¿Me quedo a dormir?

Rápidamente me cubrí con los brazos, al darme cuenta lo que llevaba puesto, ni siquiera tenía sostén por todos los dioses, no dormía con él puesto. 

Lo miré un poco incrédula y puse mis ojos en blanco 

- Es solo que no esperaba... visitas - 

Todo el miedo que me quedaba se había ido y fue reemplazado por la ira, ya me estaba cabreando, no me explicaba que rayos hacía en mi habitación. 

- Bonita, no te molestes - rodé mis ojos, y el continuó - vale, está bien, te contaré todo, antes de que me saques a patadas, lo que pasó es simple, Unos tipos rudos del instituto se molestaron bastante conmigo, me persiguieron por toda la calle, para darme la golpiza de mi vida - 

Se quedó mirándome unos segundos para descubrir cómo estaba tomando la información, al ver que no era ningún delincuente o al menos no lo parecía le dije: 

- Por lo que veo, eres fuerte ¿acaso no sabes pelear? - 

- Lo se soy increíblemente fuerte, ya has visto mis brazos, son tan duros como rocas- 

Al decir eso levanto uno de sus brazos y lo señaló con el mayor egocentrismo posible. 

Le mire con odio, perfecto, me había tocado el típico idiota. 

Él solo río y continuó 

- Soy fuerte, pero no soy un súper humano, eran cinco tíos- 

- Oh- fue todo lo que dije. 

- Así que para que no me alcanzaran, subí y terminé en tu ventana, lamento asustarte, pero era la única que estaba abierta - parecía sincero. 

- Desde ahora la mantendré muy cerrada - le dije y me reí por lo bajo. 

- Muy bien, ahora tengo que ir a dormir, entonces...tu...emm... - 

Le hice señas con mis manos hacia la ventana para hacerle saber que me refería a que se fuera. 

- Relájate dormiré en el suelo, no tienes de que preocuparte- terminó por mí. 

Mi cara fue de incrédula máxima y pensé ¿que acababa de decir?, ¿qué rayos le sucedía a este tipo?, de ningún maldito modo. 

- Qué?, ni siquiera te conozco, vete ahora- dije con furia y señalé la puerta. 

- Vamos bonita, por favor, ellos deben estar buscándome y si me encuentran...- 

A pesar de que dejó la frase inacabada, ya sabía lo que quería decir, aun así estallé por lo ilógico de la situación. 

- No!!!, No te conozco!! - le dije, porque era cierto, no podía dormir en mi habitación. 

Al terminar mi frase oí un pequeño grito, después se hizo más fuerte y supe que decía mi nombre... 

- Sarah, ¿Eres tú? - m****a, era mi madre, seguramente me había escuchado.

- No puedes ser, no volveré a salir hasta que esté en la universidad - dije al aire lo más bajo que pude, mi madre seguro venia subiendo las escaleras, en un breve ataque de pánico comencé a deambular por la habitación buscando una posible solución. 

Mire mi armario, ni de coña Ethan entraría allí. 

- Ven por aquí - me dijo también en susurro mientras me halaba del brazo. 

Se acercó a mi cama y comenzó a posicionarse boca arriba para entrar debajo de mi cama. 

-Entra, vamos hazlo- asentí e hice lo que me dijo, sin decir nada, al menos intentaría que no me castigara. 

Estaba tan cerca de mi cara, lo miré a los ojos, me di cuenta de su color, eran gris intenso, tan intenso que era como si te absorbieran como si con tan solo mirarlos lograría descubrir todos sus secretos. 

Entonces se escuchó como la puerta se abrió. 

- Sarah?... Sarah? - mi madre avanzó más pasos, se quedó unos segundos, que para mí fueron eternos y finalmente dijo. 

- Vaya, parece que me estoy volviendo vieja, ahora escucho cosas - salió del cuarto y cerró la puerta. 

Nos quedamos allí un rato más, mi pecho subía y bajaba irregularmente, no quería pensar en que la razón era que estábamos mirándonos peligrosamente cerca. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo