces soy demasiado intolerante.
— No te ha sido fácil ser el líder, en un principio te enfrentaste a muchas pruebas, debiste tomar decisiones difíciles para poder crear un lugar donde pudiéramos ser libres lejos de la utopía.
— Creo que igual fracasamos, no quiero ser pesimista pero fuimos traídos aquí como un castigo por nuestros pecados o para empezar de cero y hemos traído los problemas de la humanidad con nosotros, el egoísmo, envidia, vicios, en fin.
— Para mí, si te haces preguntas como esas es porque te quieres alejar de las malas acciones que pudiste cometer, eso no quiere decir que no te equivoques.
— Soy un ser imperfecto, amo y odio con intensidad, no soy tolerante y me saca de quicio las personas que se victimizan.
— Tienes mucha carga sobre tus hombros, no puedes proteger a las personas de sí mismos pero si puedes compartir la carga, creo que deberías confiar en tu instinto, las respuestas que tienes años esperando pronto las tendrás frente a ti.
— ¿A qué te refieres?
— Los sabes, no hace falta que te lo explique, pero deberás aceptarlo.
— Creo que estás un poco misteriosa mejor me voy a hacer mis labores, te la encargo, tardaré sólo lo que dura el calmante, tranquila, solo intenta limpiarla un poco.
— Está bien, ve tranquilo.
Una vez a solas con la chica acarició su frente y le susurró que todo estaría bien como hacía ya dos mañanas que había llegado allí, mientras cambiaba su ropa y limpiaba sus heridas le cantó dulces nanas como solía hacerlo su madre y una vez terminó permaneció junto a ella leyendole un libro.
Un par de horas después Noah regresó, — ¿Cómo te ha ido con la bella durmiente?
— Bien, supongo que no puede decir mucho.
— Gracias Martha, creo que eres una de las personas con mejor energía aquí, estoy seguro que lograste serenar sus pensamientos, ahora ve a desayunar tranquila.
— Estoy a la orden para lo que necesites.
Una vez a solas, revisó las heridas y se sintió aliviado de que parecían estar empezando a sanar, no había presentado fiebre y su peor temor, el cual era una infección, parecía estar controlada.
“Debe estar por despertar, tomaré previsiones está vez”
Sophia volvió a despertar, está vez se sentía un poco más serena, “seguramente todavía estoy aletargada por lo que ese hombre me inyectó, ojalá me encuentre en otro lugar”, pensó.
Pero en cuanto abrió los ojos allí estaba su peor pesadilla observándola, otra vez aquel hermoso y perverso hombre, —Hola de nuevo, nueva habitante de este lado de la isla, digamos que somos los oscuros.
— ¿Y cuál es el nombre de esta isla?
— La verdad que no idea al igual que tú tenemos más preguntas que respuestas.
De pronto Sophia intentó moverse pero no tuvo éxito, — ¿Qué es esto?, ¿Por qué estoy amarrada?
— Porque a partir de este momento te convertirás en mi sumisa, la verdad el verte con esas cuerdas se me hace increíblemente tentador— , dijo con la voz baja y profunda y Sophia pensó lo peor, estaba en manos de una red de trata de mujeres.
A Hades por alguna razón se le hacía gracioso incomodar a la recién llegada, además que su falta de información la hacía vulnerable la chica estaba a la defensiva.— Pervertido, ¿que sumisa ni que nada?, te juro que me tocas y…— ¿Y qué?, en este lugar soy una especie de Dios, debes hacer lo que te diga o mis súbditos te harán pagar.— Solo suéltame y verás…— Por ahora acostumbrate a estar a mi merced, no me dejaste más salida que llegar a este punto, tengo que evitar que te hagas daño y por supuesto que se lo hagas a otro.— ¿Te divierte verdad?, pues a partir de este momento no dormirás en paz.— Bueno en eso tienes algo de razón pues desde que llegaste no he dormido pero eso tiene solución, en cuanto uno de los hombres de la aldea te reclame será su problema.— ¿Qué me reclame?, pero ¿qué clase de lugar troglodita y machista es este?— Buenos debo hacer una corrección, en eso tienes razón pues de los solteros que te cortejen serás tú quién escoja con quién unir su vida.— Ya tengo
Sophia se sentía completamente destruida, si bien al final de aquel viaje pretendía terminar su historia con Joseph algo muy distinto era que muriera y más de aquella manera y para colmo ahora estaría sola en aquel lugar desconocido y hostil.Por su parte Hades al ver su reacción se había apartado para darle un poco de espacio, muchos pasaron momentos de duelo al llegar allí inclusive el mismo y solo era el comienzo de muchas cosas que procesar.— ¿Acaso te sientes congraciado con mi dolor?, ¿No puedes dejarme a solas? ¿O te entretiene?— Solo tenías que pedirlo con amabilidad, no soy culpable de tu situación, ni de la muerte de tu ser querido, saldré para que ambos podamos calmarnos.— Por favor suéltame, estoy incómoda de estar así, no puedo siquiera secarme las lágrimas.— Está bien, pero permanece quieta, todavía estás en recuperación.— Lo haré— , dijo sin mucha convicción pero Hades decidió darle el beneficio de la duda y se acercó a ella para desatarla.— Entiendo tu conmoción
A Hades solo le gustaba ver las expresiones de consternación en la chica, pues aquella mujer no era su tipo, aunque con tanto tiempo fuera de la humanidad ya no tenía claro cuál era.— ¡Pervertido!, ¿Qué crees que como me besaste ya tienes derechos sobre mi?— Para nada, la verdad es que si he entrado ha sido porque esta es mi hora de tomar mi ducha, tenemos que ahorrar el agua y me has ensuciado al traerte aquí.— Excusas, seguramente solo deseas ver mi cuerpo…— Soy médico he visto cualquier cantidad de cuerpos de diferentes complexiones, tamaños, razas, etc. ¿Que tiene el tuyo de especial?Aquella pregunta la había ofendido pero de pronto se dió cuenta que aquello no tenía sentido, — Paremos con esta discusión absurda, mi punto es que tengo derecho a tener privacidad, creo que es lo mínimo, además ¿qué clase de lugar diriges dónde una dama debe exponerse a un desconocido?— Pues perdiste el derecho a la privacidad cuando te escapaste y con respecto a este lugar, se respeta el derec
