AlexanderSon pasadas las cuatro de la mañana cuando me despierto justo luego de haber soñado con Abril.Todavía tengo dos horas más para dormir, pero por mucho que lo intento no logro quedarme dormido nuevamente. Ella no sale de mi cabeza y el sueño se reproduce una y otra vez en mi mente.Por más que trato de encontrar una explicación a esta situación, no la encuentro. Ya perdí la cuenta de las veces que he soñado con ella y en todos mis sueños la amo...Lo más extraño es lo que siento cuando estoy inmerso en el sueño. Es algo completamente inexplicable para mí; una sensación de felicidad y enamoramiento extraordinaria; es como si volviera a ser el de antes y el Alexander que soy al despertar, empieza a extrañar al que soy en sueños.Soy absolutamente consiente de que yo no podía soñar, al menos hasta dónde recuerdo, pero desde que me diagnosticaron con amnesia he estado soñando con ella.Todo esto es tan extraño...Lo que estoy viviendo es algo completamente nuevo para mí, aunque m
Llegamos al "Pub Estelar" y Alex me acompaña hasta la oficina.—Voy a quedarme aquí unas horas, ¿vale? —manifiesta.—¿Aquí?—Aquí no, tranquila, voy a estar en la barra.—No bebas mucho, recuerda lo que dijo el médico sobre el alcohol; no es bueno para la amnesia, retrasa la recuperación de la memoria.—No voy a beber, de hecho, solamente charlaré un rato con Sebastián y me tomaré algunos cocteles sin alcohol.—Es extraño que ahora él y tú sean tan amigos.—No somos amigos, solo conocidos; yo no tengo amigos, bueno, aparte de Rachel y Christopher, aunque ellos también están en evaluación por ahora. ¿Por qué te parece extraño?—Bueno, pues porque ustedes dos nunca se llevaron bien.—¿Tú eres la razón?—Sí, exacto, además por todo lo que pasó con él.—¿Él te gusta? —cuestiona elevando una ceja con los ojos entrecerrados.—¡Nooo!—Entonces no hay razones para que yo pueda estar celoso.—¿Estás queriéndome decir que si él me gustara estarías celoso?—Sí —confiesa sin vacilar—. Por supuest
Cuando abro mis ojos, el teléfono todavía está sobre mi oído; lo tomo entre mis manos y me percato de que se encuentra apagado; debió agotarse la batería, quien sabe a qué hora.Conecto el cargador y lo enciendo para mirar los detalles de la última llamada; efectivamente fue al número de Alexander y duró más de cuatro horas.Aprieto el celular en mi pecho al recordarlo y sonrío.Me levanto de la cama para alistarme y no paro de sonreír hasta que empiezan a dolerme los músculos de las mejillas.Hoy estoy feliz y nada podrá arruinar esa felicidad.Espero que Alexander se sienta de la misma forma y haya escuchado la canción.De camino al instituto paso por casa de Rachel y la encuentro en la puerta despidiéndose de Chris; aprovecho para saludar a mi mejor amigo antes de que sigamos nuestro camino al instituto.—¿Cómo te ha ido amiga? —le pregunto mientras nos alejamos.—Ando sola con mi soledad porque desde que empezaste a trabajar con Alexander ya no te veo la cara en el instituto, aunq
—Pequeña yo te... yo te quiero... yo te quiero conmigo, Abril...Su respiración es agitada, pero, así como sus movimientos, se va ralentizando mientras lo miro y le respondo con un beso.—Siempre estaré contigo.Alex sonríe y me devuelve el beso antes de dejarse caer sin fuerzas a mi lado.Recuperamos el aliento poco a poco y luego él se levanta de un salto al ver la hora en su reloj, ofreciéndome su mano.—No puedo levantarme, me tiemblan las piernas y no entiendo como tú puedes recuperarte tan rápido.—Vamos, princesa. —Me levanta entre sus brazos—. Te llevaré cargada hasta el aula.—¿Así?, ¿desnudos?Sonríe burlón y me descarga sobre el sofá para empezar a recoger nuestra ropa y vestirse.Hago lo mismo lentamente y él está listo en cuestión de segundos.Se sienta en la esquina del sofá, mirando cómo me termino de vestir, mientras no dejo de temblar.—¿Puedes dejar de mirarme así?, me estás poniendo nerviosa.Suelta una risa negando con la cabeza.—¿Nerviosa?, ¿después de lo que hic
