Paloma, la mamá de Joseph, miraba con el corazón apretado el semblante demacrado de su hijo.—Joseph, ¿puedes por favor tan siquiera levantarte y comer un poco?Pero Joseph parecía no escuchar nada, estaba completamente ensimismado.Desde el principio, Paloma nunca estuvo conforme con que su nuera fuera Elowen, una muchacha sorda.Sin embargo, ante el cariño incondicional que su hijo mostraba por ella, no tuvo más remedio que aceptar a regañadientes el deseo de su hijo.Ella por supuesto que no deseaba convertirse en la burla de sus amigas por tener una nuera sorda. Por eso fue que ella y el padre de Joseph, Dylan Viveiros, pusieron como excusa un viaje de negocios y ni siquiera asistieron a la boda.Pero jamás imaginaron que, tan solo dos días después de irse, todo en la familia se desmoronaría.El supuesto suicidio de Elowen, el macabro ataúd que apareció en plena ceremonia de boda, la noticia del engaño de su hijo que se volvió pública, la caída en la bolsa de la empresa, y ahora su
Natalia mantenía una expresión de completa resignación.Chiara aún le sostenía la mano con insistencia mientras seguía tratando de convencerla.—Natalia, mami te promete que en serio es una buena persona. Solo ve a conocerlo. Si no te gusta, buscaré una forma de cancelarlo, ¿sí?Natalia no se imaginaba que el primer problema al volver a casa sería... ¡Lidiar con un compromiso que se había sellado en su infancia!La cosa sucedió así: cuando Chiara y su mejor amiga quedaron al mismo tiempo embarazadas, ambas bromearon diciendo que, si una tenía un niño y la otra una niña, los comprometerían desde pequeños. Y si eran del mismo sexo, los criarían entonces como hermanos.Cuando se enteraron de que una había tenido un niño y la otra una niña, estuvieron tan contentas que no se cambiaban de la dicha, creyendo que pasarían de ser amigas a convertirse en consuegras.Pero poco tiempo después, Natalia fue raptada, y el compromiso quedó en veremos. Pero hacía solo unos días, al confirmar que Nata
Después de ver esa figurita tan familiar en las noticias, Joseph movilizó toda su red de contactos para averiguar de quién se trataba exactamente.Como la familia Ross residía fuera del país, a Joseph le llevó medio mes encontrar el nombre de Natalia Ross.Pero en cuanto vio las fotos del banquete de reconocimiento, la reconoció de inmediato: ella era la misma Elowen.Aunque ahora llevaba otro nombre, él no tenía dudas. Esa era la mujer que había estado buscando.No tardó en investigar la dirección de los Ross, y tan pronto la tuvo, se subió al primer vuelo disponible hacia el Reino Unido.Durante el viaje, imaginó una y mil veces cómo sería volver a verla.Pensó que lo más probable era que ella aún estuviera enfadada y no quisiera hablar con él.Pero no importaba. Mientras pudiera verla con vida, ya con eso sería más que suficiente.Desde el día en que creyó haberla perdido, comprendió lo indispensable que era Elowen en su vida.Le pediría perdón con toda sinceridad. Juraría no volver
Aquellas palabras bastaron para que Joseph se desmoronara.No lo entendía. Durante los últimos cinco años se habían amado, habían sido tan felices juntos.¿Entonces Ppor qué ella entonces ahora decía que se arrepentía?¿Decir que lo había amado significaba entonces que ya no lo amaba?Tan solo imaginar esa posibilidad le provocaba un dolor agudo.¡No! ¡Eso sí que no podía ser!Solo había pasado un mes… ¿cómo podía Elo haber dejado de amarlo tan rápido?Debía estar enojada. Si segurito era solo eso. Aún no lo había perdonado.Joseph dio un paso adelante, intentando tomar su mano para explicarse. Pero antes de tocarla, Natalia retrocedió, marcando distancia entre ellos.Al ver ese gesto, Joseph se sintió herido, pero se apresuró a explicar:—Nati, te aseguro que no tengo malas intenciones, solo quiero hablar contigo, explicarte todo.—Créeme por favor, siempre te he amado solo a ti. A Galilea nunca la amé de verdad.—¿Podrías perdonarme por lo que más quieras y volver conmigo? Te lo juro