Sophia miró a los ojos a Hades intentando determinar si aquello que él decía se trataba de una simple broma o realmente creía en lo que estaba afirmando.— ¿Estás loco?, ¿En serio quieres que crea en algo así?Él se deslizó a un lado, creando una tentadora fricción entre ambos de manera involuntaria pues solo lo hizo con la intención de poder amarrarla por una mano a la cabecera de la cama, — Solo analiza las cosas con calma.— ¿Podrías solo dejarme en paz?, no me presiones más, solo me confundes y perturbas.— Este proceso por el que estás pasando lo pasamos todos, es difícil de creer pero esas tormentas nos trajeron a todos los que estamos aquí.— No tiene sentido, ¿Y cómo se supone que llegaste tú?— Entonces mi caso, llegué en un yate, no en avión, pero fue igual se oscureció, atrasamos una tormenta y llegamos aquí.— ¿Llegamos?, ¿Es decir qué viniste con alguien más?— No quiero hablar de eso, estoy completamente agotado, lo cierto es que si te calmas un poco y te das la oportuni
Sophia miraba todo con cierta aprensión no solo no le gustaba nada las actividades de la cocina sino que acostumbrada a ir a un mercado y comprar los artículos que necesitaba, allí era claro que debían empezar de cero para hacer cualquier cosa. — Qué lejos estoy de California— , expresó en tono bajo pero su compañera le escuchó. — No tienes idea y eso que ahora es que estás comenzando a ver la realidad. — Entonces, ¿por qué decidiste quedarte aquí?, si puedes comentarlo claro. — Todos aquí te darán puntos de vista distintos, pero al final del día la mayoría sentimos que tenemos una vida más real aquí. — No puedo entenderlo. — Yo soy contador público, mis jornadas laborales comenzaban muy temprano y culminaban muy tarde aún en los fines de semana me llevaba trabajo a casa, siempre estresada y presionada no disfrutaba de la familia ni me daba espacio para el amor. — Eso nos pasa a todos los que deseamos el éxito, ser estrellas. — Si, pero el punto es que no hay equilibrio, si mue
De pronto como si la nube de encanto hubiese pasado, Sophia despertó del letargo en que se encontraba, — Suéltame, solo déjame ya. — Lo siento, me deje llevar y… — Y te aprovechas de mi, me tocas y besas a tu voluntad. — Tampoco te has opuesto demasiado que digamos, pero te prometo no hacerlo que no lo haré más. — Supongo que estás acostumbrado a hacer eso con todas aquí, pues no, conmigo no, me respetas a partir de ahora. — Estás equivocada sobre mí, pero piensa lo que quieras, tienes un problema de confianza y prefieres pensar lo peor de las personas, es claro que la del problema eres tú, así que supéralo. Eso hizo que Sophia sintiera un baño de agua fría, realmente su novio la había engañado y con quien consideraba su amiga, así que por supuesto que tenía problemas para confiar en las personas, pero no lo iba a admitir frente a él, no debía revelar nada más de sí misma, se iría en un tiempo y para que apegarse. — ¿Cómo confiar en ti?, no sé nada de tu pasado, ¿Quién er
Sophia se quedó en silencio, Hades era fuerte, varonil y con una actitud dominante, a su lado se sentía pequeña, reflejaba autoridad además de tener la capacidad de manipularla físicamente sin el más mínimo esfuerzo, — ¿No responderán?Keyla al ver aquella actitud protectora en Hades dudo de sus privilegios, — Yo, yo…Hades se sentó en la cama con Sophia en sus brazos, la posición era tan íntima con ella sobre sus piernas que la tomó por sorpresa, — Keyla, espero que nunca más levantes tu mano en contra de mi compañera. — Ella no puede ser la escogida, es una tonta que solo piensa en sí misma, no te agradecerá nada de lo que hagas por ella…Hades con una ternura desconocida aun para sí mismo acomodo su cabello despeinado con delicadeza, — Es mi elección no importa si está destinada o no para mi, si me lo agradece o no, te pido a partir de ahora mantener la paz y ser respetuosa con ella, yo me encargare del resto.Luego miró a Sophia a la cara y acarició su rostro sonrojado por e
Sophía lloraba mientras sostenía la cabeza de Hades, — ¡Por favor no te mueras!, fui una tonta, no debí intentar escapar, solo no te mueras.Colin tenía una mezcla de rabia e indignación por lo ocurrido pero también le conmovía ver a Sophia afligida, — lo mejor será llevarlo con rapidez de regreso a la aldea, debe ser atendido de inmediato.— Si claro— , pero ella no podía dejar de pensar en que estaba lastimado por protegerla, se sentía culpable y angustiada.Mientras recorrían el largo camino de regreso se mantuvieron en silencio, sin embargo, en cuanto se acercaron a la aldea que todavía se encontraba celebrando el ambiente de inmediato cambió.— ¿Qué ocurrió?— , gritó Kayla desesperada dejando a su pareja de lado.— Un accidente y nada más, lo más importante es atenderlo, luego hablaremos— , entre varios hombres se hicieron cargo de sujetarlo mientras corrían a su casa.Sophia corrió a la par de ellos tanto como pudo, solo pensando en ayudar como pudiera para atender a Hades, pero