AlexanderHoy Abril y yo no tenemos mucho que hacer aquí, así que mientras llega, procuro adelantar el trabajo pendiente para que terminemos rápido.Quiero invitarla a salir para pedirle que sea mi novia otra vez.Me enamoré de ella y no voy a dejarla escapar por nada del mundo; quiero que esa mujer sea mi compañera en esta y todas las vidas que se nos permita vivir. Aunque muera y reencarne, juro que la buscaré hasta volver a encontrarla.Perdí la memoria, pero ahora sé que mi amor por ella siguió intacto y seguirá siendo eterno...El sonido de mi celular me interrumpe mientras guardo todo en los archivadores. El nombre que aparece en la pantalla me hace preocupar; es franco, el guardia de seguridad de la casa de mi padre.Cuando mi hermana me contó que Mon-Ki salió de la cárcel, inmediatamente lo contacté y le advertí que me tuviera al tanto de cualquier situación extraña que sucediera. La instrucción más precisa fue que me llamara si a Mon-Ki se le ocurría aparecer en la mansión, p
Cuelgo la llamada con el amor de mi vida y no puedo parar de llorar.«¿Porqué tengo que ser tan chillona?»Han pasado tan solo unas horas desde que lo vi por última vez y ya siento que lo extraño demasiado. Tal vez se debe a que él ahora va a estar a millones de kilómetros de distancia y ni siquiera pude despedirme como se debía; sin embargo, en medio de toda esta tristeza, también hay una alegría incomparable porque él me dijo que me ama y eso me basta para poder continuar el resto de mi día con toda la buena actitud del mundo.Ahora estoy esperando un taxi que me lleve al hospital.Hannah y Choi necesitan de mi compañía en este momento; su padre fue herido por esa perra loca y aunque no se lleven muy bien con él, deben estar pasándola mal.Yo no podría imaginarme cómo me pondría si algo así le llegara a suceder a mi papá o a mi mamá, a pesar de que ella y yo no tenemos una muy buena relación y se deterioró más después de lo que pasó, simplemente no podría vivir sin ella...Llego al
AlexanderAcabo de bajarme del avión y camino por el aeropuerto de Seúl directamente hacia la salida.Afuera está parqueada la camioneta de Federico; mi madre y él están recostados en ella, esperándome con los brazos cruzados. En cuanto ella me ve, corre hacia mí y se arroja a mis brazos, llenándome de besos por todo el rostro.—¡Hijo, mi amor, estás aquí!, te extrañé como no tienes una idea.—Yo también me alegro de verte, mamá, pero no es para tanto.—¡¿Cómo que no es para tanto?, si eres mi hijo y te amo! —exclama dándome otro fuerte abrazo que me deja sin aire en los pulmones.—Está bien, ya es suficiente, también te quiero.Mi madre hace un mohín y se aleja para darle paso a su esposo que estaba esperando para saludarme.—Hola, Alex, qué tal —me ofrece su mano.—Qué tal Federico —correspondo a su saludo con un medio abrazo.—Subamos al auto, Alex debe estar muy cansado —propone mi madre.Federico le abre la puerta del copiloto y me subo en la parte de atrás de la camioneta.Lo pr
AlexanderMis ojos se abren y lo primero que veo es el rostro alegre mi madre, viéndome como si hubiera estado esperando por mucho tiempo que despertara.—¡Alexander, mi amor! —exclama agarrando mis mejillas—. ¿Cómo te sientes?—Como si me hubiera pasado un tren por encima, mamá —admito, y es que es cierto. Me siento fatal—. ¿Dónde está Abril?—Ella ya viene, está viajando para acá; con suerte llegará pasado mañana.—¿Viajó en el avión privado? —pregunto rogando que su respuesta sea un sí; no quiero esperar tanto para verla, me urge que esté aquí.—Ten paciencia, hijo, en cuanto me llamaron de ese bar para avisarme lo que te había pasado, le marqué —explica acariciando mi cabello—. ¿Qué te pasó, por qué te desmayaste?Su pregunta me hace viajar en el tiempo a esa sensación tan increíble que experimenté, pero no solo a eso; mi conciencia repasa toda mi vida y entiendo que he vuelto a ser yo otra vez.—Se siente tan extraño —afirmo arrugando el entrecejo—, pero lo recuerdo todo mamá, es