La voz de Joseph temblaba ligeramente.—Elo, ¿en serio no me vas a perdonar?Natalia asintió sin vacilar.—Lo has dicho muy bien, no te voy a perdonar.Después de decir esto, Natalia no prestó atención a la reacción de Joseph y se dio la vuelta para entrar a la casa.Al día siguiente, Natalia y Hudson habían quedado para ir a un concierto.Desde que Natalia recuperó la audición, comenzó a disfrutar mucho de los sonidos del mundo: los sonidos de la naturaleza, de los instrumentos, las voces de las personas…Justo en ese momento, Hudson era un asiduo fanático de la música clásica, y cada vez que iba con él a un concierto, aprendía algo nuevo.Joseph pasó toda la noche de pie afuera de la casona.Las palabras de Natalia seguían resonando en su cabeza.El alivio que sintió cuando comenzó su relación con Galilea se había convertido en un boomerang que ahora lo golpeaba a él.Pero aún quería intentarlo. No creía que Natalia pudiera dejar ir por completo cinco años de relación.Después de rec
—Señora Benoit, ya preparamos un cuerpo que se parece mucho a usted, lo entregaremos en el lugar de la boda con el señor Viveiros dentro de diez días, respondió la persona al otro lado del auricular.Al escuchar la respuesta, Elowen Benoit sintió un leve alivio después de tantos días de estar hecha un manojo de nervios. —Ok, muchas gracias —respondió ella.—No es nada, es lo que tenemos que hacer. Puede estar tranquila, aquel cuerpo no levantará ninguna sospecha —le aseguró.Después de recibir dicha garantía, Elowen suspiró aliviada.Confirmó por última vez los detalles sobre la entrega del cadáver el día de la boda, colgó y abrió la puerta del salón.El lugar estaba lleno de ruido, pero quedó en completo silencio cuando ella entró.Joseph Viveiros, sentado en el centro, se levantó rápidamente, tomó su mano, la miró preocupado, y se comunicó con ella en lenguaje de señas.—Elo, ¿por qué estuviste tanto tiempo en el baño? ¿No te sientes bien? Si quieres, te llevo a casa para que descan
Elowen dejó los cubiertos sobre la mesa y se levantó; ya no quería seguir escuchando ese manojo de patrañas.Al verla levantarse, Joseph también se apuró a ponerse de pie y, con señas, le preguntó qué era lo que pasaba.Elowen dijo en voz baja:—Solo es que estoy cansada, quiero ir a descansar a casa.Sin esperar una respuesta, salió del salón privado.Al llegar a la acera, Elowen miró hacia arriba y vio en la pantalla del edificio de oficinas frente a ella el video de la propuesta de matrimonio, que se repetía una y otra vez.—¡Elowen, cásate conmigo! —decían en letras grandes en el centro de la pantalla.Algunos que iban pasando, al ver el mensaje, suspiraron con envidia.—¡Dios mío! Dicen que la novia del señor Viveiros no puede oír, por eso él alquiló toda la pantalla del edificio más alto de la ciudad para que ella pudiera ver claramente el "cásate conmigo". Después de que ella aceptara, incluso dejó que el video de la propuesta se repitiera todo un mes para que todos los felicita
Elowen suspiró para calmar el dolor que sentía en su pecho y, al levantarse para irse a su casa, alguien la detuvo.—Elo, ¿por qué no te esperaste? ¿No estás de buen ánimo hoy? ¿Qué tal vamos a ver el vestido de novia? Ya llegó el que pedimos a medida, vamos a ver si te gusta, y si no te gusta, lo podemos modificar —dijo Joseph mientras la abrazaba y acariciaba su cabello con cariño.—No quiero ir, tú eliges el vestido de novia —respondió Elowen.El día de la boda ella se escaparía y lo dejaría viendo un chispero, así que no pensaba usar el vestido en la ceremonia. Tampoco le importaba cómo era ese tal vestido.Joseph, notando su indiferencia, comenzó a gesticular con las manos, preguntando con cautela.—Elo, ¿por qué siento que no estás emocionada por nuestra boda? ¿Acaso ya no quieres casarte conmigo?Elowen lo miró, sus ojos estaban llenos de miedo, y quería decirle:—Sí, de hecho ya no quiero casarme.—Y la razón es obvia, tú me engañaste, pisoteaste nuestra relación, y tú fuiste e